Cumpleaños Usami Akihiko
Pov. Misaki
Hoy es tres de Marzo, es el cumpleaños de Usagi-san. Esta mañana me levanté muy temprano para poder hacer el desayuno y salir al trabajo antes de que Usagi-san me "ataque". En su plato le deje una nota que decía lo siguiente:
Feliz cumpleaños Usagi-san. Me he ido a trabajar ya que para mi es un día normal. Ve a visitar a Nii-chan, que seguro que está muy contento de verte, vuelve a las nueve. No preguntes porque, te amo.
Ya hace tiempo que había dejado de lado mi vergüenza para decir te amo, pero aún no podía evitar sonrojarme cuando me lo decía todo el rato. Al salir de casa cogí el tren para ir a la editorial.
Llegué al departamento de manga y me senté en mi pupitre correspondiente para empezar a trabajar -Misaki te llama el jefe- ese maldito de Isaka-san me llama tanto que al final no me dejará trabajar -Ya voy- me levanté de mi sitio y empecé con mi nuevo camino hacia la oficina del "jefe", toque la puerta y pasé cuando escuché un "adelante" que provenía de su interior.
Entré y me encontré con: Isaka-san y su enorme sonrisa, Aikawa-san con unos paquetes en las manos y Asahina con su cara de siempre -Por que me llamaste Isaka-san?- pregunté ya teniendo algunas sospechas... -Chibi-tan! Que bien que has venido!- cuando se pone así nada bueno lo sigue -Sabías que hoy es el cumpreaños de Akihiko, no?- asentí con la cabeza -Pues le podrías regalar esto- Isaka-san fue hacia donde estaba Aikawa cogiendo la bolsa mas grande y me la dió -Y si te pones esto seguro que estará muy contento!- continuó Aikawa estregandome una un poco más pequeña, y temo que lo que contenga en su interior...
Acabé con mi trabajo para poder ir a casa a preparar la fiesta de Usagi-san. Llegué en unos 30 minutos, pasando por el centro comercial para comprar algo de comida. Me estaba entrando la curiosidad sobre el interior de esas bolsas, la tentación me ganó y abrí las dos que me habían sido entregadas. No pude creerme que me hayad dado esto... Les odio!
Pero la verdad es que puede que me hayude un poco a "crear" mi regalo, ya que no tenía ninguno. Agarré unas rosas que teníamos en un florero y le arranqué cada petalo esparciéndolos en un camino hacia la terraza, una vez ahí preparé una mesa improvisssada. Cuando ya estaba todo preparado hice la cena para irme a bañar. Antes de entrar al baño miré el reloj, eran poco más de las ocho, aún me quedaba tiempo, pero más vale prevenir que curar.
Salí 15 minutos después y revisé las bolsas que me habían dado en el trabajo. Me vestí con unas medias que me llegaban hasta el muslo a rayas azules y blancas, una camiseta blanca y un lazo en el cuello con un cascabel, en la bolsa tambien habían unas bragas, unas bragas!!! Me las puse para no hacerles el feo, eran de color rosa con topitos rojos.
En la bolsa que me entregó Aikawa-san habian unas orejas de gato del color de mi cabello. Igual, me las puse. Faltaban unos pocos minutos para las nueve, me senté en una de las sillas que coloqué en la terraza a esperar a Usagi-san.
Pov. Akihiko
Al despertar encontré una nota de mi amado Misaki en el desayuno, salí de casa obedeciendo la nota de mi pequeño. Compré unos regalos para seguido ir a casa de Takahiro, en Osaka, hace mucho que no lo veía. Al mediodía ya estaba allí –Unagi!- odio a ese crio… -Usagi, que bien que vinivte. Misaki nos avisó de que vendrías. Dónde está?- no me creo de que no les haya dicho que él estaba ocupado –Trabajando- entré a la casa y me acomodé en el sofá.
El sobrino de Misaki estaba intentando escalándolo, pero como era tan bajo no pudo. Lo ayudé a subir, este al estar ya encima del mueble se acercó a mi sentándose encima de mis piernas –Novio Mitaki- gritó señalándome a mi mostrando una enorme sonrisa que me recordaba a cierto ojiesmeralda. Me empezaba a agradar este niño…
-Ya podeis venir a comer!- gritó Takahiro entrando a la sala –Oh!- se sorprendió al vernos jugando los dos juntos en el sofá, cundo nunca me había llevado bien con los niños. Levanté al mocoso, aunque me lleve bien con él no voy a parar de llamarlo así, y lo llevé a la mesa.
Después de comer me despedí de Takahiro y su familia para ir a casa, de camino a ella me acordé que la nota decía que no podía ir a casa hasta las nueve. Miré el reloj del auto, eran solo las siete y media, ya echaba de menos a mi pequeño amante…
Fui a visitar a Hiroki para pasar el tiempo, como ya se había acabado la universidad por hoy fui a su casa, a ver si conseguía que me presentara a su novio formalmente. Cuando llegué piqué al timbre, me abrió un chico alto con cabello negro y ojos azules… Me cerró en la cara.
