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Corazón De Dragón por Lawli Bemma

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Notas del capitulo:

Hola :D aqui esta la actualización :3 espero que les guste y nos aburra mucho porque es más de explicar la problematica de la historia, incluso uso a un personaje que creo que nunca nadia habia usado en sus historias xD y bueno en verdad espero les guste :3

Se hubiese quedado parado en la entrada por más tiempo si Goku no lo hubiese jalado hasta quedar sentados frente a los cuatro presentes, Bardock estuvo a punto de cerrar la puerta cuando una pequeña mano se interpuso y vio entrar a Gine con los ojos rojizos, ya vestida y acompañada de un gesto de furia que no parecía muy frecuente en ella, intercambio unas cuantas palabras inaudibles con el hombre de la cicatriz y se encamino a sentarse al lado de Vegeta sin siquiera mirar a los dos integrantes de su familia y se cruzo de brazos. Todos parecieron lamentar su entrada, al parecer no querían involucrarla en lo que fuera esa reunión.


Mientras Bardock se acercaba a tomar asiento observo a cada uno de los integrantes de esa reunión, un hombre bastante alto, de piel verde y ropa extraña estaba alejado de la mesa recargado en la esquina de la habitación y le dedicaba una fuerte mirada; un joven de bastante parecido a Goku se encontraba frente a él y a su lado estaba un joven de cabello un poco largo, una pañoleta naranja atada al cuello y con los brazos cruzados recargaba sus pies en el borde de la mesa, éste le miraba con interés; y finalmente había una mujer de bastante edad que lejos de estar sentada, flotaba encima de una enorme esfera, era una mujer muy pequeña y sus ropas eran completamente negras a acepción de una cinta roja en su sombrero en punta, a ella la conocía, era la bruja de la comarca.


Apenas el cuerpo de Bardock se dejo caer en la silla el hombre de capa blanca hablo con bastante disgusto: “¿Quién es él Goku?”, sintió un  último apretón en su agarre y vio como lo soltaba para sacar un papel de su bolsillo, “Es un posible aliado” dijo mientras colocaba en la mesa el papel y lo extendía, dejando ver que era un mapa que abarcaba mucho más que solo la comarca y pequeños pueblos vecinos. Ambos se miraron por un instante y después de un largo suspiro Goku comenzó a hablar al notar que no podrían continuar sin que Vegeta lo supiera, sin embargo en ningún momento se atrevió a mirarlo a los ojos.


-Se trata de los Sayajin- de reojo observo como el asombro crecía en el rostro de Vegeta y sonrió levemente –recuerdas el relato que te contaba en las cuevas ¿No?- aquel recuerdo de él mismo siendo abrazado por el menor mientras intentaban dormir en las frías cuevas vino a su mente.


“Hace mucho, mucho tiempo la tierra se reinaba de distintas razas: dragones, humanos, brujos, pero por sobre todos se encontraban los hechiceros al ser la mayoría; éstos se dividían en dos razas más: la pura, resaltados por la característica de poseer cola de mono, y los mestizos que a pesar de no tener cola, sus poderes no cambiaban. Sin embargo, con el tiempo los hechiceros se dividieron en algo más que razas: su pensamiento. Por un lado continuaron los leales quienes seguían rindiendo tributo a Shen Long; por otro, los que se auto nombraron *Sayajines*, tan solo decir aquel sobrenombre era una falta grave para los leales debido a su significado que radicaba en *El Dios Supremo*.


Bastaron unos meses para que ambos bandos se alzaran en armas… […]”


Lentamente movió su cabeza formando un gesto de asentimiento y vio esa sonrisa desvanecer -… Han vuelto a levantarse y estoy seguro de que en parte lo has notado; quizás en tus largos viajes te topabas con pueblos al borde de la ruina o algunos incluso devastados- mientras decía esas palabras iba señalando en el mapa círculos rojos que al parecer eso representaban. Noto que cada mirada se posaba en él y se cruzo de brazos mostrándose como el hombre molesto y orgulloso de siempre. –Y como ya sospecharas…  nosotros somos- fue interrumpido de forma cortante por un golpe en la mesa causado por el hombre que había abandonado su puesto alejado de todos y ahora lo miraba con severa desconfianza.


