Kyungsoo era un pequeño estudiante de 17 años, estaba cursando su último año de escuela y era el orgullo de su madre, su materia favorita era inglés, no por el hecho de que era el primero de la clase y entendía todo a la perfección, sino era su profesor de 25 años, el apuesto hombre de piel bronceada, el Maestro Kim Jongin, por el haría lo que fuera, hasta entro a cursos de inglés en el verano para poder impresionarlo, para que cada vez que preguntara, el único que levantara la mano para responder fuese él, aquel maestro de piel bronceada y de labios gruesos y provocativos era la única persona que le quitaba el aliento y por obtener su atención y algo más, sería capaz de cualquier cosa.
-Disculpe señor Kim ¿le puedo pedir un favor?- Kyungsoo se acercó lentamente al escritorio mientras se vaciaba el salón.
-En que le puedo ser útil señor Do – el maestro guardaba sus pertenencias en su maleta mientras escuchaba a su estudiante de último año.
-Usted me podría ayudar, estoy teniendo dificultades con el inglés – El Señor Kim alzo sus cejas ante aquella afirmación.
-Tu ¿con problemas en inglés?, pero si eres mi alumno estrella – Kyungsoo no pudo evitar sonreír ante aquella afirmación.
-Es que me piden unas cosas para mi examen de admisión para la universidad y sinceramente no entiendo – Kyungsoo hizo un puchero y miro al suelo, -Pero si no desea ayudarme, no hay problema.
-Espera, no te pongas así, ven mañana, siempre vengo los sábados para jugar basketball con algunos maestros.
-Va a sacrificar uno de sus partidos por ayudarme – Una sonrisa triunfal se plasmó en la boca de joven de piel lechosa.
-Todo sea por ayudar a mi alumno estrella a tener la mejor calificación en su examen de admisión – Una sonrisa ladina se mostró en la boca de aquel maestro de piel canela. – Puedes llegar a medio día.
-Estaré a esa hora, ni un segundo más ni menos – Kyungsoo le dedico una mirada seductora a su maestro de inglés dejándolo un poco desconcertado.
Lo último que quería Kyungsoo era prepararse para un examen de admisión.
Al día siguiente, Kyungsoo se sentía más energético y dispuesto que en toda su vida, se levantó temprano y bajo a la cocina encontrando una nota.
“Mi niño, me surgió un altercado en el trabajo, puede ser posible que llegue hasta la noche, en la refrigerador deje waffles y dinero en la mesa del comedor para que compres lo que quieras para almorzar.
Te quiere, tu mamá”
Cuando termino de comer sus waffles con jalea, se fue a duchar, no sabe cuánto tiempo estuvo en el baño, quería estar perfecto para medio día, cuando decidió salir, busco dentro de su closet, ropa “que se pudiese quitar rápido” porque eso era lo que según el necesitaba; dentro de su morral metió todo lo que según era “necesario para estudiar”:
-Un lubricante
-Ropa de cambio
-Y para disimular, un libro de inglés y un pequeño cuaderno.
Se sentía extasiado por lo que vendría, si es que su plan salía como quería, no sabía si ir o quedase en casa viendo alguna tonta película que estuviesen pasando por la TV, ya todo estaba hecho y un retroceso no estaba permitido en su plan.
-Me alegra verte Kyungsoo – Su maestro se veía jodidamente sexy, no llevaba sus típicos trajes, tenía una camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados y estaba arremangada, la maldita camisa se ajustaba perfectamente a su cuerpo, un maldito jean que hacía ver su jodido trasero a la perfección, su cabello estaba revuelto y llevaba unas gafas oscuras, estaba seguro que tendría una hemorragia nasal, su maestro parecía un jodido y candente universitario de esos que las chicas babean y mueren por que las haga suyas.
-Lo mismo le digo señor Kim – Estuvo a punto de gritar por lo malditamente estúpido que se sentía, sus pies no respondían, mierda, quería salir corriendo y encerrase en un cubículo del baño para poder gritar e intentar ponerse de acuerdo consigo mismo de la estupidez que había planeado.
-Hubiera venido un poco más deportivo, pero preferí venir un poco más casual – Una sonrisa seductora le dedico el maestro a su alumno de ojos grande, la fila de dientes perfectos y blancos hizo que el pobre chico de piel lechosa se pusiera de mil colores, estaba a punto de explotar, estaba confundido, no parecía aquel hombre lleno de profesionalismo, era más, como un maldito lobo seduciendo a su presa, y seguro que esa presa no dudaría ser atacada.
Cuando llegaron al salón, Kyungsoo torpemente acerco un puesto hasta el escritorio, absolutamente nada respondía en él, sentía como si el efecto del profesor Kim hiciese más efecto de lo normal.
-Saca tu libro y explícame que es lo que exactamente no comprendes – Kyungsoo temblaba como gelatina y saco lentamente el libro de su maleta, percatándose de que la ropa no se saliera.
- ¿Y esa ropa? – Kyungsoo abrió sus ojos como plato y cerro su maleta.
-Voy a ir a quedarme en casa de un amigo cuando salga de aquí.
-Okay, ahora dime que es lo que no entiendes – Kyungsoo busco al azar en su libro y señalo un tema cualquiera.
