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No lucky? por devilasleep11

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Notas del capitulo:

HOLOOOOOO!!!!

Dios... estoy molidísima, quiero solo tirarme a mi cama y morir xD

Es pero que ustedes estén mucho mejor que yo C: que entre el trabajo y mis toterías ni siquiera me acordaba de qué capítulo debía subir xD

En fin espero que este cap les guste xD 

Link sensualón, unanse y llenemos el mundo de KidLaw plsxD----> El segundo círculo del infierno de Devil

Ya basta de mi estupides xD

¡QUE VENGA EL CAPÍTULO!

::| Capítulo 4: "Ojalá"

Un corazón llegó de algún rincón, fijando un día cualquiera como punto de inflexión. Un corazón en forma de canción, diagnóstico perfecto para hablar de una emoción. Un corazón que saborea la amargura de volar por las alturas y que aguanta la presión. Un corazón que haga olvidar al oxidado, viejo, ciego y mutilado, al anterior corazón.

Autotransplante de corazón, Antílopez

 I.- Entrando en un mundo extraño.

-          ¿Kid?

¿Dónde estaba?

No tenía ni la más mínima idea.

¿Aquella voz de fondo era la de pelirrojo?

Fuese quien fuese sonaba bastante a él.

-          Trafalgar… - Susurró una voz en su oído. No podía abrir los ojos pero sentía el cuerpo arder.- Trafalgar…

-          ¿Quién eres?

La oscuridad, la soledad, el desamparo, la cobardía de no querer mirar quien era quien le hablaba, aunque su voz le sonaba tan conocida, tan excitante y tan misteriosa.

-          Trafalgar…

-          ¿Qué? ¿Qué quieres de mí?

-          Dejar de pensarte…

Ardía, ardía como el infierno y dolía respirar, pero era un dolor tan placentero. Sintió como la piel comenzaba a picar, a codiciar, sintió el ligero toque de unas mano pasearse por todo su cuerpo, lenta y concisamente. Era una deliciosa tortura.

-          Sal de mi mente trafalgar…

Definitivamente era su voz, lo era, pero era la primera vez que escuchaba ese susurro exquisito, incitándole a un deseo que no podía explicar de todo.

-          ¡Solo olvídame y déjame en paz!

-          ¡No!

Estaba comenzando a perder la paciencia.

-          ¿Eh?

-          No puedo…

-          ¿No puedes qué?

-          No te olvidaré – se quedaron callados por un momento, aquellas manos imaginarias siguieron su procesión por su anatomía cada vez más anhelante -… Debería decir que sí... pero lo siento no puedo…

Dichas esas palabras por fin Trafalgar abrió los ojos y antes de encontrarse en su habitación completamente agitado, vio por fin a quien le susurraba y hacía que en toda su piel los poros se convirtieran en espinas; nada más ni nada menos que el pelirrojo Eustass Kid.

El muchacho de ojos ámbar se encontraba sobre su cuerpo, toda su carne cubierta de aquel manto pálido emanaba ese extraño calor que le dejaba al borde del mareo. Aquellas pupilas inmersas en la más pecaminosa lujuria comían de su alma sin compasión alguna.

Tenía esos labios tan cerca, tan codiciables tan malditamente apetitosos; el impulso de devorarlos le secó la garganta y se le llenó la boca de saliva.

Se veía perfecto, más excitante que cualquier modelo desnuda, más codiciable que cualquier mujer, era perfecto, como si su cuerpo estuviese diseñado para que los luceros de plata del moreno lo surcara, para que éstos crearan cada delicioso relieve y excavaran en cada exquisita hendidura. Era increíblemente perfecto y se ofrecía a él como banquete gratis.

Trató de tocarle, pero aquel fantasma tomó su mano y la apartó, ese toque le calcinó hasta el antebrazo. Pronto supo que no podría escapar de las garras del muchacho encima suyo, no era el pelirrojo quien estaba a su merced si no que todo lo contrario.

El chico pronunció ciertas palabras pero Law solo pudo ver aquellos labios moverse y mil imágenes eróticas del pelirrojo llenaron su mente, le paralizaron, Kid en cada una de las parecía que se derretía de placer, las mejillas sonrojadas, los gemidos ásperos y gruesos pidiendo más, ese cuerpo contorsionándose  para obtener el ángulo correcto de satisfacción. Tan erótico que la sangre de Trafalgar recorrió su cuerpo para llenar aquel endurecimiento en su entrepierna que se frotó contra la piel expuesta de fantasma pelirrojo. Acto seguido despertó.

