La noche había llegado, Menma ya estaba acostado y Sasuke molesto, Naruto jamás llego a comer como había prometido el día anterior, para que Naruto faltara a su palabra debió haber tenido mucho trabajo, pero de todos modos la molestia que sintió al ver el asiento del rubio vacío nadie se lo quitaba.
El y Naruto se habían prometido que le darían a Menma momentos en familia, misma que ellos mismos carecieron en sus infancias por los trabajos tan importantes de sus padres, el por su parte casi no pudo contar con ellos y hasta Itachi, que se encargaba de gritar a los cuatro vientos lo mucho que lo adoraba, no había podido estar ahí cuando él lo necesitaba, puesto que siempre estaba ocupado encargándose de ser uno de los mejores referente a sus estudios.
Ciertamente la ausencia de sus padres lo habían llevado a ser una persona independiente, pero la amargura y la soledad nada se lo quitaba, y no quería eso para su hijo.
La puerta del cuarto se abrió e hizo acto de aparición un Naruto aparentemente cansado.
Sasuke no le quito la vista de encima en todo momento, y Naruto no hizo ni el intento de explicar por qué falto a su promesa.
-Dobe, Menma te estuvo esperando.- Le recrimino, rompiendo así el incomodo silencio.
-Lo siento, pero a veces tengo mucho trabajo.- Respondió algo irritado mientras que se dirigía al closet a sacar su pijama.
-Tal vez debería volver a mí puesto en la empresa…-
-¡No! –Naruto paro sus pasos y volteo a ver al Uchiha.- Menma te necesita más aquí, no tiene caso que tenga a sus dos padres ausentes.- Ante esto Sasuke arqueo una ceja.
-No me puedes tener aquí por siempre Naruto.-
-No es eso teme, es solo que sirves más aquí que alla.- Naruto se golpeó mentalmente al repasar en su cabeza lo que había dicho. La mirada de Sasuke se tornó filosa.
-Déjame recordarte que yo Salí de la universidad con mejor promedio que tú, y que en general soy más inteligente que tú, más organizado, con más capacidad para liderar la empresa.- La lengua filosa de Sasuke no se hizo esperar, y eso a Naruto lo termino de molestar.
-¿Y que si eres inteligente y todas esas cosas? Tu amargura no te dejaría negociar con los accionistas.- Ataco el rubio, mientras volteaba a ver a su esposo con el ceño fruncido.
-No creo que sea tan difícil hacerse el idiota, como tú comprenderás.-
-¡Ya cállate! –Grito mientras estampaba la palma de su mano en una de las mesitas de noche. Tal acción dejo sorprendido al pelinegro y al mismo rubio, quedando ambos sumidos nuevamente en un incómodo silencio.
Ellos normalmente peleaban, pero esas peleas de cinco segundos daban paso a una fogosa reconciliación, pero el ambiente pesado de aquella pelea fue algo nuevo para ambos.
-Lo siento… No fue un buen día.- Se disculpó el rubio mientras iba de vuelta por su pijama y le daba la espalda al pelinegro.
-Ya… Entiendo. – Atino a decir Sasuke mientras solo se daba la media vuelta dispuesto a dormir y que el numerito de esa noche pasara al olvido.
¿Cómo iba Sasuke a saber que la razón de que Naruto estuviera irritado era porque la culpa lo estaba carcomiendo por dentro?
-¿Por qué no quisiste ir a casa de tus abuelos? – Una semana había pasado de la pelea y el el rubio se encontraba caminando de la mano con su pequeño hijo en los pasillos de la empresa.
-¡Es que papi luego no me deja hacer nada! –El niño inflo sus mejillas en un gesto de falso enojo.- Abuelo Fugaku tiene muchas antigüedades que son fáciles de romper, así que siempre debo estar quieto cuando voy allá, ¡Y odio estar quieto! –
-Jajaja. –Su hijo podía ser todo un remolino.- De acuerdo entiendo, cuando sea la hora de salida pasaremos por tu papi a la casa de tus abuelos y los tres nos iremos por helado, ¿Te parece? -
-Si papi.- Respondió el niño con una enorme sonrisa.- ¿Y dónde está tío Itachi?
