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Cuando todo acaba. por Fansia

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Notas del capitulo:

Esto ya casi acaba ><

[~~~]

 

—¡Hyung! ¡Hyung! ¡HYUNG! ¡POR FAVOR, HYUNG! ¡PARA! —la voz de Jimin salía ya entrecortada tras tanto correr, pero al mismo tiempo con un tono de felicidad al haber encontrado al chico, justo antes de que le fuera inevitable.

En aquella situación, no podía perderlo. No podía darse el enorme lujo de volver a perder al amor de su vida, ahora que tenía una segunda oportunidad. Podía ser finalmente feliz, y pensaba serlo, junto a Hoseok. Lejos de ahí o, puede, que en otro país, le daba igual, solo quería estar con él y ser feliz.

Y lo vio, menos mal que lo vio. Sintió ganas de reír ante la estúpida suerte que empezaba a tener finalmente. Lo encontró justo al borde del momento crítico pues él estaba a pocos pasos de subirse a un autobús con dirección a Gwangju, su hogar, muy lejos de Jimin, muy lejos de todo lo vivido durante los últimos años… muy lejos de los recuerdos, buenos y malos.

—¡Hyung! —lo llamó, una vez más, haciendo que finalmente le prestara atención.

Se paró en seco, intentando recuperar el aliento pues se había esforzado demasiado en alcanzar la estación. Menos mal que conocía a Hoseok y sabía exactamente dónde iba a estar.

—¡Jimin! ¿Qué demonios haces aquí? —el nombrado se alejó totalmente del autobús, dejando la maleta caer contra el suelo y al conductor maldiciendo a toda la familia del pobre chico—. ¿Estás bien? ¡Mierda! ¡No debiste correr tanto! ¿Y la boda? ¡No te habrás…! —sin embargo, su ataque de preocupación fue interrumpido por unos suaves labios posándose sobre los suyos.

Y Hoseok olvidó toda preocupación, toda huida y toda boda, porque esos labios era todo lo que necesitaba en su vida. Todo lo que quería y requería para vivir feliz. Esos labios que tanto había echado de menos y con los que tanto había soñado desde su ruptura. Esos labios… de la persona que amaba.

Cuando se separaron debido a la falta de aire, Jimin lucía unas mejillas sonrosadas y unos ojos vidriosos, esperando alguna clase de réplica. Pero pasaban los segundos y Hoseok era incapaz de decir palabra alguna. Él solo podía estar ahí, de pie, observando con suma atención el rostro del más pequeño, como queriendo estudiárselo de memoria, aunque bien es cierto que ya se lo sabía.

Levantó su mano para acariciar con el pulgar las facciones del pelirrojo.

—Hyung, yo… —empezó a hablar, con voz temblorosa, sin saber que decir realmente, pero fue interrumpido por una sonrisa del mayor.

—Jimin, te amo, siempre te amaré —murmuró, haciendo de esas palabras algo muy íntimo, acercándose una vez más para compartir otro beso. Beso que resultó como el cierre de un pacto, un pacto de amor eterno al que ambos se comprometían respetar.

El resto de chicos llegaron junto a ellos, jadeantes por igual, y observaron la escena con una sonrisa enternecida. Al final todo parecía ir bien, todo estaba siendo como debía ser.

—Hyung… huyamos. Huyamos de aquí, vámonos unas semanas, ¡meses!, por ahí —propuso Jimin en cuanto se separaron, aun con las frente unidas, compartiendo miradas de complicidad.

—Vamos. Esta noche. Haz tus maletas y vámonos —aceptó Hoseok sin dudar, no pudiendo decirle que no a su pequeño Jimin, menos cuando proponía algo que él mismo deseaba hacer por igual.

—Nosotros os ayudaremos, chicos —se escuchó la voz de Suga entonces, acercándose al dúo.

Ambos se separaron y miraron al grupo con una sonrisa. Ahí estaban ellos, siempre apoyándolos, siempre intentando que lo suyo fuese bien, siempre ahí, como buenos amigos… como hermanos.

Así pues, con un aura de alegría y positivismo flotando alrededor del grupo de amigos, los siete se dirigieron hacia sus hogares.

Primero ayudaron a Jimin a empaquetar todo lo que éste creyese necesario para llevar hacia el viaje y después fueron a casa de Hoseok para extender el equipaje de éste, así como para preparar el coche. Los chicos se comprometieron a cuidar de las casas y la pareja confiaba plenamente en ellos, así que podían partir seguros.

Y así lo hicieron. A medianoche Hoseok se encontraba conduciendo sin un destino predeterminado su todoterreno y Jimin, a su lado, miraba por la ventana, disfrutando de la paz y la tranquilidad que la noche ofrecía.

—Esto es tan bonito… —empezó a hablar el más joven, moviendo los dedos al sentir el viento traspasando éstos—. Tú y yo, en plena noche, por la solitaria carretera yendo sin un destino… ¿no es romántico? —Hoseok asintió acompañado de un “sí” cariñoso, sin despegar la vista de la autovía.

Jimin suspiró sin apartarse de la ventanilla.

Era una noche hermosa, tranquila, sin preocupaciones. Las estrellas manchaban la oscura bóveda celeste de forma aleatoria, como gotas de pintura astral salpicando un lienzo oscuro. Y la luna, la hermosa luna, presumiendo de su redonda forma en aquella noche de luna llena, en la que el satélite parecía haberse decorado especialmente sabiendo que ellos dos viajarían, pues brillaba con tal intensidad que hasta las estrellas parecían intimidarse y resplandecer menos. Incluso parecía, y Jimin juraría que no era su imaginación, que había unas cuantas estrellas más en el firmamento. Unas tímidas, unas que apenas salían de su escondite para observarlos y desearles buena suerte en su viaje, anhelándoles lo mejor.

Una noche hermosa, calma, brillante… una noche dedicada para ellos y solo para ellos.

Hasta los habitantes de Seúl parecieron ponerse de acuerdo para dejar la carretera totalmente libre en aquel momento, pues ni un solo alma se divisaba en el lugar, y bien era sabido que algún que otro coche solía pasar a esas horas.

El viento soplaba con levedad, moviendo de forma juguetona las hojas de los árboles que habían sido plantados alrededor de la carretera, creando una melodía que tanto Jimin como Hoseok amaban escuchar.

Tras disfrutar del momento, se giró para situarse correctamente sobre el asiento, mirando así al frente.

Pero entonces, todo fue demasiado rápido.

Vio una curva, unas luces, escuchó pitidos, gritos, sirenas… y luego, nada.

Oscuridad y silencio.

Notas finales:

Espero no haberme pasado demasiado con las descricpiones, es que me encanta ponerme así (?)

Jé, me siento mala (?)


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