“Aun recuerdo ese día, casi era bestialmente destruido por ese espécimen de insecto mutante, quien iba a deshacerse de mí por un descuido imperdonable, pero al estar dispuesto a borrar mi existencia apareció un hombre con calvicie prematura y derrotó a ese monstruo de un solo golpe… Me salvó a mi, un Cyborg que anhela hacer justicia por los infortunios del pasado, no tengo forma de agradecer al Sensei por haberme salvado, y ahora siendo su discípulo quizás encuentre la respuesta a mi pregunta ¿Cómo puedo ser más fuerte? …Dígamelo…Saitama Sensei…por favor “
En la ciudad Z todo era aparentemente tranquilidad, eso sin contar los demonios que surgían inexplicablemente de la oscuridad y aterrorizaban a los que vivían a los alrededores y más en aquella zona prohibida para la existencia de los seres humanos, el conocido “Pueblo Fantasma”.
Por su puesto en esa ciudad vivía el héroe más fuerte de toda la humanidad…no, mejor dicho ¡Del Universo! No había ser que se compare a su gran fuerza, ese poder atroz que acababa a todos los sindicatos del mal con solo un poderoso puño, esa era la fuerza que admiraba el Cyborg de su maestro, también su alta autoestima y su indiferencia a la aprobación de los ciudadanos a quienes salvaba constantemente. Era un ser admirable del cual deseaba aprender todo lo que pudiese, porque en el fondo…quería ser su igual, alguien digno de ser llamado su “compañero”, ansiaba ser más, más y más fuerte para poder ayudar a la humanidad junto al héroe Saitama pero sobretodo…sentirse apreciado por este hombre mayor de 25 años.
¿Tanta era la desesperación de superarse? Antes el fruto de todo ese esfuerzo era para poder vengarse del androide que aniquiló sin piedad a su familia, pero ahora secretamente se escondía otra razón de su arduo trabajo y por supuesto la figura de Saitama se envolvía en esos ideales.
-Sensei ¿Irá al supermercado? Escuché de buenas ofertas para este día….- el chico metálico solo observaba a la pantalla de su computador, atrás suyo se encontraba el calvo del que todos solo sabían decir horrendas y viles mentiras, este leía un manga cuyo contenido era desconocido y para contestar al Cyborg se levantó de su cómodo futón para sentarse a su lado.
-Mn…suena bien ¿Quieres venir?-decía apoyando su codo sobre la mesa.
-¡Si Sensei! ¡Iré con usted! – como señal de respeto debía responder con seguridad y en acuerdo de su maestro pero este curiosamente empezó a reír de la nada lo que hizo que Genos le quedara mirando para entender el chiste que dijo, sin embargo halló algo más y eso era la pura sonrisa de su maestro, algo que capturó en su almacén de datos, claro que…eso no era relevante para su entrenamiento pero a estas alturas todo servía…
-¡No seas tan formal Genos! Da gracia que te lo tomes tan enserio he he – decía palmeando amistosamente la espalda del joven y sin más fue a prepararse para salir pues este solo estaba con la parte inferior de sus pijamas, lo que permitía que Genos admirará silenciosamente el físico de su querido y respetable maestro, los huesos que conformaban al trapecio estaban bien denotados , y ni hablar del resto que se veía, piel trabajada y musculosa, bíceps…tríceps…sus hombros que se movían de acuerdo al estiramiento que este realizaba, era un cuerpo que podría ser la envidia de cualquier héroe si fuese expuesta al público. Pero a pesar de que disfrutaba ver aquella escena el Cyborg debió desviar la mirada pues…otra vez estaba presentando esa conducta tan extraña y que era la de fijarse demasiado en su Sensei, esto era algo que se repetía con bastante regularidad desde hace un tiempo ¿Tenía un cable suelto dentro de su cabeza? Quizás era la hora de volver con el Doctor Stench para que revisara su mecanismo.
Después de que el Sensei tomara su tiempo para cambiarse la muda de ropa ambos salieron directo al supermercado que solían frecuentar a la semana, ya el camino era de más conocido por el joven rubio, también los temas que solían frecuentar con su Sensei, de a poco su vinculo estaba creciendo, y aun así sentía que era insuficiente, necesitaba más, tal vez se debía a su falta de sentimentalismo o su comprensión por los pensamientos humanos ya que…debía admitirlo, no era un humano como Saitama, ya no lo era y se había olvidado por completo de cómo se sentía serlo, su corazón se confeccionaba de fierros que se calentaban con solo ordenarlo, su piel era grisácea y sus signos vitales podían ser medidos por medio de números y cálculos, quizás por eso…no podía avanzar, pero no dejaría que nada le estorbara en su meta, lograría ser el más fuerte, combatir contra el mal repartiendo justicia donde se debía, llegaría a quedarse a su lado y merecería estar en aquel puesto.
