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BROMISTA (KYUNGSOO) por Still

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Notas del fanfic:

Hola, espero les guste el fic♥

Do Kyungsoo era un chico de 17 años. Aburrida, así definía su vida. Era del mismo tono, mismo sabor, mismo olor, no le daba gracia nada, prefería quedarse en su casa jugando juegos de vídeo a que estar haciendo vida social fuera. Le gustaba ignorar los gritos de su madre, sentía que eran innecesarios escucharlos, ya que siempre sus regaños eran por simples cosas insignificantes. Eran las veces que se reía de los chistes malos de sus hermano mayor, porque le llamaba la atención la gracia con la que los contaba, pero hasta ahí, con sus demás relatos los debía escuchar obligatoriamente, ya que su hermano siempre le brindaba su ayuda en momentos difíciles.

Cierto día iba de camino a casa cuando vio a un grupo de chicos lanzándole un balde de agua a una chica hermosa que pasaba a su lado, su minifalda se movía al compás de su caminar, su largo cabello brillaba y su blusa, cualquiera moriría por arrancarla y hacerla suya; el grupo de jóvenes corrieron dejando a la chica empapada y con ganas de llorar. Kyungsoo creyó que la broma era buena, sí, pero él podría hacerla mejor, como lanzarle un balde de gasolina y con una mechera encenderla, mientras que en otro balde tienen el agua y se mojan ellos mismos, dejando a la chica sufriendo y corriendo de un lado a otro, sin duda esa seria una gran broma.

Al siguiente día Kyungsoo despertó con grandes ideas, de inmediato anotó en su cuaderno las cinco mejores bromas que haría en la semana siguiente, cada una representando un día; nadie sabría que fuese él, porque o sea, quien pretendía o creería que el chico callado y sin vida haría tremendos de escándalos, y aparte de que sacaba buenas notas, jamás pensarían en él. Podrían tener sospechas en aquel chico, el de china, Tao, el busca pleitos, o el más arrogante de la clase, Jongdae.

 

Lunes, broma número 1.

Fue el primero en llegar a la escuela, al vigilante no lo veía por ningún lado, escabulléndose a su oficina, agarró las llaves para lograr abrir su salón de clases. Corriendo se devolvió y las colocó en donde estaban.

Llevaba consigo una caja sellada, y una pequeña navaja que le facilitaría abrirla rápidamente. Se escondió al final del salón, esperando que la señora que le dejaba el café a los profesores, dejara en el pupitre el respectivo café que su horrible profesora de física bebía. Odiaba cuando su profesora sorbía fuertemente en aquel vaso, ¿no podía simplemente dejar que se enfriase un poco? O tal vez no beberlo, cada vez que la escuchaba haciéndolo, cubría sus oídos.

Sintió los pasos de la señora del café, eso significaba que en menos de quince minutos comenzarían las clases, por ende debía actuar rápido. A paso rápido llegó al pupitre de la profesora, destapó el vaso del café, sacando y derramando primeramente por la ventana liquido del vaso, como una base que encajaba dentro del vaso hecha de icopor, la acomodó dentro de esta, con la navaja hizo un hueco en la caja sellada y lo que estaba ahí, lo golpeó haciendo que todo cayera al vaso, algunas se escaparon, Kyungsoo alcanzó verlas y de un manotón las aplastó. Se alejó un poco y antes de marcharse del salón de clases, observó si no había dejado nada en mal estado, todo estaba perfecto.

Kyungsoo fue al baño, lavó sus manos, mojó un poco su cabello y vio la terrible sonrisa que estampada en su cara no se borraba, sé decía a sí mismo que dejara de ser patético, si seguía así lo descubrirían, se pegó unas cachetadas mentales y salió, de regreso a su salón.

Ya estaban todos sus compañeros, solo faltaba él, a modo que se sentaba, la profesora llegó pronunciando un Buenos días clase, Kyungsoo ya se imaginaba la escena que se formaría, movía sus dedos impaciente, y mordía el lápiz con sus dientes. Era tanta suerte que esa vez a su profesora se le dio por quitar la tapa del vaso del café, de inmediato las hormigas rojas se le comenzaron a subir por todo el rostro, tenía dentro de su boca, la profesora gritaba y se lanzó al suelo, revolcándose y rascando su rostro, pero estas hormigas corrieron a sus manos y las picaban de igual forma. La profesora trataba de escupir, pero su lengua se hinchaba poco a poco. Los demás alumnos algunos llamaron al director, otros a una ambulancia, otros con sus termos de agua lo lanzaban directo al rostro de la profesora, y Kyungsoo seguía en su puesto, observando el paraíso, su primera broma fue un éxito.

