Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Propósitos cumplidos por deathotel22

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

este one-shot lo escribí para finalizar en año.

Notas del capitulo:

hola aqui les traigo el unico capitulo de este fic... que lo disfrute!!!

Esa mañana del 31 de diciembre Bill despertó algo temprano, estaba un poco ansioso porque un año más estaba por acabarse y prácticamente parecía que fue ayer que apenas comenzó.

Se cambió de ropa y bajó muy animado a desayunar, seguramente su madre ya estaba preparando el desayuno y comenzando los preparativos para la ultima cena del año.

-          Hola mami- le dio un beso en la mejilla.

-          Vaya, había oído hablar de los milagros de navidad, pero a los de fin de año no los conocía- se burló de él por despertar temprano.

-          Mamá, no sé por qué siempre piensas que soy un perezoso- hizo un lindo pucherito.

-          Es la verdad, tú y tu hermano para lo único que madrugaron fue para nacer- siguió riendo.

-          “Desde las cuatro de la mañana me tuvieron en labores de parto”- recitó junto con su madre la perorata que ya se conocía de memoria- y hablando de hermanos ¿en dónde está el perezoso que se hace llamar mi gemelo?-

-          Aquí estoy garrapata- llegó Tom y le revolvió los cabellos.

-          ¡Oye!- se quejó Bill- me despeinaste-

-          Tom, deja de fastidiar a tu hermano- le advirtió su madre- y ven a darme un beso de los buenos días-     

-          Sí, mamá- dijo con desgana y fue a besarla.

-          ¿Y Gordon?- preguntó el pelinegro robándose una de las salchichas.

-          Esta afuera, preparando todo para la venta de garaje-

Todos los años el 31 de diciembre, hacían una venta de las cosas que ya no necesitaban y el dinero que recaudaban lo donaban a la caridad.

-          Que no se les olvide vaciar su cuarto de todas las cosas que ya no usan- les recordó Simone.

Cuando terminaron de desayunar cada gemelo subió a su habitación para buscar cosas que vender. Tom en general vendía la ropa que según él le quedaba pequeña, tomando en cuenta que su estilo de vestir era la de un rapero. También donaba algunas cosas inservibles que había roto por querer saber que tenían dentro.

Por el contrario Bill vendía cosas que ya no ocupaba, como libros de texto, antiguos videojuegos y consolas, rompecabezas de cuando era niño y al igual que su hermano 10 minutos mayor, ropa.

-          Veamos- el pelinegro sacó toda la ropa de su closet para separar lo que aun usaría de lo que no.

Comenzó a dividir en partes para que se le hiciera más sencillo. Inició con las camisetas, en general él usaba para disgusto de su hermano ropa muy ajustada, las camisetas no eran la excepción. Luego continuó con los pantalones y terminó con las chaquetas, también agregó ropa nueva que recibió en navidad de parte de su abuela y que estaba pasada de moda según sus gustos. Cuando terminó de sepáralo todo, guardó la ropa que conservaría en su closet. Después comenzó a revisar sus cajones, por si encontraba algún artilugio que ya no usaba, encontró un reloj despertador rojo y un lapicero de Hello Kitty que le dio uno de sus tíos en su cumpleaños creyendo que su sobrino se había cambiado de bando.

Luego de tanto rebuscar se topó con su antiguo diario, el cual no renovó porque creyó que a sus 17 años era demasiado cursi tener uno. Con nostalgia se sentó en su cama a revisar su contenido, el corazón se le llenó de alegría al ver sus letras plasmadas en todas esas hojas, dentro también encontró una hoja suelta, era una hoja decorada, de color azul cielo que contenía una lista con sus propósitos de año nuevo. 

-          Es verdad- dijo con añoranza- yo la escribí el 1 de enero, bueno veamos qué cosas sí pude cumplir-

En la lista había cosas simples que cualquier adolescente podía tener como propósito:

