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Las cruzadas por yue-sama

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Notas del capitulo:

me alegro mucho por fin terminar esta historia, un logro mas,

les agradesco a todos los que me opoyaron, les quiero mucho y esta historia es para ustedes y nada mas que ustedes.

les quiero mucho, mucho!!!

aqui el pequeño extra.

 

El tiempo

 

Los años habían favorecido a la pequeña familia Uchiha Namikaze.

 

 

—¡Pa! ¿¡Qué estás haciendo!? —dijo un jovencito preocupado al ver a su padre embarazado tratando de alcanzar algo de una repisa.

 

 

—¡Trato de alcanzar eso! Tu hermano quiere comer eso y ya —Sakuya sonrió con ternura, su papá se miraba hermoso con esa enorme panza, cargando a su hermanito.

 

 

—Yo lo alcanzaré.

 

 

Apartó suavemente a Naruto y alcanzó con facilidad las dulces galletas que su papá quería comer, había crecido lo suficiente durante todos esos años, contando con 16 años era alto y se parecía mucho a Sasuke. Naruto lo miró, estaba orgulloso de su hijo, era un hombre perfecto.

 

 

—Gracias amor.

 

 

—Sabes que a Itachi no le gusta que estés de arriba para abajo, tienes que estarte quieto.

 

 

La escena podía dar ternura al ver como el hijo regañaba a su padre, y Naruto solo le acariciaba el cabello suavemente.

 

 

—Lo sé pero de verdad se me estaba haciendo agua la boca y no había nadie.

 

 

—Le diré a Itachi que te prepare postres, no lo sé, ahora ve a descansar.

 

 

Naruto asintió, sabía porque su hijo le cuidaba demasiado, su embarazo era de alto riesgo, le había costado prácticamente 4 años quedar embarazado, era el primer hijo que tenía con Itachi y temía que fuera el último, aun cuando Itachi había estado contento y no le importó que en el futuro no pudieran tener más.

 

 

Sin embargo había sufrido una amenaza de aborto y fue entonces que descubrieron que su embarazo era de alto riesgo y que tenía que guardar reposo en la medida de lo posible, por lo que ahora tenía a dos hombres sobreprotectores encima de él, bueno contando a Gaara eran tres.

 

 

Llevaba tres años casado con Itachi y eran felices, tenían altos y bajos como todas las parejas pero todo se arreglaba entre abrazos y besos.

 

 

Segundos después vio que por la puerta principal iba entrando un feliz Gaara con su pequeño Ian de 6 añitos bien cumplidos y con un nena de dos años, pelirroja como él.

 

 

—¡Hey bro! Cada vez te ves más redondo.

 

 

Gaara lo abrazó con cuidado y posó su enorme mano en el vientre del rubio para acariciarlo.

 

 

—¡Oi! ¡Pequeña bestia soy tu tío Gaara de nuevo!! Estoy tan emocionado por tenerte aquí.

 

 

—¡Auch! —se quejó suavemente el rubio.

 

 

—¿¡Qué pasó!? —se alarmó—. ¿Te apreté demasiado?

 

 

—No, solo dio una patada.

 

 

—¡¡¡Oh!!! ¡Será una futbolista! Ya lo veras —dijo feliz—, reaccionó a mi voz, me reconoce Naruto —dijo emocionado.

 

 

—Claro que te reconoce, pasas horas hablándole ¿cómo no lo haría? A veces pienso que solo vienes por mi panza y no por mí.

 

 

Gaara sonrió y le besó la mejilla para ir a acomodar las frutas que había traído para el rubio.

 

 

—Papá, iré donde Itachi y te traeré algo, ¿qué quieres?

 

 

—¡¡Un cheesecake!! —dijo feliz—. Y una tarta de naranja o algo de limón no lo sé.

 

 

—Vale —dijo para luego salir de la casa.

 

 

Pero Sakuya tenía otros planes.

 

 

—Lo siento pa —dijo en un susurro.

 

 

*

*

*

 

 

—¡¡Oye!! Levántate tienes una visita.

 

 

—¿Qué?

 

 

—Que te levantes perro tienes una visita —dijo fuerte el policía abriendo la reja.

