“Itachi
Minato y Kushina no tardaron mucho en llegar, estaban muy preocupados por su hijo, ni siquiera nos dio tiempo de saludar cunado la señora Uzumaki corrió a buscar a Naruto, este se encontraba dormido por el calmante que le había proporcionado. Mi padre se disculpó con su viejo amigo por el escándalo que habían provocado, mi preocupada madre estaba desesperada por el miedo a que Kushina no la perdonara, Sasuke no tenía idea de que sucedía, pero estaba atento por si su novio despertaba alterado. Finalmente yo, estaba sentado en las escaleras, recordando todo lo que Jiraiya me había dicho.
*Una noche antes de que Jiraiya muriera.
- Itachi necesito que guardes esta carta por mí, una la tiene tu padre, está la conservaras hasta que creas que sea el momento adecuado, claro después de explicarte todo- Estiro su arrugada mano para que la tomara.- Veras, Minato hace unos días me dijo lo que la pequeña Hinata le hizo a su madre, todos sabemos lo que pasara ahora, el siguiente en su lista soy yo, pero no la culpo a ella, si no a quien la está manipulando- Mi cara estupefacta fue lo único que pude ver en el reflejo de los ojos cansados de mi interlocutor.- Ella me asesinara, eso lo sé, pero al menos así podremos detener por un corto o largo periodo a quien anda detrás de mi nieto, tarde o temprano Naruto asumirá el cargo del líder de la familia Uzumaki, eso conllevara a romper la red de corrupción que estoy seguro Orochimaru creo, no estoy seguro quien o como, pero hace tiempo saben de unas investigaciones que yo mismo personalmente hice, por eso supe que la pobre de Hinata está siendo manipulada para terminar con nuestras familias, pero no contaban con que se enamoraría de Naruto; antes que nada Itachi el que sepas esto implica que debes mantener el silencio hasta que mi nieto sea quien tome las riendas de las familias. Cualquiera podría ser el culpable, incluso mi hijo o tu padre; por favor, después de yo muera necesito que visites a Hinata, su subconsciente podría darte una pista.
- Jiraiya es muy peligroso todo lo que me estás diciendo, ¿Qué tal si me convierto en una pieza más de la Hyuga o de quien sea que trame esto? - No pude controlar el decirle mi miedo.
- Confió en que sabrás como moverte, no eres cualquier persona, tu eres el sucesor de la familia Uchiha, aunque no hayas aceptado el cargo yo sé que los vas a proteger con uñas y dientes y mientras los cuides a ellos, mi nieto estará a salvo- Sus ojos estaban llorosos, tenía miedo y aun así se estaba sacrificando por otras familias incluyendo la suya. Me arme de valor.
- Está bien Jiraiya, tomare la responsabilidad y el peso de este secreto, por tu honor- El anciano me abrazo, no dijo más. Se marchó.
En ese entonces yo vivía solo en un viejo departamento que rentaba, mis padres querían que volviera a casa, porque aún era menor de edad, pero deseaba tanto estar solo por una temporada más. Este fue un pretexto perfecto.
Esa noche aún recuerdo, no dormí nada. Poco después recibí esa desesperanzadora llamada que ya me esperaba, alcance a mi familia en la casa de los Uzumaki, estuvimos casi todo el tiempo con ellos. Mi padre estaba con Naruto cuando este perdió el control, supuse que había sido la supuesta última carta del viejo y sabio Jiraiya. Me acerque curioso al Uzumaki. Estaba en una forma distorsionada de ovillo debajo del ataúd de su ya fallecido abuelo, me puse en cuclillas para que me viera, sus ojos azules pero apagados me analizaron con miedo, por un instante pude sentir su dolor, me aterre.
- No estás solo Naruto ambos cargamos con la misma cruz- No comprendió lo que le dije, pero eso sirvió para que se abalanzara sobre mí, en un gran abrazo.
En ese momento entendí porque el viejo Jiraiya había dado la vida a cambio de salvar la de ese pequeñuelo y porque me había elegido a mí para protegerlos a todos…
Espere un par de meses para visitar a Hinata, no quería levantar sospechas, estaba en una cárcel de máxima seguridad, aislada de todos. Espere en una habitación hasta que por fin el guardia apareció con ella. Le pedí que nos dejara solos.