  • Tener por lo menos una “A” en mi boleta de calificaciones- tuve 3, así que le pondré un visto-
  • Salir a trotar con mamá todos los fines de semana- no sé en qué demonios estuve pensando cuando escribí eso, obviamente le pondré una equis-  
  • No tener ningún retraso en el colegio- eso fue imposible, equis-
  • Ir a 3 clases seguidas de deportes- eso si lo pude hacer, visto-
  • Aprender a tocar un instrumento- el idiota de Tom no me quiso enseñar a tocar guitarra, equis-
  • Subir un kilo de peso- le pondré visto, aunque es gracioso, todos quieren bajar de peso y a mí el torpe del doctor me obligó a engordar un poco, porque según él estaba en los huesos-
  • Conseguir que mi cabello crezca hasta la cintura- en eso fallé miserablemente, equis-
  • No gastar tanto dinero en ropa- equis, creo que gasté más que el año anterior-
  • Regalarle a mi hermano algo hecho por mí en nuestro cumpleaños- mmm, sí se lo di, pero a él le pareció que lo saqué del tacho de basura, bueno le pondré visto-
  • No copiar en el examen de algebra- eso no hay ni que pensarlo, equis-
  • Ganar alguna medalla en el colegio- a menos que sea la de impuntualidad, es una equis Bill-
  • Terminar de leer un libro interesante- aunque a regañadientes pero lo terminé, visto-
  • Lograr que Tom me bese- ¡Ay Bill! Sigue soñando, equis-

La lista llegaba a su fin con lo del beso, el pelinegro se recostó con la hoja pegada a su pecho. Se puso a ver el techo de su habitación suspirando y pensando en todas las cosas que no consiguió y en las otras tantas que sí pudo hacer.  Sus pensamientos fueron interrumpidos por los gritos de su madre.

-          ¡Bill!- le llamó desde el primer piso- baja las cosas que vas a vender ¡Y no te demores!-

Rezongando el pelinegro se levantó y comenzó a meter todas las cosas en unas fundas negras, luego bajó para acomodar todo en la venta de garaje.

-          A ver- se acercó su hermano- ¿Qué tontería trajiste hoy?-

-          No son tonterías, estas cosas sirven más que la basura que tú trajiste- le contradijo.

-          No seas tonto, dime ¿A quién le va a servir tu ropa? A menos que se la lleve una anoréxica, no creo que a nadie le entre-  

-          Es mucho mejor que vender la tuya, tu ropa es tan grande que se pude dividir en dos-

-          Mejor aún, así en vez de que solo una persona se vista, se benefician dos- dijo triunfante.

-          Torpe- le sacó la lengua y se fue al otro extremo.

A Tom le encantaba fastidiar a su hermano gemelo, era su pasatiempo favorito, claro que nunca haría algo que le pudiera lastimar, después de todo quería mucho a ese pequeño.

Varias horas de ir y venir se invirtieron en alistar la venta de garaje. De apoco la gente fue llegando a curiosear que había de bueno. Para sorpresa y desagrado de Tom varias prendas del pelinegro se vendieron a buen precio.

Alrededor de las 6 de la tarde la venta terminó, lo que significaba que Simone debía continuar preparando la cena de fin de año. Su esposo Gordon siempre le ayudaba, pero ese día quería que sus hijos también se inmiscuyeran en los preparativos, así que los ponía a picar o pelar ingredientes.

Mientras Tom ayudaba revolviendo todo, Gordon le pidió a Bill que lo ayudara a sacar del ático la vajilla que guardaba celosamente su esposa y que solo utilizaban en esa fecha. El pelinegro odiaba entrar ahí porque estaba lleno de polvo, pero entre pelar papas y un poco de polvo, prefería el polvo. Con cuidado sacaron una caja que estaba bien envuelta y la llevaron al garaje para que su padrastro pudiera limpiarla con un líquido especial que le dio Simone.

 

Entre tanto en la cocina, Simone dejó libre a su hijo, ya que revolvía de tan mala gana que el contenido de las ollas se salía por los bordes. Tom subió a su habitación a cambiarse de camiseta porque la tenía toda manchada. Cuando terminó fue al dormitorio de su hermano, porque pensó que lo encontraría ahí.

-          Bill- lo llamó, pero nadie contestó- sé que estas aquí, no te escondas- revisó en el closet, pero no había nadie dentro- ¿se habrá metido debajo de la cama?- se agachó, pero tampoco.

Lo que sí encontró fue un pequeño cuadernito con una pasta bastante infantil.

-          ¿Y esto?- lo tomó para ver que era- ¡Ay Bill! No sabía que tenías un diario- se burló de la inocencia de su gemelo.

Cuando quiso abrirlo para curiosear una hoja doblada de color azul cielo cayó de dentro.

-          ¿Qué será?- dijo curioso.

La abrió y se sentó en la cama para leer el contenido cómodamente. Tom se desencajaba de la risa al leer la lista que estaba marcada con equis y vistos. Cuando llegó al final de la lista, se quedó sorprendido.

-          ¿Con que mi hermanito quiere un beso?- sonrió de lado- bueno, habrá que cumplir su deseo, después de todo es fin de año y quien soy yo para negarle un deseo a un niño- fingió bondad e inocencia.

