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El destino no se puede cambiar por Hao Asakura

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Notas del capitulo:

Hola.

Quisiera comentar un poco sobre mis motivos para escribir este fic:

Normalmente no hago cosas tan tristes ni telenovelescas :P en realidad este fic fue inspirado por una trolleada de la que fuí victima en youtube, no sé si alguien llegó a ver este video:

Era un top de las muertes más tristes del anime y en el número uno tenía "la muerte de Alphonse Elric" el video decía que al final del anima de FMA Alphonse moría porque su cuerpo habia regresado demasiado débil después de que su hermano lo recuperó del otro lado de la puerta y mientras pasaban escenas del funeral de Maes.

Cuando vi ese video aún no había visto FMA completo y de verdad creí que Alphonse iba a morir al final, luego ví que me habían troleado y pues se me ocurrió imaginar esta historia, no busca ser una continuacón exacta de la serie ni mucho menos.

Espero que disfruten leerla tanto como yo al escribirla porque les juro jajaja normalmente no hago dramas tan densos, en este ep traté de hacer algunas escenas ligeras.

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Al amanecer, Edward se puso de pié con pesadez de la banca y echó a andar con lentitud a su casa, no sabía bien que diría, ya que regresaría sin la maleta para Al que Mei dijo que enviaría, lo mejor era también llamarla  para pedirle que la enviara y de una vez, informarle que aceptaba su petición.

Pero ¿y si no era cierto?

Tal vez la chica solo estaba exagerando con eso de que Al estaba enamorado de él, incluso podría ser un pretexto muy descabellado para simplemente largarse y hacer su vida sin tener que cuidar enfermos, no… Mei no era así.

La desesperación le estaba haciendo pensar  estupideces.

Sentía sus pies tan pesados…  así que demoró un buen rato en llegar, hacía un poco de frío por el rocío de la mañana, Den se acercó a recibirlo meneando la cola, le acarició la cabeza distraídamente  mientras cruzaba el porche y sacó su propio juego de llaves para entrar lo más en silencio posible, su automail siempre hacía cierto ruido metálico al andar.

Antes de cualquier cosa, sería mejor comprobar, que en verdad,  Alphonse estuviera enamorado de él, porque ese pensamiento tan sólo en su cabeza se escuchaba ridículo e imposible.

Subió las escaleras  y al pasar por el cuarto de los niños se dio cuenta que las puertas estaban abiertas, al asomarse descubrió que las camas estaban vacías, se imaginó porqué.

Caminó hasta a su habitación y al asomarse vio a su hermano pequeño tendido boca arriba, con el dorado pelo esparcido en torno a su cabeza como una aureola de ángel, dormía tranquilamente.

Winry también estaba ahí, arrebujada al lado de las piernas de Al y usando las rodillas de este como almohada, Van en el otro costado de su tío, abrazado a su pecho,  Trisha  más arriba que Win  con las piernitas extendidas sobre el costado de ella, era una visión tan dulce que Ed no pudo menos que sonreír.

Tenía la mejor familia.

¿Por qué tenía que pasar algo así?

Sintió la que la frustración lo volvía a invadir, apretó los puños y cerró los ojos con fuerza, haciendo lo posible por aguantar, pensó en salir de inmediato, sería horrible que los niños despertaran y vieran a su padre llorando al pie de la cama, pero sus piernas no querían moverse.

Winry prácticamente lo sintió, estaba acostumbrada al ruido del auto mail como signo de la presencia de Ed, sus parpados temblaron un instante antes de abrirse, luego se sentó silenciosamente.

Parpadeó tratando de enfocar su mirada, Ed estaba de pie frente a ella, con los puños aún apretados

Se miraron.

En ese instante se dieron cuenta que ambos lo sabían.

