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Tres son multitud. por EspermasLocas

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Notas del capitulo:

Hola!

Aqui un capitulo nuevo, espero les guste y disfruten.

Muchas gracias por las lecturas y comentarios anteriores.

 

Que tengan una linda noche.

 

 

Después de aquella noche, en que Kagami Taiga se involucró con la persona que su amigo tanto quería, esa “amistad inquebrantable” que tenían se vino abajo sin piedad alguna. Luego de dos semanas enteras de buscar por todos los medios posibles a Aomine, para conversar las cosas con tranquilidad y contarle como en realidad paso todo lo que paso, Kagami consiguió esa ansiada oportunidad para reunirse con el muchacho.

–¡Demonios! Ahh, me golpeaste otra vez Daiki. Ya me estoy enojando ¡escúchame!

–Ya te escuche. Te oí Taiga. Ya repetiste un montón de veces que no tenías como mierda saber que Tetsu era Tetsu, que yo jamás te dije su nombre y bla, bla. Lo sé, pero no puedo evitar golpearte, es todo.

–Me odias, ¿no? Lo siento en verdad, jamás quise herirte. Si no quieres hablarme más lo entiendo hombre, de verdad lo entiendo.

Aomine frunció más el ceño y sujeto con violencia las ropas del pelirrojo, se aceró a este de forma intimidante y lo observó en silencio unos segundos. Kagami por su parte, no oponía resistencia a nada, si Aomine quería golpearlo otra vez, iba a permitirlo.

–¿Crees que es fácil para mi idiota? Eres mi amigo desde que éramos unos enanos… ¡¿Crees que es fácil!? Tch, ¿dejar de hablarte? Como si pudiera… solo prométeme algo Taiga.

–¿Qué cosa?

–No vuelvas a ver a Tetsu, jamás tengas contacto con él otra vez.

Esa petición era un poco dura, a pesar que durante esas dos semanas Kagami nunca volvió a hablar con Kuroko, era difícil oír aquello, ya que muy en el fondo deseaba ver al peliceste nuevamente. Pero priorizaba esa amistad que formó con Aomine durante años, no estaba dispuesto a perderlo, era demasiado importante para él.

–Como quieras, no volveré a verlo…ni siquiera hemos tenido contacto desde esa fiesta Daiki… te prometo eso y lo que quieras.

Se abrazaron, como si hubiesen estado separados por un largo tiempo, ambos se aferraron al otro con dolor, pero los dos necesitaban hablar con sinceridad y sobretodo, necesitaban una reconciliación como esa, la amistad parecía haber sido recuperada del fino hilo que pendía, y esta vez, planeaban cuidarla aún más que antes.

Los días avanzaron con normalidad y tranquilidad, tal vez demasiada. Ya habían pasado exactamente dos meses desde aquel condenado cumpleaños, tal como Kagami lo prometió no volvió a tener contacto con Kuroko, inclusive no tocaron ese tema otra vez. Aunque una pequeña molestia aquejaba al pelirrojo cada día, aunque quisiera le era imposible borrar esa noche de sus memorias. Cada vez que se iba a la cama y cerraba sus ojos, él aparecía en su mente, siempre, antes de dormirse la última persona en quien pensaba, era Kuroko Tetsuya.

///////////////

Era un día cualquiera, estaba amaneciendo y Kagami se encontraba en la ducha desde muy temprano, ese día se reuniría con otro amigo irremplazable, Himuro Tatsuya. Fue hasta su cuarto y se vistió ligero para luego preparar un delicioso desayuno. Vivía solo en un departamento que le obsequiaron sus padres, este era amplio y a veces lo sentía demasiado grande para el solo.

Luego de preparar su comida se sentó hambriento y antes de que pudiese dar un bocado, su Smartphone comenzó a resonar desde su habitación

–Maldición…

Pensó que era Himuro, por lo tanto fue a contestar a pesar del inmenso apetito que hacia rugir su estómago exageradamente.

–¿Hola? –atendió medio inseguro al ver un número desconocido en la pantalla. –¿Con quién hablo?