 

 

Sasuke se quitó el brazo de Orochimaru de encima y este solo se removió y lo dejó ir.

 

 

Se cambió con paso lento y volvió a arreglar su cabello, después tener sexo con Orochimaru siempre le quedaba desordenado, obviamente quería darse un baño pero lo habían agarrado en curva y tenía visita.

 

 

Orochimaru le había dado bastantes privilegios y en esos años se habían comenzado a llevar bien, ya no lo lastimaba y de vez en cuando tenían sexo, ya no era su puta en sí, pero tenía cierto poder sobre él, era como su protegido porque nadie más le alzó la mano, y durante ese tiempo pudo pensar y reflexionar, quería ver a Deidara… Después de dejar ir a Naruto solo le quedó una persona en la cual pensar y esa era Deidara.

 

 

Quería ayudarlo, quería saber que estaba bien pero no podía hacer nada desde ahí adentro, cuando saliera lo buscaría y le ayudaría, comenzaría una nueva vida junto a él.

 

 

Lo que su abogado había dicho es que estaba viendo si lo podían liberar antes por buen comportamiento, no era seguro pero lo estaban considerando y eso era algo bueno.

 

 

Se estiró y comenzó a seguir al policía, cuando llegaron este le indicó donde tenía que sentarse.

 

 

Y no supo cómo reaccionar.

 

 

No conocía a la persona que tenía enfrente, le daba aires de sí mismo pero eso era imposible.

 

 

El chico lo miraba con esos ojos negros y lo examinaba.

 

 

 

 

—Oye no me veas así —dijo incómodo Sasuke.

 

 

—Vale…

 

 

El chico apartó la mirada y Sasuke se sentó, estaba algo confundido.

 

 

—¿Quién eres?

 

 

Al principio pareció dolido pero después suspiró y lo miró directo a los ojos, era una mirada penetrante como la que todos los Uchiha tenían, y él comenzó a pensar y sacar deducciones sobre quién podrías ser.

 

 

—Soy Sakuya.

 

 

Sasuke se sintió inquieto y a la vez supo que no se había equivocado al pensar que podía ser su hijo.

 

 

—¿No dirás nada? —dijo el chico.

 

 

—Estas enorme, muy alto…

 

 

—Vale, sé que esto es incómodo, pero… pero necesitaba hablar contigo, después de todo eres mi…

 

 

—Padre…

 

 

—Sí, eso…

 

 

—¿Estás molesto conmigo?

 

 

—Creo que si… —Sasuke tuvo que contener la respiración—. Tienes que entender, no fue fácil ver a mi pa llorando por ti, ni mucho menos todo lo que pasó después de eso, aunque era pequeño sabía que dañabas a mi pa, eso me enfadaba porque era tan chico que no podía defenderlo y tú solo lo lastimabas una y otra vez.

 

 

—Yo… —se quedó callado.

 

 

—Cuando tuve más uso de razón, averigüé todo lo que paso con mi pa, lo de la violación y el aborto. Investigué también qué era la cárcel y enjuiciamiento. Tanta información me abrumó y no supe cómo tomarla. ¿Se supone que un chico tiene que tener esa clase de infancia? No, no lo creo.

 

 

—…

 

 

—A veces siento que no debí enterarme de nada y seguir con mi ignorancia, no supe cómo sentirme, sentí rabia, rencor, hasta odio, pero a la vez no sentí nada… parecía que flotaba a la deriva y nada más. Me la pasé pensando en ti todos estos años y llegué a la conclusión de que siempre quise un padre, y lo tenía, solo que era un hijo de puta mal parido.

 

 

Sasuke frunció el ceño pero sabía que se lo merecía, así que no dijo nada y solo lo miró, podía ver como su hijo se estaba desahogando y quizá después de todo eso era lo que necesitaban.

 

 

—Quizá no eres el mejor padre pero lo puedes ser, ¿no es así? —sus ojitos brillaban—. Puedes ser un padre para mí, ¿no?, podemos comenzar de nuevo.

Sasuke estaba incrédulo, no esperaba eso, esperaba más palabrotas dañinas, más odio y más… todo.