El ruido de su celular inundaba el lugar con su terrible sonido matutino, aquella melodía que en su momento le encantaba pero ahora no podía escucharla sin que le diez dolor de cabeza. Alargó la mano y la apagó, se sentó en la cama tapándose el rostro con su otra mano, rogando que lo que sentía allí en sus pantalones no fuese lo que creía y sabía que era.

¿Qué acaso tenía 14 años?

Aunque le urgía, no se tocó en lo más mínimo, si lo hubiese hecho era consciente de que terminaría recordando aquellos ojos, aquella piel, aquellas imágenes que lo torturarían hasta que se hartarse, y nadie podía hartarse de algo así. Simplemente dejó que el tiempo y una ducha fría aplacaran su entrepierna.

Ya esto sobrepasaba los límites de su mala suerte, esto era una jugarreta de su mente, era porque el pelirrojo le había besado de aquella forma; lo recordaba y sentía que le volvía el frío a quemarle la mejilla.

Ya habían pasado sus días y no podía negar que cada vez que el pelirrojo se le acercaba de manera casual y le saludaba algo dentro de él ardía. No entendía por qué.

Y he aquí que la gente siempre dice “es que no se ha dado  cuenta que le gusta el pelirrojo”, pero no era de esa manera, Eustass Kid no le gustaba, principalmente porque no  conocía. Pero no iba a mentirse, el muchacho pelirrojo le atraía.

No era para nada el tipo de persona que le gustaba, pero le atraía de una forma incomprensible, algo había en esa carne blanquecina, en ese cabello, en esa forma de hablar y en ese exquisito mar ambarino de su iris que le encantaba hasta el punto de soñar y ponerse así de duro.

¿Ahora cómo podría saludar fríamente al pelirrojo cuando vagara por los pasillos de la escuela?

Se dio una ducha fría y después de arreglarse y desayunar salió de casa pensando en que inventaría algo en el momento, no se calentaría la cabeza pensando tonterías, además no era como si fuese a encontrarlo así porque si en la escuela.

Por lo menos eso era lo que pensaba…

Llevó cucharadas de arroz a su boca mientras una atenta mirada no se perdía ni un solo instante, absorbiendo su imagen y grabándola en su memoria.

-          Eustass-ya ¿Podrías dejar de mirarme mientras como?

Si, así era. Eustass Kid se las había arreglado para encontrarle y hacer comer junto  él. Por un momento pensó que moriría de vergüenza y trató de hacer que se fuese como diese lugar, pro con aquel obstinado era imposible.

Kid tomaba una caja de jugo mientras observaba cómo Law se alimentaba. No faltaban las miradas de reproche de los demás cuando pasaban por su lado, pero Trafalgar pasaba completamente de ellas, lo que le molestaba era la presencia del pelirrojo, quien al parecer no se percataba de lo que provocaba en el cuerpo del moreno de ojos de luna con solo juguetear con la bombillita de la caja, atrapándola entre sus fino labios, mordiéndola, succionando…

¡Debía dejar de pensar!

¿Cómo las cosas se habían vuelto de esa manera?

Hace unas semanas ni pensaba en quién era Eustass Kid su presencia no le interesaba en lo más mínimo. Pero ahora… ¿Por qué era tan diferente?

¿Por los beso? ¿Por las palabras pronunciadas por él? ¿Por sus estúpidas y obstinadas acciones? ¿Qué era?

-          ¿Qué?, ¿acaso te incomodo? – inclinó la cabeza ligeramente hacia un lado, aquella sonrisa picarona hizo que el calor que ya sentía por dentro se intensificara.

Law no contestó sino que desvió la mirada. El pelirrojo le vio ligeramente sonrojado y creyó que el corazón le saldría caminando por la boca.

Desde el día de la cita que venía sintiendo ese vendaval de sentimientos tan incontrolable por el moreno que sentía que se desvanecía a cada gesto del chico a cada momento en que conocía por arte del destino un nuevo dato del chico que estaba sentado frente suyo.