-Es esto, realmente no lo logre entender bien señor Kim– El señor Kim se levantó y se puso detrás de Kyungsoo para ver el libro.
-Eso lo vimos la semana pasada, fuiste la mejor calificación en el examen final – El señor Kim se acercó a su oreja y le hablo en tono bajito. – A mí no me engañes Kyungsoo, yo sé que intensiones tenías al venir – El profesor lanzo el libro para la mierda y le dio la vuelta a la silla de Kyungsoo.
Cuando tuvo a su maestro en frente, sintió que su boca se secaba, se veía tan jodidamente sexy, quería salir corriendo pero no pudo, su cuerpo no respondía y dejo de respirar cuando su maestro se mordió el labio.
-Sabias que eres jodidamente guapo – Su maestro acorto las distancias y sus labios estaban a centímetro de los de su alumno, mientras subía y bajaba la mano en su muslo. – Sé que tomaste clases en el verano, tu mama me lo conto en la pasada reunión, según ella, porque querías llegar preparado - el maestro Kim mordió el labio inferior de Kyungsoo dejando escapar un jadeo del menor. – No me digas Señor Kim, dime Jongin.
Jongin empezó a besar desenfrenadamente al joven de piel lechosa y este subió sus piernas alrededor de la cintura del hombre de piel canela, cuando lo puso en su escritorio no se preocupó de que algo los incomodara, se quitó su camisa rápidamente dejando a la vista del menor el perfecto cuerpo tonificado y ese exquisito color canela que lo enloquecía.
-Espero que hallas traído algo con que divertirnos – Kyungsoo señalo su maleta y Jongin fue hasta ella y busco en el primer bolsillo topándose con un bote de lubricante. – Tendremos con que divertirnos por un buen rato.
Cuando el maestro regreso al escritorio, se puso entre las piernas del joven para estar más cerca, devorando nuevamente los exquisitos y rosados labios de Kyungsoo, descendió por su mandíbula y bajo por la línea de su clavícula hasta llegar a su cuello dejando pequeñas marcas rojizas en él, se deshizo de la camisa de Kyungsoo a la velocidad de la luz, logrando captar el torso de color blanquecino de su estudiante.
-Me asegurare de dejar marcas rojas en tu precioso torso.
Jugo son sus pezones hasta dejarlos rojos y bajo un poco más, robando gemidos dulces de la boca de Kyungsoo, en menos de lo que canta un gallo, se deshizo de los pantalones junto a los boxers de Kyungsoo, dejando su miembro semi-erecto a la vista de su profesor , el maestro bajo lentamente su lengua desde su ombligo hasta llegar al miembro de Kyungsoo y devorarlo, el menor dejo escapar un gemido grotesco, cuando empezó a jugar con la punta pasando descaradamente su lengua, Kyungsoo gimió tan fuerte, que puedo jurar que hizo eco en toda la escuela, Jongin se deshizo de lo restante de ropa que ya les hacía estorbo y Kyungsoo no pudo evitar abrir sus ojos como plato al ver el miembro de su maestro alzado, porque, mierda, se veía grandísimo.
El maestro abrió rápidamente el bote de lubricante y humedeció tres dígitos, Kyungsoo no pudo evitar morder su labio.
-Relájate, sé que al comienzo te va a doler, pero después me vas a pedir por mas – Lentamente introdujo el primer digito en Kyungsoo y este no evito sentirse incomodo por la intromisión.
Pero poco tiempo después se acostumbró y Jongin lo entendió al ver que movía las caderas al compás de su mano, al meter el segundo digito, hizo todo lo posible por dilatarlo y rápidamente inserto el tercer digito, cuando ya lo sintió preparado, saco sus dedos y Kyungsoo jadeo en modo de protesta y los dedos fueron reemplazados por el miembro de Jongin.
-¡Maldita sea! No puedes hacerle más rápido – Grito Kyungsoo dejando desconcertado a Jongin.
-Sí que eres impaciente – Rio Jongin mientras besaba el cuello de Kyungsoo.
-¡Mejor muévete! Párteme en dos – Cuando Jongin escucho esto, sus embestidas fueron más rápidas, haciendo que Kyungsoo perdiera los estribos y haciendo que gimiera más fuerte.
Sus movimientos fueron tan rápidos al punto de llegar a escucharse obscenos, cuando Jongin dio en el punto dulce, Kyungsoo jalaba el cabello de Jongin haciendo que este se excitara más, callo los gemidos sonoros de Kyungsoo con besos húmedos y bestiales, pronto, Jongin le dio atención al miembro de Kyungsoo que la pedía a gritos, lo masturbaba al mismo compas de sus estocadas.
El primero en terminar fue Kyungsoo, quien se vino en la mano de Jongin, llenándolos de aquella sustancia blanquecina y minutos después se vino Jongin con una fuerte estocada, llenando a Kyungsoo; mientras los dos intentaban normalizar sus respiraciones, Jongin se recostó en el pecho de Kyungsoo sin salir de él.
-Te parece una segunda ronda, pero no aquí – Dijo Jongin apartando los mechones de cabello de la frente de Kyungsoo.
-Mi madre hoy llegara a casa tarde– Kyungsoo le dedico Jongin una mirada traviesa.