- Hola Itachi, ¿Qué tal esta tu padre? - Me estaba analizando mientras tomaba asiento en la silla de plástico.
- Están perfectamente bien gracias a ti. - La mire del mismo modo que ella a mí. Recargando mis brazos sobre la mesa.
- ¿Y Naruto?, supe que él fue quien encontró mi obra de arte- Se burló.
- ¿Por qué sospecho que esa obra de arte como la llamas es un robo? - Su sonrisa desapareció.
- Tus sospechas son absurdas, si yo quisiera, saldría de aquí y haría arte con tu amado hermanito- Me dio en donde más me dolía, pero no pensaba hacer notar.
- Entonces porque no escapas ahora mismo- La rete.
- Pueda que lo haga, me gusta tu insinuación a jugar- Se lamio los labios.
- ¿tanto quieres jugar? - Quería llegar a mi punto.
- No tengo deseos de jugar con un principiante- Me sopeso.
- Juegas con puros profesionales, buen gusto- asegure.
- Por supuesto, suponen un reto más entretenido- Me miro.
- Algún día seré profesional- Me puse de pie, el guardia me abrió la puerta y me marché antes de que se diera cuenta de su metida de pata.
Ella me confirmo lo que Jiraiya me había dicho, debía ser más cuidadoso de ahora en adelante, esto no era simplemente un amor enfermo.
Con el paso de los meses todo parecía calmado, pero entre más larga la espera más peligrosa, no me gustaba nada el hecho de un desaparecido Orochimaru, las sospechas de que Minato, andaba indagando de más, me alertaron, él no debía meter las narices por ahora pero su astucia persuadía a los demás incluyendo a mi padre. Así que nuevamente visite a esa mujer.
Mi sorpresa fue ver salir de ahí a Minato, eso no me gustó nada. Me oculte y no volví hasta hace unos meses antes de que ella fuera dada en libertad. *
Escuche la voz de mi hermano llamándome.
- Itachi- Se sentó a lado mío.
- ¿Qué sucede? - Sabía por dónde iba el asunto.
- ¿Qué tiene Naruto? - Me pregunto angustiado, nunca lo había visto así, su mirada me conmovió.
- Hace unos años, cuando eras pequeño, ¿recuerdas aquel campamento con los abuelos en Alemania?- asintió- Bueno justo después de que te fuiste, asesinaron al abuelo de Naruto, nuestros padres se conocen desde la preparatoria, pero tú no lo sabias porque no te interesaba asistir a las reuniones de negocios de nuestros padres- me miro sorprendido y preguntándome silencioso- Si, Naruto ha estado en varias de esas reuniones, bueno volviendo al asunto, mi padre fue quien le dio una carta de su abuelo, el adoraba a su abuelo, aun no supera su muerte- Me miro triste, lo estreche esperando a que se tranquilizara.
- ¿Sasuke? - Una voz cantarina interrumpió. - Naruto quiere verte- Kushina.
- Vuelvo enseguida- Aseguro Sasuke.
- ¿Dónde está Fugaku? - Sus ojos eran tenían una expresión decisiva, creí que iba a matarlo- Necesito contarle algo que recién sucedió.
La guie a donde mi padre se encontraba, cuando me iba Minato me detuvo.
- Tú también deberías quedarte Itachi, esto te concierne a ti también- Sus inexpresivos me alteraron un poco, mientras Kushina comenzó a tomar el rumbo de la conversación.
- Hace poco una fuente nuestra nos revelo que Hinata estuvo en su casa, por lo que tenemos entendido ella estuvo merodeando aquí junto con su hermana menor, no sabemos que hicieron, pero creo yo que deben mudarse.
Luego de unas cuantas conjeturas, subí a mi habitación, por alguna extraña razón me dio la sensación de que la Hyuga había estado en este cuarto, me levanté de mi cama y comencé a buscar algo, un no sé qué, de pronto vi mi reflejo en el tocador. Detrás de mi estaba mi cama, la desconocí por un instante, y lo supe, busqué detrás de la cabecera, ahí estaba, una pequeña nota con caligrafía de envidia.
“¿Jugamos?”
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