-          Tra…

-          ¡KID!

No fue ni necesario que se diese la vuelta para saber quién era el que le llamaba, quiso matarle en ese momento.

De pronto todo a su alrededor se hizo extremadamente ruidoso y un remolino de risas y de comida esparcida formó una pared entre Law y Kid, pared que si no la derribaba uno lo haría el otro.

-          ¡Qué extraño encontrarte por estas horas aquí, Kid! – La amistosa sonrisa del hermano mayor de los D le produjo un vértigo en la boca del estómago.

Portgas D. Ace era un sujeto extraño, le gustaban los atardeceres y ver el fuego consumir fogatas, amaba la comida tanto como su hermano menor y odiaba eternamente la narcolepsia que padecía, razón por la cual no podía comprarse la motocicleta de sus sueños.

Ace era el tipo de chico que a Kid le gustaba, esa sonrisita boba y tierna siempre le ganaban la partida, sin  embargo nunca en su vida había siquiera pensado en meterse con él, después de todo aquel corazón fogoso estaba ocupado de antes que se conociesen.

-          Por lo general andas con los chicos… - Observó el hermano menor de los hermanos pelinegros; Monkey D Luffy, un sujeto simple que adoraba la carne, hacía o que fue por sus amigos y perdía la calma en las peleas con bastante facilidad al punto de dejar casi inconsciente a quien ha ofendido a alguien o algo preciado para él.- ¡Oh pero estas con él! ¿Cómo te llamas? Yo soy Luffy y este es mi hermano Ace.

Luffy apuntó a Trafalgar como si fuese lo más normal del mundo y mientras comía la descomunal cantidad de alimentos que se habían traído. Trafalgar se sintió extraño, así invadido por aquella pregunta.

-          Trafalgar… Law… - suspiró el moreno mientras se disponía a dar por terminada su comida y marcharse.

-          Trua… Tar… Tora… ¡TORAO! – exclamó al fin Luffy mientras le regalaba una dulce sonrisa.

-          Es Trafalgar… - ¿Qué clase de nombre estúpido le había puesto? Aunque eso no importase Law se quedó de todas formas sentado en la mesa.

-          Pero es muy complicado.- El chico pelinegro infló las mejillas mientras fruncía el ceño – Además Torao te queda…

Trafalgar conocía a los muchachos sentados a su lado por los múltiples rumores sobre ellos, cada cual más tenebroso y macabro que el anterior, que eran miembros de una banda criminal, que son una bestias sedientas de sangre y sin sentido de misericordia, etc., etc. Aunque cualquiera que les viera aunque fuese por un par de segundos se daría cuenta que esos rumores eran falsos.

-          No sabía que Torao y Kid se llevasen bien… - Comentó, inclinando la cabeza hacia un lado, hasta ese momento había escuchado rumores de que ellos de verdad tenía una especie de misteriosa relación. Ace también se percató de ese detallito y no desperdiciaría la oportunidad.

-          Eh picarón - la sonrisa de sol que traía Ace en la cara pronto se transformó en una mirada morbosamente cómplice -… así que querías tiempo a solas con tu nuevo novio ¿No?

-          ¿¡TORAO Y KID SON NOVIOS!? – El grito de Luffy llamó la atención de demasiadas personas.

-          ¿¡NO SOMOS NOVIOS!?  - Eso le sonó a dejavú por alguna extraña razón. Tanto Kid como Law gritaron al unísono, dejando perplejo al pecoso al lado del pelirrojo.

-          ¿A no?

-          No… - Kid estaba tan irritado, primero porque le estaban quitando tiempo a solas con aquellos ojos fríos y segundo porque Trafalgar había negado de forma tan energética cualquier cosa que lo relacionase. Algo en su pecho allí junto a la rabia comenzó a doler como una herida.

-          ¿Pero que no tienen  tiernas citas y cosas por el estilo?

-          No es nada como eso…

De nuevo la lengua afilada y malvada de Trafalgar abrió una herida allí junto a la rabia. Kid, quien se había divertido tanto en aquella cita, que llevaba un yeso en su mano izquierda inmovilizándole el dedo meñique, sintió que explotaría.

