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Las cruzadas por yue-sama

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Notas del capitulo:

aqui volvi!!!

me extrañaron? porque yo si las extrañe mucho, mucho!!!

eh estado exhausta.

pero aqui el cap, y casi, casi mas cerca del final!!

oh dios mio!!!

bueno pastelitos, prometo contestar esta ves a sus rw!

Metió las llaves en el cerrojo, cuando la puerta cedió dio un gran suspiro de alivio, cerró la puerta tras de sí y esperó a escuchar el ruido habitual de la casa pero nada pasó, bajó la bolsa que llevaba con él y se quitó el gorro de su cabeza, estaba a punto de verse en el espejo para ver cómo había quedado su cabello, después de que Kakashi lo pintara —o más bien maltratara— no había podido verse.

 

Se acercó al espejo que estaba cerca del pasillo cuando escuchó un grito infantil cerca de él y volteó asustado, Sakuya estaba parado viéndolo como si fuera un fantasma, volvió a gritar señalándolo y comenzó a dar brinquitos desesperados por lo que al instante llegó su pelirrojo amigo y gritó como su hijo lo había hecho.

 

 

—¡¡Ah!!

 

 

—¡¡Ah!! —gritaron ambos y luego se vieron, al mismo tiempo hicieron el mate de desmayarse y se desplomaron en el suelo dramáticamente.

 

 

Naruto sonrió de lado y se acercó con paso seguro a ambos, se agachó un poco y borró su sonrisa para ponerse serio.

 

 

—Bien, es mejor que los dos dejen de ser dramáticos no querrán que les de unos buenos golpes a ambos ¿verdad?

 

 

Como si fueran hermanos —aunque eso no era posible porque se llevaban muchos años— se coordinaron y abrieron un ojo, todavía haciéndose los desmayados.

 

 

—¿Por qué haríamos eso? —dijo Gaara.

 

 

—¿Qué gano si me levanto? —dijo Sakuya.

 

 

—No me hagan enojar. ¡¡Levántense!!

 

 

Sakuya fue el primero en levantarse y Gaara abrió los ojos y puso cara de dolido.

 

 

—¡¡Me has traicionado!! ¡¡¡Cobarde!!! —gritó y Sakuya se puso a reír.

 

 

Naruto pasó de largo a Gaara y le dio un puntapié en la pierna haciendo que este chillara de dolor, luego fue a la cocina, ya casi era hora de la cena y tenía que cocinar algo rico para todos, se sentía con muchos ánimos, los cuales no había tenido últimamente, todo volvía a estar en el lado correcto donde siempre tuvo que haberse quedado.

 

 

—Papi ¿vas a cocinar? —preguntó incrédulo Sakuya.

 

 

—¡Sí, y haré algo delicioso! Así que ve a bañarte.

 

 

El niño salió corriendo emocionado y Gaara se levantó del suelo sonriente.

 

 

—Las cosas van bien después de todo ¿eh?

 

 

—Sí, van bien —suspiró.

 

 

—Me gusta escuchar eso bebe —se acercó y le dio un pico amoroso en los labios, viendo como ya no le molestaba solo un pequeño roce y se alegró más.

 

 

—Aléjate, quiero cocinar.

 

 

—¿Y no quieres cocinar nuestro amor? —dijo pícaro, con una sonrisa cargada de malicia—. ¿Y crear muchas palomitas?

 

 

—Qué asco… —dijo con media sonrisa, Gaara… Gaara siempre iba a ser Gaara.

 

 

—No creas que no me di cuenta de ese pelo, es casi imposible de ignorar, Bro, ¿cómo sabías que me ponen los pelinegros?

 

 

—No pues me lo tiño de azul, no hay problema.

 

 

Comenzó a sacar los ingredientes que tenía a la mano para hacer la cena mientras que Gaara pegaba tremenda carcajada, eso hizo a Naruto estar tranquilo, sí, definitivamente todo estaba bien, estaba en casa y todo estaba relativamente tranquilo.

