Y allí me encontraba sentado en la orilla del mar, feliz porque debía contarle una buena noticia a mi novio. El atardecer se hacía presente, pocas personas pasaban a mi alrededor pero yo estaba sumido en mis pensamientos recordando aquellos momentos en que conocí por coincidencia a Jongdae, comenzando una grata amistad.
Sonrío al acordarme las extrañas situaciones que se nos presentaba, cuando tratamos de hacer un pastel y por culpa de Chen con sus videojuegos se nos quemó teniendo parecido a un carbón gigante. Cuando nos quedamos sin gasolina y las llaves se quedaron dentro del auto además que para de ambos empezó a llover fuertemente, incluso habíamos dejado los celulares.
También recuerdo ese día durante las vacaciones, todos nuestros amigos incluyéndonos, organizamos un viaje a la playa y en la noche luego de una gran fiesta, ambos salimos a caminar en ese momento con nerviosismo tomó mi mano ganándose mi atención para de un momento a otro besara delicadamente mis labios confesándose. En ese instante nuestra relación pasó de una amistad a un romance uniendo nuestros cuerpos en uno solo mientras desprendíamos por cada poro de nuestro cuerpo el amor y la pasión que teníamos mutuamente, alimentándose así día tras día.
El tono de mi celular irrumpe mis pensamientos, era un mensaje. Reviso el texto y una sonrisa de mis labios aparece.
DE: Chen
Imagino que debes estar esperándome, pero creo que es mejor reunirnos en donde todo inició, ¿si lo recuerdas? Nos vemos pronto amor.
¿Cómo no recordar el lugar en donde nos conocimos y dónde me declaró sus sentimientos? Claro que lo sé a pesar de solo haber pasado 6 años. Me levanté rápidamente, el sol se ha ocultado siendo reemplazado por la luna que resplandece en el amplio cielo, sacudo un poco mi short y camino hacia el tan preciado lugar para ambos. Pasando el faro, observo a lo lejos puras antorchas iluminando una mesa arreglada románticamente con asiento para dos.
Un hombre en traje, me indica sentarme, cosa que terminé haciendo al mismo tiempo que una melodía de piano se hace presente acompañada de una voz angelical pero reconocible para mí. Esa persona se me acerca cantando la canción más bella que nadie ha oído.
“Tan puro y confiado como un niño que no entiende nada. Es hermoso el momento de renacer...
Cierro los ojos y los abro, asustado de que solo sea un sueño.
Me niego a irme, me quedo frente a tí esperando que me mires.
Sólo quiero caminar junto a tí, usar el mismo espacio que tú. Sólo una vez será suficiente...
Cuando viaje en el viento y descienda a tu mundo, en el blanco viento que te rodea.
Me preguntarás de dónde vengo. Te sonreiré y diré que es un secreto, mientras continuemos caminando juntos.
El paraíso será en cualquier momento y en cualquier lugar...
Para mí, tú eres más brillante y deslumbrante que un Ángel. Si alguien quiere ser injusto contigo, definitivamente no lo permitiré.
Intranquilo, como si pisara el jardín del Edén por primera vez... Déjame mirarte todos los días, constantemente pienso en tí.
Un poco de polvo y arena. No dejaré que esas cosas dañinas se acerquen a ti... Siempre te protegeré, siempre te amaré.
Bloquearé los fuertes viento por ti, como tu protector. Me tendrás por siempre, incluso si el mundo se vuelve frío e indiferente, cada vez que sufras y te equivoques, yo secaré tus lágrimas...
Si estamos tú y yo, ni importa. El paraíso será en cualquier momento y en cualquier lugar...
Dime que al enamorarme de ti, no hay forma de volver, porque ya no tengo mis alas. Me han quitado mi vida eterna... pero sigo sintiendo la razón de mi felicidad.
Porque ahora, la eternidad eres tú...”
Luego mientras terminaba la canción se arrodilló ante mí, sin romper la conexión de miradas que teníamos desde que había comenzado a cantar hasta este momento, me ofreció una de sus hermosas y gatunas sonrisas.
-Minseok- interrumpe el cómodo silencio, saca algo de su bolsillo- Te conocí ocasionalmente, nos hicimos amigos, pasamos experiencias que parecían irreales pero inolvidables, para después darme el privilegio de salir contigo. Solo que no me es suficiente, por ello he decidido que deseo tener más experiencias, locuras, emociones y todo tipo de cosas a tu lado por siempre. Minie ¿quieres casarte conmigo?
Lo miré desconcertado mientras me enseñaba el anillo, no podía creer lo que estaba sucediendo tanto así que me impulsé hacia él abrazándolo en el momento que eufórico le decía SÍ repetidas veces. Nos separamos y nos dimos un beso apasionado, cenamos platicando varios temas para terminar la velada con un baile romántico bajo la luna. Por ahora, solo disfrutaré de este momento y quizás mañana le cuente sobre el pequeño regalo que crece dentro de mí.