-Tsuna, buenos días
Volteó para ver a la persona que lo había saludado y sonrío al darse cuenta de que era Lambo.
Fue rápidamente hacia él y le preguntó acerca de lo sucedido el día anterior con Reborn, lo que pudiese haberle hecho ese hombre lo tenía muy preocupado.
-No me hizo nada, solo jugó un poco
Fue la respuesta que recibió mientras el chico le mostraba sus muñecas, las cuales se encontraban muy moradas.
-Ese maldito, debemos echarles una pomada, vamos a…
-Ryohei ya me untó una, no te preocupes
Notó que Lambo forzó una sonrisa al responderle ¿En realidad estaba bien? había algo en su interior que le decía que no todo era como se veía.
-¿Estas realmente bien? sabes que si algo pasa puedes contármelo
Sonrió nuevamente con el objetivo de que viera en él a alguien confiable, podía tener muchas facetas como le había hecho saber a aquel hombre que aún no salía de sus pensamientos, pero en realidad se preocupaba mucho por las personas a su alrededor, por aquellas a las que consideraba cercanas.
-No sucede nada, te lo haría saber si así fuese- una sonrisa se dejó ver el blanco rostro del menor de cabellos ondeados- no te preocupes
-Está bien
Pensó en dejar la plática hasta allí, a pesar que todavía algo le estaba molestando era mejor darle espacio a Lambo para adaptarse al lugar y el tenerles confianza, ese sentimiento era algo que no se adquiría de la noche a la mañana y él lo sabía mejor que nadie.
-Iré a ayudar a Colonello-san ahora, hablamos después
-Claro, pero antes dime, ¿qué sucedió con la preparatoria?
-Pensé en ir desde hoy en la mañana pero, luego pensé que era mejor asistir desde el lunes, después de todo ya estamos a mitad de semana
-Tienes razón, no te quito más el tiempo, nos vemos después, debo alistarme para ir a la Universidad, lo bueno es que hoy mis clases comienzan a las doce
-Sí, nos vemos, Tsuna
...
...
El día pasó muy rápido, sin que se diera cuenta sus clases del instituto terminaron y ya se encontraba en el bus rumbo a su “centro de trabajo”.
Hace ya un año que estudiaba allí, todo al principio fue idea de Colonello pero al final le terminó gustando la idea de que tras terminar la carrera técnica de secretario ejecutivo podría pedir empleo en una empresa y dejar de trabajar como… servidor sexual.
No se avergonzaba de su trabajo ni nada por el estilo, pero sabía que era algo mal visto, y más cuando de “chicos vendiendo su cuerpo a otros hombres” se trataba. En esa sociedad mayormente autoritaria y tradicionalista el ser diferente a lo convencional era algo repudiable, sobre todo si esa “diferencia” se trataba de la preferencia sexual.
Ser homosexual y que seas aceptado eran dos cosas que difícilmente encajaban y Gokudera lo sabía muy bien… en verdad que lo sabía.
-Claro que sí Hayato… yo te amo, pero si fueses mujer todo sería distinto, no habría obstáculos para nuestra relación
Esas palabras habían surcado su mente durante muchas ocasiones en los últimos tres meses. Las palabras de Gamma calaron muy profundo en él y le hicieron darse cuenta de lo inútil que fue confiar en algo tan ridículo como el amor
“Quizá para gente como yo ese sentimiento está prohibido”
Bajó del bus y caminó rumbo al burdel mientras sus pensamientos giraban en torno al rubio
“Entre un hombre y una mujer es apropiado… entre dos hombres es algo impensable”
Inmediatamente después de sus pensamientos, frases que el rubio le había dicho cuando terminaban de entregarse el uno al otro agolparon en su mente
-Te amo… -Eres la luz que ilumina mis días… -Siempre estaré a tu lado… -Mi corazón te pertenecerá hasta el día en que deje de latir
Ahora que se detenía a analizar todas ellas, reparaba en que con seguridad fueron dichas sin pensar, porque si el dichoso amor que le había profesado tantas veces el rubio hubiese sido verdad, ahora él no estaría pensando en lo que Gamma habría hecho en su luna de miel… sí, lo del amor no era más que una cruel y maldita mentira.
