Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las cruzadas por yue-sama

[Reviews - 367]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

gracias por comentar, la historia va un poco lenta lo se...

pero creo que es necesario, tiene que tener realidad 

y siendo realista el amor no se va a dar de un dia para otro...

ya ni se que hablo jajaja bueno aqui esta lo que tanto me pidieron

el punto de vista de sasuke.

aun que es un poco corto

espero les guste.

 

 

 

Me siento humillado y de muy mal humor, nadie se me podía acercar, estaba que reventaba. Lo vuelvo a repetir estaba de muy, ¡muy mal humor!

 

 

Ese maldito rubio… Quise agarrarlo y golpearlo.

 

 

Vamos Sasuke tranquilo, respira hondo, solo respira.

 

 

¡¡No puedo!! Me humilló frente a todas esas cámaras y como lo pensé se habían formado chismes arruinando mi aspecto.

 

 

Arrugue el periódico que tenía en mis manos, ¿Cómo se atrevía?

 

 

 

¿Acaso Sasuke ahora se pasó al otro lado?

 

 

Que acaso no era estrictamente heterosexual, no donceles, no hombres, ¿no que solo mujeres entraban a su lista?

 

 

¿Quién era el rubio despampanante? ¿Un amante viejo? ¿Tendrán una historia juntos?’

 

Por su culpa estaba pasando esto.

 

 

También arruinó mi ropa cara que me costó miles de dólares. Acaso ese dobe pensaba que me ganaba el dinero fácil.

 

 

Estaba harto, además, ¿esa había sido su venganza? Ja, que infantil —sonrió de lado—.

 

 

Mi manager sugirió que me quedara en casa y que no diera más motivos a la prensa para escribir de mí, aunque sabía que con este incidente, la prensa no se olvidaría de mí por lo menos en un mes.

 

 

¿Y si encontraban a Naruto?

 

 

 

¡Oh Dios mío! Arruinaría mi carrera.

 

 

Tengo que callarle la boca, si ese bastardo quería venganza por una buena revolcada, no sé cómo está el mundo, ¿se supone que odiase a alguien por follar? ¿O de verdad no pudo olvidar lo de hace años? Que patético…

 

 

¿Por qué lo hice?

 

 

Fácil, yo no sé amar, yo no sé cuidar, solo sé humillar… sé destrozar.

 

 

Él se tuvo que atener a las consecuencias. ¿Por qué demonios no lo entendió? Acaso era muy difícil.

 

 

Aunque sé que algunas veces fui sincero con él, y me asuste. Tenía miedo de lo que estaba sintiendo, yo nunca me había entregado así a alguien, yo nunca había llorado frente a alguien, ¡¡nunca me había roto frente a alguien!! Pero ese maldito rubio lo había logrado, había visto la parte más vulnerable de mí.

 

 

Me asuste, me asuste de quererlo, me asuste de preocuparme por él, de estar pendiente y de pensar en sus sonrisas, eso no era para mí, eso simplemente no era para mí, así que hice lo que mejor se hacer, le destruí el corazón y ya. Me sentí satisfecho después de hacerlo y el miedo desapareció, pero con ello vino la soledad.

 

Me levanto sofocado del sofá, solo pensar en el pasado hace que me duela la cabeza y quiera emborracharme, también llegué a odiar a Naruto, porque era tan inocente y bonito, lo odiaba, odiaba que él tuviera todo lo que yo no, solo quería destruirlo y quedarme con las piezas de su alma rota, solo quería humillarlo pero me hizo sentir otra cosa.

 

 

Solo lo pare…

 

No hice nada malo. ¡Solo me protegí!

 

 

¿Por qué me odia por eso?

 

 

Bah… ¿qué esperaba?

 

 

Todavía lo odio, como no he odiado a nadie y mi enojo crece más y más.

 

 

La puerta fue tocada fuertemente, me extrañe y fui con cuidado, no pensaba que fuera algún paparazzi porque vivía en el último piso y con mucha seguridad, así que el que estuviera afuera de mi departamento tenía que ser alguien que conocía.

 

 

Miré a través del picaporte y pude ver a Deidara con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, se me movió un poco el corazón y abrí, lo primero que sentí fueron sus brazos rodeándome para abrazarme fuerte mientras mojaba mi camisa, tuve que reconfortarlo un poco, no era bueno para eso pero aun así lo hice.

