— ¡Haizaki maldito seas, vuelve aquí! — una larga cabellera roja perseguía rápidamente a un peliceniza por toda la institución, le había comunicado que al terminar el horario de clases ella se iría con su senpai a la practica de baloncesto, este reacciono mal y ahora se encontraba yendo a la azotea — Por favor, ¡no puedes ponerte así! — le gritaba tratando de recobrar la calma, cuando menos lo espero, fue empujada contra la pared de la escalera que lleva a la azotea de la preparatoria con unos ojos grises mirándola
— Escúchame, por que no te lo repetiré, Seiko — la chica trago duro, odiaba cuando su amigo era tan brusco con ella, ¡Ni siquiera Daiki era así con Satsuki! Pero su amigo era su amigo, y sabía que lo había hecho enojar — Me importa un comino lo que tu y Nijimura se traigan entre manos, pero yo a las practicas no vuelvo, ¿acaso no tienen a Kise? — la pelirroja lo miro con tristeza, le dolió en el alma desplazar a su amigo pero como 'capitana provisional' hasta que su titulo en el baloncesto femenino de la preparatoria Teiko fuese valido, estaría con su mentor, Nijimura Shuuzo. Además de acatar las ordenes que este le daba, Haizaki ya no le servía para el equipo pero era requerido como personaje en las bancas por lo tanto debía practicar, pero el peligris no quiso saber absolutamente nada, desquitándose con casi todos los del equipo, llevándose palizas de parte de Daiki y Nijimura.
— Shogo, Kise es elemental en el equipo, pero también te necesitamos — dijo con calma la única hija de la familia Akashi, el chico enfrente de ella dio un suspiro mientras la soltaba, no tenía ganas de ver la cara del idiota de su senpai y menos de ver a todos esos hipócritas que solían ser amigos de él. La de ojos carmesí vio como la espalda de su amigo desaparecía entre la oscuridad de aquella escalera para perderse en la azotea, ya no había nada que hacer
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Las practicas de baloncesto comenzaron, en el gimnasio principal se encontraba Akashi supervisando al grupo numero uno, donde se encontraban los prodigios del equipo, a todos le dolió cuando Tetsuya se cambio de preparatoria y los derroto a todos juntos, era un chico inteligente e interesante, el año anterior fue un año demasiado duro para todos pero pudo ver como sus amigos cambiaron después de tal paliza. Miraba su reloj cada cuarto de hora, según Nijimura, las practicas debían terminar a eso de las cinco de la tarde por que tenía un anunció muy importante. Recién empezaba el año y ese idiota tenía anuncios, en eso era igual que Haizaki, odiaba a Nijimura por ser tan perfecto.
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A las cinco y cinco minutos, se apareció el pelinegro con los dos grupos restantes junto con Momoi que era encargada del grupo numero tres, nos pidió un poco de silencio mientras él intentaba buscar unas palabras para su anunció, seguro que era una tontería
— Bueno, muchachos, su trabajo será recompensado — los labios de todos se abrieron de asombro, sin embargo, Akashi, era la única de las dos chicas del recinto que no estaba sorprendida por tal anunció — Como bien saben, mi tío tiene un recinto para fiestas, allí se llevará acabo, habrá mucho alcohol y vendrán otras escuelas, espero que la pasen bien — dicho esto, todos festejaron mientras se retiraban, Nijimura y Seiko se quedaron en el lugar, el silencio no era para nada incomodo — Sei-kun, espero que vayas, necesito a mi mano derecha esa noche
— No se preocupe, Nijimura-senpai, seguro mi padre entenderá — dijo la joven, retirándose, sabía que su padre no la dejaría ir sola a menos que fuese con la preocupada Himuro o con el idiota de Haizaki, maldecía tener amistades tan serias en esos momentos
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La noche cayo y con ello, Seiko en su silla de escritorio. Abrió la laptop color negra para hacer una vídeo conferencia con sus dos amigos más preciados, necesitaba saber que aquellos dos idiotas irían a la fiesta de esa noche para poder ir sin ningún problema. Espero hasta que Taia y Shogo le respondieron la vídeo conferencia. Vio a su amiga pelinegra acomodándose en la cama y al peliceniza tirado en el sofá
— Si preguntas por la absurda fiesta, créeme que no iré — dijo de antemano, Shogo, mientras tomaba un sorbo de su soda
— Eh macho, que aburrido eres — se quejo con un mohin, Taia, ganándose una mirada de odio del único chico del grupo
— Idiotas, cállense
— Lo siento, emperatriz Akashi — el tono burlesco de Shogo la hizo sacar sus tijeras del cajón — Seiko, tranquila, era una broma
— Vamos chicos, vayamos a la fiesta, no falta nada — Taia, como siempre, aliviando el aire. Akashi y Haizaki suspiraron, lo que la pelinegra quería, siempre obtenía, por lo que, todos decidieron encontrarse en la casa del peliceniza que era la más cercana al lugar
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A las once de la noche, el trío de idiotas caminaba por la acerca, Haizaki se hallaba vestido con una camisa blanca, pantalones negros y unas zapatillas del color de la camisa. Taia se encontraba con su cabello suelto, mientras dejaba lucir un elegante escote de su remera gris que no llegaba hasta un poco más arriba del ombligo del cual un poco más abajo, se dejaba ver un pantalón corto de un azul marino el cual mostraba algo de sus muslos, por último, Seiko tenía su cabello recogido en una coleta alta, con un vestido negro que le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, los tres se encontraban a medio camino, cuando una moto se puso a la par de ellos
— Mierda.. — susurro Taia, cuando vio quién se encontraba encima de la moto
— ¿Taia? — la joven se dio vuelta para encontrarse a su medio hermano con el ceño fruncido, era lo último que esperaba esta noche
— Hello, Taiga — la azabache le hizo una media sonrisa a su hermano, cuando iba a replicar algo vio a Haizaki al lado de esta, entonces supo que no debería cuidarla por esa noche
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Siguieron su camino hasta llegar al lugar, luces de neón se hacían notar más la música a tope, al entrar, el olor del alcohol y el cigarro inundaron sus sentidos, los tres se miraron intentando saber donde ir primero, pero sus planes fueron frustrados cuando un azabache, un rubio y un pelimorado se hicieron presentes
— ¡Sei-chan! — Reo se tiro encima de su única amiga mujer, apretujando-la entre sus brazos
— Reo, deja en paz a mi novia ¿si? — Nash, que hasta este momento miraba la escena, saco al azabache de encima de su novia, mientras le daba un corto pero dulce beso en sus labios, luego miro al par de amigos y los saludo correctamente antes de irse a quién sabe donde con la pelirroja
— Muro-chin, no pensé que vendrías — Murasakibara había estado callado, hasta que noto a la pelinegra, a quién tomo de la muñeca llevándola lejos del peliceniza quién suspiro derrotado, al parecer, estaría con Reo a lo largo de la noche
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Era la quinta copa que compartía junto a Reo, o eso recordaba, no se acordaba ni de su nombre. De pronto, despertó en su cama y desnudo. Lo que le faltaba, había tenido sexo con alguien y no lo pudo disfrutar. La cabeza le mataba, cuando se sentó en la cama pudo divisar un vaso de agua y una pastilla a su lado, que con desesperación se tomo, al dejar el vaso de nuevo en la mesa de luz, pudo notar una nota con un numero telefónico en ella
« Me la pase muy bien contigo, aunque no llegamos a hacer nada, por que te dormiste en plena mamada, ¿estabas muy ebrio? ¡No importa! Te dejo mi número para repetirlo algún día »