 Martes, broma número 2.

Era su vida entera, la cuidada mas que a sí mismo, cada día antes de salir miraba si tenía algún defecto al que corregir, su motocicleta Yamaha FJR1300A, sin duda era el centro de atención de su escuela, la mayoría llegaba en bicicletas, o sus padres los dejaban en su carro en la puerta, pero Kyungsoo no, el se iba y venia a pie de su casa, y no le importaba, lo que si detestaba era a ese chico insoportable que se creía el rey, y no dejaba que ni un pájaro tocara su preciada moto, Sehun.

Para esta broma tan solo necesitaba un par de guantes, los que obtuvo en el laboratorio. Cuando todos estaban en clases, pidió permiso para ir al baño, a paso lento llegó al estacionamiento, colocó sus guantes y miró su objetivo, se agachó y aflojó la tapa que hacía que el aceite se mantuviera en el tanque. Desecho los guantes y con un gancho de cabeza de madre, rayó la pintura escribiendo "Idiota" en ella.

Sonó el último timbre, Kyungsoo fue el primero en salir, corrió hasta fuera de la escuela y esperó... y allí iba Sehun, atrás suyo dejando una marca en el suelo de aceite, al girar, no pudo controlar su movimiento, por lo que las llantas estaban repletas de aceite, el chico cayó, girando por el suelo caliente y se detuvo golpeando su cabeza con un poste. Todos corrieron y rodearon al chico accidentado, Kyungsoo se acercó y miró que de él brotaba un poco de sangre de su cabeza, gritó dentro de sí, pidió permiso y se fue a su casa corriendo, dando aplausos y riendo fuertemente.

 

 Miércoles, broma número 3.

Creyó que grabar sería brutal, quedaría filmado cada y una de las personas golpeadas y estrujadas por ellos mismos.

Esa mañana salió temprano nuevamente, su madre no le reprochaba, ya que su relación cada día iba mejorando, el estado de animo de Kyungsoo subía y le daba besos en la mejilla a su madre, e incluso le contaba que le ocurría en el día -pero omitía las bromas que hacia, porque si su madre se llegaba a enterar, que horror, de seguro haría algo al respecto y lo hiciera dar la cara frente a todos- decía que andaba estudiando fuertemente para los exámenes finales y que se la pasaba metido en la biblioteca.

Era suerte, o el vigilante nunca estaba cuidando la entrada, pasaba sin ningún apuro, y daba gracias a loa cielos por hacer que todo marchara a un buen ritmo. Kyungsoo llevaba una chaqueta negra, y su uniforme debajo, en el bolso llevaba la cuerda trasparente que ataría al final de las escaleras para que mientras todos iban bajando, cayeran uno por uno. La cuestión era dejar amarrado de un extremo la cuerda y al momento de que el timbre sonara, el solo estiraría el otro extremo y ¡boom! ocurriría el espectáculo del día.

Su cámara la fijó en los arbustos que perfectamente se posicionaban frente a las escaleras. Los estudiantes comenzaron a llegar uno por uno, Kyungsoo tenía sus brazos cruzados y miraba a cada minuto el reloj en la pared, a las personas que pasaban las saludaba, e incluso a algunas chicas guiñaba su ojo, ellas enrojecidas volteaban a otro lado apartándose de inmediato del chico.

Siete en punto, el timbre suena y una gran cantidad de alumnos corren cuesta abajo por las escaleras dirigiéndose a sus salones, Kyungsoo rápidamente amarra el extremo suelto y se aleja, sin apartar la vista de la jauría que paso a paso, escalera por escalera bajaban. El primero cayó, se escuchó un fuerte golpe y la sangre de su diente partido manchaba su camisa, otro mas cayó encima suyo y así repitieron el acto aproximadamente veinte alumnos mas. Golpeados y maltratados, algunos lograron levantarse, los que mas sufrieron fueron los de abajo, inconscientes los cargaron y llevaron a la enfermería, Kyungsoo se acercó a su cámara, la recogió y se fue a su salón de clases.

 

Jueves, broma número 4.

El director de la escuela tenía miedo, algo dentro de si le decía que ocurriría una tragedia, y estando fuera y lejos de la ciudad, no sabría que haría al respecto; aun así decidió que el paseo a una finca debería realizarse.