 

 

—No puedo esperar a comer tu deliciosa comida.

 

 

—Lo sé —dijo orgulloso—, después de comer lo que preparabas mi comida va a ser un manjar.

 

 

—Que modesto —hizo un puchero—, pero la mía era deliciosa.

 

 

—Solo en tus sueños.

 

 

—Sí —sonrió pervertido—, en mis sueños… Mhhm…

 

 

—¡¡Eres un pervertido!!

 

 

—Ja, ja, ja, ja, lo sé…

 

 

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La puerta fue tocada interrumpiendo un momento de deliciosa comida, Naruto sonrió al ver el puchero de Gaara y de Sakuya, de verdad esos dos eran tal para cual, el ex rubio le hizo una seña a su hijo para que fuera abrir la puerta, este se levantó del asiento con la cuchara llena de un bocadito y corrió hacia la puerta, abrió sin cuidado y sus ojitos se abrieron grandes, grandes.

 

 

Tragó rápido el bocadito y levantó la cuchara como si fuera una espada y quisiera defender el terreno.

 

 

—Grrrr —imitó un gruñido—. ¿¡¡Qué haces aquí!!?

 

 

Estiró más su bracito con la cuchara haciéndose el valiente.

 

 

—Vine a ver a tu papá…

 

 

—Papá está bajo mi cuidado…

 

 

Cerró sus brazos y miró directamente a los ojos de Itachi, imponiéndose como el hombrecito que era. El azabache quiso sonreír —se veía adorable haciendo eso—, pero no lo hizo para no molestar más a su sobrino, sabía que el niño todavía estaba resentido con él por haber dejado que algo malo le pasara a Naruto.

 

 

—Bien, lo sé, sé que falle pero te pido perdón.

 

 

Se agachó hasta quedar a la altura de Sakuya.

 

 

—No es justo —hizo un puchero—, te di algo preciado para que cuidaras a lo más preciado que tengo.

 

 

—Lo se pequeña bestia —vio como el pecho de Sakuya se inflaba de orgullo al escuchar ese apodo, claro, después de todo tenía sangre Uchiha—, pero hay cosas que no puedes comprender todavía y cuando crezcas lo harás… No todo en la vida es fácil.

 

 

—¡¡Sakuya!! —escuchó el grito de Naruto y se puso nervioso, Sakuya se dio la vuelta, sabía que era cuestión de minutos para que su papá apareciera por ese pasillo así que actuó rápido.

 

 

—Bien, te perdono pero con una condición.

 

 

—Vamos, lanza tu mejor carta.

 

 

—Dame tu frente.

 

 

—¿¿Mi frente??

 

 

—Siii —Itachi asintió—. Bien cierra los ojos.

 

 

Así lo hizo, solo rogaba a Dios que no le cortara el cabello o algo por el estilo, cuando de pronto sintió un golpe fuerte en su frente haciendo que abriera los ojos por el susto y el dolor, Sakuya tenía los dedos en forma de zape, se llevó las manos a su zona adolorida y la sobó, bajando un poco el dolor.

 

 

—Pegas fuerte —dijo Itachi, Sakuya sonrió feliz—, es justo.

 

 

—Sí, más que justo.

 

 

A veces se le olvidaba cuán inocentes eran los niños, el mundo no estaba perdido, cuando vio a Naruto aparecer por ese pasillo se paralizó… ¿Dónde estaba su rubio?

 

 

Era el pero no… Su cabello…

 

 

Se veía hermoso, quizá un poco diferente pero era él, los mismos ojitos que había conocido de antes, ¡eran los mismos!

 

 

No se le miraba decaído o con miedo, era él, era su Naruto.

 

 

—I-Itachi…

 

 

Le gustó cómo se escuchó su nombre con ese lindo tartamudeo, ¿era por los nervios? Eso le ponía feliz, una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo y quiso fundirse con él en un abrazo apretado y besarlo. Sí, Naruto era su manantial en ese cruel desierto.

