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Trust Me. -Bipper. por Teddy_Freddy

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Notas del capitulo:

Posiblemente esto no tenga nada de sentido...

Estan avisad@s

Trust me.


I

"Jaja... jajajaja..." -Tu risa sonaba ajena a tus oídos, el extraño liquido rojo cubría tus manos, te parecía escuchar crujir tus costillas cada vez que te movías. Todo parecía haberse detenido justo al rededor de la escena que protagonizabas, podías verlo todo. Valentine en el suelo lleno de sangre, tu hermana y tus tíos tratando de abrir la reja que llevaba hasta ti, la pistola en tus manos, la cara asustada de Wendy y Soos.

No podías escuchar nada más que tu extraña risa y una voz que te era demasiada conocida.

—Respira, profundamente... el aire que esta llegando a tus pulmones es muy poco y sabes que es difícil hacerlo. -y trataste de hacer lo que el rubio te decía, pero el dolor en tu cuerpo era demasiado, ¿Que se podía esperar? Solo un humano anormal no estaría sufriendo después de ser herido de la manera en la que te habían lastimado en ese lugar. —Doloroso. Es muy doloroso respirar, pero hey te lo dije una vez ¿no? El dolor es hilarante.

Tan hilarante que en ese momento no podías dejar de reír, a pesar que por dentro estabas llorando. Ese enfermizo amor hacia Cipher no hizo más que convertirte en algo que no eras, un asesino, una escoria que lastimaría a sus amigos para obtener lo que quería. Aun si Bill tenia el control de tu cuerpo, tu aun controlabas tu mente y todas esas cosas horribles que habían hecho se quedarían grabadas para siempre. A menos que...

—¿Porque estas riendo? ¿Porque estas llorando mientras ríes?. La sorpresa en los ojos azules de Cipher era algo que no se te olvidaría jamas, habías logrado ganar movilidad en tu cuerpo, era cierto lo que decía tu tío Stanford por lo de "La mente domina sobre el cuerpo".

—Esto va a terminar ahora... -lograste susurrar, llevando el arma hasta tu pecho. —No seré más tu marioneta.

—Dipper detente, ¿Que estas haciendo?

—Lo siento Mabel, tío Stanley, tío Stanford... No confíen en nadie, mucho menos en mi...

—¡Dipper detente, no lo hagas por favor! -tu familia suplicaba. Trataban de abrir con desesperación esa puerta que no se abriría hasta que terminara la función, Gleeful había sido muy claro "Tres entran y solo uno sale" y ese no serias tu.

—¿Quieres mi cuerpo? Puedes quedártelo si aun funciona después de esto.

—Dipper, necesitas verme a los ojos ahora mismo, mírame Pine tree. Vuelve a mi, vuelve a mi. No me dejes, esto no es lo que quieres, esto no ayudara a nadie, baja esa arma. Por favor, por favor no lo hagas.

Y mientras escuchabas a Bill suplicarte cerraste los ojos, tu dedo se movió apretando el gatillo. Lo ultimo que escuchaste antes de envolverte por la oscuridad fue a tu hermana y su voz quebrada gritar.

"¡¡¡DIPPER!!!! "

 

 


8 meses antes.

 


—¡Feliz cumpleaños Dipper! - Mabel te despertó saltando sobre ti, la risueña risa de tu melliza te traía a la realidad desde un sueño lleno de cosas extrañas. Objetos legendarios, magia, personas hambrientas de poder que haría lo que fuese para obtener lo que desean, incluso destruir familias enteras. Por suerte ahora estabas en la vida real y a parte del extraño encuentro que habías tenido semanas antes con gente peligrosa ahora todo estaba bien (sin contar los moretones y el cansancio excesivo que tenias a veces).

—Feliz cumpleaños, Mabel. -la felicitas regresando le el abrazo.

—¿A donde fuiste anoche? -pregunta viéndote a los ojos, inclinando ligeramente el rostro hacia un lado. Niegas moviendo la cabeza.

—Ayer no salí. -y estabas casi seguro de ello. Era "Casi" porque desde hace unos días que tu cuerpo parecía tener voluntad propia. —Te daré tu regalo ahora. -te levantas de la cama y buscas su regalo en el armario. —Es un mago invisible.

—Jajaja No, eso era lo que yo iba a darte. Gracias por arruinar la sorpresa, tonto. -se quejo haciendo pucheros.

—Supongo que solo me queda la segunda opción. Aquí esta. -le entregas una caja y ella a su vez te entrega algo envuelto e un llamativo papel con una estrella fugaz.

—Vamos a abrirlo a las tres. ¡Tres! -sonríes por la manera infantil de ser de tu hermana. Le brillan los ojos de la emoción al ver tu regalo, un vestido. No recordabas como lo habías comprado, pero a ella parecía encantarle. —Lo amo! ¡Me encanta! Gracias, Gracias Dipper!

—Me alegra que te guste. -abres el tuyo con cuidado de no romper el papel. Era un diario y una pluma que llevabas deseando desde hace mucho, tu nombre grabado en ella —Wow, Gracias Mabel. Me encanta.

