El día avanzo de forma normal para nuestro muchacho… ¡¿a quién trataba de engañar?! Leslie estaba que se moría de los nervios, comiéndose las uñas y sintiendo esa sensación electrizante en su espina dorsal. Bianny le había dicho que tenía ojos azules… pero nunca se imaginó ver unos ojos así de…de… ¡de azules! Eran como una tormenta eléctrica, un color bastante brillante, incluso, juraría que los vio brillar en la oscuridad. ‘’Oh madre, oh madre ¡¡OH MADRE!! ¡ACABO DE VER AL CHICO NUEVO EN UNA SITUACION BASTANTE PROMETEDORA!’’ se repetía Leslie de forma mental antes de darse golpes en la cabeza contra la pared del baño.
-L-Leslie… ¿te encuentras bien?- escucho la voz preocupada de Aline afuera del baño.
-…si…no te preocupes.-
-es que has estado actuando raro desde que llegaste en el segundo módulo; amor, dime que te pasa.-
-n-nada Aline… estoy bien, tranquila.- trato de sonar normal, pero ahí estaba ese temblor en su voz que lo delataba.
-¿seguro?-
-segurísimo linda.-
-bueno, si tú lo dices.- Le creyó, no se le notaba muy convencida pero al menos dejara de preguntar.-Leslie, tengo que irme antes, mi padre regresa de su viaje y tengo que ir a ordenar la casa; cuídate, nos vemos mañana amor.-
Escucho los pasos de la chica alejarse cada vez más hasta desaparecer completamente. A estas horas ya no debe de haber nadie de los grupos de primaria y secundaria rondando por ahí; preparatoria salió un módulo antes y universidad aun esta en clases de gimnasia; los de preescolar salen mucho antes que todos así que la escuela tiene que estar casi desierta. Leslie agarro su mochila y salió del baño arrastrándola; la cabeza le dolía y apostaba toda su colección de revistas Marvel a que tenía un enorme chichón en la zona donde se desquito con la pobre pared.
Entre el silencio del pasillo su celular comenzó a vibrar; saco el aparato de la bolsa trasera de su pantalón algo extrañado, ya que casi nunca le llamaban; reviso el número de llamada viendo que era Bianny, pego el celular a su oído y contesto.
-¿Alo?-
-Leslie, te llamaba para avisarte que salí a dar una vuelta por el zócalo con la pandilla, no me esperes porque ni creas que voy a pasar por ti; vete tu solo, la casa está muy cerca, además con esas pintas que cargas dudo que alguien quiera secuestrarte o algo parecido.- se escucha la risa burlona de la chica al otro lado de la línea.
-…jejeje… si mira como me rio.- contesto el azabache sarcásticamente.
- uy ya se enojó el princes… vale me tengo que ir, cuídate, chaito.- oye como se corta la llamada antes de guardar su celular y seguir su camino; a veces la envidiaba, a ella y a su forma de hacer amigos tan rápido. Aunque todos creían que ambos eran hermanos la verdad es que Bianny es su sobrina, hija de una media hermana de Leslie, quien la abandono hace tres años atrás. Su padre tomo cartas en el asunto y se la trajo a Oaxaca a vivir con Leslie, inscribiéndola en esta escuela y tomando ayuda psicológica de cuando en cuando, pues sufrió maltrato físico y mental de parte de su madre. Aun con todo lo anteriormente mencionado, Bianny trata de vivir siempre con una sonrisa en los labios, tirando todo el flow posible y ser una persona agradable; en serio que a veces la envidiaba…
El azabache fue sacado de golpe de su mente, unas manos bastante grandes para él le tomaron del brazo, arrastrándolo por el pasillo.
-… ¡p-pero que…!- Leslie trato de detener el rápido caminar de la otra persona, pero esta parecía ser mucho más fuerte que él; en un momento la persona abrió la puerta de algún salón vacío, aventando dentro al azabache con bastante fuerza, provocando que este se diera contra la pared, pues el salón era bastante pequeño. La persona cerró la puerta con pestillo mientras Leslie se recuperaba del tremendo golpe, recargándose en la pared y sacudiendo la cabeza para aclararse un poco la vista nublada, pero antes de reaccionar un brazo se posiciono al lado de él, impidiéndole escapar; Leslie trago duro, subiendo la vista suavemente, recorriendo el blanquísimo pecho un poco descubierto por la playera azul marino semiabierta, el cuello perfectamente tallado en color mármol, llegando finalmente a ese rostro tan increíblemente perfecto y esos ojos ‘’ay…’’ esos hermosos y terribles ojos azules eléctrico que lo miraban y lo traspasaban como si de cuchillas se trataran. ‘’…ahora si ya valí queso…’’
-¿Leslie Robles Quero?- pregunto con una voz jodidamente varonil y autoritaria, provocando que las piernas del azabache temblaran de forma horrible.
Hubiera sido muy inteligente decir que se había equivocado de persona, pero una extraña fuerza le obligo a asentir con la cabeza de forma rápida y nerviosa; la presencia del mayor lo ponía bastante nervioso.
-Dime que viste.- el castaño se acercó de forma amenazante al rostro del más pequeño hasta casi rozar su nariz con la del contrario; el azabache puso cara de no entender ni la jota de lo que dijo, por lo que el más alto frunció ligeramente el ceño.
-No te hagas el imbécil conmigo, sé que fuiste tú el que abrió la puerta de intendencia, dime que fue lo que viste, o que eres un retrasado por no entender lo que te pregunto.- el mayor sonrió de forma burlona.
Eso ya era el colmo; Leslie subió el rostro de forma retadora, frunciendo el ceño de forma algo brusca, y así su miedo se fue a quien sabe dónde.
-No logre ver gran cosa, estaba muy oscuro, pero a juzgar por los sonidos que hacia tu amiguita uno se daba cuenta de la clase de jueguillos que ambos estaban haciendo; y aste a un lado que me estas robando el poco aire que me queda.- contesto el azabache de forma algo molesta mientras apartaba al mayor con sus manos.
El castaño lo miro de arriba abajo.- ¿estás seguro de lo que dices?- El azabache asintió, sorprendido por su repentino enfado, hace menos de cinco minutos estaba que se moría del miedo y ahora se pone a empujar al mayor, quien se pasaba las manos por el cabello amarrado en un movimiento bastante sensual.
-Vale… te creeré, pero ni una palabra de lo que has visto.- el castaño se aparta un poco, dejando que Leslie tomara sus cosas y saliera de ahí, quien no dudó ni un segundo en alejarse de el mayor; pero antes de tomar el picaporte de la puerta el castaño volvió a hablarle.
-Ni creas que te libraste de mi chico; no confío en ti, así que vete preparando, porque te seguiré a donde quiera que tú vayas.-
Leslie se quedó completamente estático, con la mano aun suspendida en el aire. ¡¿que que QUE?! ¿Seguirlo a donde sea? ¿P-pero…porque…porque…? ¿POR QUÉ A EL?
-N-no podrías…ni siquiera sabes en donde vivo.- contesto casi seguro de que había ganado la charla tan amistosa.
-¿quieres apostar?-
Ay no, ay no, ay no… juraría que el tipo está sonriendo en este momento. Leslie abrió la puerta y sin decir una sola palabra salió de ahí, corriendo como poseído, tratando de alejarse de alguien, de él, de ese chico con cara de súper modelo quien le ara la vida imposible de ahora en adelante…
‘’ ¿p-por qué…? ¡¿Por qué a mí?!’’
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