Sasuke desvió la mirada.
—Contesta. —dijo obligándolo a mirarlo a los ojos.
—Suéltame. —se zafó de su agarre.
—Dime con quien te has estado viendo. Es por tu seguridad, entiende Sasuke. —le quiso hacer entender.
—¿Con quién se ha estado viendo Sasuke? —oyeron esa voz acercándose, pero al distinguirla de inmediato, no se alarmaron.
—Deidara... —suspiró Itachi. —vas a darme un infarto.
—Entonces hablen más despacio. O sino van a darle un infarto a sus padres. —rió.
—Ven. —Itachi tomó del brazo a Sasuke y lo condujo hacia su habitación; Deidara los siguió.
Itachi lanzó a su hermano hacia la cama y cerró rápidamente la puerta tras él.
—Habla. —le ordenó.
Sasuke estaba con el entrecejo fruncido, ofuscado, porque su hermano lo había descubierto.
—Si te lo digo no vas a creerme.
Itachi suspiró relajándose, y decidió sentarse en la cómoda al lado de su hermano.
—Te escucho. No tengo razones por la cuales no creerte, aun, si no hablas.
Sasuke vaciló un momento antes de comenzar a hablar.
—Deberías hablarle a Itachi antes que tus padres te descubran, deberías hacerle caso. —dijo Deidara.
—Bien. —Sasuke se mentalizo sobre lo que estaba a punto de contar, que obviamente era una locura. —Créeme si quieres, pero Naruto está vivo.
Itachi se mantuvo impertérrito porque primeramente no le creyó, ni siquiera lo consideró una opción.
—No... —Itachi se detuvo y lo pensó nuevamente; Sasuke era un chico serio, jamás bromearía con algo así, ni en ningún otro momento. ¿Por qué ha de mentir? — ¿De qué hablas?
Sasuke levantó la mirada al ver que Itachi parecía considerar sus palabras.
—Lo han hechizado. Sé que suena a locura, pero así ha sido.
—¿Quién... —El hermano mayor cerró sus ojos y se sobo la cien. —a ver, a ver, espera, ¿Quién te ha dicho semejante locura?
—Él.
—¿Y tú le creíste? —dijo —quien sabe si es un chico cualquiera que ha querido pasar el rato haciendo una bromita. Tú no has llegado a conocerlo, yo si Sasuke; ¿En que te has metido?
—No me crees.
—No es que no te crea sino que es difícil de creer algo como eso. ¿Cómo sabes que es él?
—¿Crees que soy tan idiota como para creer estupideces? Es real. Yo mismo lo comprobé. Él es el espantapájaros que ha estado durante años en ese jardín; lo han hechizado y fue él quien me ha contado su historia. Y aunque dudes de mí y creas que esto es una locura, yo le creo porque como te dije, yo ya lo he comprobado. —dijo firme —Ahí lo tienes, ahora ya sabes quién es esa persona. —Se levantó y cuando estuvo a punto de cruzar la puerta Itachi lo retuvo del brazo.
—Muéstramelo.
Sabia de antemano que su hermano mayor no le creeria. Bien, Itachi no era ningún tonto, al contrario era un joven con gran capacidad deductiva, un tipo perspicaz, capaz de descifrar el mas minimo detalle en una determinada situacion sin dificultades y al instante sin embargo, el pasaje de los doce años no era un detalle menor, el cambio en el Uzumaki seria notorio.
Quiza su raciocinio en el preciso instante en que cruzase una simple mirada con él, crease confusión deshaciendo aquella zona de su cerebro.
Recorrieron ambos hermanos el vasto terreno y al no dar con el rubio en un primer momento, decidieron sumergirse entre los arboles de dicho lugar, cuyo camino conducia al rio.
Sasuke fue quien primero se acercó a él, llamando su atencion inmediatamente con su caminar y presencia tan distinguida.
-Sasuke vinist- Volteó. Volteó su rostro y cuerpo entero mostrándose enteramente ante aquellos dos.
Paró en seco al ver a la persona que estaba al lado de Sasuke.
Los ojos del rubio lo escrutaron de pies a cabeza, en una ausencia de emociones, encontrándose en un extraño trance que no lo dejo responder.
Impavido, patidifuso, petrificado podrian servir de descripcion para el Uzumaki. Tragó saliva duramente. Apenas pudo entreabrir su boca y separar sutilmente sus labios en un intento de articular una palabra. Un nombre.