-Basta ya Goku… ¡dímelo ahora mismo ¿Eres aliado o no?!- inmediatamente su ceja se arqueo y mostro su típica sonrisa arrogante, por su mente cruzaron millones de respuestas que gozaría escupirle pero su gesto cambio de golpe al sentir sobre sí la mirada penetrante de Kakarotto; así que a esa decisión se refería; sus recuerdos retrocedieron repentinamente cinco años y saltaron hasta hace unos minutos: “Vegeta, sea cual sea tu decisión… siempre voy a amarte”; se estremeció levemente al recordar esas palabras y sintió un enorme hueco y dolor en su pecho, entonces la alarma en su cabeza exploto junto a sus recuerdos y tomo la decisión de que no volvería a perder, esta vez, iría a la guerra e incluso daría su propia vida por proteger a la persona que le dedico esas palabras.


 Se esforzó en mostrarse amable y al no conseguirlo se mostro serio mientras contestaba mirando a los ojos al más alto: -Ahora que lo sé, por supuesto que soy aliado y pienso contribuir- casi todos los presentes parecieron relajarse con ese comentario a excepción de quien había preguntado -… y me importa una mierda si no me crees o no te parece- involuntariamente en sus labios se dibujo su sonrisa arrogante que siempre adornaba su gesto cuando se creía vencedor y en contra de lo que había pensado que ocurriría, toda la tensión desapareció de aquella sala. El joven parecido a Goku recargo sus brazos en la mesa y le hablo al hombre: “Vamos Señor Piccoro, si papá lo ha traído es porque es de confianza”; supo perfectamente como disimular el pánico que creció en su interior al escuchar eso, había entrado de la mano de Kakarotto a una sala donde se encontraba su hijo.


Se escucho un ligero golpe cuando el joven de la pañoleta dejo de columpiarse en la silla y se sentó adecuadamente, acercándose a la mesa y aun sentado simulo una reverencia –Bien, alguien debe ponerte al tanto así que me presento; yo soy quien se encargara del suministro de armas… llámame 17- pronuncio sonriente –puedo darte la mejor espada que hayas visto en tu vida- nuevamente se acomodo recargando los pies en la mesa y columpiándose con su radiante sonrisa.


-A mí ya me conoces Vegeta, yo me encargare de que todo el mundo esté comunicado durante el proceso- soltó una risilla cuando el mencionado le contesto: “No esperaba menos Uranai Baba”. En ese momento el de piel verde soltó un leve gruñido dándole la espalda a todos y acercándose a la puerta: “¿Y tú Namekiano, no me dirás cuál es tu importantísima labor?”, el mencionado solo giro un poco la cabeza y mostro sus dientes en una mueca de molestia para contestar, “Eso a ti no te incumbe, y mi nombre ya lo sabes; además probablemente me ocupe de cuidar que no mueras al instante”; Vegeta soltó una risotada y lo miró desafiante.


-Déjame decirte que me importa una mierda lo que te ocurra, pero además de ir a pelear y asegurarme de que éste insecto no muera- señalo con el pulgar hacia Goku que comenzaba a reír intentando ocultar lo rosado de sus mejillas –proveeré a todos de las mejores armaduras y lamentablemente lo más probable es que sea yo quien termine salvando tu miserable vida- aquel comentario no había cambiado en lo más mínimo su falta de confianza hacia él, así que abrió la puerta y se marcho sin decir más.


-Por favor disculpe al Señor Piccoro, siempre es así… Mi nombre es Gohan, soy hijo de Goku como ya había escuchado y junto al Señor Piccoro y mi abuelo Bardock los cuatro formamos la estrategia y…- miro por un largo momento a su padre y seguido a Vegeta, un pequeño sonrojo creció en sus mejillas y giro la vista a otra parte –y… es un gusto conocerlo- en ese momento Vegeta entendió la razón de la incomodidad y prefirió ignorarlo, solo entonces noto que tanto Gine como Bardock habían permanecido en silencio y no solo eso, la habían ignorado por completo y ambos se miraban fijamente.


Una nueva tensión creció alrededor de ambos y cuando lo notaron, cada uno se disponía a marcharse para dejarlos solos, Vegeta se estaba levantando cuando sintió que una pequeña mano lo tomaba y retenía: “Vegeta, si no te importa quisiera hablar contigo en unos minutos”; a pesar de dirigirse a él en ningún momento lo miro; él solo asintió y salió de la habitación. Apenas hacerlo pudo escuchar los gritos del hombre, no prestó mucha atención pero lo que podía entender eran órdenes de que no se atreviera a meterse en sus asuntos, se estremeció cuando el tono de voz se altero y ahora decía no querer perderla. Decidió alejarse un poco más y esperar a la mujer fuera del pasadizo junto a Kakarotto pero a medio camino escucho la puerta ser azotada y de un jalón fue dirigido fuera del pasillo.