Aunque no llevaban tanto tiempo siendo amigos Ace podía distinguir las miradas de Kid y la que estaba poniendo en ese mismísimo momento nunca la había visto. Era como si en el fondo de su pupila lloviese, como si le estuviera quebrando por dentro pero por supuesto no se mostraría así ante nadie.

Decidió que era mejor no seguir metiendo el dedo a la herida así que cambió el tema de conversación radicalmente, obviamente el moreno sospechó pero no podía hacer nada más.

Para mala o buena suerte de Kid, Trafalgar se había quedado allí, tal vez más la primera que la segunda. Aun así pudo verle sonreír o por lo menos pudo ver ese intento maldito de sonrisa en el rostro del moreno.

II.- Personas problemáticas.

 

Ya los dos pelinegros había terminado de almorzar y se disponían por n a marcarse, aunque Kid también pensaba hacerlo, estar ahí con Trafalgar tal vez le produjese más dolor del que estaba dispuesto a soportar.

¿Qué debía hacer?

Lo cierto es que Law le traía vuelto loco, quería pasar tiempo con él, conocerle mejor, quería acurrucarse a su lado, quería sonreír como idiota cada vez que se pareciese divertir, justo como lo hacía en esos momentos conversando con Ace y Luffy.

Luffy era dos año menor que ellos y tenía bastantes amigos, era extraño que ellos no anduviesen rondándole; Kid sabía que de un momento a otro podrían quedar rodeados de personas y por lo que se estaba empezando a dar cuenta al chico que robaba sus cursis suspiros no le gustaba el gentío. Es por ello que cuando llegaron al fondo del colegio en aquel rinconcito en donde siempre se reunían Trafalgar dio un paso hacia atrás esperando poder irse,

No se había dado cuenta de que tan enfrascado corrigiendo y hablando de cualquier tontería cuando ya se encontraba rodeado de gente desconocida.

Solo bastó un paso, un mísero paso para chocar contra una especie de muralla. En un comienzo creo que había sido el pelirrojo  se sonrojó ligeramente pero cuando se dio la vuelta y vio a un enorme idiota, para nada atractivo, con una cara macabra y unos opacos ojos; se le fue el mundo al carajo.

-          Hey puto…Ten cuidado por donde caminas – la voz del tipo era gruesa y sonaba tan estúpida como si ceceara.

Trafalgar iba a reclamar cuando el chico le empujó bruscamente, tanto así que casi lo bota d un zarpazo. Todo el mundo se quedó callado de pronto.

El tipo que estaba allí parado no era nada ni más ni nada menos que el jefe de la pandilla callejera de la escuela, Kid lo recordó vagamente pero más recordaba a idiota que decía ser su subordinado mientras le daban la golpiza de su vida. Después de todo se había propasado con Nami una de las chicas de su grupo de amigos, y cuando Sanji fue y lo increpó se armó la pelea.

Kid se adelantó y fue hasta donde estaba el moreno. Por un segundo lo dudó pero luego estaba mirando si estaba bien.

-          Hey Kid… Dile a tu puta no se me cruce… Mierda de solo verlos me da asco ¿Saben? ¿Quién diría que te convertirías en un puto maricón?

No fue Kid quien calló las palabras que salían de esa boca con un puñetazo que lo mandó a volar, si no que fue nada más ni nada menos que el delgaducho y aparentemente inútil Trafalgar Law. Se había abalanzado contra el tipo con un gancho tan poderoso como el de cualquiera de los que estaban allí presentes. Tanto Ace como Luffy quedaron maravillados, los demás también por mucho que nunca habían hablado con Trafalgar, lo conocían por una persona bastante pacífica, nunca esperaron que podría levantar de esa forma su puño y estamparlo con tal gracia contra el rostro de un maldito inútil.

-          No me digas puta…

Esa mirada fría congeló el corazón del pelirrojo por uno segundos para que luego lo temblores de su corazón rompieran el hielo y lo reemplazaran con lava, ésta recorrió su cuerpo y se lamió los labios. Su corazón fue birlado por completo en ese instante.

Fue así como comenzó la trifulca.

Los tipos que venían detrás del sujeto se fueron contra ellos sin dudarlo. Law sintió la adrenalina subir a su cabeza, nunca antes había estado en una pelea de tal magnitud, todos los amigos de los hermanos D se pararon a ayudar, o mejor dicho casi todos, eran bastantes lo que estaban encantados por aquella supuesta masculinidad que manaba el tipejo a quien había aventado a suelo.