—¡Vamos a presumir nuestros regalos con el tío Stan! -Fuiste jalado hasta donde estaba tu tío, Mabel parecía muy emocionada cuando su tio les comento que su regalo seria una fotografía en familia.

La foto quedo perfecta, o al menos eso querías creer. El fotógrafo decía que podría entregarles la fotografía en unos días pero Mabel ya quería comprar el marco donde la pondria, así que fuiste arrastrado hacia más y más tiendas.
Fue en una de esas tantas tiendas que sentiste la mirada de alguien seguirte por todo el lugar. Por un segundo cuando te giraste de improviso lograste ver a un hombre de cabello rubio esconderse entre las sombras. ¿Quien era y que asuntos tenia contigo?


Ninguno, aparentemente. Eso supusiste cuando viste que trataba de coquetear con Mabel sin resultados. Por la forma de reaccionar de tu hermana suponías que no era la primera vez que se veían, tampoco parecía ser la primera vez que lo veías aunque así era. Su cara se te hacia conocida...

No valía la pena meterse en problemas, el camino de regreso tu hermana se la paso quejándose de todas las veces en las que Gleeful había tratado de cortejarla, escuchaste todo sin quejas, sin poder quitarte la sensacion de que alguien te estaba vigilando.

Las días pasaban, las horas, los segundos pasaban y tu seguías escribiendo en ese diario lo que sentías. Tus sueños tus esperanzas, lo que se te venia a la cabeza, al principio no estabas seguro de tener nada que escribir, pero luego cuando empezaste a poner en papel todo lo que sentías (que los demás no querían escuchar o no podían entender) no pudiste parar. Tenias tanto que decir.

más que nada hablabas sobre Bill y lo que sentías con él... te hacia sentir seguro y al mismo tiempo tan asustado. Pensando en eso guardas tu pluma en tu bolsillo y cierras los ojos.


Puedes sentir los labios del rubio sobre tus labios, sus manos moviéndose atraves de tu cuerpo. La ropa poco a poco se va, la sensación que provocan las mordidas del rubio en tu cuerpo hacen que tu piel se estremezca. No puedes evitar jadear cuando Bill comienza a adentrarse poco a poco en tu cuerpo.

"Tu eres mio, pequeño pino" -te susurra mientras mueve sus caderas contra ti, lo sientes profundo, caliente, duro y es una sensacion tan extraña. Doloroso placer al cual te estas volviendo adicto. Te abrazas con fuerza al rubio, escuchando su voz en tu oído, el sonido de sus cuerpos chocando.

"Ahh, Bill..." No puedes contenerte, no quieres contenerte. Quieres que Cipher tome todo de ti, él tiene razón para bien o para mal eres suyo.

Recuerdas esas palabras cuando despiertas en un callejón, con las manos llenas de sangre.

Para bien o para mal... Yo confió en ti.

 

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—¿Quien hizo esto? -La mirada fría que lanzaba hacia temblar incluso al hombre más fornido de el lugar. Nadie se atrevía a hablar, todos estaban asustados.

Estaban dentro de un bar, a su alrededor no había más que destrucción-. Botellas rotas, mesas y sillas fuera de lugar, cadáveres y sangre por todas partes. El jefe de el lugar estaba sentado en el centro de un montón de cadáveres. La camisa abierta, la mitad de la cabeza completamente desecha, un objeto extraño clavado en el hueco de donde debería estar su ojo.

—¿Y bien? -pregunto el hombre haciendo una mueca de asco al ver a su mano derecha muerto.

—No lo sabemos señor Gleeful. -susurro un valiente de entre tantos hombres.

—Jajaja. No importa, solo era uno de mis hombres de confianza. -y el hombre valiente que antes había hablado fue elevado en los aires antes de ser estampado violentamente contra el techo y el suelo en repetidas ocasiones hasta que no quedo más que una masa de sangre, carne hinchada y huesos rotos. Todos asustados retrocedieron.

—¡Nadie se mete con Gideon Gleeful y sale ileso! -grito iracundo el rubio. —Ahora hagan su maldito trabajo o yo mismo los matare a todos. -sus ojos brillaron azules cuando toco la piedra en su lazo, todos retrocedieron asustados antes de salir a hacer su trabajo.

—Señor Gidion, encontré algo. -el rubio fue hasta donde estaba lo que quedaba de su mano derecha. Sobre su pecho estaba dibujado un triangulo con un ojo, sabia lo que significaba.

—Cipher... -gruño cerrando los puños. Pateo el cuerpo mientras gritaba. —!Te mate hace años y no dejas de darme problemas aun bastardo maldito!... -temblando de la ira se dio cuenta que había algo encajado en el ojo de su subalterno, se acerco y tomando su pañuelo saco lo que había en la cuenca de aquel hombre.

Era una pluma, con el nombre de "Dipper" grabada.

Alguien estaba en muchos problemas.

Notas finales:

Creo que quedo todo muy raro. Tratare de explicar mejor todo el proximo capitulo.

 

si les gusto comenten.

 

Saludos.


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