Ambos ignoraron al blondo que los esperaba fuera y entraron a otra sala, se impresiono ante la gran fuerza de la mujer que incluso logro empotrarlo contra la pared y lo sujetaba fuertemente de su chaleco, podía notar que había llorado de nuevo pero ahora que su gesto era de furia dudaba que sentimiento las hacia brotar nuevamente.


-¡Más te vale que cumplas, si algo toca un solo cabello de Kakarotto…!- su mirada mostro ira a pesar de las lágrimas que derramaba – ¡Si algo le ocurre yo misma te haré pedazos!- No se atrevió a contestar, la mujer solo le dio un leve empujón contra la pared antes de soltarlo y salir de lo que parecía un almacén. Aquellas palabras le habían robado el aliento, más aun la mirada que le hizo pensar muchas cosas, camino como zombie hacia la salida mientras pensaba en ello y al estar fuera y ver al blondo sonreírle y acercarse a él, por su mente cruzo un kamikaze pensamiento de que si no lograba mantenerlo a salvo… el mismo se haría pedazos.


-... ¿Ocurre algo Vegeta?- comenzó a reírse y rascarse levemente la nuca –se que mamá puede dar mucho miedo cuando se lo propone- negó con la cabeza y se cruzo de brazos, mostrando que estaba esperando algo, sabía que aun le faltaba saber muchas cosas más. –Te explicare todo mientras tú mismo lo observas- se encamino a la puerta más grande seguido de cerca por Vegeta y entraron a lo que parecían unas enormes arenas de combate en las que pudo ver bastantes personas entrenando con sus dragones o se encontraban en combates cuerpo a cuerpo, ya fuera con espada o energía y se dispuso a escuchar atentamente lo que Goku tenía que decirle mientras caminaban a lo largo de aquellas arenas.


-Antes que nada quiero afirmar lo que probablemente ya sospechas- tomo aire sabiendo que el tema era delicado para ambos –la guerra comenzó desde hace cinco años, cuando atacaron en el festival y robaron cada nueva especie de dragón que habíamos conseguido- dio una pequeña pausa como si él mismo quisiera asimilar lo que decía y también le daba oportunidad al mayor –ellos fueron Vegeta, ellos se las llevaron de nuestro lado- inmediatamente vino a su mente la radiante figura de Bulma envuelta en aquella tela dorada y sonriéndole dulcemente. No sabía que pensar cuando ese recuerdo lejos de dañarle le causo un estremecimiento por recordar un momento tan dulce y supo por la sonrisa que se formo en Kakarotto que le ocurría lo mismo.


Continuaron caminando y mirando los combates –Nosotros también nos estamos preparando desde ese momento, la mayoría de los que están aquí ya llevan ese mismo tiempo entrenando además de que empezamos a expandirnos, sin llamar la atención hemos ido enviando personas a defender los pueblos cercanos… Vegeta sabes lo que se aproxima, los domadores ya salieron hace dos días… se que todo comenzara en esas semanas como hace cinco años- irónicamente solo pensó que éste sería el mejor Festival del Fuego ya que tendría la oportunidad de vengarse pero no mostro nada de eso frente a Kakarotto.


-Además, me parece que al fin podré continuar con mi labor en esta guerra- comento con una sonrisa mientras sacaba de su bolsillo la pequeña brújula –antes alguien se había entrometido y hacía que la manecilla parpadeara como loca en una dirección distinta a la que mostraba antes- detuvo su caminata para mirarlo a los ojos mientras lo culpaba y el solo desvió la vista con un leve “Jumm”, lo tomo de la barbilla y en contra de su pequeña voluntad le beso de forma dulce y delicada. Vegeta no sabía si odiarlo por todas las sensaciones que le provocaba y debía reprimir según el código de su orgullo, pero en ese momento se permitió corresponder a la caricia. –Vegeta nuestra principal tarea será buscar la séptima-.


Observo atentamente como sacaba de su bolsillo una pequeña esfera naranja, la tomo con una sola mano mostrándose incrédulo de que pudiera sostener así de fácil una parte del cuerpo de un Dios. La observo detenidamente, conto cuatro estrellas y se aventuro a preguntar “¿Cuál es la que falta?”, Goku se quedo pensando y con sus dedos le hizo saber que era la de cinco estrellas. –En mi último viaje encontré varias cosas, la hembra de hielo que resulto estar preñada, encontré esa esfera y a ti- reía al ver el gesto molesto de Vegeta cuando revolvía su cabello, le retiro la esfera y siguió caminando. Llegaron a un espacio vacío donde Goku se detuvo y miro de frente a Vegeta –Nos quedan tres meses con suerte, así que me gustaría que entrenáramos- en sus rostros se dibujaron amplias sonrisas.