 

 

—¿Qué pasó?

 

 

—¿¡T-todavía preguntas!? ¡¡Todo me ha salido mal!! ¡¡¡Mírame!!!

 

 

Y ahí me di cuenta, su pelo… su hermoso pelo rubio, lacio y largo, ahora era corto hasta los hombros y de un color rosado chillante, contrastaba con sus cejas rubias, se veía un poco ridículo, tuve que contenerme para no reírme mientras el seguía llorando.

 

 

—¿Te pego la moda no crees?

 

 

—Naruto lo hizo. Me quitó lo que más me gustaba de mí —sollozó—. Y aun así se quedó con Itachi…

 

 

Eso paró mi mundo… ¿Que dijo el qué? ¿Itachi y Naruto qué?

 

 

Lo miré incrédulo, no podía ser.

 

 

—¿De qué hablas?

 

 

—Los hallé juntos, Naruto le dijo toda la verdad a Itachi, ¡fue por eso que me botó! Fue culpa de Naruto. ¡¡¡Todo fue culpa de él!!!

 

 

Hizo berrinche como un niño pequeño, a mí se me había ido el aire. ¿Cómo que Itachi y Naruto estaban juntos? ¿Cómo que ya sabía la verdad? Esa era la maldita razón del porqué Itachi abandonaba la banda.

 

 

Maldito hijo de puta.

 

 

Mi enojo incrementó, ¿¡¡por qué demonios había metido a mi hermano en esto!!?

 

 

Debió sospecharlo desde el día en el que me dio un golpe en la mejilla fuera del bar. Debió imaginar que se juntarían… pero esto no se quedaría así.

 

 

Deidara me besó y reaccioné, agarré su cara y le devolví el beso, ya era una costumbre, después de haber dejado a Naruto solo me quedaban Deidara y mis muchos acompañantes de noche pero aun así me sentía vacío y solitario, así que me acostumbre a la presencia de Deidara, y tomé ventaja de eso además del hecho de que Deidara fuera un lujurioso sin remedio.

 

 

Sé que me ama y sé que también ama a mi hermano por eso no renunció a ninguno de los dos y sé que el dolor que siente en estos momentos es auténtico, me molesta verle así.

 

 

¿Y por qué después de tanto tiempo, todavía sigo con él?

 

 

Por qué lo quiero, lo llegue a querer más que a Naruto, porque Deidara no se metió en mi vida a la fuerza, porque a él no le conté nada de mi pasado y porque me daba paz y no me hacía sentir miedo, porque me daba calor cuando tenía frío.

 

 

¿Amar? No sé qué es amar, nunca diré la frase “te amo” de verdad, pero él sabe que le quiero y él es feliz así.

 

 

—No estoy de humor —le corté el beso.

 

 

—Ni yo —dijo desanimado.

 

 

Nos sentamos en el sofá y él se recostó en mis piernas mientras se miraba el cabello.

 

 

—¿Me veo ridículo?

 

 

—Si… Te ves así.

 

 

—¿Ya no me querrás por esto?

 

 

—No me importa tu físico, solo supéralo.

 

 

—Maldigo a Naruto —dijo despacio, susurrándolo con tanto sentimiento que tuve que quedarme quieto.

 

 

—¿Lo odias? — pregunte. Y el negó, yo suspiré—. Porque yo sí.

 

 

—Es mi hermano después de todo y creo que él tiene razón.

 

 

—No hables de él, no quiero escuchar nada.

 

 

—Vale.

 

 

El tiempo había pasado, ¿por qué simplemente no se olvidaba de eso? ¿Por qué se sujetaba a fantasmas del pasado?

 

 

Comencé a jugar con el pelo de Deidara distraídamente, Naruto… ahora decir tu nombre provoca un sabor amargo en mis labios. Un sabor que alguna vez fue dulce, como la miel, tu piel la más suave, tus besos aliviadores y ahogadores al mismo tiempo.

 

 

Si yo hubiera nacido en otra familia y en otras circunstancias, yo te habría amado como tú lo hacías, te habría dado una familia y amor para siempre, pero no crecí con eso.

 

 

Solo te cruzaste con el camino equivocado y yo fui el mal que encontraste.

 

 

No te voy a pedir perdón por lo que pasó hace tanto tiempo.

 

 

No soy así, mi orgullo puede más, además no le veo lo malo, si me quiero coger al que quiero ¡no importa! Es mi vida, no la tuya, nadie puede controlar eso.