Llegó al “Túnel de la ambrosía” y entró de forma rápida. Emma se encontraba allí y lo saludó con una sonrisa
-Son aún las 3 de la tarde, tienes tiempo para hacer tus deberes y luego alistarte ¡así que esfuérzate!
Los ánimos que el pelirrojo le daba lo llenaban de energía; a pesar que no era tan íntimo con él, este le agradaba mucho, pero claro, su actitud Tsundere nunca permitiría que se lo dijese de frente.
-Gracias Emma, bueno, iré a mi habitación
-Sí
Al llegar al único lugar donde se sentía tranquilo, Gokudera fue hacia el pequeño escritorio que allí tenía y comenzó a sacar sus cuadernos de apuntes. Tenía tarea y tenía que terminarla rápido si quería echarse una siesta de al menos una hora antes de comenzar a trabajar
“No dormí bien ayer por su culpa… todo porque ayer se cumplieron los tres meses”
Giró sobre la silla en la que permanecía sentado y observó el cajón de la mesita de noche que se encontraba al lado de su cama.
-Esta cinta representa el final ¿verdad?
-No Hayato… esta cinta es la prueba de que nos volveremos a ver
-Ja… no creo que eso suceda
Sonrió para sí mismo y volvió su atención hacia su cuaderno
“Aún no estoy preparado para enfrentarlo si eso pasa”
...
...
Ya eran las seis y media de la tarde. Se apresuró a la oficina de su jefe para entregarle unos documentos importantes de una reunión en la que horas antes estuvo presente, reunión a la que Hibari no había querido asistir alegando que tenía trabajo que quería terminar fuese como fuese ese día.
A Yamamoto eso le pareció extraño ya que su jefe nunca se había ausentado de alguna reunión con los accionistas de la empresa ¿acaso ese día Hibari tenía algún compromiso?
Esa era la única respuesta a la interrogante según Yamamoto, si el presidente quería terminar todo su trabajo pendiente hasta ese día, suponía que era por algo que tenía que hacer en la noche.
“¿Será una nueva conquista? Seguro es alguna señorita que volverá a caer por él, creo que mi jefe en realidad podría competir por el puesto del más mujeriego del país”
Llegó fuera de la oficina de Hibari y tocó.
Escucho la respuesta del otro pelinegro y tras girar la manija de la puerta entró al lugar
-Qué quieres, Yamamoto- Hibari tenía su vista fija en la portátil tecleando de una forma súper rápida
-Venía a entregarte el informe de la reunión de hoy- se acercó hacia el escritorio y depositó un folder de pasta negra sobre el mueble color marrón- se ve que quieres terminar todo el trabajo hoy ¿eh?
Hibari permaneció en silencio durante unos 2 minutos y tras un fuerte sonido al presionar una de las teclas del aparato electrónico se levantó del asiento y comenzó a guardar los documentos, incluido el fólder que el moreno había dejado sobre su escritorio, en su maletín
-Terminé a tiempo -el pelinegro se dirigió al gerente- hoy iras conmigo devuelta a ese burdel
-Claro al burd… ¡¿Qué?!
Takeshi miró extrañado a su jefe ¿Qué acaso Hibari no le había dicho que él no era gay? Ni siquiera bisexual, además que el otro día que lo llevó al lugar donde trabajaba su amado peliplata, el presidente se fue casi enseguida según sabía, entonces ¿Por qué quería volver?
-¿Que no escuchaste? date prisa, a las ocho abren ¿no es así?
