–Entonces, ¿te gusta Jong Up?
–Shhhh, cállate Youngjae, alguien va a escucharte.– un chico rubio de gran altura recriminaba a su indiscreto amigo antes de que alguien más supiera su secreto. Pero no era necesario, eran de los pocos alumnos que quedaban en la escuela.
–Oye, sigo siendo tu hyung.
–Esta bien, hyung.– remarcó la palabra "hyung" sarcásticamente mientras se alejaba por el pasillo. –¡Nos vemos al rato!
El pelinegro mayor negó con una sonrisa, mientras su insolente amigo desaparecía de su vista.
–¿Quién lo diría? Junhong enamorado de Jong Up.
–¿Zelo te contó lo de Jong Up?– dijo una voz detrás de Youngjae.
–¡Daehyun! Casi me matas del susto–. Yougjae dramatizaba poniendo su mano en su pecho mientras giraba hacia el chico a su espalda. –¿De dónde has salido?
–Soy un ninja. Soy capaz de moverme sin que me vean.
–¡No seas payaso!– le dijo mientras lo golpeaba sin fuerza en el brazo.
Daehyun fingió dolor mientras se sobaba el brazo, Youngjae lo miraba burlón.
–Ya, te diré donde estaba.– Daehyun se acercaba a Youngjae como si fuera a contarle el secreto mejor guardado.
Youngjae giró los ojos por las ocurrencias de Daehyun pero de todos modos acercó su oído a su boca para oír lo que tuviera que decirle.
Pero las palabras no llegaron, lo único que recibió fue un suave beso en la mejilla.
–¡Daehyun!
El chico moreno comenzó a reír sin poder contenerse, la cara de Youngjae simplemente era digna de fotografía.
–Lo siento, cariño, no me pude contener. ¡Ya! No me mires así. –decía Daehyun tratando de calmar a su enfadado novio–. Estaba detrás del pilar, pero tú y Junhong son tan distraídos que no lo notaron.
–Oh ya.– respondió Youngjae, pensando en que lo que decía Daehyun tenía sentido. Él se consideraba una de las personas mas despistadas, a pesar de ser muy inteligente. Por lo mismo algo hizo clic dentro de su mente. –¿Cómo sabías que a Zelo le gusta Jong Up?
–¿Olvidas que soy su amigo desde antes que tú?
–Ya.–admitió Youngjae.
–Pero si te lo ha contado quiere decir que te has ganado su corazón. Justo como ganaste el mío.
Youngjae sólo río suavemente antes de dejar un corto beso en los labios de Daehyun para después dirigirse juntos a su trabajo de medio tiempo en una tienda de discos, negocio del padre de Junhong, donde el menor también trabajaba, no sin antes hacer una pequeña parada en casa de Youngjae para comer, al fin y al cabo su madre adoraba a su novio.
En la biblioteca de la escuela Junhong se encontraba estudiando mientras veía de reojo a un chico de rasgos masculinos y sedoso cabello plateado.
La mayoría de los alumnos ya se había ido, pero el no quería regresar a su casa, ¿para qué? Encontraría lo de siempre, una casa vacía demasiado grande para sentirse cómodo en ella. Se iría hasta que comenzara su turno en su trabajo de medio tiempo en uno de los tantos negocios de su padre. Además, quedarse hasta tarde tenía la ventaja de poder ver a Jong Up.
El chico le gustaba desde secundaria y al quedarse en la misma escuela los dos, podía seguir viéndolo en el instituto.
A pesar de jamás haber hablado con él lo veía casi a diario en la biblioteca. El suyo era un amor que jamás sería confesado. Al menos él no pensaba decir nada.
Suspiró cansado, pasando una de sus manos por sus lacios cabellos. Se sentía agotado y sólo quería descansar, y eso haría. Guardó todas sus cosas preparándose mentalmente para su turno. Ese día contratarían un nuevo empleado, y él por ser el menor le tocaría capacitarlo. Youngjae y Daehyun siempre le tomaban el pelo, sin embargo los quería como hermanos, entre ellos ni siquiera había secretos, incluso sabía que sus dos amigos salían juntos.
Al terminar de recoger sus cosas se levantó pesadamente dirigiéndose hacia la salida, no sin antes mirar una vez más a Jong Up, el cual leía entretenidamente un comic sin prestar atención a su alrededor.
Llegó a su casa, donde sólo fue recibido por los empleados. Se dirigió a su habitación para dormir un rato y cambiarse. Se quedó el tiempo necesario para descansar, pero no el suficiente para sentirse solo.
Junhong acomodaba discos en los estantes mientras Daehyun y Youngjae esperaban al que sería el nuevo empleado; Junhong al encontrarse de espaldas a la puerta no se percató cuando entró el nuevo empleado ni de las miradas burlonas que Daehyun y Youngjae le dirigían.
–Zelo, ya llegó el nuevo empleado.
–Voy.– dijo, después de suspirar pesadamente.