Kyungsoo ya tenía su broma armada, sin que nadie lo viera, a mitad del camino lanzaría unos alfileres que espicharían las ruedas del autobús en el que iba, pero, ¿qué haría con los otros buses? no había tenido eso en cuenta Kyungsoo, torció su boca y pronunció -Vaya, que aburrido... - dijo así mismo, así que decidió cambiar su broma, pensando toda la noche, una idea genial se le ocurrió, el mataría a los animales de la granja, sí, eso, con un venenos efectivo que su madre guardaba para envenenar ratones que se escabullían en su casa.

Bajó las escaleras con cuidado a mitad de la noche, llegó a la cocina y debajo del mesón, escondido al final, lo agarró, lo envolvió en un pañuelo y fue a la cama.

El viaje comenzó de muy temprano, Kyungsoo no durmió nada en el bus, su adrenalina de ver a los animales muertos era mas grande, el poder fingir y mostrar dolor de esos pobres animales indefensos recorría su cuerpo y se apoderaba en su sonrisa maquiavélica.

Primero llegaron a donde estaban las gallinas, las observó y se rió un poco de ellas, por su forma de caminar, y el movimiento de su cuello, buscó el maíz y sin darse a ver roció un poco del veneno en su comida, caminó y llegó al lado del profesor, haciéndole una pregunta como si estuviera interesado en el tema de la alimentación de los animales. Era el turno de los cerdos, eran asquerosos para Kyungsoo, pero como eran tan deliciosos sintió un poco de lastima, de igual forma roció el resto del veneno que quedaba en la botella, pensó que si seguía matando mas animales, tal vez lo descubrirían y hasta podrían hacer requisas.

No había pasado ni quince minutos cuando escuchó gritos de alumnos y cuidadores de la finca, veía a gallinas y cerdo botar espuma por sus hocicos y picos, se movían de un lado a otro y después caían al suelo.

-Oh, esto fue terrible- Kyungsoo mordió su labio inferior y sus manos apretadas por puños era lo que impedía el aplaudir y reírse a carcajadas.

 

Viernes, broma número 5.

Ese día Kyungsoo no fue a la escuela, simplemente porque no se le dio la jodida gana de ir, y creyó que el director hablaría de toda la mierda que ocurrió los días pasados debido a sus pequeñas bromas, es que, se mataban tanto la cabeza pensando en quien pudo ser el chistoso de matar a los animales, en el caso de la profesora, renunció. La señora no aguantó la presión y el miedo de que le hicieran nuevamente algo como eso, le traumaría mas de por vida.

Sehun ganó un impresionante miedo a las motos, que su padre lo llevaba y lo iba a recoger; algunos alumnos estaban internados en el medico, por la cantidad se personas que les cayeron encima. Kyungsoo en realidad no le importaba que les pasaba, el tan solo de que su broma saliera a la perfección, y que no le descubrieran, su día seguiría siendo normal.

Decidió ejecutar su ultima broma en el centro de la ciudad, porque allí a cada hora la circulación de personas era impresionante, y así nadie podría ver lo que haría, porque cada quien estaba concentrado en lo suyo. Kyungsoo vistió una camisa y un pantalón negro, mas su gorra del mismo color, a pesar del calor quiso irse así.

Llegó y de su bolsillo sacó una cuchilla pequeña, consistía en pasar al lado de las personas y cortar en los brazos, piernas, cuellos, cualquier parte del cuerpo, pero tan solo cortes mínimos. Primero pasó al lado de una anciana, con la cabeza gacha, caminaba a paso rápido y extendía el su brazo un poco, rosando la cuchilla el piel arrugada y aguada de la señora. Escuchaba quejidos, y hasta algunos ni sentían, como aquel niño que su mejilla fue cortada.

Y así siguió Kyungsoo cortando y cortando a las personas desconocidas, su mano sin querer se había manchado un poco de sangre, la restregó en su pantalón sin darle importancia.

Mierda!- gritó un chico exageradamente alto, este volteó de inmediato y sin dejar de que Kyungsoo escapara, lo agarró jalando su camisa desde atrás.

-Fuiste tú, ¿eh?- Kyungsoo miraba hacia abajo, ¿qué haría? no tenía ni la remota idea. -Contéstame hijo de puta, me has cortado el brazo, lo he notado. -arrancó su gorra y la tiró al suelo. Kyungsoo lo miraba a los ojos con miedo, este chico media el doble suyo, lo destrozaría de un puñetazo.

-N-no sé que dices, hermano, yo sólo pasaba por aquí directo a mi casa.