–Kagami-kun… –reconocería esa voz desde cualquier parte, ese era Kuroko Tetsuya. El nerviosismo se apodero del alto muchacho, su cuerpo estaba tenso y no sabía si cortar o averiguar qué era lo que este quería.

–Kuroko…dijiste que no-

–Lo sé, sé que te dije que no te molestaría otra vez…pero sucedió algo. ¿Podemos vernos?

¿Ver a Kuroko? Aquello no era posible, ¿Por qué justo cuando las cosas iban mejorando entre él y Aomine? Nuevamente la idea de cortar la llamada paso fugaz por su cabeza, pero no, tampoco estaría bien hacer algo así, al menos debía ser lo suficientemente valiente para darle un “no” como respuesta.

–No puedo, hoy tengo…planes.

–Es urgente, solo será un momento, por favor Kagami-kun.

Se oía un poco preocupado y bastante serio, en realidad siempre le pareció una persona seria, pero no como se podía escuchar desde el teléfono, era evidente que algo importante estaba ocurriendo.

–¡¿Daiki está bien?!

–No es algo sobre Aomine-kun, por favor responde si podemos vernos, debo cortar pronto.

–Yo…está bien.

No sabía que estaba haciendo, pero acepto encontrarse otra vez con el muchacho. Canceló su cita con Himuro y se dirigió hasta el lugar de la reunión con Kuroko. La culpa lo estaba volviendo loco, después de que incluso le hizo una promesa a Aomine estaba yendo hacia el peliceleste justo en ese instante, “¿Que mierda de persona soy?” se preguntaba sin cesar, pero solo acepto por lo afligido que oyó al chico, algo no estaba bien, sentía como si una tormenta se avecinaba.

–Hola. –dijo un tanto frio y esquivando la mirada.

–Buenos días Kagami-kun.

–¿Qué está pasando? ¿Qué era tan urgente?

Se cuestionaba a si mismo si actuaba con normalidad, sentía su voz y su cuerpo enteros temblar, después de tanto, nuevamente tenía a Kuroko frente a él, tan cerca como la última vez, parecía un sueño, tal vez una pesadilla si recordaba a Aomine.

–Dos meses… –dijo de pronto Kuroko.

–¿Eh? Si, sé que han pasado dos…meses.

–No, quiero decir… tengo dos meses…de… –sus ojos se inundaron de lágrimas que no tardaron en caer por sus mejillas. –De embarazo. Estoy esperando un hijo tuyo Kagami-kun.

–Un… ¿Qué? –caminó tambaleándose hasta una banca cercana, se sentó y llevo las manos hasta su cabeza. –¿Tú estas…?

–Si. –seco sus lágrimas y se recompuso. –Ayer fui al doctor, estuve sintiéndome pésimo este último tiempo, entonces me lo dijo…las fechas coinciden así que…

Kagami sintió como el mundo se le venía encima, su corazón estaba cada vez más agitado, al igual que su respiración, mientras intentaba procesar las palabras que le fueron mencionadas. Un hijo, un hijo… su mente perturbada por la noticia no le permitía reaccionar. En siete meses más seria padre, apenas tenían 17 años, ¿Cómo era eso posible?

Entonces recordó el rostro de Aomine, inevitablemente un par de lágrimas se escaparon de sus ojos, su amigo, su hermano, después de aquello iba a perderlo para siempre, no existían dudas de eso.

–Kagami-kun sé que es difícil y que estas pasmado justo ahora pero necesito saberlo… ¿te harás responsable del bebe?

–¿Responsable? Yo… claro que sí. –respondió aun con la mirada perdida y húmeda por las lágrimas. –¿Qué clase…de hombre piensas que soy?

–Lo siento tanto… –nuevamente comenzó a llorar de forma desconsolada.

Fue ahí cuando reaccionó Kagami, al ver a Kuroko de ese modo, llorando con tanta amargura y miedo en su rostro. Aquello no solo era duro para él, sino que Kuroko compartía casi sus mismos sentimientos, no era el único asustado y debía ser fuerte ahora, no sabía cómo, pero tenía que serlo.

