Era el Capitán América y era un omega.
Sin embargo, pocos sabían de esto, la prensa de ese tiempo no quería darlo a conocer, el Capitán tenía que ser una imagen fuerte de la salud, rebozar de energía y seguridad, liderar a todas las fuerzas aliadas contra los nazis
Definitivamente un omega no podía hacer esas hazañas eso era algo que le habían explicado los superiores a Steve viendo su expediente médico, el cual decía “OMEGA” en letras grandes y vistosas, la decisión de que aquellos seres destinados a procrear entraran al ejercito con supresores que eliminaban sus calores, además de suprimir su aroma, fue algo de último momento, una medida desesperada.
Entonces, para mala suerte de la vida privada de Steve Rogers, la verdad tenía que permanecer oculta y no sólo eso, si quería continuar compartiendo tienda y otras cosas sin causar habladurías, tenía que decir a todos que su Alfa, Bucky Barnes era un omega.
-No tienes que hacer eso- Le dijo al sargento una noche en la tienda que compartían, caía una lluvia suave que amortiguaba el silencio incómodo que se podía ocasionar- Encontraré la manera…
La única opción que les quedaba para no mentir era fingir que no eran pareja, pero lo que más temía Steve era el hecho de que Bucky se molestara de verdad al ocultar su relación y terminaran realmente
-¿Si miento y digo que no somos pareja… tendré que ver a un montón de personas alrededor de ti? – Preguntó Bucky posesivo, como todo Alfa, aunque esas “otras personas” fueran omegas no soportaría ver a alguien con intensione romanticas cerca de su pareja.
Recientemente ya había lidiado con los celos de Bucky, debido a Peggy Carter, una mujer Alfa, tan fuerte y decidida, que se había sentido un poco atraído hacia esa fuerte personalidad, aunque no era nada comparado con lo que sentía con él
-Quizás no sea tan malo cambiar las asignaciones…-Interrumpió Bucky sus pensamientos, acariciando una mejilla de Steve- Pero créeme Rogers, en el dormitorio será otra cosa…-Agrego en un tono pícaro y más juguetón, quizás para aligerar el ambiente
Steve dio un fuerte suspiro de alivio antes de corresponder al intenso beso que su Alfa reclamaba, agradecía haber pasado otra difícil prueba, la primera, la más complicada, había sido su nuevo cuerpo.
Durante todo el rescate no dijeron palabra alguna, no fue hasta estar seguro que lo había salvado de aquellos científicos, llegar al campamento, asegurarse que no estuviera gravemente herido, que llegó el momento de hablar, temía que su relación de ya algunos años, pudiera terminar, pero no fue así. Bucky aceptó su nuevo cuerpo rápidamente, feliz con que no sufriera más enfermedades y debido que tenía un día libre ambos aprovecharon para descubrir que podían hacer ahora.
Fue una buena noche, de las mejores y más especiales que había tenido Steve, casi superando su primer calor, el cual aunque había sido doloroso por su mala salud pero era especial por ser la primera vez que su Alfa lo marco.
Esta vez igual que siempre Bucky se encargó de cubrir su cuerpo con besos, tomando su tiempo para descubrir cada cambio, aunque fue algo más intenso no dejo de ser cuidadoso, incluso cuando estuvo dentro de su omega, hizo lo posible por ser lento debido a que no lo habían hecho en un tiempo, aunque el Capitán pedía a casi a gritos no ser tratado de esa forma tan delicada.
Fingir las asignaturas no fue tan difícil como pensó al principio, sólo con la prensa que entrevistaba a Bucky o algún comentario incomodo de un soldado en estado de ebriedad o demasiado curioso, debido a que los más cercanos a ellos como los Comandos, Howard y Peggy se dieron cuenta de la verdad.
Después de eso, el único escándalo que pudieron haber tenido fue cuando debido a la escasez de supresores, Steve entro en calor, dejando su aroma por todas partes, pero los demás solados que creían que era un Alfa, atribuyeron ese olor a Bucky.
-No es culpa de los soldados omega – Alegó Steve con la frente empapada de sudor y su mano entrelazada con las de Bucky- No quise que me dieran sus supresores porque ellos corren más peligro algún Alfa podría olerlos y..
- ¡No importa eso! ¡Nadie debe de descubrir eso! – Gritó molesto el Coronel Philips – Tienes suerte que Barnes estaba contigo, todos creen que es él – Pudo continuar gritándoles siendo despectivo sobre los omegas pero se detuvo debido al rostro rojo del super soldado y la forma en que la pareja se apretaba el uno contra el otro- Les voy a enviar a una casa de seguridad cerca de aquí.
Hubo un silenció en lo que el coronel sacaba un mapa y unas llaves de su improvisado escritorio.
-Sólo una cosa Barnes, no quiero pequeños Capitanes...si sabes a lo que me refiero
-Entendido –Agregó el Sargento intentando no reírse de la situación.
Si Steve había creído que la mejor noche había sido cuando lo hicieron por primera vez con su organismo mejorado, estaba muy equivocado.
Esa fue la mejor.
Apoyado en sus antebrazos y rodillas, con Bucky entrando y saliendo rápidamente de él, sin contenerse, tocando un buen punto dentro de él, dominado por sus instintos de Alfa, besando suavemente su espalda, ambos sin preocuparse por que le comenzarán a fallar los pulmones.
Una vez no fue suficiente, para calmar su calor esa noche, debieron ser dos rondas, ambas donde demostró que el suero no sólo le ayudaba en el campo de batalla, se reponía demasiado rápido…quizás demasiado…
-Oh Stevie – Le llamo cariñoso Bucky tumbado a un lado, su segundo nudo acababa de terminar- Eres insaciable…- soltó una risita besando la mejilla de su omega, que a sus ojos no podía verse más hermoso, con las mejillas rojas, la frente con una fina capa de sudor y en el cuello la marca de los dientes de su Alfa. – Parece que quisieras una más…-Estaba cansado pero si Steve quería, haría un esfuerzo-
-Buck, Philps nos quiere en el campo de batalla, mañana en la noche… tenemos una misión ¿recuerdas? Aunque no sabemos cuándo vaya a durar esto…-Comentó refiriéndose a su calor- Aunque probablemente ya este consiguiendo los supresores.
-Bien, bien…-Contesto Bucky abrazando a su omega, para protegerlo – Yo que te quería dar más diversión…
Steve sólo sonrió, ganas para una ronda no le faltaban, pero sabía que su pareja no iba a aguantar otra más, quizás cuando volvieran de la guerra si Bucky llevaba una buena alimentación y descansará más…quizás si se podría…
Aun así no podía pedir más... salvando al mundo lado a lado con su Alfa, era feliz.
Pero una caída arruino esa felicidad.