 

 

—¿Puedo pasar?

 

 

Solo pudo ver como Naruto asintió, cerró la puerta tras de sí y caminó hacia Naruto decidido, cuando vio  la cabeza pelirroja de Gaara asomarse, algo en él se removió, se sentía molesto, Naruto compartía la casa con ese pelirrojo… Dios, ¿en qué pensaba ahora? No importaba, pero su molestia empeoro cuando vio sonreír pícaro a Gaara.

 

 

—Ven Sakuyita —dijo juguetón Gaara—, es tiempo de que los adultos arreglen sus problemas.

 

 

—¿Problemas de adultos? ¡Quiero escuchar! —dijo firme—. Es de mi incumbencia, ¡es mi papá!

 

 

—Vale, vale campeón, si nos vamos ahorita te regalo un súper helado.

 

 

Claro no había nada mejor que sobornar al terco de Sakuya con un buen helado, a este le brillaron los ojos y asintió dejando que Gaara se lo llevara.

 

 

Cuando Itachi y Naruto se quedaron solos, el ambiente se puso tenso, podía hasta cortarse con tijeras, nadie hablaba y parecían nerviosos, Itachi volvió a acercarse y Naruto dio un paso hacia atrás y eso no le dio buena espina a Itachi.

 

 

—¿Estás bien?

 

 

—¿Eh? Sí, claro.

 

 

No iba admitir que ver a Itachi acercarse le había puesto los pelos de punta, Itachi no era malo, Itachi no era su hermano… no era Sasuke.

 

 

Reacciona Naruto, él no te hará daño…

 

 

Lo vio tan hermoso como era, ahí con su moño despeinado y con ojeras, quizá él tampoco la había estado pasando bien, quizá él también estaba preocupado pero ¿por quién? ¿Por él o por Sasuke? ¿Era tan egoísta pedir que fuera por él?

 

 

Dios…

 

 

Tenía que actuar bien, no quería que Itachi se sintiera mal, no era culpa de él y nunca lo iba a ser, se acercó y se abrazó al cuerpo de Itachi, ya era suficiente tenerlo ahí, eso era decir que estaba para él, había vuelto.

 

 

Sintió los brazos temblorosos de Itachi rodearlo y hundió su cara en ese pecho fuerte, aspirando el olor que había extrañado de su amor.

 

 

—Te extrañé —susurró Itachi besando su cabeza.

 

 

—Yo igual.

 

 

—¿Mucho? —susurró en su oreja.

 

 

—Mucho —confirmó sonriendo.

 

 

Podía sentir cómo el corazón del azabache se había acelerado y un calorcito le recorrió el cuerpo, se sentía vivo, Itachi hacia eso en él. Besó la barbilla de Itachi y pudo ver la hermosa sonrisa que se extendió en la boca del mayor.

 

 

Este sobó suavemente las mejillas de Naruto y se acercó a darle un beso, para uno tan ansiado y para otro temido, pero aun así fue un beso suave, sin malicia, solo algo dulce y delicado.

 

 

—¿Te vas a quedar?

 

 

—Sí, lo haré… No me iré de tu lado.

 

 

—Aun… Aunque le hice eso a Sas…

 

 

—Me haré a la idea.

 

 

—Gracias.

 

 

—¿Por qué?

 

 

—Por volver a mí…

 

 

Luego solo hubo un juego de miradas donde se pudieron decir todo lo que sus bocas callaron.

 

 

*

*

*

 

Al día siguiente se había despertado adolorido, había dormido sentado y encogido en una esquina de su celda, la noche había sido muy fría al igual que la mañana, cuando el sol calentó un poco su cuerpo se sintió mejor, aunque sus músculos seguían resentidos y su estómago lo mataba pero él no quería comer ese tipo de comida.

 

 

A ese paso se iba a morir, cuando vio a la celda de al lado vio al chiquillo feliz dormido tranquilamente, como si fuera lo más normal, obviamente no era normal.

