Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Espejos Rotos por Shisunari

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Hola!
Es una One-Shot algo aungustioso, pero espero que les guste. Ni siquiera yo sé de dónde salió esta idea. xD 

Visto desde otra perspectiva la que estaba ante mis ojos podría ser una escena digna de esas películas románticas que le gustan tanto a la gente. Sentados bajo los árboles que ya estaban vestidos de tonos amarillos y rojos por el otoño, abrazados, sonriendo, besos y sonrojos ocasionales por parte de los dos. Cualquier persona que pasara y los viera sentiría la fugaz sensación de felicidad que produce ver un acto de amor. Pero yo lo único que podía sentir eran nauseas, desagrado, enojo y sabía que pronto vendría el dolor.

¿Tres años fue demasiado para ti? Porque yo sigo sintiendo lo mismo que le primer día. ¿Así de insignificante y débil era el amor que decías tener? ¿Así es como le pagas a alguien que todo lo que ha hecho lo ha hecho por ti?

¿Recuerdas todas esas promesas que hicimos? ¿Algo de todo lo que dijiste fue verdad?
Dijimos, planeamos y prometimos cosas que para alguien como yo a quién no le queda nada significaban todo. Pero aquí estoy ahora, sintiendo como los pedazos de alma que me quedaban se desvanecen y duele, maldita sea, duele cuando creí que no era posible sentir más dolor.

Ahí estas tú, sonriente, sin siquiera saber que tu sonrisa me desgarra por dentro cuando un día era el único motivo de la mía. Esa brillante mirada en tus ojos y la luminosa sonrisa en tu cara, son el motivo de que el pequeño y feliz mundo que había hecho para mí se caiga a pedazos y no sé qué duele más, si saber que están dedicadas a otra persona o darme cuenta que nunca las tuviste cuando estabas conmigo.

Y ahí esta él, sonriente también, invocando un odio dentro de mí que nunca pensé que podía llegar a sentir. Lo odio por ser dueño de lo que un día creí mío, sólo lo creí, porque en realidad nunca fuiste mía, pero que bien fingiste serlo.

 

“Te amo…” Sólo tuviste que decir esas dos palabras para que nada más me importara. Gracias a ti supe cómo era tener la fuerza de enfrentar al mundo, por muy cursi que suene, tuve la fuerza para enfrentarlo por amor. ¿Alguna vez lo sentiste?

“No quiero esconderme.” Cumplí tu deseo. Le grité al mundo que te amaba. Viví que mi conservadora familia me repudiara, vi como los que decían ser mis amigos me abandonaban, sentí como la sociedad de la que se suponía formaba parte me desconoció y nada me importó porque te tenía a ti. Tú lo conservaste todo, porque los que te conocían te amaban demasiado como para olvidarte.

“¿Tan malo es querer a otra chica?”  Empezaste a notar que conmigo era diferente, aunque traté de ocultarlo viste mi dolor. Esa fue la primera vez que tu miedo apareció. Te diste cuenta de que no era tan simple, de que todos creían que estaba mal y que mis fuerzas estaban comenzando a flaquear.

“Esperaré por ti.” Cuando la oportunidad llegó prometiste que sería así. Al fin podría escapar de un lugar al que no pertenecía, pero no podías venir conmigo. Prometí que volvería, tres años sería el tiempo suficiente para trabajar, para conseguir lo que soñaba y luego regresaría a ti.

“Te amo y no importa el tiempo, estaré aquí cuando vuelvas.” Ahora volví y sí, claro que estas aquí, pero ya no me amas. Debí saberlo cuando las llamadas acabaron, cuando los mensajes se hicieron cada vez más cortos, cuando desapareciste.

Claro que pensé que algo andaba mal, pero supongo que ese ciego amor que tenía no me dejó verlo, ese mismo amor que ahora se está quebrando y en cada pedazo brillan esos recuerdos que nunca quise desechar, se reflejan como en un espejo agrietado que sólo necesitaba el golpe final para quebrarse del todo.