Sin embargo fue Kid quien tomó su venganza contra el tipo, le tenía como saco de boxeo a la vez que entre patadas y puñetazos Trafalgar había alcanzado a divisar aquella plena roja bambolear con gracia entre y dejar casi muerto al tipo que se había atrevido a insultar a Trafalgar.

¿Puta? Como se había osaba a llamar al chico de ojos plata de esa manera ¿¡Cómo!? Trafalgar era la única persona que conocía  a la que no se le derretía a ropa interior cada vez que se atracaba, era el único que no parecía en celo cuando se le insinuaba, Trafalgar simplemente desviaba la mirada y se sonrojaba ligeramente, con ese gesto enfadado que le quedaba tan tierno.

Hasta ese momento había pensado que su mala suerte estaba a tope aquel día tal vez, pero la visión de aquel cuerpo tan perfectamente moldeado del pelirrojo contorsionándose metra lucha era tan deliciosa que le paralizó por unos instantes, esa sonrisa algo macabra que tenía le elevó la temperatura. Eustass Kid era una bestia que parecía indomable, ¿quién diría que podía sonrojarse?, ¿quién diría que a pesar de yeso en su mano seguía luchando como si nada?, ¿acaso era solo él quien le había visto de hecho un lío?

Esa simple idea fue suficiente como para disparar toda su testosterona y volverse loco.

El cirujano de la muerte estaba en pleno plan de asesinato cuando llegó el director del colegio, quien es frenó de un modo para nada convencional. Cada uno recibió un fuerte golpe en la cabeza.

-          ¡Ya basta, mocoso!

El trance en que todos se encontraban despareció de un segundo a otro. Allí se encontraba el viejo Garp.

-          ¡Porque nos golpeas, maldito viejo! – Gritó Ace mientras se sobaba la cabeza al parecer también había tirado a varios de los idiotas que se atrevieron a luchar contra ellos.  Sin embargo aquella frase no hizo más que hacer que se ganase otro golpe igual de fuerte.

-          ¡Ten cuidado con cómo me hablas en la escuela!

-          ¡Pero ellos fueron los que empezaron, abuelo! ¡Molestaron a Torao!

Trafalgar levantó su cabeza aún adolorida por el golpe para ver a los tres pelear como niños, si sabía que había un rumor de que ello eran nietos de Garp pero nunca lo confirmó hasta ese momento.

En cierta forma que Luffy dijese eso le conmovió ligeramente. Soltó una ligera sonrisa que supo disimular bastante bien pero que no pasó desapercibida por el pelirrojo.

Trafalgar Law no era lindo ni delicado ni su sonrisa era un sol que podía iluminar mejor que el astro rey en medio de un cielo surcado de cutres nubes.  No era una sonrisa radiante pero para el pelirrojo fue la más bonita que en años hubiese visto.

¿Qué clase de embrujo era ese?

III.- ¿Puedo o no puedo?

 

-          ¡No me importa quién fue el culpable! ¿Acaso no vieron cómo quedaron esos chicos? – Garp retaba a los hermanos D como una madre criticona mientras se paseaba por el despacho ordenado de la dirección. Había un paquete de galletas a medio comer sobre la mesa.

Ace iba reclamar nuevamente pero Kid le puso la mano sobre el hombro, si bien era cierto que el director Garp en ese momento podría no parecer tan enfadado era solo cuestión de que el pecoso abriese la boca como para que sobre todos cayesen las penas del infierno.

Los demás chicos ya habían conversado y recibido sus castigos, habían dejado a los verdaderos culpables para el final.

-          De todos modos… Trafalgar Law – Llamó mientras se sentaba en su escritorio y miraba al chico que no parecía ni en lo más mínimo asustado -… Dijeron que fuiste tú quien comenzó la pelea ¿Me equivoco?

-          ¡Pero no fue su culpa, esos tipos…!

-          Si…

Law interrumpió la queja del pelinegro menor, sus frías orbes provocaron un escalofrío en la espalda del director, aquella mirado no era normal, era peligrosa, el muchacho era peligroso, como el tipo pelirrojo que tenía a su lado, ese que se sentaba muy a sus anchas como si en realidad estuviese allí para recibir alguna especie de galardón.