Volvió a meter la hoja en el diario y lo puso debajo de la cama para no levantar sospechas. Fue hasta su dormitorio muy campante, como si nunca se hubiera enterado de nada.  

 

Cuando la cena estuvo lista Simone los llamó para que bajaran. Ellos tenían la tradición de cenar a las 11 y luego salir al patio para comer las uvas y dar las 12 vueltas a la casa, era una cosa que su madre acostumbraba a hacer y por más que ellos no quisieran, ella los obligaba.

La comida en general estuvo deliciosa, aunque Bill pudo notar que su hermano se comportaba de una forma distinta con él, era algo tan sutil que nadie se dio cuenta, pero él tenía ese, sexto sentido que solo los gemelos tienen y a él no le podía engañar.

-          Atención- dijo Gordon golpeando suavemente su copa- hoy quiero brindar por este año que nos deja- levantó su copa y los demás lo siguieron- A pesar de que nos pareció muy corto, fue un año lleno de bendiciones para todos. Brindo por el nuevo año que llegará, por la salud de esta familia, por la unión y la prosperidad. Porque en este año aprendamos a ser mejores personas, mejores hijos, madres, padres y esposos, porque Dios nos dé la sabiduría de madurar y no guardar rencor, pero sobre todo, porque nunca nos dejemos de amar. Salud-

-          ¡Salud!- dijeron los tres al unísono.

Cada uno empezó a chocar sus copas con los demás, pero cuando Bill chocó con la de su hermano, pasó algo extraño que solo él pudo percatarse: Tom le sonrió de una manera que nunca lo había hecho. Un calor muy agradable se sembró en su vientre.  

Concluida la cena, salieron para hacer la cuenta regresiva, comer las uvas y dar las 12 vueltas.

Faltando 10 minutos para que se acabe el año, Simone mandó a sus hijos por los cuencos con las uvas. Tom iba a aprovechar esa oportunidad.

-          Bill, ven- lo jaló hasta la cocina.

-          ¿Qué quieres? Las uvas están en la sala- no entendía para que lo llevaba ahí.

-          Shhh, calla, ya sé que están en la sala-

-          Entonces, ¿para qué me traes aquí?-

Tom lo empujó contra la pared y le dio un beso en la boca a su gemelo que lo dejó sin aire.

-          Ahora- le susurró muy pegado a sus labios- ya puedes marcarlo como un propósito cumplido-

Volvió a besarlo, pero esta vez fue más corto, después salió corriendo a la sala cargando los cuencos con las uvas. Unos minutos después salió Bill un tanto desencajado, seguía sin digerir los dos besos que le dio su hermano, pero más extraño que eso, no entendía como supo que quería un beso de él.

La cuenta regresiva comenzó y cada uno tomó su cuenco con uvas y se las comía lo más rápido posible recitando mentalmente sus deseos.

La hora cero llegó y varios fuegos pirotécnicos dieron su despliegue en el cielo acompañados de los calurosos abrazos y buenos deseos. Cuando Bill fue abrazado por Tom, este le susurró muy cerca al oído- es bueno empezar el año abrazando a quien más quieres-.

Simone los llevó jalando para dar las 12 vueltas a la casa. Tom terminó primero burlándose del resto aduciendo que tenían el estado físico de un anciano.    

Después de quedarse un rato a contemplar los fuegos artificiales, todos entraron a la casa dispuestos a dormir, ya que por lo menos para Gordon y Simone fue un día muy ajetreado.

Sin embargo Bill, después de ponerse el pijama no podía dormir, daba vueltas con muchas dudas en la cabeza. Se levantó y fue directo al dormitorio de su hermano para que le explicara varias cosas.            

-          Tom…hola- entro despacio.

-          Hola enano- dijo contento, acomodándose las rastas en un moño.

-          No me digas enano- frunció el ceño- soy más alto que tú- le recordó.

-          Bueno…- rodó los ojos- hola Bill ¿Qué necesitas?...espera no me digas- no lo dejó hablar- tienes miedo y quieres dormir conmigo-

-          No torpe, no es eso- le sacó la lengua por tratarlo como a un niño de 5 años- ¿quiero saber algo?-

-          ¿Qué cosa?- se metió dentro de las cobijas y le hizo una señal a su hermano para que se acercara.

-          ¿Por qué me besaste?- fue directo al grano.

-          ¿Acaso no era lo que querías?- se encogió de hombros.

-          ¡Claro que no!- no le iba a dar la razón tan pronto, primero necesitaba saber el por qué.

-          Bueno, a mí un pajarito me dijo que sí- le contradijo.

