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Una Vez en Roma por NeferetteRoju

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Notas del capitulo:

La noche sigue su curso así como la ansias de saciar el deseo de estos enemigos convertidos en amantes, ¿este sentimiento llegará a ser más profundo?

Cayeron desnudos sobre el blando lecho que guardaría en secreto aquellas esencias fascinantes producto de una llama firme que no se apagaría hasta ser saciada completamente.

Wyvern recorría con delicadeza el cuello del peliazul haciendo estremecer su piel y provocándole un escalofrío. Sus manos tocaron de manera sólida aquel torso fuerte y bien definido brindando calidez a su cuerpo, el geminiano también tocaba la ancha espalda logrando hundir un poco sus uñas en esta para hacerle saber lo ansioso que estaba por ser tomado.

-Vamos, tómame de una vez. Decía en voz baja de manera implorante pero con una tristeza que no logró esconderse tras los ojos marinos del guerrero.

Radamanthys pausó un poco al escuchar eso, se volvió para mirarle fijamente de una forma represora.

-Es que solo quieres que lo haga para que puedas olvidar tu dolor. Dijo molesto, luego tomó el cabello de Kanon con brusquedad.

-Yo no seré una simple sustitución de tu pasado, que te quede claro. Expresó.

De inmediato se abalanzó sobre la boca del guerrero impregnando con su sabor a esta y robandose la ajena. Sus labios no dejaban de gesticular y sus lenguas de combatirse.

Sus miembros, nuevamente se interpusieron uno frente al otro para sentir su calidez, ambos palpitaban fuertemente como pidiendo sentirse a flor de piel. La necesidad de respirar hizo que el juez quisiera explorar en los demás rincones de aquella piel que aunque ya tenía marcas aún era joven, suave y tersa como la seda pero tan sola y abandonada por las únicas manos a las que le fueron permitido posarse sobre ella. Aún temblaba por los toques que recibía tras las extensas caricias, suaves pero firmes que le brindaban aquellas manos ásperas; ahora no solo serían aquellas manos sino que ahora sus labios también comenzaban a profanar aquel cuerpo como si nunca lo hubiera sido, tal parece que esas sensaciones ya habían sido olvidadas pero ciertamente, no buscaba recordarlas sino renacer con ellas.

Es cierto que desde el principio él quería traerlas nuevamente a su vida pero ahora se daba cuenta de que solo le provocarían más dolor, incluso más sufrimiento del que había vivido en aquella época pues este hombre, el que antes fuese su enemigo le estaba sacando las ideas del pasado para que pusiera su total atención a su presente, a las sensaciones que ahora mismo vivía.

-¡Ah! Gimió el peliazul cuando el juez mordisqueó  uno de sus pezones mientras pellizcaba sutilmente el restante.

Su espalda se arqueó como signo de placer cuando ahora probaban lentamente su virilidad. Erguido totalmente era envuelto ya por la humedad de su amante; el fluido de su boca impregnaba cada poro de la piel del gemiando llenándole de un increíble éxtasis amenazandolo con hacerlo enloquecer, caer en un interminable delirio. El juez sabía que tenía al guerrero a su merced y que  dentro de poco su cuerpo pasaría a ser totalmente suyo, por fin lo sentiría como tanto le había implorado. Cuando Radamanthys se dispuso a penetrarlo, Kanon lo detuvo para antes poder devolverle todo aquel placer que recién le había brindado. Se incorporó un poco y llevó sus labios hasta el sorprendente miembro de su acompañante. Ahora él era quien empapaba la piel de su amante haciéndolo estremecer con cada succión. Radamanthys tomó sus cabellos sedosos para enredar sus dedos entre aquellos mientras era acorralado por la boca de su amante.

Kanon no dejó ningún rincón de aquella carne sin el fluido de sus labios y cuando se dio por satisfecho se incorporó para observar firmemente a su acompañante; pasaron unos instantes sin quitarse la mirada hasta que sedientos unieron nuevamente sus bocas. Era un beso profundo que transcurría muy lentamente, sus manos se acariciaban durante su abrazo el cual los llevó ahora sí, a extenderse plenos en todo el lecho.

Wyvern abrió las formidables piernas del geminiano mientras este solo lo veía con una mirada bastante provocativa de forma que el juez no demoraría más en tomarlo.

- !Ah! gimió al sentir como se deslizaban dentro de él. Posó sus manos de manera brusca en los hombros de Radamanthys mientras este comenzaba a moverse muy lentamente.