Por su parte, Itachi se mantuvo apacigue, determinado a encontrar algun aspecto del sujeto frente a el, que le diera algun indicio de quien se trataba.
Incrédulo, inhalo lentamente, exalando seguidamente de una forma entrecortada.
Sus pensamientos fueron un reloj, una linea de tiempo que recorrió desde el pasado a la actualidad en tan solo cuestión de segundos. Tan veloz como un destello, imagenes repletas de sentimientos nostálgicos y vivencias del pasado cayeron como una enorme cascada.
Aquel niño de ojos azules estaba frente a él.
El corazon de Naruto titubeó. Ladeó la mirada hacia Sasuke, quien le confirmo que estaba bien.
Tragó saliva, luego se llevó una mano al cabello que le caía sobre la frente y ensanchó una sonrisa confusa. Inmediatamente Itachi la supo reconocer y sin querer, imito aquel gesto, esbozando una sonisa que transmitió angustia y nostalgia
—Itachi...
-No puede ser- Negó con la cabeza.
Sasuke los observó con deje de aburimiento. Era demasida emoción, sentimiento y cariño. Demasiado en tan poco tiempo y definitivamente no estaba acostumbrado.
Suspiró desviando la mirada. No queria verlos. Esa clase de mirada que ambos desprendian dejaba en evidencia su cariño que no varió con el paso del tiempo. Jamás habia tenido siquiera la idea de que él algun dia podria llegr a tener una relación así.
El abrazo que ambos sostuvieron fue largo o para el punto de vista de Sasuke: interminable.
A las siete de la mañana llegaron a la mansión, poco antes que sus padres se levantaran a desayunar. Justo a tiempo. Las cosas se habían sosegado un poco más ahora que Itachi sabia la verdad; Sasuke durante el camino le había dicho con más detalle cómo estaban las cosas y que él mismo se encargaría de averiguar quién habían sido el causante de todo esto, pero mientras tanto quedaba buscar toda prueba que hallaran en aquella vieja mansión, lugar donde Naruto pasaría sus días mientras el conflicto se resolvía poco a poco.
Lo días habían pasado y su lazo se había vuelto duro, firme e irrompible. Su trabajo hacia aquella investigación para armar el rompecabezas no había cesado; Itachi a veces dudaba si Sasuke debía seguir con ese trabajo, incluso pensaba si lo mejor no seria dejar todo ese turbio pasado atrás y así poder comenzar de nuevo.
No fueron conscientes del pasar de los dias, simplemente las cosas comenzaron a suceder con naturalidad
Sasuke fue a seguir con la labor del jardín, un trabajo que le llevó la mayor parte de la tarde, y de paso vio a Naruto que trataba de seguir recordando al ver fotos y papeles de la casa pero nada llegaba. Cuando Sasuke entro a verlo se lo encontró reposado en una mesa sobre papeles babeados por él.
—Te lo advertí. Si seguías sin descansar terminarías así.
—¿Eh...? ¿Quién...? —abrió un ojo con molestia y más tarde comprobó que era Sasuke. —ah, eres tú. —bostezó. —pronto lloverá, ¿No será mejor que regreses a tu casa? —se estiró.
—Olvídalo. Así estoy bien, en todo caso, saldré bajo la estrepitosa lluvia.
Naruto simplemente le sonrió.
—De acuerdo.
El rubio se estiró una vez más y nuevamente se recostó sobre la mesa.
—Deja eso y vete a la cama.
—Seguiré... un rato más. —bostezó y terminó por caer dormido otra vez.
Sasuke lo tapó con una manta que cubrió toda su espalda y hombros.
—Descansa, tonto... —le susurró acomodándole un mechón de cabello que caía sobre su rostro.
Se sentó a su lado y comprobó que podría estar en el quinto sueño, prestando atención a cada detalle de su rostro, enternecido.
—Vaya, asi que aquí estabas.
—Itachi. —Sasuke se levantó de repente.
—Sasuke... ¿está bien que hagas esto?
—Jamás me he metido cuando ustedes dos están juntos.
Itachi no pudo evitar soltar una risa un poco escandalosa para tratarse de él, burlándose de su pobre hermano.
—No voy a quitarte a tu amiguito. ¿Bien?
—Cierra la boca. En cuanto todo esto se aclare, romperé cualquier lazo con él. —se levantó y se fue de aquella habitación.
Sasuke... él te ama, ¿por qué eres tan tonto? —pensó Itachi.