Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Apology por Jane Cevik

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, hola.

Esta vez vengo con un fanfic nuevo y el último que escribiré.

Ya que, también me quiero concentrar en mis otros proyectos que no he actualizado.

Sin más, les dejo continuar la lectura.

Capítulo I.


Los fuertes gritos se hacen presente como es constumbre en el barrio de Seúl. Las personas van de un lado a otro, algunas gritando, otras siendo perseguidas. Nada nuevo, siempre es de esa forma.


Los puestos ambulantes vendiendo, entre la gente que da mostraciones de las prendas. Se encuentra un adolescente con una camisa dos tallas más grandes que él, junto con su madre, al parecer discutiendo sobre algo.


—Ya te dije, Ji Won —dice la mujer de edad avanzada, acomodando la bolsa en su ante brazo.


—Mamá, no es justo, no es justo —protesta el adolescente, sin importale las miradas de las personas que caminan entre las calles.


—Ya le he dicho a tu padre y está de acuerdo —es lo último que se escucha de parte de la mujer.


El camino se hace silencioso en el trayecto, ninguno de los dos dice algo, sus vistas están en frente. Hasta que Jiwon puede ver entre tantas cabelleras negras una figura que conoce de maravilla; encorvada. Es su padre atendiendo el puesto de ropa. Sus pasos aceleran, quiere llegar cuanto antes a él.


—¡Papá! —grita el pelinegro una vez llega hasta su padre. La distancia que lo separa de la otra persona es poco.


—¿Qué sucede, Jiwon? —pregunta el señor canoso, cuando su mirada sube y ve a su hijo gritando por él.


—¡Mamá me quiere obligar a trabajar! —Responde, sentándose sobre el suelo a un lado de su padre, ayudando a este.


—Ya lo sé, es un buen trabajo —muestra paciencia, dejando por un momento la tarea de doblar la ropa—. Además,  tú me habías dicho que querías trabajar.


—Pero no con un niño mimado, seguro que me mirará como si fuese un vagabundo —murmura Jiwon.


—Su padre es amigo mío, me ha costado mucho para que te diera el trabajo. No desperdicies esta oportunidad, hijo.


"¿Amigo?" Piensa Jiwon. Nunca antes alguien había venido de visita a su casa, nunca nadie les había ayudado cuando el dinero escaseaba, al igual que la comida.


—Padre, a mí no me importaría trabajar aquí contigo —dice el menor.


—Te pagaran más allá, aquí hay días que no ganas nada. Hazlo por nosotros.


Por segundos puede notar esa mirada triste. Jiwon odia esa mirada.


—Está bien, pero, no dejaré el bar —más que una declaración, es una petición.


—No te obligaría, sé que tu sueño es ser rapero, Bobby —le dice en un tono bajo, porque no quiere que otros se enteren.


Bobby es el apodo de Jiwon cuando trabaja en el bar. Los únicos días que trabaja en él son los fines de semanas, no se queja, le pagan bien por realizar sus presentaciones, además, disfruta el subirse a un escenario y hacer lo que más le encanta; música.


—¿Cómo sabes? —pregunta Jiwon. Él nunca le contó sobre su sueño, sólo sus amigos sabían.


—Soy tu padre, conozco todo sobre ti —una mirada cómplice es todo para que ambos suelten una carcajada.


—¿Al final aceptó? —interviene una tercera persona; su madre.


—Claro que sí, ya te digo, que es un buen muchacho —confirma su padre, volviendo a doblar la ropa. Aún le falta mucho para que acabe, lo nota su mujer.


—Debo irme a la casa en ese caso, arreglaré el traje y plancharé. Ya verás quedará perfecto —esta vez, se dirige a Jiwon.


—Te acompañaría mamá. Pero, estoy ayudándole a papá —se encoge de hombros.


—Lo entiendo, cariño. Nos vemos en la cena —se despide con la mano, para salir pronto del campo de vista.


De esa forma avanzan los minutos entre ropa y  atrayendo a la gente para que se anime a comprar. Los minutos cambian a horas, y cuando menos lo piensan ya oscureció. Y sólo vendieron tres camisas, dos vestidos, y un pantalón. Jiwon es el primero en meter todo de nuevo a las bolsas, mientras su padre va por el carro. Un carro demasiado viejo, pero que les sirve para transportar la ropa.


—Nos fue mejor que ayer —rompe el silencio el más joven una vez estuvieran dentro del carro.


—Después de todo está el vendedor estrella, todas las clientas eran adolescentes hermosa —halaga su padre.


—Sabes que por el momento no me interesa tener una relación —expresó Jiwon.


—Sé que quieres ser rapero, pero incluso ellos tienen su propia musa —menciona su padre.


—Yo ya tengo mi propia musa, así que no sigas —miente.


—Está bien... Mira, hasta aquí puedo visualizar al Sr. Park peleando con su mujer otra vez.

—Siempre están peleando, me sorprende que la Sra. Park pueda aguantar tanto.


—Ella aguanta porque lo ama —aseguró su padre.


—Espera, te pareces a mamá en esos temas. Mejor estaciona el auto, después ves como pelean. Más bien, en la madrugada.


Salen del auto ambos hombres, después de que el mayor chocara un poco; centímetros con el carro de en frente, aunque ambos no se preocupan. Saben que el dueño de ese auto es un hombre demasiado despistado, que sólo lo ocupa los miércoles por la tarde.

Cuando entran a la casa, un lugar pequeño, pero acogedor. Lo primero que visualizan es Kimchi en la mesa, junto con algunos platos. Su padre directamente se va a sentar a disgustar la comida, mientras Jiwon se va a su habitación donde seguro debe estar su madre. No se equivoca, está ahí, plachando aquel traje que años atrás le quedaba enorme y ahora parecía hecho a su medida.


—¿Qué haces, mamá? Ve a dormir, yo continuo —ofrece Jiwon, dándole unas cuantas palmaditas a su espalda.


—Gracias, cariño —dice su madre levantándose de la cama—. Pon tu alarma, recuerda que mañana debes llegar puntual. Y descansa.


Jiwon sabe que su madre se esfuerza mucho al igual que su padre. Ella trabaja planchando ropa ajena, hay días que no duerme cuando se le acomulan los encargos, además que siempre prepara la comida, y hace las tareas del hogar.

Cuando acaba de plachar el traje y poner su alarma a la hora exacta, cae completamente rendido a la cama. Sabe que mañana un día largo le espera.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).