 

 

—Oye… ¿crees que todavía te amé?

 

 

—¿Quién? —pregunté.

 

 

—Ya sabes… Naruto.

 

 

—No, no lo creo y de ser así, es un estúpido por esperar algo, cuando ya han pasado más de 9 años, una persona no cambia Deidara, el mundo se encarga de cagarte la vida y volverte cómo eres, al final, después de ese cambio no viene otro. Te quedas así.

 

 

—¿Itachi me perdonará? —preguntó despacio.

 

 

—No lo sé, solo déjalo respirar.

 

 

Deidara suspiró y se le llenaron los ojos de lágrimas, tuve que contener un bufido, por culpa de Naruto estaba pasando esto, estábamos muy bien sin el merodeando, sabía que venir a esta ciudad traería este problema, no tuve que aceptar venir aquí, de esa forma nada de esto hubiera pasado.

 

 

Le limpie las lágrimas con besos y tuve que distraerlo, no me gustaba como lloraba, me recordaba a la cara de Naruto, llorando desconsolado, pidiendo a gritos ser consolado y eso me lastimaba. Lo beso, reclamando su boca como mía provocando sus gemidos. Si… este soy yo.

 

 

Pero seguías llorando. ¿Por qué lloras? Maldición, quería gritarte que dejaras de llorar.

 

 

Aguanta y espera Naruto, esta me la vas a pagar al doble. Para jugar conmigo, se necesita ser más cabrón que yo. Y tú… no lo eres.

 

 

*

*

*

 

—Pensé que se sentiría mejor pero no lo siento así.

 

 

Naruto estaba suspirando contra su escritorio, ya era un poco tarde pero él aún seguía viendo papeles y distrayéndose con el suceso de días pasados. Cuando había completado su pequeña venganza se había sentido estupendo, magnífico y gratificante, sin embargo; ahora se sentía como si nada, como si esa gratificación nunca hubiera existido.

 

 

¿Eso dejaba la venganza?

 

 

Si era así, no quería continuar, además no tenía nada planeado.

 

 

Le molestaba sentirse así, se sentía mal por haberle cortado el pelo a su hermano, eso no se sentía bien. Además tenía miedo de lo que Sasuke pudiera hacerle. Quizás tenía que hablar con Itachi sobre suspender la venganza por un tiempo.

 

 

Como si fuera magia su puerta fue tocada sobresaltándolo.

 

 

—Pase —dijo después de un segundo, pensó que sería su jefa pidiendo algún papel pero fue grande su sorpresa al ver a Itachi ahí parado, mirando hacia todos lados para después fijar su vista en él.

 

 

—Uhhh sí que te vistes mal para trabajar aquí.

 

 

—Gracias —dijo sin ganas.

 

 

Tenía razón, vestía con unos pantalones flojos, un suéter grande, y unos lentes grandes para lectura, su pelo estaba desordenado, y llevaba unas sandalias.

 

 

Como dijo antes, no le gustaba llamar la atención de nadie en la empresa.

 

 

—¿Hice mal en venir?

 

 

—Depende para que sea.

 

 

—Quiero seguir planeando.

 

 

—Quiero dejarlo.

 

 

—¿¡¡Qué!!? ¿Por qué? —Exigió saber—. ¿No te harás valer?.

 

 

—¿Crees que la venganza es la solución a todo esto que siento? No lo creo —dijo menos tranquilo—, creo que solo necesito respirar, volver hacer mi vida. Hacer como si nunca lo hubiese visto de nuevo y ya.

 

 

—Pero…

 

 

—Oye… solo quiero tranquilizarme, ¿vale?

 

 

—Vale, pero Sasuke vendrá por ti, lo sabes muy bien.

 

 

—Sí, lo se… —hundió su cabeza entre sus brazos, estaba frustrado.

 

 

—Llegará seguridad y pondrá cámaras dentro de tu departamento.

 

 

—¿¡Qué!? ¡No! —se negó rotundamente—. No quiero que me tengan vigilado siempre, ni pensarlo, estarían violando mi privacidad.

 

 

—Solo es por seguridad, ¿crees que alguien puede detener a un Sasuke enojado? Saco el temperamento de mi padre —dijo rígido poniéndose más pálido de lo que era—. Solo será una cámara que vea a tu sala y apunte a la puerta, solo para ver si entra alguien y en caso de ser así, la policía irá hacia ti y te protegerá.