¿Por qué siempre le dejaban el trabajo más pesado a él? Se preguntó mientras se dirigía hasta donde se encontraban sus amigos, con una caja en las manos; por lo mismo no miró al chico que tímidamente lo miraba entre sorprendido y expectante.
–Junhong, él es Jong Up, y estará trabajando con nosotros desde hoy.– le dijo Daehyun, mientras él acomodaba la caja detrás del mostrador.
Al escuchar el nombre se levantó de golpe, logrando golpearse en la cabeza, maldijo por lo bajo mientras se levantaba para mirar al chico frente ellos al otro lado del mostrador que miraba distraídamente el local. Daehyun, aprovechando el escrutinio de Jong Up a la tienda, le dirigió una mirada de complicidad a Zelo, el cual tenía las orejas rojas como una señal de alto. Al otro lado del local, Youngjae movía hacia él sus cejas de manera burlona, y Junhong se dijo a sí mismo que esos dos parecían tener telepatía cuando se trataba de molestarlo.
–Bueno, la capacitación durará una semana y estarás a cargo de Junhong.– habló nuevamente Daehyun, dirigiéndose esta vez hacia Jong Up.
“¿Una semana? ¿Qué acaso busca matarme?” pensaba Junhong mientras le reprochaba mentalmente a su amigo, su capacitación duró solamente 3 días, ¿por qué la de Jong Up tenía que durar más? No era que no quisiera estar con el chico del que siempre había estado enamorado, de hecho lo agradecía, pero pensaba para sí que Jong Up notaría que era muy aburrido, lo cual reduciría sus oportunidades de gustarle, las cuales Junhong ya creía eran nulas.
Trató de sonreír hacia Jong Up, tratando de no parecer un idiota, ni que se fuera a dar cuenta de la lucha interna que se libraba en su interior.
–Me llamo Junhong, pero puedes decirme Zelo.– habló el chico más alto.
Daehyun dirigió, una vez más, una mirada burlona hacia su amigo que parecía hipnotizado con el chico enfrente de él. No lo culpaba, entendía un poco lo que sentía su amigo y su forma de actuar tan torpe, porque nos es como si él hubiera actuado brillantemente la primera vez que tuvo de cerca a Youngjae. Sonrío con dulzura al evocar el recuerdo, y se alejó deseándole lo mejor a Zelo.
–Lo sé.– habló Jong Up de manera baja pero entendible, respondiendo a la presentación de Zelo. –Fuimos juntos los tres años de secundaria y a veces te veo en la biblioteca.
Zelo quería saltar de felicidad porque al fin y al cabo no era tan invisible a los ojos de Jong Up como él creía. Pero no podía ponerse a hacer una celebración sin razón aparente, en cambio sólo abrió los ojos ligeramente, luchando por no sonreír como el tonto enamorado que era.
Quería extender una mano hacia Jong Up y por fin sentir su piel como lo había deseado durante tantos años, pero ¿sería un contacto demasiado familiar? Entre que sí y no, Zelo optó por sólo asentir de manera casi imperceptible hacia el chico frente a él.
–Claro.– respondió suavemente, recriminándose el no poder ser tan espontáneo como lo era con Daehyun y Youngjae.
La capacitación empezó y el día pasó sin pena ni gloria. Prácticamente se enfocó solamente en enseñarle al peliplateado a usar la caja registradora, Junhong no entendía porqué debía tener tantos condenados botones, por lo que tardó un rato en explicar todo el mecanismo de la máquina, para después dejar al más bajo atendiendo sólo, aprendía rápido lo cual hacía más fácil su tarea. Zelo sólo se acercó a Jong Up un par de veces más, cuando le preguntaba algo sobre la caja registradora que no entendía.
–Que aburrido eres, yo esperaba más acción.– se burlaba Daehyun de Junhong una vez que Jong Up ya se había ido después de despedirse.
–¿Qué esperabas, que me aventara sobre él?– le contestó mordazmente Zelo.
Junhong podía llegar a ser irreverente, pero no era inconveniente, en sí, era una de las cosas que lo hacían más adorable desde el punto de vista de sus dos amigos.
–Ya déjalo, no es como si tu hubieras sido el primero en actuar en nuestra relación.– intervino Youngjae antes de que se librara una batalla campal entre su novio y su amigo, pero ahora las miradas de reproche que antes eran para Zelo iban dirigidas hacia él.
Daehyun hizo una expresión de indignación mientras tomaba sus cosas para ir a su casa.
–No actúes como un niño pequeño, Daehyun. Sólo trataba de que dejaras de molestar a Zelo.
–Sólo trato de animarlo.
–Está bien chicos, no peleen. De todos modos, no creo que algún día llegue a ocurrir algo entre los dos.
Junhong se alejó caminando por las calles oscuras de Seúl hacía su casa, mientras sus amigos lo miraban con preocupación. Su amigo era una de las personas más fuertes y optimistas que conocían, y si ponía una expresión llena de pesar como la de recién quería decir que el menor se sentía de verdad devastado. Querían ayudarlo, pero simplemente no sabían como.