-En un viaje de negocios.- Respondió al instante el mayor.- Es extraño… últimamente está viajando mucho a Sunagakure, ¿Por qué será? –Se preguntó a sí mismo.
-Es porque ya tiene novia.- Respondió Menma cantarín.
-¿Ah?, ¿Cómo sabes eso? –Cuestiono con mucha curiosidad.
-Lo escuche hablarle bonito a alguien por teléfono.- ¿Su hijo realmente tenía cinco años? ¡Era un niño muy despierto!
Pero pronto sus ojos divisaron una figura en la sala de espera de su oficina.
-Sakura…- Susurro su nombre, captando la atención del pequeño. Tenía una semana del encuentro que había tenido con la pelirosa, no habían quedado de verse, supuso que sería una despedida definitiva, pero verla frente a el realmente le había tomado por sorpresa.
-Qué bonito nombre.- Dijo el pequeño, haciendo reír a la mencionada.
-Tu hijo es encantador Naruto.- Sakura se agacho para hablarle al niño.- ¿Me podrías decir tu nombre pequeño?
-¡Mi nombre es Menma! –Respondió al instante con suma energia.-
-Que nombre tan curioso.- Sakura revolvió los cabellos de Menma y volvió a incorporarse, quedando frente al rubio.-
-Ha pasado una semana…- Empezó Naruto, sin quitar la vista de los ojos de la contraria. –¿Qué es lo que haces aquí?-
-¿Creíste que después de volverte a ver me marcharia? Estás loco. –Aclaro la pelirosa con cierta seriedad. -Supongo que has pensado muchas cosas… - Naruto ante eso le pidió a Matsuri que llevara a Menma a la máquina de dulces. Dirigió a Sakura al interior de su oficina y la hizo sentarse en el cómodo sofa situado en una de las esquinas.
-He pensado que… lo que hicimos fue un error. –Naruto se sentó a lado de Sakura y tomo delicadamente su mano.- Sakura yo te amaba.- Ante esa confesión a la pelirosa se le cristalizaron los ojos.- Pero tu perteneces al pasado, ahora yo amo a Sasuke.-
-No… -La voz se le quebró por la decepción que el rubio la estaba haciendo pasar.- Naruto comprendo que quieras a Sasuke, ¿Pero amarlo? No Naruto, el amor que tú sientes solo debe ser por mí. –
-Tú me abandonaste, me hiciste a un lado para irte con ese tal Shimura, me hiciste creer que íbamos a estar juntos por siempre, si no fuera por Sasuke yo…-
-No lo digas, no lo menciones más por favor… -Sakura poso una de sus manos en las mejillas del contrario.- Yo deje todo por regresar a tu lado, no me desprecies por favor.-
-Mi hijo…- Quiso exponer.
-Tu hijo es igualito a su padre doncel, verlo me duele muchísimo, es la prueba de que me olvidaste.-
-No, yo… Estoy confundido.-
-Solo déjate llevar por mí…-
Los labios rosas se posaron una vez más en la boca del rubio, nuevamente el deseo invadió ambos cuerpos, pero pudieron retenerse pues sabían que había personas que podían interrumpirlos en cualquier momento.
El beso duro unos largos minutos, pero los últimos segundos fueron observados por un par de ojitos curiosos que se asomaban levemente por la puerta principal.
¿Por qué su papi estaba besando a la muchacha de pelo rosa?
Su mente se sentía confundida. Mas cuando la pelirosa fijo su mirada con la de el, y como si lo hiciera apropósito profundizo el beso con el rubio.
Una vez se separaron Naruto fue por su hijo, mismo que encontró a solo unos pasos de la entrada de la oficina.
-¿Qué pasa Menma?- Pregunto al observar raro a su hijo.
