Capítulo 2: Superando el resentimiento
Octubre, 1990. Yale University.
POV Barry
“Vaya, me siento exhausto. Fue un día largo, entre clases, entrega de trabajos, la ida a la biblioteca y al laboratorio… ni siquiera pude almorzar bien. Nunca pensé que la carrera de químico era tan agotadora. Sin embargo, debo seguir. Es duro adelantar materias, pero debo hacerlo si quiero graduarme antes. Necesito hacerlo. Un año más aquí, es otro que papá seguirá en prisión. La última vez que lo visité, fue antes de ingresar a la universidad. Estaba muy feliz. Por mis notas, gané una beca y por suerte no tuve que generarle más molestias a los West. Ya han hecho mucho por mí.
Papá se veía muy bien. Por su buen comportamiento, le dieron libertad para trabajar en la enfermería de la prisión. Después de 9 años de no ejercer, ahora se siente algo satisfecho. Sin embargo, el tiempo encerrado ha hecho mella en su apariencia. Su cabello rubio se ha emblanquecido, algo extraño en un hombre que acaba de pasar sus 40. Aunque se ha hecho más grueso, pues dedica tiempo a las pesas. Sin embargo, no es feliz, ¿cómo podría estarlo? Perdió a mamá, a mí y su libertad, por algo que no hizo, porque él no es culpable, lo sé.
Por muchos meses intentó demostrarlo, pero al final, la corte lo sentenció 30 años. Apenas ha descontado 10. Siempre que lo visitaba, me preguntaba por mi estadía en la casa de los West, mis notas, si tenía amigos, si me había enamorado ya, y al final, siempre mencionaba a mamá. Sus ojos siempre brillan al decir su nombre. Pero nunca ha hablado de esa fatídica tarde, hasta el último día que nos vimos…”
Flashback
-Papá, ¿qué sucedió ese día… cuando asesinaron a mamá? –le pregunté sin más miramientos. Pronto me iría, y ya siendo un adulto, tendría más oportunidad de investigar. Pero papá desvió la mirada inquieto, -No quiero hablar de eso Barry.
-Tal vez podamos descifrar lo que sucedió juntos.
-Ya pasaron 10 años Barry, no es posible…
-Mira, he estado investigando… -Él se enderezo de la silla molesto, mientras intentaba explicarle. -… Recopile información sobre lo que sucedió, lo que salió en la prensa, tengo las transcripciones de las declaraciones de los testigos y…
-Basta, Barry… solo basta. Termina con esto.
Me quedé extrañado por la negativa de su padre, -Nora murió, nada de lo que hagas hará que vuelva, así que sólo déjalo.
-Pero papá…
-¡Te he dicho que te detengas! –Me gritó -¿Quieres terminar como ella? Barry… por favor, sólo olvídalo. Vive tu vida, ve a la universidad, hazte químico, cásate y… sé feliz. Por favor hijo.
No le insistí más. Se puso de pie, para ser llevado a la celda nuevamente, pero antes se acercó a mí y me abrazó. Aprovechó la proximidad y me susurró, -Recuerda siempre lo mucho que los amo.
Después de ese día, quise obedecer a papá. Entré al campus y me dediqué a estudiar. Pero cada vez que decidía deshacerme de las pruebas, me echaba para atrás. No podía ser de otra forma, debo liberarlo, él merece una vida, ser libre otra vez y limpiar su nombre.
Fin POV
Entre tanto, a varios kilómetros de ahí, en una ciudad cercana, una explosión hizo que los transeúntes volvieran a ver inquietos.
Varios encapuchados estaban asaltando un auto blindado. Con armas de alto calibre y sofisticado equipo, abrieron el vehículo, y amordazaron a los guardas que iban con el dinero.
Las patrullas empezaron a acercarse, pera debían retroceder, ante la potencia de las armas de los delincuentes. Mientras tres estaban conteniendo a la policía, los otros dos sacaban el dinero. La gente apenas se acercaba, algunos no salían de los edificios ni se acercaban a las ventanas. Estaban acostumbrados a que cosas así pasaran, los índices de delincuencia eran altos.
Ya estaban casi listos, iban a su vehículo, en ese momento fueron interceptados por la policía, pero uno de ellos tomó a uno de los guardas, mal herido, como escudo humano.
-¡Muévanse! ¡O le vuelo los sesos!