_Dento de la casa_
-Quien era Nowaki?- se escuchaba a Hiroki hablar –Nadie- respondió el supuesto “Nowaki” –Ahhh *suspiro* Ya voy yo…-
_Fuera de la casa_
Ahora fue Hiroki quien me abrió la puerta –Bakahiro!?- pero él se veía más sorprendido que enfadado –Ahora entiendo todo- entender? –Pasa- entré a su humilde hogar, se podría decir que era una biblioteca con todos los libros que se encontraban allí.
-Por qué lo dejaste pasar?!- “Nowaki” entró a la sala, se veía de mal humor –Creo que me voy a dar un paseo- dijo este mientras se ponía su abrigo –No, tú te quedas aquí y no pienso cambiar de opinión- ese era el Hiroki que todo el mundo conocía. “Nowaki” se sacó el abrigo para poder entrar con nosotros. Hiroki se acercó a él y le dijo algo que no alcancé a escuchar (Escritora: poco creíble que se escuche detrás de una puerta pero no a unos metros >.<) Se acercaron a mi, por fin, -Voy a presentaros, Akihiko este es Nowaki, mi… m-mi…- debía ser alguien muy importante para él para poderse soportar mutuamente –Es mi amante- dijo finalmente el chico que me encerró en la calle, Nowaki.
Tomamos un té, Hiroki me felicitó por mi cumpleaños y Nowaki me pidió disculpas por haberme tratado así –No pasa nada, pero debo irme ya, tengo un compromiso- me alcé de la silla para irme, me despedí de la pareja y me marché.
El tiempo pasó volando en la casa de mi amigo de la infancia, ya eran casi las nueve. Agarré mi auto para poder ir al departamento. Llegué i abrí la puerta, todo estaba oscuro -Misaki?!- pregunte mientras andaba hacia el interior –En la terraza- fui hacia dónde provenía la voz y me encontré una fantástica sorpresa, un Misaki vestido realmente sexy solo para mi –Tienes hambre?- las palabras no me salían de la boca y solo pude asentir. Misaki solo se acercó hacia mi –Preparé la cena antes de que vinieras, ya puedes sentarte- hice lo que me pidió, no podía desobedecer a un Misaki vestido así.
Empezamos a comer, todo estaba muy bueno, pero ya esperaba el postre –Voy a buscar el postre- dijo para irse dentro. Me esperé a que volviera, solo que no comería el postre que va a traer, yo comería un postre aún más delicioso…
-Usagi-san, traje vino y unas copas, quieres?- no podía resistirme. Le arranqué la botella de vino de las manos y le enseñé cual quería que fuera mi verdadero postre dándole un profundo beso. Estábamos los dos estirados en el suelo de la terraza besándonos agarrados el uno al otro. De los besos pasamos a las caricias, de las caricias a los roces intensos y ahí desapareció la mayoría de nuestra ropa. Misaki ahora estaba solo con las bragas, el listón del cuello y las orejas de gato. Se veía aún más sexy.
Estaba bien cachondo y se podía notar que él también, mi mano empezó a acariciar su pene por encima de la prenda. Gemía muy fuerte, como si estuviera esperando esto. No quería compartir sus gloriosos ruidos con cualquiera que pasara por ahí, cogí una servilleta y la puse delante de su boca para que la mordiera.
Sus bragas habían desaparecido junto sus medias y mis boxers, lo estaba preparando ya con dos dedos moviéndolos en forma de tijeras. Luego añado un tercer dedo empujandolo hasta el fondo –Mierda!- tocando su próstata –Es aquí- continué rozando ese punto ‘G’.
Necesitaba de él, saqué mis dedos de su interior y los substituí por mi miembro y esperé a que se acostumbrara a mi. Sus caderas empezaron con unos movimientos de mandantes sumados a unos gemidos que se acallaban en la servilleta.
Me movía dentro suyo fuerte y rudo. Atendía a su trasero como si él fuera el cliente y yo el camarero. Mi pene era absorbido por su trasero, apretándolo tan fuerte que se ponía más duro que una roca. No podía soportar más y pude ver que mi pequeño ya estaba en su límite, solo un par de envestidas para que los dós nos corriéramos a la vez.
Estábamos respirando deprisa por el cansancio del acto –Te amo- le susurré –Feliz cumpleaños Usagi-san- sonreí ante tan adorables palabras –Te amo- con esas palabras salidas de su boca se durmió en mi pecho apoyados los dos en la pared de la terraza. Entré con él a mi habitación, no quería que se resfriara, pero tampoco quería que nadie más lo vea desnudo aparte de mi.
Puede que hayamos hecho el amor los dos desnudos en la terraza, pero era inevitable si Misaki me quería provocar con esa ropa puesta quien era yo para impedir sus deseos?