Ambos estaban entusiasmados por la idea, al mismo tiempo se colocaron en posición de batalla y en el instante en que formaron una espada de energía todo pensamiento ajeno a la pelea pareció marcharse. “No eres tan malo como creía Kakarotto” sus movimientos eran bastante rápidos y sonoros, la fuerza que usaban era tal que causaban leves temblores y cada persona que se encontraba en el edificio se acerco a una distancia prudente impresionados ante tales poderes. Cada choque de sus espadas causaba destellos cegadores y en un rápido movimiento Vegeta ataco directamente  a la espada de su contrincante, aplicando tal fuerza que logro destruirla y de una patada directo al pecho derrumbo a Goku.


Poso victorioso la punta de su espada sobre el pecho del perdedor y su sonrisa fue más amplia que nunca cuando los espectadores lanzaron aplausos a ambos, desintegro su espada y ayudo al menor a levantarse, satisfecho al ver su gesto de asombro y se digno a sacudirle el polvo que le había dejado en el pecho con la patada; la gente se despejo de a poco y en un instante su tranquilidad se borro al escuchar a lo lejos una voz que nunca querría escuchar en ese lugar. “Padre no sabía que fueras tan bueno”.


Se giro para ver al joven peli lila y vio desaparecer su sonrisa dando paso a aquel gesto que tanto odiaba, nuevamente vio temor en su hijo y rápidamente lo tomo del brazo y lo llevo lejos prácticamente arrastrándolo hasta que su hijo logro soltarse. -¡¿Qué haces aquí?! No te permito que te involucres en esta guerra- extrañamente el temor desapareció cuando la ira lo domino y aunque nunca se creyó capaz su voz se elevo gritándole a su padre.


-¡Ya no tienes ninguna autoridad sobre mi!- miraba fijamente a su impresionado padre y continuo –Aunque te pese… aunque te duela, hace cinco años tuve mi prueba de varonía. Dome y monte mi propio dragón en ese Festival- observo como aquel gesto furioso se calmaba de a poco –Es mi decisión estar aquí y participar… si te vas por meses y meses no puedes llegar y ejercer tu voluntad- su voz se quebró dando paso a la humedad de sus ojos, sin embargo en ese momento no se permitió llorar y seco sus lagrimas en su muñeca para seguir mirando a aquel hombre.


Pensó que igualmente lo reprendería, incluso se preparo para recibir un golpe pero ninguno llego, había cerrado los ojos fuertemente y cuando los abrió no podía creer que nuevamente lo viera como hace años, no vio a un hombre malhumorado y agresivo, más bien a alguien consumido por la nostalgia, tranquilo y deseaba saber la razón. Permanecieron en silencio mientras el mayor lo analizaba sumamente concentrado y éste solo se rompió por él: “Eres igual de terco que Bulma”, aquellas palabras acompañadas de aquella sonrisa le llenaron el pecho de dolor y alegría al mismo tiempo.


Esta vez dejo que la humedad reinara en sus ojos y mejillas cuando el mayor se acerco a revolver levemente sus cabellos, aquella sonrisa continuaba en su rostro y deseo que nunca más se borrara. “Eres lo único que me queda de ellas”, lo miro a sus ojos celestes y sintió que miraba a su antigua amada y a su pequeña princesa, pero no pudo continuar viéndolas ya que también se vio a sí mismo en su mirada, reflejado en su coraje. “Más te vale” –Mantenerme con vida, lo sé- termino la frase y se atrevió a mirarlo a los ojos, descubrió que era alguien nuevo y eso le intrigaba; lo miro prestar atención a un punto lejano a ellos y se giro a ver.


Por un momento se lleno de pánico al creer que miraba a Goten pero se relajo al ver que miraba detenidamente a su compañero de batalla, se entusiasmo con la idea de que estuviera volviendo a empezar y se animo a preguntar. -¿Tenemos gustos similares?- al ver que el mayor no entendía señalo con el dedo al menor que iba perdiendo en la pelea y se alegro al ver como se sobresaltaba y ponía nervioso –Es su hijo menor, se llama Goten… ¿Algún día lo llevaras a casa?- después de todo no había cambiado tanto, nuevamente recibió un “Trunks, no te metas” pero esta vez supo que simplemente era por miedo además de que reconocía la forma en que miraba a aquel hombre y un pensamiento le lleno de alegría y preocupación.



“Nuevamente temes perder a quien amas”

Notas finales:

qué tal? alguien se lo esperaba? 

Celes: te lo esperabas? :D o aun te esta fallando tu bola de cristal xD

Espero no les haya aburrido :D 

Saludos ^u^/


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