Los policías empezaron a caminar hacia atrás, cuando una ráfaga roja y azul llegó y uno de los delincuentes voló por los aires. Los otro cuatro y la policía se quedaron inmóviles sin entender que pasaba. Luego un segundo y un tercero fueron llevados también. A unos cuantos metros, una joven egresada universitaria, grababa con su cámara, sin perder detalle. Los dos delincuentes que quedaban estaban aterrorizados. El líder no soltaba a su rehén, pero saltó del susto cuando su compañero al lado desapareció también.
-¡Maldita sea! ¿Qué está pasando? ¡Voy a matarlo si no me dejan ir!
En ese momento, la policía, los transeúntes, el rehén y el ampón se quedaron mudos cuando la figura de un hombre bajó lentamente por los aires, hasta quedar frente al malhechor. Éste dejó de apuntar a su cautivo y puso su pistola en la cabeza del hombre, pero este agarró el arma y lo arrugó con su mano. El raptor aligeró su agarre y el guarda salió corriendo.
-¿Quién… quién eres?
El hombre sonrió, tomó al hombre del cuello y lo levantó como si nada, llevándolo con los policías.
-Creo que no hará más problemas. Pueden llevárselo.
El desconocido deja caer al hombre a los pies de un policía, que rápidamente lo esposa.
-¿Y los otros? –le pregunta otro oficial un poco nervioso.
El extraño señala hacia arriba. Los cuatro estaban colgando de un poste, noqueados.
-No despertarán por algún rato –les dice tranquilo.
La joven que estaba grabando se acercó a él impactada, -¡Oye tú! ¿Eres un super hombre o algo así?
Kal – El sonrió a la chica y se fue volando, dejando a todos atónitos. Y a Lois Lane encantada, “Bien, con este video, me irá muy bien en mi entrevista con el Sr. White”.
Ya en la tarde las imágenes de Lois estaban en los principales noticiarios, -Ey, chicos, mamá, vengan, ahí está –gritaba Jack emocionado.
Jessica no se movió de la cocina, para ella era un loco disfrazado, pero James y Hal corrieron a la sala. -¿Ese es? –pregunta el menor.
-Así es…
-¿Pero es un alien o algo así? –pregunta Hal dudoso.
-Nadie sabe, pero la reportera le llamó Superman.
Los tres hermanos Jordan miraban con atención la televisión. Así como millones alrededor del mundo. La primera grabación del Hombre de Acero se transmitió incluso en el Tibet. En Lhatse, las personas paraban en los ventanales de los negocios para ver al hombre de rojo y azul surcando el cielo y atrapando ampones. Entre esa gente, un mochilero, de pelo negro y ojos azules, no perdía detalle de la noticia. Sus dudas crecían al ver a ese extraño ser, y se preguntaba cuáles eran sus verdaderas habilidades. Sin embargo, no podía detenerse, Bruce tenía una larga distancia que recorrer aún, para seguir con su entrenamiento.
-Barry, hola.
El rubio sintió una gran alegría al escuchar de quien había velado por él todos esos años, -Ey, Charles, ¿cómo está todo en casa?
El mayor se quedó en silencio unos segundos, -¿Charles?
-Barry, tienes que volver a casa.
-¿Qué sucede?
-Tu padre… lo siento Barry, Henry falleció.
UN MES DESPUÉS
-Debemos hacer algo con él papá –le dice Iris con un poco de angustia. –Hablé con su compañero de cuarto, Barry está completamente trastornado. No come, casi no duerme, toma casi todas las noches, están fallando con sus clases… No podemos seguir en Central City y no hacer nada por él –le insistía la pelirroja
Su hermano Ray estaba viendo la televisión, sin ponerle mucha atención. Charles estaba terminando su café, antes de irse al trabajo. –Iris, te entendiendo, pero no puedo hacer nada en este momento…
-Él solo nos tiene a nosotros papá.
-Hija, ya hablé con él, pero entiende, es un dolor que le será difícil superar.
-¿Y mientras tanto nos vamos a quedar aquí sin hacer nada, mientras él se destruye, ese es tu plan?
Ray apagó la televisión y fue hacia la puerta.
-¿A dónde vas? Ray, también tienes que opinar también –le insiste Iris, pero este la ignora y sale de la casa.
Charles suspira, -No le digas nada a Ray, sabes que siempre fue muy aparte de Barry.
-Sí, pero en un momento así, debería bajar un poco su actitud, Barry nos ayudó en todo lo que pudo cuando mamá murió. Él debería entender lo mal que está Barry ahora.
-No lo presiones hija.
Mientras la discusión seguía en la casa de los West, a varios kilómetros de ahí, otra ocurría entre Hal y su madre.
-¡Te lo prohíbo Harold! ¿Cómo puedes tomar una decisión como esa, después de lo que vivimos con la muerte de tu papá?
