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Las apariencias engañan por Yuiko Nozomi

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Notas del capitulo:

Hola, espero que les guste este fic <3 

— ¡Por favor sal conmigo!

Existen pocas cosas o personas que realmente me sorprendan, por ejemplo, una declaración no es nada sorprendente, siempre y cuando sea por parte de una chica, pero este no era el caso actual, frente a mí se encontraba un sujeto completamente desconocido, inclinado, sin dejar ver su rostro a causa de esto último. Solo podía ver su cabello anaranjado. 

Lo normal, lógico y correcto era rechazarlo amablemente, explicando uno o dos inconvenientes sobre aquella relación que proponía. Pero había algo que me frenaba a dar el no definitivo, probablemente me llamaba en demasía su coraje.

— Disculpa ¿Te conozco?

— No, jamás hemos hablado, pero, por favor sé mi novio.

—De acuerdo—. ¿Acepté? ¿Por qué lo hice? Culparé a la curiosidad.

El pretendiente, o más bien, mi novio, levantó el rostro y pude ver en él unos ojos iluminados, además de una sonrisa que fácilmente podía servir como definición de felicidad.

Cerré los ojos esperando ordenar mis pensamientos, cuando los abrí solo pude ver a este chico muy cerca de mi rostro y con el brillo en su mirada aún mayor que hace pocos segundos, al parecer había aceptado a alguien bastante enérgico.

— Soy Hayama Kotaro—. Dijo impaciente por hablar.

— Akashi Seijuurou.

— Ya veo, así que ese es tu nombre.

— ¿Te declaraste a alguien del cual desconocías hasta su nombre?

— Sí

— Eso es un sin sentido.

— Probablemente.

— ¿Y por qué lo hiciste?

— ¿Hacer qué?

—Declararte.

— ¿Tu por qué aceptaste? Si quieres una explicación diré la verdad, hoy te vi en el almuerzo y encontré que eras la persona más bella del planeta, luego pensé y pensé, llegué a una conclusión: Debo salir con ese chico.

—No creo que hayas pensado tanto, el almuerzo fue hace 10 minutos.

Así que confundí su arrebato con el coraje, supongo que terminaremos en algunos días si es que no es en unas horas, eso era lo que pensaba pero sus ojos, su rostro entero parecían desear una relación real y duradera.

Al día siguiente Hayama fue a buscarme a mi casa antes de clases y también a dejarme luego de ellas, es una persona particularmente habladora, además de ser alguien que se emociona fácilmente. Debo asumir que al menos es divertido charlar con él.

Los días siguientes fueron tranquilos, Kotaro iba a buscarme y dejarme a la mansión cada día aunque quedará bastante alejada de su casa. También comíamos juntos y de vez en cuando me pedía ayuda en sus deberes aunque él fuese un curso mayor que yo, es curioso pensar que le daba lecciones a un senpai. Con él podíamos pasar horas hablando, más bien el hablaba y yo escuchaba, de vez en cuando lo interrumpía para dar mi sincera opinión y él la aceptaba sin peros. Con el tiempo empecé a conocer a sus amigos, salíamos a citas divertidas, propias de mi pareja, me sentía a gusto con él.

—Akashi ¿Quieres venir a la playa con mi familia este fin de semana?

—Sí, por supuesto.

Lo normal hubiese sido que me invitara a su casa vacía por un fin de semana, solos él y yo haciendo... cosas. Pero no debía pensar eso, mi novio es un caballero a pesar de su apariencia, nunca ha intentado propasarse conmigo, enserio, ni un poco, basta con decir que llevamos medio año juntos y ni siquiera ha intentado besarme. Las apariencias engañan, pensé que era más salvaje pero es como un niño tierno; por mi lado me gusta mucho el sexo pero mis calificaciones, dotes o clase social hacen parecer lo contrario.

Llegó el fin de semana, llevé un bolso donde guardé lo que era necesario: traje de baño, protector solar, toallas, ropa de cambio, ya saben, esas cosas. Nos fuimos en un viaje en automóvil en el que pude conocer a su familia, son buenas personas y sin prejuicios.

Pasamos todo el día con sus padres y hermanos, yo intentaba distraerme pero en todo momento mis ojos se dirigían al torso desnudo de mi novio, a sus brazos fuertes, incluso sus ojos brillantes y sonrisa traviesa se veían mucho más resplandecientes cuando tenía de fondo al mar. En momentos como este odio que las playas sean públicas, porque de ese modo muchas otras personas podían disfrutar del atractivo visual que ofrecía Kotaro.

Al atardecer nos quedamos con mi pareja caminando por la playa mientras su familia iba a unas cabañas cercanas. Íbamos tomados de la mano y poco a poco nos alejábamos del resto de las personas.

—Akashi, soy una mala persona—. Al decir esto ocupó un tono serio, diferente al de siempre.

— ¿De qué hablas?

Me abrazó por la espalda y mordió el lóbulo de mi oreja izquierda; debo asumir que esto me sorprendió pero no hice nada por alejarlo más bien sonreí con malicia mientras él comenzaba a besar mi cuello.

—Akashi, te quiero.

—Y yo a ti, Kotaro.

— Y te deseo, quiero que seas mío, no te he querido mostrar ese lado mío, todas mis parejas terminan conmigo porque consideran que le doy más prioridad al sexo que al amor, pero no es así, para mí las dos cosas están involucradas. Reo-nee me regaña porque dice que soy muy impaciente, es el único de mis amigos que toma enserio este problema cuando se lo cuento.

—Conmigo haz sido muy paciente, detallista y cariñoso.

—Porque te quiero y no quiero perderte.

—Creo que una relación no puede funcionar si uno de los dos se fuerza a hacer tantas cosas.

— ¿Estás terminando conmigo?

— Sí.

Hayama solo murmuró un triste "si eso quieres", dio media vuelta para marcharse pero lo detuve sosteniendo su muñeca, me dirigió una mirada que profesaba entre tristeza y molestia, pero cambió a sorpresa cuando me vio sonreír.

—Soy Akashi Seijuurou, nací en el seno de la clase más alta del país, no soy una buena persona, tampoco es que sea mala, soy adicto al sexo y mi pareja tendría que lidiar con mis caprichos y mis ganas de hacer el amor hasta el cansancio. ¿Quieres salir conmigo?

Kotaro parecía anonadado, no parecía creer las tonterías que andaba diciendo, cuando por fin asumió lo dicho comenzó a reír sonoramente, luego tomó mis manos entre las suyas y comenzó a hablar.

—Soy Hayama Kotaro, acepto ser tu pareja, pero debo advertirte que solo tengo sexo con las personas cuando tengo sentimientos románticos por ella.

— ¿No los tienes por mí?

— Probablemente, aunque solo llevamos segundos siendo pareja, pero podemos partir con esto.

Y de este modo, por fin, luego de terribles meses de espera, Kotaro por fin me besó larga y pronunciadamente, jamás me había excitado tanto por un ósculo, pero en mi defensa nadie movía sus labios como este chico y que decir de su lengua.

Nos separamos algo agitados, entrelazamos nuestras manos y partimos de vuelta dónde estaban el resto de las personas.

—Me pregunto si tres dedos serán suficiente—. Dijo esto mirando al cielo y prácticamente hablando consigo mismo.

— ¿Qué cosa?

— Nada. Te quiero mucho.

— Yo también, mucho.


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