¿Por qué debían existir ese tipo de problemas en el mundo? La sinceridad y la franqueza eran un problema, pero no podía negar que le encantaban las personas que eran de esa manera.

-          Bien... sé que no fue solo tu culpa así que tu castigo será el mismo que para los demás. Están suspendidos chicos… Tres días, sí, tres días.

Trafalgar Law enarcó una ceja pensando que en verdad le caería el cielo encima pero en vez de eso simplemente les habían prohibido ir a la escuela por tres días. Obviamente llamarían a casa y conociendo a Doflamingo no haría nada más que cotillear sobre cómo había sido la pelea y a cuantos les había partido la cara. Quien le preocupaba era mamá Crocodile, de seguro que le daría el resto de su vida, con ese sonsonete de profesor malhumorado que no aguantaba.

Por su parte Kid no parecía perturbado en lo más mínimo cosa que llamó su atención. Ese desconocimiento completo que tenía de aquel chico le angustiaba demasiado, como si algo dentro de sí gritase “¡quiero saber de ti!”.

Entonces luego de escuchar las quejas de Ace y Luffy despidió  los chicos de su despacho diciendo que el castigo empezaba en ese mismo momento que podían irse a casa o tal vez a algún hospital que aunque no se veían heridos nunca estaba de más ser precavidos.

Afuera los amigos de Luffy les esperaban, estos se presentaron a Trafalgar como Sanji, un rubio de cejas extrañísimas; Zoro, un tipo de cabello verde; Chopper, un pequeño y tierno muchachito; y Franky que si pensaba que Kid era un maldito armario ese tipo se la ganaba con creces, llevaba puesto un bañador… no hizo más comentarios en su cabeza sobre eso.

Les comunicaron su castigo y más de uno encontró que era poco comparado con lo que podía hacer Garp. A ellos solo les habían citado al apoderado.

Así había terminado un día bastante interesante.

Law decidió ir a la sala de clases a buscar sus cosas cuando sintió que una voz le llamaba. En el fondo del pasillo se encontraba el pelirrojo ya con sus cosas en las manos. En esos instantes Trafalgar se dio cuenta que ni siquiera extrañaba la soledad que decía apreciar cuando se sentaba a leer y escuchar música, si eso era reemplazado con toda la algarabía que el pelirrojo traía a su vida podía hacer un cambio, tal vez.

Kid le dijo que le esperaría mientras entraba a la sala.

“¿De qué sirve si vives hacia el otro lado…?”, se encontró pensando mientras golpeaba a la puerta y la profesora de historia le abría. Apretó la mandíbula con fuerza, no debía comenzar a pensar en esas cosas.

No era la primera vez que veía tan desordenado a Trafalgar Law pero era la primera vez que le veía así por haberse peleado, aunque siendo bien sincera estaba orgullosa de que los muchachos le hubiesen por in enseñado quien anda a esos mocosos que se creían los reyes de la escuela.

A penas pasó dentro del salón los cuchicheos comenzaron, más de alguien fue testigo de la pelea. El moreno se sintió centro de atención y hasta halagado, no importaba si lo que decían de él era bueno o malo, por lo menos sabían de lo que era capaz ya nadie más se le acercaría, eso era bueno.

Cuando trató de sacar la mochila los cuadernos se le cayeron porque el cierre estaba abierto, tuvo que recogerlos todos, incluyendo una que otra guía. Aun así salió del salón con una sonrisa retorcida y victoriosa.

Afuera el pelirrojo se apoyaba en la barandilla mientras miraba hacia el primer piso, el mundo pareció detenerse por un segundo y luego giró de forma exagerada, mareándole. El pelirrojo le daba la espalda y por primera vez se dio cuenta de aquel increíble trase…

-          ¿Nos vamos? – La voz de Kid le perturbó. El moreno desvió la mirada con la cara un poco caliente y asintió.

Si volvía tener sueños extraños de seguro que aquella parte baja de la parte posterior de su cuerpo saldría enmarcada. Law se relamió los labios mientras detrás escuchaba los pasos de Kid, esos pasos eran pausados, como quien da zancadas.