-Lo siento mamá, pero es mi decisión, mi vida.
La mujer no podía creer la terquedad de su hijo. Sus hermanos no opinaban al respecto, pero entendían a su madre.
-Mira, hijo. Eres inteligente. Tienes… la posibilidad de integrarte a algún instituto. No tienes que ser universitario para…
-Madre, por Dios, ¿qué quieres, que sea mecánico, pastelero, contador? Yo no sirvo para eso.
-Entonces, has los trámites para entrar a la universidad el otro año.
-Mira, Jack está estudiando leyes, James quiere ser ingeniero, son… inteligentes, buenos estudiantes. Yo no sirvo para eso.
-Sé que la escuela fue un poco difícil para ti…
-¿Difícil? Es un milagro que me haya graduado. Lo siento. Además, mamá, entiende una cosa, toda mi vida me preparé para ser piloto, ese ha sido mi sueño desde…
-Desde que veías a tu padre piloteando, pero eso fue lo que lo mató. ¿Tienes idea de lo que será para mí y tus hermanos si terminas como él?
El castaño río, -Mamá por favor…
-Dios, porque tomas las cosas a la ligera…
-Y ¿por qué tú lo tomas todo tan en serio? –le dice divertido –Mira, no terminaré como él. Tendré cuidado. Además… no busco ser un simple piloto, quiero ser militar, servir a mi país y seguir los pasos de papá.
-Es lo que más temo, Hal, que termines como él.
-Te prometo que te sentirás orgullosa de mí. El mundo verá nuevamente a un Jordan surcando los cielos.
Ya entrada la noche, Barry estaba en un bar cercano al campus. Estaba por tomar su tercer cerveza cuando alguien se la quitó de la mano y se dirigió a la camarera. –Ya no le sirva más, deme la cuenta por favor –le dice Ray.
Barry gruñe al verlo, -¿Qué haces aquí?
El pelirrojo se sienta a su lado tranquilo –Vengo a hablar contigo.
Barry ríe ante el comentario, -¿Así? Viví contigo 10 años y no recuerdo alguna vez que te hayas sentado conmigo a charlar. Y ahora vienes, ¿qué demonios quieres Ray?
No le responde, paga la cuenta y se lo lleva del brazo fuera del bar. Al salir Barry lo hace a un lado y empieza a caminar.
-Barry… -le llama, pero el rubio lo ignora. Va hacia un parque y se sienta en una banqueta fastidiado.
-No quiero hablar contigo Ray, esfúmate.
-No lo haré –le responde tranquilo al sentarse a su lado.
-¿Me vas a decir lo que todos? ‘Entiendo lo que sientes, el dolor pasará, si necesitas desahogarte, estoy aquí’. ¡No estoy para los mismos discursos! ¡Regresa a Central City!
-No voy a decirte nada de eso.
-¿Entonces?
Ray silencia por unos segundos, y luego sonríe, -Quiero decirte que… no tengo idea de cómo te sientes. Es cierto que mamá murió, y fue un dolor terrible. Pero lo que te ha tocado vivir… ha sido más desgarrador.
-¿Se supone que quieres consolarme con esa basura?
-No, no busco eso. Vine a disculparme contigo. Yo… pase mi vida tratando de no involucrarme con vos, no porque me resultaras molesto, simplemente no tenía el valor de acompañarte a enfrentar un dolor tan terrible. Y cuando mamá murió, te veía haciendo lo posible por animar a Iris y a papá, te dedicaste a atender a la gente que se acercaba al velorio, y te encargaste de arreglar el cuarto de mamá y recoger sus cosas, porque nosotros no estábamos en condiciones de hacerlo. Siempre estuviste ahí, para nuestra familia, esforzándote por no ser una molestia para nosotros. Lo irónico es que siento que soy yo quien te debo mucho. Me duele que tu padre haya muerto….
-Él no murió simplemente –le dice afectado –Ray, él… se mató. Se rindió y terminó con su vida. Siempre me decía que nos amaba, pero… me dejó. Así de simple. Dime, ¿cómo puedo enfrentar un dolor como ese? ¿Cómo puedo…?
-¿Perdonarlo?
Barry asiente mientras deja que sus lágrimas salgan libres. Ray quiere abrazarlo, consolarlo, pero no lo hace, eso no es lo que él necesitaba en ese momento. Se queda ahí, esperando que saque su resentimiento.