 

 

Se le miraba feliz con tan solo tener un techo bajo el cual dormir, quizá ese chiquillo le enseñó varias lecciones de vida en tan solo una noche, comenzó a ver dónde había estado metido durante mucho tiempo y admitió haberse perdido en el camino.

 

 

Los policías llegaron y al mismo tiempo abrieron su celda y la de Lee, despertándolo, el chaval se miraba somnoliento, se talló los ojos y sonrió.

 

 

—¡Gracias por un día más de vida! —dijo feliz y enérgico. Toda la noche se la había pasado dando las gracias por todo.

 

 

—Ya eres libre, vete de aquí Lee.

 

 

—Si señor oficial —dijo como un soldado—. ¡¡Ohh, señor esquina!! —bien, hasta se había ganado un apodo, el mocoso lo había visto dormido en la esquina—. ¡Nos vemos!

 

 

Sasuke dejó de respirar cuando sintió el cuerpo delgado del chaval abrazándolo, para después irse corriendo.

 

 

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No pudo salir de su asombro hasta que estuvo en una mesa con un chico del otro lado, sacando papeles.

 

 

—Bien, buenos días señor Sasuke, soy Shino y seré su abogado.

 

 

—¿Mi abogado?

 

 

—Sí, mi padre es el abogado oficial de la familia Uchiha pero yo llevaré su caso y haré todo lo posible para ayudarle.

 

 

—¿Quién te manda? —dijo irritado, solo al escuchar familia se le había revuelto el estómago.

 

 

—Me manda mi padre —dijo rápido.

 

 

—Pero ¿¡Por qué demonios te manda tu padre!? —rugió.

 

 

—¿Por qué le tiene cariño?

 

 

—¡¡Deja de joder, carajo!! ¿¡Quién contrató a tu maldito padre!?

 

 

—Más respeto señor Uchiha, estamos haciendo esto de caridad, no haga que la bondad de mi padre desaparezca como el sonido de este chasquido —dijo mientras tronaba sus dedos.

 

 

Claro, Shino no era un hombre sobresaliente, de hecho era común pero tenía cierta personalidad que le daba carácter, además sabía que escondía algo entre manos que no quería decirle pero se notaba desde lejos que era bueno escondiendo cosas y evadiendo también.

 

 

—Bien… —se rindió—. Si ya viste mi caso, ¿qué piensas?

 

 

—¿La verdad? —Sasuke asintió—. Va a ser difícil pero no imposible.

 

—Ojala sea cierto.

 

 

—Eso es lo que todos esperamos señor Sasuke, ahora déjelo en mis manos.

 

 

*

*

*

 

 

Había despertado en la misma cama que Itachi y había sido una experiencia nueva, había visto el perfil del hombre, bien definido, sus cejas rectas, su nariz tallada, la blancura de su piel y su poca barba, sus labios no tan llenos y de un color rosado.

 

 

Era hermoso, y estaba contento de que ese hombre fuera suyo pero había algo que no le dejaba tranquilo, tenía que reponerse en su totalidad para estar con él, no podía entregarle un material defectuoso.

 

 

Sonrió con un poco de tristeza y se levantó. Preparo la comida rápidamente y recibió una llamada.

 

 

—¿Qué pasó ahora? —dijo Naruto.

 

 

—Que humor ¿eh?

 

 

—Vamos Neji…

 

 

—Quería invitarte a desayunar y creo que llegó el momento de contarte la verdad…

 

 

—¿Cuál verdad?

 

 

—La de hace 9 años…

Notas finales:

bien!! aqui el nuevo cap, espero les haya gustado como a mi me gusto hacerlo.

espero sus rw, ya saben que es la unica manera de saber si les va gustando o si me equivoque en algo, por favor!   UNA PREGUNTA!! por favor contestar. les gustaria conocer a los personajes en seres humanos desde mi perspectiva??   si es asi por favor, decir asi en el proximo cap los pondre.   bien solo un cap mas y volvemos a la actualidad.   nos vemos, les quiero pastelitos!

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