-Hey Genos… ¿No es muy temprano para que oscurezca?
-¿Disculpe? No lo estaba escuchando- pero no hizo falta que Saitama repitiera la frase pues mirando absorto el cielo halló su respuesta, de a poco cobraba un color tenebroso, destellos carmesí surgían en la parte central del firmamento, de a poco esas nubes negras iban girando sobre su eje hasta que pronto adquirió la figura de un torbellino que se separaba del resto de sus compañeras con solo la intención de atacar a donde estaban Saitama y Genos, por su puesto estos evadieron el golpe pero debieron separarse para lograr quedar ilesos.
-¡Que es esto! ¡ES EL APOCALIPSIS!- gritaba uno de los ciudadanos que corría desesperadamente hasta algún refugio y lograr salvar su vida pero desafortunadamente este fue alcanzado por el torbellino de nubes que perforaron el cuerpo de aquel pobre hombre, este quedó tirado en el suelo, escupiendo toda la sangre que se hallaba atorada en su garganta hasta que finalmente, en un último respiro, hizo desvanecer su existencia.
Todo eso se dio en frente de los héroes quienes no pudieron actuar ante ese acontecimiento, simplemente no comprendían que había sucedido ante sus ojos, sin embargo el responsable de tal aberrante acto se hizo ver enseguida, el torbellino de a poco fue desapareciendo para dejar visto a una figura esbelta y terroríficamente hermosa, al parecer se trataba de una mujer, una extraña criatura cuya identidad era desfigurada, en vez de una boca tenía el triple de estas, sus ojos eran pequeños y redondos, ubicados en su cara en forma de un cuadrado , su nariz era difícil de divisar pero esa no era la cuestión, aquella bestia de piel anaranjada agitó sus brazos y absorbió las esponjosas nubes que se perdían alrededor de su cuerpo.
-¿¡Con que esta es la inquebrantable ciudad Z!? , Sus residentes son unos horribles seres débiles… ¡Será fácil hacerlos desaparecer y volver este lugar mi territorio!
-Eso será difícil fea….- expuso con su indiferencia el héroe de capa blanca, pero antes de avanzar este se acomodó sus ropas con total tranquilidad, como dando a entender que ese mal no sería difícil de vencer, después de todo los resultados siempre eran lo mismo.
-¿¡Fea!? ¿¡A quien dices fea!? ¡Calvo enano!- en un ataque de furia junto sus manos para que de estas salieran rayos filosamente destructores que amenazaban la existencia del héroe pero…
¡Sensei! ¡Cuidado!- el Cyborg corrió a gran velocidad hasta quedar en frente de Saitama, ya en posición su mecanismo de defensa se liberó, sus brazos se movieron en partes para dar lugar a los cañones de calor que sirvieron para detener el precipitado ataque del enemigo-¡Por favor déjemela a mi! - este exhibió una faceta determinada hacia el gran maestro quien solo movió los hombros, asintiendo a que su “discípulo” arreglara ese asunto para ir enseguida al supermercado.
Genos analizó la poca información que tenía de ese sujeto, aparentemente sus poderes eran en relación a los climas atmosféricos, pudo crear un tornado y desplegar rayos con solo mover sus dedos, y estos no parecían ser inestables, poseían una increíble fuerza capaz de hacer daño a uno de sus cañones, pero nada lo detendría, salvaría a los que vivían en esa zona, además Saitama Sensei lo observaba, su maestro podía evaluarlo en este momento.