Hibari no quería arriesgarse a que el castaño en el que venía pensando todos esos días fuera tomado por algún otro cliente antes que él, ya que sabía que aunque él fuese mejor que cualquier viejo cuarentón que pagase por Tsunayoshi, por solo darle la contra, este no querría pasar una noche en su compañía y Hibari deseaba poseerlo, había llegado a aceptar que los hombres no le eran indiferentes a causa del hechizo que Tsuna había puesto en él.
-Yo no voy los viernes - Yamamoto suspiró- pero iré, además ya me entraron ganas de ver a Gokudera
-Ese chico en verdad te tiene más idiota de lo que eres
-Jajaja- la risa del moreno se dejó oír mientras junto a Hibari se dirigían a la puerta de la oficina- sí ¿sabes? Creo que estoy enamorado de él
-Uhm
Una sonrisa burlona fue esbozada por Hibari mientras esperaba a que Yamamoto saliese para así cerrar la puerta de su oficina con llave, ya era una costumbre.
-Me reiré de ti también cuando llegues a enamorarte
Takeshi sonrió y colocó sus manos en los bolsillos de su pantalón.
-Espero mueras esperando
Los dos se dirigieron al elevador del edificio mientras en la mente del moreno muchas interrogantes se formaban… interrogantes que, claro, no dejaría sin respuesta.
-Hibari- dijo cuando ya se encontraban rumbo al primer piso de la empresa- tú me dijiste que no eras homosexual, ni siquiera bisexual, ya que no te gustan los chicos… entonces ¿Por qué quieres regresar a ese burdel?
El presidente no se inmutó por la pregunta, sabía que su autoproclamado amigo le haría muchas preguntas molestas y que no le dejaría tranquilo hasta que le respondiese
Pensó si darle una respuesta compleja para confundir al moreno, pero luego de pensarlo unos segundos se le hizo muy tedioso hacerlo, simplemente le diría la verdad, en fin, no era nada tan complicado… solo quería follarse a alguien y punto.
-El otro día conocí un chico que me llamó mucho la atención, solo quiero divertirme tal como lo haces tú, ser gay, bisexual o heterosexual francamente me importa una mierda, son solo estereotipos como tú mismo me diste a entender el otro día ¿no? Si te gusta alguien, eso es lo único que importa
-Muy bien dicho- el moreno sonrió- y por cierto, te dije también que no me divierto con Hayato, yo en realidad lo quiero
El moreno no se cansaría de repetir lo que sentía por el chico albino, él en serio estaba enamorado.
-Lo que tú digas
A pesar de su respuesta, el presidente creía en las palabras de Yamamoto. La actitud de idiota que adoptó el otro día al ir a buscar al tal Gokudera y lo serio que era cuando hablaba de él eran suficientes para saberlo, bueno, eso y aumentándole también que no era una persona que se divertía de forma sexual con otra, Takeshi no era como él.
-Y bien ¿Cómo era el chico? Voy desde hace unos meses a ese burdel y aunque solo voy para buscar a Hayato, conozco a muchos de los que trabajan allí
Lo pensó un momento y decidió decirle a Yamamoto acerca de Tsunayoshi, ya que analizando el cómo se habían despedido el día en que lo conoció, el castaño no querría decirle nada sobre él, muchos menos acompañarlo siquiera… lo intuía.
-Su nombre es Tsunayoshi, tiene el cabello…
-¡Así que es Tsuna! Ya entiendo porque quieres regresar entonces jaja
La respuesta del moreno los sacó de sus casillas, si no fuese porque habían llegado al primer piso de la empresa y se disponían a ir al garaje por su auto, lo hubiese matado en ese instante.
Si no mal recordaba el castaño le había dicho que sus clientes solían llamarlo Tsuna, entonces eso significaba que Yamamoto había osado acostarse con el herbívoro y eso le irritaba de una forma inexplicable.
Por otro lado también estaba el hecho de la respuesta del gerente “¿Que entendía por qué quería regresar?”
Las palabras de Tsuna inundaron su mente en ese momento.
Puedo ser muy amable con mis clientes, puedo hacer que disfruten tanto como para que vuelvan siempre aquí y pidan tener sexo conmigo nuevamente.