–¡No digas “lo siento” idiota! –abrazó al peliceleste. –No es tu culpa, los dos hicimos a ese bebe, ¿lo olvidas? Maldición…jamás digas algo como eso otra vez. ¿Entendido?

–Kagami…kun… –lloró aún más, pero esta vez por sentir por primera vez el apoyo de Taiga, se aferró al más alto, con tanta fuerza y amor. Ambos permanecieron ahí un rato conteniéndose mutuamente. Pero debían ser fuertes, lo peor estaba por venir, debían enfrentar a sus familias, y Kagami a Aomine Daiki, su amigo.

 

Pasaron algunos días, Kuroko y Kagami decidieron contarle todo a Aomine, los dos juntos iban a afrontar esa complicada situación. El timbre sonó anunciando la llegada del peli azul, Kagami se levantó como pudo de donde estaba sentado, camino hasta la entrada y abrió la puerta.

–Que hay Taiga, ¿Por qué me llamaste de la nada eh? Cancelé mi cita con Sakurai y el equipo, iríamos a compr…

–Buenos días, Aomine-kun. –se asomó tras Kagami el más bajo..

–Tenemos que hablar Daiki…

–¿Qué es…? ¡¿Qué es esta mierda!? –pregunto exaltado de inmediato.

–Hermano, escúchame…Kuroko y yo no teníamos planeado vernos de nuevo, jamás…pero algo ocurrió…

–¿Por qué de todas las personas…tu debías joderme de este modo Taiga? –el moreno empujaba a Kagami, el que se estrellaba con Kuroko inevitablemente. El más bajo caía con fuerza al suelo al recibir tal impacto. –¡¿Me estás viendo la cara o qué?! ¡¿Cuántas veces más planeas burlarte de mí maldito?!

–¡¡Kuroko!!

Kagami se arrodillaba junto a Tetsuya, quien tambien se había golpeado la cabeza y parecía bastante aturdido al caer de ese modo.

–¡Debemos ir a un hospital ahora! –exclamo desesperado el pelirrojo.

–N-no te preocupes estoy bien…

–¡Pero tienes un bebe ahí adentro Kuroko! ¡Debemos apresurarnos!

–¿Qué acabas…de decir Taiga?

Sorpresa tras otra se llevaba Aomine, “¿Escuche bien?” se preguntaba a si mismo incrédulo ante lo que había oído salir desde los labios de Kagami. El pelirrojo solo respondió “Si” y cargo en sus brazos a Kuroko para llevarlo al hospital más cercano. Después de todo, los embarazos de los donceles se conocían por ser muy riesgosos y eso le asustaba profundamente. Sin hablar más del tema, los tres se dirigieron hasta el hospital.

En la sala de urgencias estaban los dos muchachos, en silencio esperando que el doctor apareciera diciendo que estaba todo bien, no se miraban, ni mucho menos cruzaban palabras, solo se encontraban ahí inmóviles, era una espera insoportable, como una tortura interminable.

–Así que…así son las cosas ahora Taiga… –rompió el silencio. –Serán padres…No me lo creo.

–Si, lo supe hace tres días, Kuroko me contacto para contarme.

–Ahora serán una familia feliz, felicidades. –dijo aquello con un profundo dolor marcado en su rostro, eso rompió el corazón de Kagami.

–No digas algo como eso…nosotros no…

Antes de poder terminar lo que intentaba decir, los familiares de Kuroko aparecieron, reconocieron de inmediato a Aomine, y preguntaron a este que estaba sucediendo. Entonces el doctor se dejó ver por todas la personas que le esperaban con ansias.

–¿Los familiares de Kuroko Tetsuya?

–¡Somos sus padres! –exclamo su madre corriendo hacia el doctor. –¿Qué fue lo que le sucedió a mi hijo? Los chicos solo mencionaron que debieron traerlo de urgencia por una caída.

–Por favor guarde la calma. –aconsejó el médico. –Kuroko-Kun se encuentra bien, todo está en orden. Pero… –aquella pausa del doctor detuvo el corazón del pelirrojo unos segundos. –¿Ustedes saben el estado de su hijo verdad?

¿“Estado”? –peguntó el padre del muchacho.