Se sintió raro, era una rara incomodidad que le erizaba los vellos del cuerpo, era como si alguna vehemente necesidad tratase de salir por cualquier lugar, tratase de apoderarse de su alma. No sabía que debía hacer ni qué debía decir, detrás el pelirrojo estaba tan callado que le ponía aún más nervioso, solo pedía alguna pista o algo parecido.

Al final llegaron hasta la puerta de colegio en donde por fin tuvieron la oportunidad de mirarse a los ojos, aquellos bestiales ojos, aquella pupila enclaustrada en un maizal abundante.

Tal vez era el único que alguna vez había visto aquella mirada, aquella aura resplandecer y envolverle con su delicioso calor, tal vez era el único que sabía que encendía el corazón de aquella bestia. Tal vez lo era, la verdad es que deseó con toda su alma serlo, ser el dueño de esa mirada, el artífice de ese ligero temblor en las manos del pelirrojo.

Si aquello era lo único que conocía de Eustass Kid entonces no estaba tan mal.

-          Bueno… adiós… - no quería despedirse, definitivamente no quería despedirse, pero era necesaria la separación para poder aclarar su cabeza.

Se dio la vuelta sin embargo la mano no enyesada de pelirrojo atrapó su antebrazo. Law le miró sin comprender qué ocurría, el pelirrojo pareció sorprendido por su propio acto y a la vez se hizo notorio su ansiedad cuando los colores se le subieron a la cara.

Eustass Kid sintió que su cabeza se sumergía en agua sin embargo su respiración era más acertada de lo normal. Siempre actuaba por instinto y aquel agarre no era la excepción, soltó el antebrazo del chico y desvió la mirada hacia un lado ¿Qué quería? ¿Qué esperaba? ¿Qué era aquello que hacía que todo diera vueltas? A Law se le hizo encendidamente tierno aquel gesto, ojala nadie más hubiese sido el que lo hubiese visto, solo debía ser un secreto de su alma y sus ojos.

-          Trafalgar - la voz grave del chico se derritió en su oído, no se trabó con las palabras pero si sonaba un poco temblorosa, además de que era su nombre al que llamaba -… ¿Saldrías conmigo de nuevo?

Eso último lo dijo mirándole directamente, sin dudas pero inmerso en el mar de una tierna vergüenza, ¿Quién en su sano juicio rechazaría algo así?

Law sintió que la mejilla que fue besada hace tantos días se congelaba aún más que las veces anteriores que lo había hecho cuando se acordaba de aquella tenue estrella fugaz. Lo labios que le habían marcado ahora estaban un poco resecos y parecía que se pondrían a temblar como hojas mecidas por el impetuoso viento. Law sintió su corazón oscilar y dar un brinco, fue como un tremolar para las cuerdas de su alma. Una brisa los atravesó y Trafalgar por fin despabiló.

Sonrió, no fue la torcedura de su boca tan típica. Fue una lluvia de belleza desprendida desde esa sonrisa, algo ingenua y a la vez coqueta, como una invitación a devorarla, como un juego entre lo prohibido y la casualidad. Antes de que las palabras quedasen atrapadas allí debajo del paladar y se arrepintiera  la lengua de Trafalgar se movió.

-          Tal vez… ¿Quién sabe?

La mirada algo  picarona del moreno le dejó sin aire. Entonces Law aprovechó de arrancar en ese momento, dejando un Eustass Kid estaqueado en la salida de la escuela.

Dejó la de su alma entreabierta, ahora era decisión de Eustass Kid si se atrevía a entrar.

Ojala entrase.

Notas finales:

AAAAAAAAAYYYY KIDCITOOOOOO!!!!!!

¿He dicho ya que amo a ese hombre con todo mi corazón aunque me salga mega cursi?

Es que dios mioo, Law anda y cómeto de pies a cabeza :V

Bueno si no hubiese drama no sería historia xD así que tendremos que soportar sus baboserías xD

Que si fuera yo ya me habría tirado a los brazos de mi pelirrojo besho *0* xD a pesar de quedar como una lanzada suripanta jajajajaja xD (Más de alguien sabe que en realidad lo soy ajjaja xD)

¡¡¡BUENO, BUENO!!!

Gracias a kilik por tirarse los pelos y editarme jaja xD

ESPERO QUE LES HAY GUSTADO LEERLO TANTO COMO A MI ESCRIBIRLO :3

ESPERO SUS REVIEWS!!!!!!!


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