-Fue un cobarde… eso es. Mi papá fue un grandísimo cobarde. Sabes que investigué… se lo dije la última vez lo que vi, que tenía información, que ahora como adulto, podía buscar pruebas para liberarlo pero… él me ordenó que no lo hiciera. No puedo entender su actitud… por más, que lo pienso, no lo comprendo, y siento rabia contra él. Me hace dudar, y no quiero hacerlo, Ray. No puedo dudar de mi padre, después de tantos años, la idea que él haya sido capaz…
-Entonces no lo hagas. Piensa, que tuvo una vida difícil en prisión.
-Pero tal vez yo hubiese podido…
-¿Qué cosa, Barry? ¿Crees que papá no investigó? Es policía, e hizo todo lo posible por encontrar algo para sacarlo de ahí, y no pudo. Se le cerraron todas las puertas. A veces… no hay respuestas que satisfagan. Lo que queda es… ver hacia adelante.
Barry se quedó pensativo, -Eso no va a volver a ocurrir, no lo permitiré.
-¿Qué quieres decir?
-Lo que vivimos, perder a mamá, y que inculparan a papá, eso pasó porque no había suficiente evidencia y la que había estaba contaminada. Te aseguro que hubo un mal manejo de las pruebas.
-¿Estás seguro?
-Estoy convencido de eso.
-Entonces… demuéstralo. Aunque él murió, limpia su nombre. Pero no dejes que esto te destruya. ¿Qué logras emborrachándote? Solo preocupas a la gente que le importas, como Iris y papá.
-¿Y a ti no? –le dice con una pequeña sonrisa, que el pelirrojo responde igual. Se pone de pie y le tiende la mano. –Vamos, chico listo. Te llevo al dormitorio.
Mientras iba en el auto, Barry no dejaba de pensar en lo que había hablado con Ray, en lo que sentía, pero sobre todo, en las últimas palabras que Henry le había dicho, “Recuerda siempre lo mucho que los amo”
De una forma o de otra, debía hacer justicia por su padre, por su madre y por él mismo, se debía eso, la vida se lo debía. Mientras Barry reflexionaba, Hal acomodaba sus pertenencias en el sitio que sería su hogar por los próximos 3 años. Su objetivo estaba decidido hacía mucho tiempo atrás. Sacó de su maleta la última fotografía que se había tomado la familia completa. Sonrió al pasar el dedo por la imagen de su padre, y la dejó sobre su cómoda. Su único proyecto en la vida era ese, no había pensado en otra cosa que ser piloto de la Fuerza Área y estaba muy próximo a conseguirlo.
Después de dejar a Barry, Ray siguió su camino por carretera a Central City, cuando su teléfono sonó.
-Sí cariño.
-Hola Ray, es que… -se le corta la voz a Mary
-¿Qué sucede linda? ¿Pasó algo malo?
Mary no sabía que decirle. Había practicado muchas veces esa conversación, pero ahora, no tenía idea de cómo empezar. –Ray, algo pasó y bueno…
El joven paró su auto, y esperó a que su novia hablara. –Amor, por favor, no me asustes, ¿qué sucede?
-Ray… es que… tenía un atraso y… bueno. Fui al médico.
El joven abrió los ojos de par en par, -¿Estás… estás embarazada?
Mary no respondió, simplemente se echó a llorar. Ray colgó. Salió del auto y se quedó viendo al horizonte. No había edificios cerca, y la noche estaba lleno de estrellas. No se dio cuenta cuando empezó a sonreír. “Voy a ser padre… voy a tener un hijo”, Se decía con alegría.
No esperaba algo como eso a sus 21 años, pero ahora, no podía sentir una alegría mayor. Tomó el teléfono y le marcó inmediatamente. Mary se limpiaba las lágrimas, cuando oyó el teléfono, tenía dudas pero contestó, -Ray… amor, perdona… si no quieres comprometerte…
-¿Te casarías conmigo? –le preguntó sin dudar.
La rubia se quedó muda ante la propuesta, tan impactada, que las lágrimas cesaron de inmediato.
-Yo…
-Linda. Te amo, y quiero que nos casemos y tener a nuestro hijo.
-Pero… Ray –le decía con una sonrisa torpe –Apenas estamos estudiando, tu no trabajas, ¿Cómo podríamos…?
-No tengo la menor idea, pero no me importa. Me acabas de hacer el hombre más feliz sobre la tierra. Mariah Johns, te lo pido otra vez, ¿quieres ser mi esposa?
-Sí… ja, si quiero.
Los dos reían como tontos, pero ilusionados. Ante tanto infortunio últimamente, los West vivirían una gran alegría, una nueva vida llegaría pronto.