La rubia se puso de pie, lo tomó de la mano y lo sacó de ahí, Ed se dejó llevar sin decir nada, salieron de la casa  al patio de atrás, el cielo ya estaba intensamente azul

-¿Qué haremos Winry?.... ¿Qué voy a hacer yo si Al se muere?- dijo echándole una mirada angustiada, parecía un niño asustado.

Winry lo abrazó con fuerza.

-Debe haber algo que podamos hacer- murmuró cerrando los ojos con fuerza contra la chaqueta de Ed- aunque no estoy segura de que servirá.

-Me pondré en contacto con el doctor Marco en cuanto pueda.

-Si…- Ella levantó el rostro y lo miró con determinación- Haremos todo lo que esté en nuestras manos, y lo que no.

Ninguno de los dos lloraba, si lo hacían harían que el otro se hundiera también.

-Algo es seguro Ed- continúo ella - tenemos que darle a Al una vida feliz y disfrutar cada instante que esté con  nosotros.

Ed asintió en silencio, escucharon un pequeño ruido: Van salió también al patio de atrás frotándose los ojos de sueño.

-Mamá, papá…

Generalmente a estas horas ya estarían en el taller con los automail.

-¿Qué pasa cariño?

-El tío Al y Trisha han despertado, ella está llorando.

Entraron a casa y en la habitación Al estaba tratando de calmar a una diminuta Trisha, Winry  la cogió en brazos.

-Ya! Ya bebé!  Mamá está aquí… gracias Al- añadió mientras tomaba al niño de la mano- Van, has sido muy bueno al ir a buscarme,  sólo por eso te hare de desayunar lo que quieras, es más… ¿saben qué? Tomemos el día libre todos juntos!!

-Yaaaaay!!

Los tres salieron del la habitación rumbo a la cocina.

Hubo un momento de silencio.

Edward observó a Alphonse, que estaba sentado en la cama sonriendo mientras veía a los niños irse con su madre.

Edward observó fijamente a Alphonse sin decir nada.

Edward observó  fijamente  a  Alphonse sin decir nada.

Edward observó  fijamente  a  Alphonse sin decir nada.

Alphonse se sonrojó sin previo aviso.

Edward se sobre saltó.

-Po… porque te sonrojas? – preguntó a la defensiva.

-¿Porqué te sonrojas tu también?- dijo Al sorprendido y asustado.

-No!! Por nada!!

-Lo mismo digo!!

-Bien!

-Siento mucho que tengan que perder sus actividades normales por mi culpa- dijo Al sonriendo un poco mientras desviaba la mirada hacia la ventana.

-No te preocupes, la ventaja de tener un negocio es que no pasa nada si tomas un día de vacaciones.

-Ya… que envidia! Jajaja yo dentro de poco tendré que volver al trabajo!

 A Ed le dolió escuchar  como Al trataba de engañarlo, pero no dijo nada.

-Venga, te ayudaré a sentarte en la silla.

-No es necesario, yo puedo pasarme.

-Tranquilo, yo lo hago.

Sin más Ed se acercó a su hermano menor y le paso un brazo por la espalda y otro por debajo de las piernas, de esta manera lo levantó, luego se lo quedó unos instantes en los brazos.

-Necesitas comer más Al, no pesas nada!

Lo miró directo a los ojos,  Al estaba terriblemente sonrojado.

-Ahhh te sonrojaste otra vez!!- gritó Ed mientras dejaba caer  a Al sobre la silla de ruedas como si de pronto se diera cuenta que tenía una garrafa de leche de diez litros en los brazos.

-No estoy sonrojado tengo temperatura! –se defendió Alphonse, lo cual era una total mentira, SI, estaba sonrojándose a cada instante y todo era porque Ed lo estaba mirando hoy de una manera muy poco usual.

-A ver.

Ed tocó su frente con una mano y la de Al con la otra para comparar la temperatura de cada uno.

Alphonse se sonrojó al triple.

 “Mierda!! Mierda!!“  pensó Ed “Tal vez es verdad lo que dijo Mei” pero en cambio, dijo.