-Papá es que yo…- No sabía como preguntar por lo que había visto.
-Sea lo que sea me lo dices luego, ve a sentarte con mi amiga.- Un par de empujoncitos bastaron para que Menma se sentara a lado de Sakura, Naruto iba a comenzar a charlar cuando Matsuri se asomó en busca de su jefe, el rubio se disculpó y salió a atender una duda de su ayudante, trabajo era trabajo y no lo podía dejarlo a un lado.
El silencio incomodo se hizo presente entre Menma y Sakura, este volteaba a verla con cierta confusión mientras que la mayor se divertía con los gestos del niño.
-Si quieres saber porque bese a tu papá es, porque lo amo.- Dijo Sakura con una sonrisa cínica.
-Pero papá solo puede besar a papi.- Respondió Menma, mientras se encogía de hombros, esa mujer ya no le daba buena espina.
-Pues tú y tu papi se pueden ir olvidando de Naruto, pues pronto yo seré la señora Uzumaki y me encargare de llevármelo lejos.- Expreso como si nada mientras observaba detenidamente sus uñas, todo mientras los ojitos de Menma amenazaban con dejar escapar unas cuantas lágrimas.
-¡No puedes hacer eso! –Dijo mientras se paraba del sillón. –Papá es mío, mío y de mi papi.-
-Ya no lo es más, entiéndelo mocoso, el ya no va a ser tu papá, porque ni creas que dejare que nuestros hijos se junten contigo.-
-¡Yo no permitiré que te lo lleves!-
-Primero te mato…- Sakura tomo con excesiva fuerza el brazo del niño, un quejido escapo de los labios de Menma mientras las lágrimas inundaban sus mejillas. -Antes que dejar que interfieras en mis planes... A si que estate calladito niño malcriado.-
-Te acusare con...-
-¿Qué pasa aquí?- La voz de Naruto se impuso en el lugar, Sakura aprovecho que tenía a Menma sostenido del brazo para inventar alguna excusa.
-El niño se cayó por uno de sus cordones del zapato, lo estoy ayudando a levantarse pero parece que se dio un golpe fuerte en la rodilla.- Rápida y astuta, eso era Sakura.
-Menma, ¿Volviste a correr dentro de la oficina?- Naruto se acercó a su hijo y lo cargo sin esfuerzo alguno, al instante el niño se abrazó a su cuello con mucha fuerza. Menma comenzo a llorar al momento que sintio el calido calor de su padre, con el se sentia a salvo, lejos del daño que podria causarle esa mujer.
–Tranquilo hijo solo fue el susto, no pasa nada, ya no llores, no te quedara marca ttebayo.- Decía el mayor mientras acariciaba la espalda de su hijo, ignorando la verdadera razon del llanto del pequeño.
-Qué raro… -Dijo el rubio después de quince minutos de estar tranquilizando a su hijo, pues Menma de tanto llorar se había quedado dormido en uno de los sillones.
-Es un niño tan adorable…-Sakura que se había mantenido al margen de lo que ella consideraba solo una pataleta, se atrevió a hablar una vez el silencio reino en el lugar.- Me pregunto, como serian nuestros hijos si ese día hubiera aceptado casarme contigo…- Sakura se acurruco en el hombro del rubio.
-No lo sé… Pero yo soy muy feliz de tenerlo a él en mi vida.- Naruto observo a su hijo como el tesoro más valioso que tenía en el mundo, Menma era lo mejor que había hecho en su vida.
Menma, y pedirle matrimonio a Sasuke.
“-¡Teme deja de arrojarme cosas! –
-¡Si vuelves a decir esa estupidez te matare!-
-¡jAJAJA como eres cretino! Si estas todo sonrojado : D –
-No es cierto… ¡Dobe idiota! Déjame en paz. –
-Hemos pasado por mucho Sasuke.- Naruto se acercó cuando se sintió lo suficientemente seguro de que Sasuke no le tiraría un jarrón en la cabeza.- Quiero que camines a mi lado.-
-Creí que eso ya lo hacíamos imbécil.-
-¡Me refiero a asegurarme de que estemos juntos por siempre estúpido!.-
-¡No necesitamos firmar un maldito papel para eso!.- Naruto estaba que perdía la paciencia.