“Quiero matarlo”
El moreno se tensó al notar que el aura de su amigo se ensombrecía, rápidamente analizó el porqué de su reacción e hizo énfasis en lo que le había dicho a Hibari.
-Ah, pero no me malinterpretes, Hibari, dije qué entendía por qué querías regresar por lo que Hayato y otro de los chicos que trabaja allí me contaron de él
Kyoya miró fijamente al moreno y le indicó que se metiera al asiento del copiloto para luego él entrar al auto y comenzar a encenderlo.
-¿Qué fue lo que te dijeron?
La respuesta de Yamamoto había logrado calmarlo un poco, sabía que el moreno no le mentiría ya que era demasiado idiota para hacerlo.
Pisó el acelerador e hizo avanzar el auto hacia la avenida, le tomaría unos 20 minutos llegar al lugar, era bueno saber que lo haría a tiempo.
-Bien, te contaré- se relajó en el asiento, colocando sus manos detrás de su cabeza mientras miraba hacia el frente observando las calles- uno de los tantos días que fui al burdel y lamentablemente Hayato no estuvo disponible para mí, Tsuna se ofreció a acompañarme. Tomamos una copa y comenzamos una plática de lo más amena, pasó un buen rato y me dijo si quería de sus servicios a lo qu…- paró en seco al notar que el aura del presidente de la empresa se ennegrecía considerablemente mientras apretaba el volante de auto- ¡d-déjame terminar antes de que me mates, Hibari!- dijo más como una súplica el moreno
-Habla rápido- fue lo único que respondió tratando de calmar sus ansias de morder hasta la muerte
“Si solo quiere tener sexo con Tsuna, no veo el porqué de su reacción, para mí que hay algo más”
-Como te decía, me ofreció sus servicios pero yo amablemente me negué y le explique que estaba muy interesado en Hayato. Luego de eso él solo se rió de mí, me dijo que la tendría difícil y luego hasta que me fui solo conversamos. Días después por curiosidad le pregunté a Gokudera sobre él y me dijo que Tsuna llevaba trabajando 3 años allí, que estudiaba negocios en la universidad de Tokyo y me preguntó si ya me había acostado con él- hizo una pausa- Yo claro que me negué y Hayato solo se rió de mí para luego decirme “No sabes de lo que te pierdes Bakamoto, todos los hombres con los que Tsuna se ha acostado vuelven exclusivamente por él, pareciese que los amaestrara, caen a sus pies como títeres”. Lo que vino después de eso no te lo puedo contar porque es personal.
-Te lo follaste, entiendo
-No lo digas así
Un sonrojo en el rostro del moreno se hizo notar ya que recordó cómo le había hecho el amor, por qué sí, él no tenía sexo con Hayato, él le hacía el amor.
-Uhm así que títeres
-¿Qué fue lo que sucedió entre Tsuna y tú Hibari?
-No te responderé
-¿Eh? ¿Por qué?, somos amigos ¿qué no?
“Qué molesto”
...
...
-Cariño, en unos días regresaré a Tokyo, mi padre quiere que me quede aquí en Osaka un poco más
-No hay problema, solo llámame antes de que decidas regresar
-Claro, hasta luego, cariño
-Adiós
“Perfecto”
Una sonrisa de lo más desbordante de felicidad se formó en el rostro del rubio mientras terminaba de arreglarse frente al gran espejo de su habitación
“No puede ser mejor el hecho de que aún no regrese”
Ya estando listo tomó el saco de su traje y las llaves de su auto para después salir de su gran y lujosa casa en dirección a uno de los burdeles más famosos de la ciudad
“Estos tres meses me parecieron eternos, no puedo evitar ponerme nervioso al pensar que podré tocarte nuevamente”
Dio indicaciones a los guarda espaldas que se hallaban custodiando la casa y tras subir a su auto arrancó a la máxima velocidad posible
-Espera por mí, Hayato
...