-Vaya que si tienes temperatura- aunque no sintió particular aumentó en la misma- bien, iré a la botica a pescar un poco de medicina.

-No es necesario, se me pasará.

Edward bajó las escaleras y se metió a la cocina, Winry estaba ya preparando el desayuno.

-Tenemos algo para la fiebre?

-¿Qué pasa Ed? ¿te sientes mal?- la rubia se apresuró a tocarle la frente a su esposo.

Edward sonrío

-No es para mí es para Alphonse.

-Tengo una infusión excelente, ya mismo la preparo.

Había algo en que no había pensado Edward desde que se enteró de lo de su hermano: estaba casado… ¿Cómo se atrevía a pensar en intentar algo con Al teniendo esposa? Una esposa que cuidaba de su hermano menor como de un niño más, que los había acompañado en penas y alegrías desde niños.

¿Se lo diría?

“Win, Mei me contó que mi hermano pequeño está enamorado de mí y me pidió que lo hiciera feliz en sus últimos días así que…”

Sonaba de lo más cruel y estúpido.

Preparados los alimentos Ed se bajó cargando a Al y Winry bajó la silla de ruedas, afortunadamente era de las que se plegaban,  durante el desayuno Ed se mantuvo particularmente callado, no hacía más que observar a su hermano con una expresión pensativa.

 “Pero como se supone que corteje a mi propio hermano, es algo imposible…  y en esta casa! Con mi  esposa aquí!!  ¿no puedo negarme? Bien, por supuesto que puedo, es fácil coger el teléfono y llamar a Mei… sabes que Mei, no puedo hacerlo, ven por Alphonse que trataremos de curarle, entonces, no será necesario que yo cometa esta locura, bien, terminando el desayuno la llamaré desde el taller”

Sin embargo, algo en su interior estaba incomodo con esa decisión, todos esto años, había algo que Al deseaba y que no había podido obtener, Edward jamás había tenido conocimiento de que su hermano quisiese algo sin que él estuviera dispuesto a dárselo de inmediato… sólo que esta vez lo que Alphonse quería era él.¨

¿Podría negarse sólo por una vez?

Ni hablar, Alphonse se estaba muriendo.

Además  ¿Qué diablos importaban las normas?

Si lo dejaba morir sin cumplir su deseo, seguro que se arrepentiría toda su vida.

No quería dejarlo morir obviamente.

Los muertos no pueden volver a la vida.

Era una dolorosa lección que le había costado años de sufrimiento aprender.

¿Iría a repetir la misma historia con Alphonse?

Era su único hermano, por él daría su brazo otra vez,  su vida o  lo que quedaba de su cuerpo, su último aliento, todo.

-Nii san?

-Mmmm

-Estas bien?  me has estado mirando todo el rato.

Winry le dio un pequeño toque en la rodilla derecha que  significaba “harás que note que sabemos”

Ed tardó en responder, observó con cuidado las finas facciones de su otouto, la piel de porcelana que había tomado un color sonrosado debido a la pena, sus enormes ojos plateados y las preciosas hebras de oro que ocultaban parte de su frente y caían por sus hombros, unos hombros frágiles, como los de una chica.

Alphonse era la viva imagen de la perfección, por dentro y por fuera.

Durante mucho tiempo fue una armadura, la cantidad de sufrimiento que había tenido que soportar Ed no se la imaginaba, en ese tiempo Al no solo no había perdió la cordura, si no que le había demostrado a Ed el hermoso ser humano que era, siempre ayudando a otros en vez  de solo preocuparse por recobrar su cuerpo, y más pendiente de cómo recobrarían los miembros de Ed que de si mismo.

Se lo debía.

-Solo estaba pensado Al, hay algo que quiero mostrarte en la casa Elric, quería esperar hasta que se mudaran pero creo que está bien si lo hago hoy ¿querrás ir más tarde conmigo?


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