 

 

—Sí… claro que sí —dijo rápido.

 

 

—Itachi hace feliz a mi pa, están casados y esperan a mi hermano —dijo viéndolo a los ojos, y él no pudo evitar que se le revolviera el estómago—. Itachi es genial, pero nunca le dije papá, no lo es, pero me agrada y mucho, y será un gran padre para mi hermano, pero quiero mi propio papá, ya sabes.

 

 

—Sakuya… puede que no sea el mejor padre pero nunca tuve la oportunidad de practicar… Nunca supe de tu existencia, Naruto no me lo dijo yo no…

 

 

—Eres un cabrón —dijo tranquilo—, lo sé muy bien porque también lo soy y sé que si mi pa te hubiera dicho de mi existencia no hubiera cambiado nada. Las almas se doblegan cuando la vida los golpea muy duro y eso es lo que te paso, antes eras un lobo alfa y ahora solo eres un cachorro, las personas aprenden a cambiar Sasuke, pero aun no te perdono por todo lo que le hiciste a mi pa —dijo fuerte y claro, fulminándolo con los ojos.

 

 

No podía creer que su hijo estuviera hablando así, era tan maduro.

 

 

—Bien tienes razón, toda la razón.

 

 

—Vale, me tengo que ir, ya es demasiado tarde, y espero que cuando salgas de aquí, por fin pueda llamarte papá, pero por ahora eres Sasuke.

 

 

—Vale…

 

 

—Adiós.

 

 

El chico se levantó y se fue con paso firme.

 

 

Su corazón estaba acelerado, estaba eufórico, su único hijo lo estaba aceptando, quizá no en los mejores términos pero lo estaba haciendo y eso, eso era todo para él.

 

 

Sonrió como bobo.

 

 

*

*

*

 

 

Agarró bien los pastelitos que llevaba para Naruto, iba caminando en la acera y pensando en lo que acaba de hacer, había tenido bastante valor para ir a la cárcel y hablar con Sasuke, suspiró dejando que todos los nervios y estrés salieran, por Dios, le había dicho todo a Sasuke.

 

 

No sabía si sentirse orgulloso o un estúpido.

 

 

¿Qué era lo correcto?

 

 

¿Por qué tenía que ser tan complicado?

 

 

Quería perdonarlo pero a la vez no, solo el tiempo le diría lo que pasaría después.

 

 

Se apresuró un poco y llegó a su casa.

 

 

Cuando abrió la puerta vio que sus esfuerzos se habían ido a la mierda al ver a Itachi abrazando a su papá que lloraba desconsolado… Había llegado demasiado tarde.

 

 

—Y si le pasó algo —hipaba fuerte—. Mi bebé se fue… —sollozaba—. No quiero que le pase nada Itachi.

 

 

—Tranquilo, le haces mal al bebé.

 

 

Sakuya se sintió realmente mal, sabía que se había tardado más de lo necesario, pero tenía que hacerlo y tenía que hacerlo a espaldas de su papá, se quitó el abrigo y entró para dar la cara.

 

 

—Aquí estoy pa, no me pasó nada —dijo tranquilo.

 

 

Naruto despegó la cara del pecho de Itachi y lo miró con los ojos llenos de lágrimas para luego acercarse casi corriendo.

 

 

Lo primero que recibió fue un fuerte golpe en la cabeza y después un enorme abrazo de oso.

 

 

Lo abrazó de vuelta y lo arrulló contra él, viendo como su papá temblaba.

 

 

No podía pedir mejor papá en todo el mundo, Naruto de verdad lo amaba, siempre se lo demostró y estaba orgulloso de él.

 

 

Itachi se acercó por detrás y también lo abrazó, y a Sakuya se le aguaron los ojos y comenzó a llorar, no siempre tenía que ser un hombre fuerte, Itachi sobo suavemente su espalda y acarició su cabello.

 

 

Al final lo que queda es abrazarse, confiar en el otro,

amar y dejarse amar en medio de la balacera que es la vida.

 Fito Paez

Notas finales:

espero les gustara.

nos vemos en otra historia mia.

en poco dias subire un one-shot y espero que me  apoyen con ese one shot tambien, nos vemos.!


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