 

 

Naruto se quedó callado, analizándolo, era por su bien y por el de su hijo. Asintió un poco dudoso e Itachi suspiró, le dio la espalda dispuesto a irse pero Naruto se adelantó y le agarró el brazo, reaccionó y se quedó mudo, ¿por qué había agarrado a Itachi?

 

 

—¿Quieres algo más?

 

 

—No, solo…. Mmm…

 

 

—¿Quieres compañía? —sonrió un poco.

 

 

—Gracias —susurró.

 

 

Itachi se acomodó en el sofá y Naruto regresó a su escritorio revisando las páginas que le faltaban, arreglando algunas fotos en su computadora y proponiendo nuevas campañas de moda.

 

 

Bostezó y se quedó quieto.

 

 

—Hasta te ves bonito concentrado.

 

 

Su burbuja de concentración explotó con el comentario de Itachi, le miró incrédulo, el otro estaba mirando atrás vez de su ventanal de cristal.

 

 

—¿Perdón?

 

 

—Nada, solo… me duele estar a tu lado, me recuerdas a él.

 

 

Bueno, eso había sido un golpe bajo, pero no iba a reclamarle, si él no había podido olvidar a Sasuke en 9 años, Itachi no lo iba hacer en unos días.

 

 

—Gracias, supongo.

 

 

Solo escuchó un suspiro y volvió a su trabajo.

 

 

Cuando terminó todo, ya era de noche, las luces nocturnas ya estaban en su apogeo, se estiró un poco y vio a Itachi, este dormía en una mala postura, se rió un poco al verlo, se acercó y le puso una manta encima.

 

 

Acarició sus mejillas un poco dándose cuenta de lo helado que estaba, admiró su cara y eso hizo que lo soltara.

 

 

Se parecía tanto al hombre que le había hecho demasiado daño. No podía estar junto a él, se estaba lastimando más de la cuenta, quizás nunca debió aliarse con él.

 

 

Se sintió incómodo y frustrado.

 

 

Sacudió su cabeza, agarró su zapato y se lo aventó a Itachi dándole en el estómago, provocándole un susto al despertar y viendo que lo mataba con la mirada al darse cuenta de lo que había pasado. Eso le hizo reír, olvidando un poco lo otro. Ya se le estaba haciendo costumbre aventarle cosas.

 

 

Itachi iba a matarlo pero ver que tenía una manta encima le enterneció, eso quería decir que Naruto lo estaba cuidando.

 

 

Se levantó y lo jaló hacia él abrazándolo, él queriendo recibir el calor que le faltaba y dándole un poco también, ya que sabía que Naruto lo necesitaba.

 

 

—Suéltame, no me gusta.

 

 

—No quiero.

 

 

—Infantil.

 

 

—Tal vez.

 

 

El rubio se rindió entre sus brazos y eso le hizo sonreír, ah… se volvería loco, esto no era un viaje fácil.

 

 

*

*

*

 

 

En el aeropuerto, un empresario de élite y abogado bajaba de su avión privado, los años habían sido duros pero ahora ya disfrutaba de sus frutos.

 

 

Sonrió viendo su tierra natal, había llegado a esa ciudad para resolver algo que no había resuelto 9 años atrás.

 

 

Venía con un claro propósito y no se volvería a ir sin haberlo hecho.

 

 

¿Cómo estaría su “amigo” revoltoso?

 

 

Sin saber todo lo que había pasado.

 

 

El hombre era alto, guapo y atraía las miradas de todos, sus ropas de aspecto bastante formal, gritaban que eran caras y de marca, su cabello castaño y largo recogido en una pulcra coleta, sus bellos ojos perlados, raros de ver en una persona y finalmente su complexión dura y fuerte.

 

 

—Hay Naruto… Tengo tanto que hablar contigo —susurró al viento volviendo a sonreír.

 

Notas finales:

me dijeron por ahi, que sasuke era un cobarde...

¿que piensan ustedes?

que les parecio??

por favor dejar Rw saben que con eso me motivo para seguir.

tambien se que fue muy coerto, pero me falto un poco la inspiracion, ya saben como son estas cosas, un dia andas revosante de imaginacion y al otro tu gamster de la imaginacion murio jajaja

bueno hoy si nos vemos el proximo martes.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).