–Si, actualmente Kuroko-kun tiene dos meses de embarazo, por esa delicada razon sus amigos acudieron al hospital, los embarazos en donceles son riesgosos, se debe tener el doble de cuidado.

–¡¿Y él bebé?! –cuestionó Kagami.

–El bebé se encuentra bien, aparentemente todo esto fue solo un susto, por favor cuiden de ellos en el futuro, pueden pasar a verlo de a dos personas.

Los padres ingresaron rápido hasta el cuarto donde se encontraba su hijo. Aomine solo susurro cerca de Kagami; “Bien, lamento causar problemas, ya es hora de irme”, Taiga intentó detener a su amigo, le persiguió para conversar un momento, pero este solo se negaba sin siquiera dedicarle una mirada. Entonces Kagami lo comprendió, que esa había sido una especie de despedida, Aomine estaba destruido, no era tan fuerte como para presenciar a Kagami y Kuroko viviendo juntos el proceso de un bebé de ambos que venía al mundo.

Tal vez en el futuro iba a ser capaz de mirarlos de frente y sin rencores, pero por el momento, su corazón no era lo suficientemente maduro y fuerte. Kagami lo comprendió, y decidió solo verlo partir, pero con una enorme herida en su corazón, ese día, perdió a su querido amigo de la infancia, al parecer para siempre.

Una semana de reposo absoluto fue indicada para Kuroko, para evitar daños posteriores en su reciente embarazo. Kagami le llamaba todos los días para preguntar cómo se sentían, todo estaba bien.

–Hola, que tal Kuroko.

–Oh, en serio has llamado cada día.

–Claro que iba a hacerlo, te lo dije.

–Gracias por preocuparte por mí y nuestra hija.

–Hey, ¿Cómo sabes que es una niña eh?

–Lo siento en mi corazón.

–¿Huh? Será un niño, tenlo por segur… ¿eh? ¿Qué fue ese ruido, un tren?

–Si Kagami-kun.

–Debes reposar idiota, ¿adónde vas?

–No lo sé, estoy pensando.

Kagami no conocía a profundidad a Kuroko, pero si sabía muy bien diferenciar los distintos tonos de su suave voz, y ese indicaba que algo extraño sucedía nuevamente. ¿Es que después de esa noche las cosas nunca estarán tranquilas otra vez? Kagami se sentía inquieto y decido peguntar.

–¿Qué pasa? Te escuchas extraño, dime la verdad Kuroko.

–No es nada, solo algunos....de mis asuntos.

–Tienes un niño que es mi hijo dentro de ti. Dime todo ahora mismo.

Solo podía escuchar la respiración de Kuroko, un poco más agitada de lo normal, el silencio cada vez duraba más y más. Definitivamente algo difícil de contar ocurría otra vez. De pronto un sollozo alerto al pelirrojo.

–¿¡Kuroko!?

–No tengo donde ir Kagami-kun. Ellos…mi familia… mis padres me corrieron de casa…

–Ah… ¡¿En qué estación estas?! Bien, no te muevas de ahí, llegare enseguida.

Kagami corrió, corrió y corrió sin siquiera detenerse a descansar un solo minuto, cuando llegó a la estación, buscó con la mirada a Kuroko, mientras recuperaba la respiración poco a poco. Le vio sentado, solitario con un pequeño bolso junto a sus pies, mientras el viento sacudía suave su cabello.

–Kuroko, ven conmigo. –extendió su mano al contrario. –Mi departamento es demasiado enorme solo para mí.

El peliceleste sujeto inseguro la mano de Kagami, pero este lo apretó con fuerza y se arrodillo frente a él. Cuando cruzaron sus miradas, le sonrió dulce.

–Si, esto es tan difícil Kuroko. Pero aun así…debemos ser fuertes, porque ahora somos tres, y así será para siempre.

El tren tras ellos se movía veloz, mientras el ruido ensordecedor de la maquina invadía el lugar. Ese día, en aquella estación, ambos prometieron ser felices a pesar de todo, por ellos y sobretodo, por ese hijo que los uniría de por vida.

Notas finales:

Gracias por leer.

Nos leemos a la proxima, Saludos!!


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