-Serás eliminada…- accionando sus armas este incrementó su velocidad y agilidad para lograr alcanzar su objetivo de un salto, estando cara a cara liberó un puñetazo que logró torcer los huesos de su cuello, después sus piernas moviéndose en el aire giraron haciendo voltear su cuerpo hasta quedar de cabeza para que en cuestión de segundos sus pies metálicos arrasaran con la nuca de la criatura, fue tanto el impacto del golpe que esa bestia fue desplazada al suelo y este se destruyera con su presencia, pero eso no acababa aquí, Genos sacó su mejor arma, sus pectorales se abrieron rasgando su camisa para exponer así todo el armado metálico y que exhibía grados de calor inimaginables para cualquier ser, y contrayendo sus músculos de hierros este dejó salir la feroz onda de energía que no permitió dejar escapar a la criatura, todo a su paso de evaporizó y cuando este ataque se dio por terminado el Cyborg dejó de funcionar, cayendo en el suelo, soltando algunas de sus piezas que terminaron desparramadas en el piso destrozado, ese último golpe había exigido demasiado a su limitado armado, pero en cuestión de segundos acabó con su enemigo, levemente sonrió satisfecho-Saitama Sensei ya podremos ir a…- decía levantándose y dirigiéndose a su maestro ,sin embargo fue detenido por las palabras ajenas.
-¡GENOS!- el que hasta ahora miraba a su compañero luchando contra lo que no parecía una amenazaba gritó por la sombra que surgía de aquel agujero expuesto detrás del Cyborg, el mencionado volteó drásticamente hacia atrás, y lo último que divisó fue la imagen de unas garras de hielo cristalizadas que perforó su cuerpo y rasgó su armadura en segundos, la criatura partió al joven en dos, solo dejando en funcionamiento los miembros superiores, Genos tirado en el suelo y sin piernas que le ayudasen a escapar observaba nuevamente su fracaso.
La vil fenómeno resurgía de las cenizas, más bien su cuerpo estaba intacto ¿Pero como? Algunos datos y un descuido pasaron por alto para al Cyborg que divisaba una figura borrosa acercándose a este.
-Controlo todos los elementos estúpido ¡HA! ¿Fuego? Puedo congelarlo, ahora que terminaste de jugar terminaré contigo ¡Te verás gracioso si te corto en pequeños cuadraditos! ¡Eres basura!
Dispuesta a acabar con lo que restaba de su cuerpo esta manifestó su verdadera forma, ese esbelto cuerpo ahora era asquerosamente grande, sus pequeños ojos se mezclaron obteniendo como resultado una pupila grotesca y roja, y sus manos se convertían en zarpas de un material semejante al acero, ahora era la bestia más espantosa y aberrante que los ojos humanos pudieron ver y ese ser era el que se aproximaba al desbaratado pedazo de tornillos que extendía su brazo, intentando en activar algunos de sus propulsores, pero cortos circuitos surgían de su organismo, no podía pelear, salvo que se arriesgara y así, ignorando el mal funcionamiento de su sistema este sacaría toda la energía que poseía en un disparo.
-¡Es suficiente Genos!- el de guantes rojos saltó hacia la vil monstruosidad y de una patada la alejó del quien apagó sus mecanismos de defensa, ahora solo observaba la increíble batalla que se desataba frente a sus ojos, Saitama inmune a los golpes, el enemigo debilitándose hasta que llega por fin el golpe decisivo para matar su cruel subsistencia.
Otra vez…ahí estaba lo que siempre se repetía, su débil cuerpo desbastado, acabado en el suelo, sus fuerzas se iban pero aun así en todas las batallas trataba de dar lo mejor… ¿Servía de algo acaso? Ya empezaba a dudar de esto, de lograr ser el ideal de justicia, de ser aunque sean un poco más fuerte, pero sin importar las piezas que le dieran o las lecciones dadas por su Sensei sus esfuerzos no rendían frutos, y lo peor de todo es que esa responsabilidad que sentía hacia las personas que más apreciaba era cruelmente pisoteada, era incapaz de expresar lo que Saitama y el Doctor Stench hicieron por un simple crío.
“De que sirve esto, ese monstruo tiene razón…soy basura, no puedo salvar a nadie, ni siquiera a mi mismo…”
Esta conducta le era muy extraña, no era de los que se tiraban abajo ante el fracaso, pero hasta una fría maquina como él tenía sus límites, podía experimentar la desilusión y la soledad. De pronto algo recorría su rostro, sus mejillas percibían un espeso líquido que llegaba hasta su clavícula, debía ser una fuga de aceite que se salía desde sus ojos, o también podría interpretarte como la vaga acción de llorar…
¿Lagrimas? ¿Era capaz de hacer eso? No... Seguramente solo era un escape de aceite.