-          ¿Qué pajarito?- abrió los ojos como platos- te atreviste a rebuscar entre mis cosas- le apuntó con el dedo acusándolo.

-          No, Bill- le bajó la mano para que no lo apuntara más- admito que sí leí esa lista tuya, pero fue sin querer- empezó a explicarse- fui a buscarte a tu cuarto y encontré tu diario tirado, luego se cayó esa hoja celeste, pero te juro que no leí nada de tu diario- se puso la mano en el pecho.  

-          No tenías, por qué leerlo- dijo aun disgustado y avergonzado a la vez.

-          Pero, te ayudé a cumplir uno de tus objetivos ¿no?, deberías darme las gracias-

-          Eres un tonto, tú no entiendes nada- se cruzó de brazos.

-          Entiendo que querías un beso mío y ya te lo di, no se cuál es el problema-

-          Olvídalo- dijo deprimido- no tiene caso- se levantó para salir de la habitación, pero su hermano lo detuvo sujetándolo del brazo.

-          Espera…no creas que soy tan tonto- le acarició la mejilla- tú querías que el beso fuera especial ¿verdad?-    

Bill agachó la cabeza rojo como tomate, a él le encantaron ambos besos, pero era obvio que su hermano lo había hecho solo para fastidiarlo.       

-          Bill, contéstame-

-          No, tú contéstame a mi primero ¿Por qué me besaste? Y no me digas que fue porque lo leíste, bien podías no hacerlo- habló demandante.

-          Porque quise- dijo simple- porque…empecé a sentir algo raro, diferente para ser exactos- comenzó a explicar- yo creía que era…el típico cariño de hermanos, ya sabes…por estar siempre juntos, por ser gemelos…y esa cosas, pero después del beso- lo miró directamente a los ojos- entendí que era diferente, que me gustas-

-          Tom…- dijo azorado- te das cuenta de lo que dices-

-          Sí…- se acercó hasta su hermano- y no me importa, digo…porque un par de gemelos se quiera de forma diferente el mundo no se va a acabar-    

-          ¿En verdad me quieres?- preguntó con un hilo de voz.

-          Por su puesto- se acercó peligrosamente a los labios del pelinegro- sé que fui muy tosco besándote, pero no sabía cómo más hacerlo- sus labios se rosaban al hablar.

-          Yo…- Bill no sabía si creerle o no- yo…tengo que pensarlo-

Se separó de Tom y caminó hasta la puerta, necesitaba aclarar su mente, las cosas pasaron tan rápido que su pobre cerebro aun no asimilaba ni la mitad.

Cuando iba a tomar la perilla de la puerta, esta se cerró por completo. Tom estaba detrás, acorralándolo entre la puerta y él. Bill se giró para saber que quería pero no pudo pronunciar ni una palabra. Su hermano volvía a besarle, pero esta vez era más tierno, más lento. Se dieron el tiempo de recorrer la boca del contrario sin apuros, sus lenguas se encontraron juguetonas y Tom no pudo evitar darle un pequeño mordisco en el labio.

-          Creo que ya lo pensaste demasiado- dijo recuperando el aliento.

Bill sonrió rojo como un tomate, había olvidado lo impaciente que era su hermano. Se apoyó en el pecho de Tom y este acarició su espalda tiernamente.

-          ¿Te quieres quedar a dormir?- preguntó en un susurro.

El pelinegro solo atinó a asentir, las mariposas que flotaban en su estómago no le dejaban hablar. Tom lo levantó entre sus brazos y lo llevó cargando hasta su cama.

-          ¿Por qué me cargas?-

-          Porque pesas como una pluma-

-          No seas torpe- le dio un golpe en el brazo- por si no lo sabias engorde un poco-

-          Bill, un kilo no es la gran cosa- había leído eso en la lista.

Lo depositó en su cama con cuidado y luego él también se recostó.

-          Te quiero…mucho- dijo Tom abrazando a su gemelo.

-          Yo también te quiero- se acomodó en su pecho.

-          Estaba pensado, que deberíamos escribir una lista de propósitos los dos juntos-

-          Sería divertido- acarició su pecho- me muero por escribir una nueva-

Al poco rato Bill se quedó profundamente dormido. Tom se acomodó mejor y antes de caer en los brazos de Morfeo, pensó que ya podía ponerle un visto al propósito de su lista que decía- Besar a Bill-

 

~Fin~     

Notas finales:

hola, quiero desearle a todos un año lleno de bendiciones y exitos....les mando muchos besos, los primeros del 2016!!! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).