-¡Ah! Joder, ahora me dices mentiroso, y en mi maldita cara, no te da ni pizca de vergüenza- rió- ¿sabes algo? Vamos, me has colmado la paciencia ya.

Arrastró a Kyungsoo a un callejón, lo empujó este cayendo a la basura, se aproximó a él y lo levantó posicionando las manos en el cuello de Kyungsoo, hasta que este no tocara el piso y quedara frente a frente al chico.

-A ver, dime tu nombre niñato de quinta.

-K-kyungsoo- dijo con el aire que le sobrara, ese hijo de puta cada vez presionaba mas y mas haciendo que el cuerpo de Kyungsoo temblara por completo.

-Kyungsoo, ¿acaso te gustaría que yo o cualquier persona saliera al centro de la ciudad y con una cuchilla comenzara a cortar por qué sí?

-No...

-Tus actos me dicen lo contrario. Dame la cuchilla- soltó a Kyungsoo, este cayó y tosió, rebuscó en su bolsillo, dándole la cuchilla al mas alto. Por su parte se agachó y tomó el rostro de Kyungsoo, indefenso.

-Me encantaría ver tu expresión de dolor cortando tus hermosos labios, se miran muy apetecibles- y eso hizo, pasó la punta de la cuchilla por el labio inferior de Kyungsoo, un largo corte horizontal. La sangre cayendo y manchando sus barbilla, su cuello y brazos. Kyungsoo llevó sus manos a su labio, sintió el ardor y el dolor, sus lágrimas brotaron y suplicó.

-Por favor, basta, f-fue solo una broma, no más.

-Pero esta también es una broma, es como si te estuviera contando chistes ¿no te diviertes? -se detuvo mirando el rostro de Kyungsoo- ¿te gustan los corazones?

Sin dejar que respondiera, agarró el brazo de Kyungsoo y con la cuchilla, enterrándola hizo la forma de un corazón en su piel, cerca de su codo. Kyungsoo maldecía y gritaba a todo pulmón esperando a que alguien lo escuchara.

-Joder, cómo es que no viene nadie- pensó Kyungsoo. Miraba aquel extraño y lo único que se le vino a la mente para defenderse fue escupir en el rostro al otro.

-¿Es todo lo que tienes?- rió- imbécil.

Su mano se movía por todo el rostro, era una pequeña danza, cortes y cortes en la frente, nariz, mejillas y más, Kyungsoo se sentía débil por la cantidad de sangre que ya perdía, el mas doloroso fue el corte en su ojo derecho.

-Ya, ya, vale, me rindo. Por favor, llame una ambulancia, me desmayaré dentro de poco, señor- susurró.

-No me miro tan viejo, soy joven, llámame por mi nombre, dime Kris, y lo otro, que la llame tu mami, no traigo mi celular ahora.

Finalizando su sesión un puñetazo dejó inconsciente a Kyungsoo, tirado en el caliente suelo y solitario callejón.

Su respiración era débil, estaba vuelto mierda, si, las malditas bromas lo llevaron a esto, era ese momento en el que te tropezabas con la persona equivocada, y este termina siendo un enfermo desquiciado que no le importaba nada.

"Era mi turno."

 

~

Monstruo, aléjate de mi. Tus palabras hechas suplicas son peores que tus cicatrices.

Púdrete, eres un motor apagado el cual no avanza, aún así con tan solo mirarte llegas y enciendes mi lado oscuro, mi hipocresía es tan visible que el estar a tu lado me da asco. Me das asco, miedo, vete, corre y enciérrate.

¿No ves que eres un jodido deforme? Muérete, y danos el placer de verte bajo tierra. Los pobres animales no tienen culpa de que llegues a su mundo y contamines su ambiente, tu veneno abunda en el agua, en cada paso que das.

Hoy.

Absorbe el odio, mastica las palabras y trata de trágalas.

Imposible, son como vidrio cortando mi garganta, afilado y fuerte cristalino, llega a mi profundidad y retira el daño.

Mañana.

Arranca tus uñas, forma barcos para las hormigas. Despelleja tu piel, envuelve tu pasado, no mires el presente, es doloroso, imagina tu futuro feliz, en tu otra vida. Entierra dos vidrios en tus ojos, ciega tu mundo.

Nada, nada como si no hubiera mañana, no te ahogues, no te deprimas, pide perdón, muere tranquilo.

Notas finales:

Si gustan  pueden dejarme su comentario :D


En estos días actualizo Mariposones, perdón por no actualizar ;_;


 


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