Y sigo parada aquí, viendo las caricias que le das, las que todavía no he olvidado cómo se sienten. Algo tibio rueda por mi mejilla ¿lágrimas? Y como si esas gotas fueran gritos de dolor que alcanzaste a escuchar aun en la distancia tus ojos se clavaron en mí.
¿Qué era esa expresión que apareció en tu cara? ¿Sorpresa? ¿Angustia? Ya no me sirven de nada, así que te di la espalda y hui, inconscientemente a ese lugar que más me recordaba a ti.

 

La pequeña banca que como por arte de magia estaba puesta a la orilla de un sendero que no llevaba a ningún lugar. El lugar que estuvo todo este tiempo en mi cabeza y fue testigo de la primera vez que te vi, había cambiado. La ciudad estaba llegando a él, los árboles eran menos, las casas estaban más cerca, lo estaban invadiendo.

Me senté ahí sólo sintiendo las lágrimas rodar, una vez que empezaban ya no se detenían y mucho menos ahora que sentía que era lo único que podía hacer. Sabía lo que pasaba, pero no quería aceptarlo, Maldición… ¿cómo aceptar que perdiste, que la persona que amas te olvidó?

Las hojas secas tiradas en el camino crujieron. Cerré los ojos rogando porque no fuera cierto. No podía ser verdad que hayas tenido el valor de venir tras de mí, pero aquí estas, sentada a mi lado, con tu mano en mi hombro y sólo me hace llorar más.

—Lo siento… – Muy mal comienzo. Lo que menos quería era escuchar una disculpa que sabía que no era verdad. No servía de nada, el daño estaba hecho.

Sequé mis lágrimas y te vi a la cara. No había ni un rastro de arrepentimiento en ella ¿así esperabas que te creyera? Algo dentro de mí se había vuelto a quebrar.

—No digas mentiras – Entendí todo lo que había debajo de esa máscara que todo el mundo conocía. Nunca te importó –. ¿Piensas que con un ‘lo siento’ se arreglará todo? Bueno, para ti siempre fue así de fácil ¿no?

—¿Qué quieres que diga? — No lograba reconocer el tono frío de tu voz ¿Dónde se había ido la chica dulce que me atrapó? — Las cosas son así… Justo después que te fuiste, entendí que alguien tan patética como tú, simplemente nunca iba tener el valor para darme lo que yo que quería.

Un viento helado me golpeó en la cara ¿así se siente cuando mueres? Porque en ese momento sentía que acaba de morir. Si bien mi corazón seguía latiendo, dentro de mí ya no quedaba nada.

—Qué era lo que querías… ¡¿Qué mierda era lo que querías?! — Me puse de pie, luchando por mantener el poco orgullo que me quedaba y no derrumbarme más frente a ti —. ¡Te di todo lo que tenía! ¡Lo perdí todo por tu culpa! Porque creí que eras todo lo que necesitaba… lo único que quería…

Por más que intenté evitarlo mi voz se quebraba al notar en tus ojos que cualquier cosa que pudiera decir no iba a tener ningún efecto, eran fríos. ¿De verdad nunca me quisiste?
Te pusiste de pie poco a poco, mirándome todavía inexpresiva.

—Sí, sí. Como quieras. Ese pequeño cuento que tuvimos se acabó. ¿Por qué no vuelves a ese lugar donde estuviste este tiempo? Tú familia se fue, lo que te conocían ya no están. No queda nadie por aquí que quiera verte. Mucho menos yo. Supongo que todos nos dimos cuenta lo insignificante que eres.

Son increíbles la infinidad de formas en las que reacciona el ser humano cuando es sometido a grandes dolores, especialmente si hablamos de los dolores emocionales. No, han pasado cinco años, y no he olvidado esa historia entre tú yo ¿Cómo hacerlo?
Cinco años y no he olvidado como se sentía la piel de tu cuello mientras mis manos te robaban el aire, tú me quitaste la poca alma que me quedaba, yo te quite la vida. ¿No te parece un trato justo?
Cinco años y todavía no saben que fui yo.

Notas finales:

¡Gracias por leer! ^^

Dejen sus comentarios n.n/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).