-Entiende pedazo de animal que yo quiero verte caminar hacia mí en el altar, quiero que nos gritemos todo el día a todas horas en nuestra propia casa, quiero llegar del trabajo y lo primero que vea sea tu maldita cara, quiero ser una puta pasita contigo, ¿Es tan difícil de entender joder?.-
-Pues complejo de puta ya tienes, fogoso de mierda jamás te cansas, a ver si te vas a coger a tu perro.-
-¡Sasuke!-
-Está bien, está bien, ya que me queda.- El Uchiha resoplo y trato de cubrir su sonrojo con su flequillo.- Acepto.- Ante eso Naruto solo atino a abrazar y a besar torpemente a su ahora prometido.
-Gracias Sasuke… -Naruto apoyo su frente en la de su teme.- Y no te hagas la santa, si bien que te gusta que te de toda la noche.-
Esa dia termino estampado de un puñetazo en el frio suelo. “
Ante los recuerdos Naruto reía quedito, mientras que su mano se paseaba por la cabellera de su hijo. Sakura observaba todo con prudencia, la misma situación le daban a entrever que sus planes serían más difíciles de ejecutar.
“-Serás mío Naruto... –“
-¿Papá? … -Lo primero que vio Menma al abrir los ojos fue el techo gris de la camioneta de su padre, se incorporó un poco descubriendo que estaba acostado en los asiento traseros, se sentó y se restregó sus ojitos con pereza.
-Me alegra que despertaras, en menos de 1 minuto estamos en la casa de tus abuelos.- Naruto volteo a ver a su hijo con una tenue sonrisa.
-Papá… -Menma bajo la mirada, sus ojos mostraban confusión e infinita tristeza. -¿Te vas a ir de nuestro lado? –
La pregunta había tomado al rubio de sorpresa.- ¿Qué estás diciendo Menma?.- ¿De dónde había sacado su hijo tremenda tontería?
-¡¿Quieres más a Sakura que a mi papi?! –Menma alzo la voz en busca de respuestas que su mente de cinco años pudiera comprender. Naruto estaciono la camioneta en la entrada principal de la casa y se quitó el cinto de seguridad para poder voltear a ver a su hijo libremente. -¡No vuelvas a decir algo así Menma Uzumaki! –Dijo Naruto enojado y autoritario, deseaba tanto preguntarle a su hijo de donde sacaba todas esas estupideces pero con suma sinceridad admitía que le daba miedo saber la respuesta.
¿Sería posible que su hijo lo hubiera visto besarse con Sakura?
Ante el grito de su padre Menma lo observo sorprendido, su papá jamás le había hablado de esa forma, las lágrimas cayeron como cascadas desde sus ojos. -¡ESA SEÑORA ES MALA!- Grito a todo pulmón y velozmente se bajó de la camioneta directo a la puerta de entrada de la casa de sus abuelos.
En ningún momento detuvo sus pasos, ni siquiera para abrazar a Sasuke estando este esperándolo en la entrada.
El pelinegro solo observo atónito como su hijo bajaba de la camioneta y salía corriendo como si su vida dependiera de ello.
-¡Menma espera! –Naruto hizo ademan de detenerlo pero al ver a Sasuke frente a el paro en seco.
-¿Qué demonios está pasando aquí? –Sasuke se veía exaltado y veía a Naruto con sumo enojo.- ¿De qué señora está hablando nuestro hijo? -
-Sasuke yo… -Naruto no encontraba que decir, sabía que si Sasuke se enteraba del regreso de la Haruno las cosas iban a cambiar quizá de manera irreversible y no precisamente para bien.
-Naruto Uzumaki, quiero una explicación, AHORA.-