Al día siguiente Daehyun y Youngjae planearon y llevaron a cabo todo tipo de situaciones para acercar a Junhong y Jong Up, pero el peliplateado era más distraído de lo que creyeron y el más chico era arisco hasta límites inimaginables, su amigo nunca se había comportado así. Daehyun, que era el que sabía de su enamoramiento por el peliplateado desde antes, siempre lo había molestado cuando Jong Up se cruzaba con ellos por casualidad, haciéndole comentarios burlones al menor, mientras éste le decía lo guapo que se veía Jong Up en dicho día, notando cada uno de los cambios de imagen del chico, hasta el más mínimo; por lo mismo, Dae se sentía preocupado por la actitud de su amigo de cabellera rubia.
–Junhong, ¿podemos hablar?– se dirigió Daehyun a Junhong cuando éste acomodaba unas cosas en el estante más alto, era una de las tareas de Zelo porque Daehyun y Youngjae ni de chiste alcanzaban esa altura si no era con una escalera.
–Claro, sólo termino de guardar esto.
–Vale, yo espero.
–Ahora sí, ¿qué pasó?– dijo Junhong hacia su amigo una vez que había terminado su trabajo.
En el aire había quedado el característico olor del polvo, el cual picaba ligeramente en la nariz de Daehyun.
–Deberías limpiar esos estantes.
–¿De eso querías hablar?– preguntó Junhong hacia el mayor mientras levantaba burlonamente una de sus cejas pintadas de rubio oscuro.
–No, sólo era una recomendación. –Daehyun se sentó en una silla cercana mientras veía de reojo a Youngjae, el cual limpiaba diligentemente cada anaquel de discos.
–¿Entonces venías a decirme lo mucho que te gusta Youngjae hyung?– preguntó burlón el menor una vez que notó la mirada de Daehyun hacía su novio.
–Hoy no.– le contestó Daehyun riendo.
–¿Entonces? Deja de dar tantas vueltas que tengo trabajo.– el menor habló como si estuviera harto, pero Daehyun sabía que sólo era una broma.
–¿Qué tienes?
–¿Qué tengo de qué? Esa es una pregunta muy general.
–Me refiero a qué es lo que te pasa últimamente.
–Me pasan muchas cosas, hyung, se más específico por favor.– contestó Zelo sentándose en un sillón frente Daehyun.
Los dos se encontraban en la sala de descanso de empleados, amueblada modestamente solamente con algunas sillas y sillones, prácticamente un lugar sólo para que descansaran un poco.
–Respecto a Jong Up.– Daehyun quería reír por lo evasivo que podía llegar a ser su amigo, pero no era el momento.
–¿Qué con él?
–Ya, Junhong, sabes a lo que me refiero.
–Está bien.– respondió el menor con resignación–. Sólo estoy tratando de superar lo que siento por él, pero tú y Youngjae hyung no me la están poniendo fácil.
–Sólo tratábamos de ayudar.
–Lo sé, pero agradecería que dejaran de hacerlo.
–¿Es lo que realmente quieres?
–Realmente, no lo sé.
–Bueno, en lo que lo averiguas seguiré tratando de acercarlos. Cuidado ¿eh? Quizá uno de estos día se queden encerrados los dos solos en la tienda, por accidente.
Daehyun se paró riendo, buscando reconfortar a Zelo mientras revolvía su rubia cabellera.
–Por cierto.– volvió a hablar Daehyun.– te vez más sexy con el cabello negro.
Zelo miró reprobatoriamente a su amigo con un tierno mohín en los labios, mientras éste se alejaba riendo a paso ligero.
–Tiene razón.– dijo Jong Up mientras abría una botella de agua que se encontraba en la única mesa de la pequeña estancia.
–¿Respecto a qué?– preguntó Zelo mientras trataba de averiguar qué tanto había escuchado el chico más bajo, de su conversación.
–Respecto a lo de tu cabello. Se te ve mejor de color negro.
Junhong abrió sus ojos ligeramente por la sorpresa, sin ser capaz de articular palabra.
–¿Sólo escuchaste eso?
–¿Eh? Sí, no es mi estilo escuchar conversaciones ajenas.– respondió Jong Up riendo.
–No me refería a eso. Sólo quería saber.
–Los vi hablando, pero sólo escuché lo de tu cabello.
–Oh ya.– respondió Zelo sin saber que más decir.– Y gracias, consideraré volver a teñirme el cabello de negro.
–Claro.– respondió Jong Up con una enorme sonrisa que dejó embobado al más alto–. Bueno regresaré a trabajar.
Jong Up se levantó y se fue sin darle oportunidad a Zelo de decir algo, pero para ser sinceros, no encontraba nada más que decir.
Ése día Zelo le había enseñado al de cabellera plateada a acomodar los discos según las clasificaciones; quería aprovechar el tiempo y enseñarle más para así poder terminar antes su capacitación, pero Youngjae no se lo permitió cuando el menor se dirigía a enseñarle el lugar donde guardaban los discos a Jong Up, simplemente lo mandó por un tubo diciéndole que no encontraba la llave del lugar. Definitivamente sus dos amigos buscaban matarlo.