-Hey Genos esto se acabó, mejor te llevó con el del sombrero raro para que te arregle ¿Ge...Genos? ¿Estas bien?- el que hablaba se arrodilló ante la maquina , y llevando uno de sus dedos directo a sus ojos dorados limpió esa esencia negra que ensució sus guantes pero eso no le importaba, lo más importante aquí era esa expresión en el rostro del Cyborg… ahora este le sonreía queriendo esconder la vergüenza, ni siquiera era capaz de pararse por su cuenta, pero esa mueca en su rostro era tan falsa como decir que algún día su cabello volvería a crecer, y ahí estaba el gran Saitama, observando con la mirada perdidas las falsas lagrimas que del joven no dejaban de brotar.
-Como…puedo…
-¿Que dijiste?
-Como puedo alcanzarte Sensei… ¿En que fallo?...Soy solo una molestia para usted, no soy digno de ser su aprendiz, todo lo que haga…es inútil, entrenar mi cuerpo, llevar más piezas, fortalecer mi mente…todo... ¡TODO ES INUTIL! Jamás podré ser si igual…no le merezco…
Un sonido sordo calló sus labios, en realidad el golpe en su mejilla dejó paralizado al Cyborg que solo estaba descargando todo lo que sentía hasta en el momento, tristes sentimientos que se quedaron atorados en su corazón de fierros y que ahora eran liberados ante la persona menos esperada, su mano titubeando acarició aquella zona golpeada, incrédulo prestaba atención a su Sensei quienes apretaba los dientes en señal de contención.
-Que estas diciendo…Genos ¿Qué clase de héroe eres si te rindes de esta manera? ¡No eres el Genos que conozco!
Jamás dijo nada, pues llegó a creer que las palabras de aliento en Genos no servirían de nada, pues él era un ser sorprendentemente único y popular ¿Que podía hacer este calvo sin ningún tipo de tacto? Pero se vio obligado a intervenir, naturalmente no dejaba que sus emociones fluyeran de esa forma, en realidad consideraba que eso estaba perdido pero al ver a su compañero en ese estado algo se clavó en su corazón seco e indiferente, algo le decía que no estaba bien dejar las cosas como estaban, había que intervenir.
-Genos, eres fuerte con solo levantarte tras la caída, no conozco a alguien tan dedicado como tu, así que…deja de decir disparates, si te caes yo te levanto, no estamos solos ¿Ves? Deja de llorar ya serás todo un adulto y no te queda bien.
Era…la primera vez que escuchaba algo así por parte de su maestro, y a pesar de ser algo mundano y sin portes de elegancia, esas cortas palabras hicieron que cobrara su espíritu dedicado y enérgico , sin embargo y literalmente debió contra con la ayuda de su Sensei para recogerlo del suelo, una vez en los brazos de aquel hombre este inconcientemente se relajó sobre su pecho fuerte y fornido, esa admiración no tenía limites, pero estaba corriendo el riesgo de que todo lo que sentía hacia Saitama se convirtiera en algo peligroso para los dos, en realidad…peligroso solo para él
“Sensei es Sensei…por eso yo…me siento así”
Parecía que se irían en camino al laboratorio del Doctor Stench pero al ver que los pasos del calvo no avanzaban se dio el valor de levantar su rostro y encontrarse con unos ojos castaño claro que lo observaban detenidamente, el rubio alcanzó a preguntar si no era una molestia cargarlo hasta allá pero sus labios dejaron de pronunciar palabra alguna pues estos fueron detenidos por la boca ajena…
Lo…estaba… ¡¿Besando?! Podía sentirlo gracias a la piel artificial que el doctor utilizó en su rostro, sentía la calidez de otros labios sobre los suyos, y también el leve movimiento de una lengua sobre estos, sus orbes color dorado se entumecieron y perdieron la noción de la perspectiva, cuando finalmente fue soltado por su cazador este Cyborg tartamudeaba tratando de encontrar un sentido lógico a lo que Saitama Sensei acababa de hacer, pero solo obtuvo una pícara sonrisa que hizo sobrecalentar sus circuitos, finalmente el héroe más poderoso de todos dio su golpe final a este joven de piezas metálicas .
Para derribar por completo a este muchacho de ojos dorados bastaba con los labios de cierto Héroe, quien ahora llevaba las partes de su inconciente “amigo”.
-He…como me voy a justificar ahora…
Al parecer Genos no era el único que observaba secretamente a Saitama, este con la presencia del Cyborg en su vida recuperó una parte de su humanidad que creía perdida, no pudo manifestar lo importante que era este chico para él, pero ya llegaría ese día, por ahora debía hallar una excusa por el beso robado, después de todo podía ser solo una broma… ¿No es así?
The end