Mientras las caderas seguían a un ritmo suave el juez podía sentir el aliento del guerrero en su cuello y oreja; cada suspiro de Kanon animaba con creces al espectro quien comenzó a aumentar el ritmo de sus embestidas.

Kanon seguía soltando algunos sollozos para luego susurrarle: -ahhh, vamos hazlo más fuerte…  después le brindó una lamida en la boca y parte de la mejilla, por supuesto Radamanthys quiso corresponder llevando la suya al encuentro con la del geminiano.

Ambos se mantenían succionándose al momento en que el juez incrementaba la intensidad de sus embestidas hasta llegar a un ritmo frenético.

-nhg, nhg! ah! Se escuchaba.

Una y otra vez entraba y salía con frenesí, era increíble como la piel de Radamanthys golpeaba la de Kanon, todo estaba sucediendo tan ardorosamente que pronto perderían la cordura. Kanon envolvió la cadera de Radamanthys con sus piernas, también clavaba las uñas en su espalda haciéndole saber que su éxtasis era inmenso.  Se mordisqueaba el labio mientras sostenía una mirada seductora, luego entreabría su boca para dejar salir excitantes gemidos para después acercársele y saborear su oreja. Estos gestos estaban a punto de volver loco al juez quien antes que eso sucediese interrumpió la penetración, Kanon no mostró decepción alguna sino que por el contrario su postura desenfadada  y su rostro lleno de picardía mostraba la total disponibilidad que tenía para hacer lo que Radamanthys quisiera.

Radamanthys volteó bruscamente el cuerpo de Kanon y se colocó tras él quedando ambos de costado; alzó la pierna del guerrero asegurándose de abrirlo bien para comenzar otra ronda de salvajes embestidas.

Entró de un solo movimiento y comenzó a embestir con suma intensidad pues a estas alturas el cuerpo del geminiano ya no debería sentir molestia alguna. Kanon soltó gemidos más estridentes como señal de que esto lo haría delirar de placer muy pronto por lo que el juez decidió brindarle más aún; tomó el miembro de Kanon de manera firme y sin más comenzó a mastubarle. El pulgar invadió al glande con movimientos delicados que aun así provocaron temblor en el cuerpo del peliazul y algunos gemidos entrecortados, luego toda su palma lo acariciaría con movimientos rápidos y concisos.

- !!Ahhh!! chilló al sentir tan exquisitas caricias y al mismo tiempo sentir como golpeaban su interior.

Sus cuerpos ya estaban empapados pero aún así el violento vaivén seguía, Kanon con el rostro sonrojado y con algunas lagrimillas en sus ojos incorporó su cabeza para alcanzar la boca del espectro.

-ngh…

-ahh… ngh… Se escuchaba de ambos

Nuevamente sus lenguas se batían sin ningún tipo de inhibición destilando sus salivas desde el mentón a sus cuellos. Se devoraban desesperadamente cuando llegaron las sensaciones electrizantes en sus pieles por causa de su fervorosa cópula.

-ngh! ngh!! ah… ahhh!!

-ngh….!! argggg!!! Exclamó Radamanthys cuando explotó dentro de Kanon.

-AHHHH!!! Gritó este al sentir como se corrían dentro de él y también al derramarse él mismo.

Wyvern pegó su frente trás el omóplato del geminiano, ambos respiraban agitados, sus pechos subían y bajaban cubiertos de sudor. Tras los minutos de recuperación, Kanon se recostó a lado de Radamanthys quien inmediatamente fue hacia su rostro para besarlo melosamente, este gesto sorprendió un poco al guerrero pues creyó que luego de terminar Radamanthys simplemente no haría nada de nada.

-No creí que pudieras ser tierno, comentó el gemelo.

Radamanthys solo dio una sonrisilla chueca y se levantó, dejando solo al guerrero. Aparentemente evadió la pequeña crítica, pues tal vez no estaba planeando mostrar aquella faceta al griego si es que existiese.





***

Kanon se quedó en la cama ya que no planeaba seguir molestando al espectro pero antes de disponerse a dormir se incorporó un poco y vio que Radamanthys estaba nuevamente en la terraza, seguía pensativo mientras fumaba un cigarrillo con plena calma como si no pensara dormir. Tuvo curiosidad de saber lo que meditaba tanto pero volteó hacia el reloj y al ver que pasaba de las 3 am se resignó a no averiguarlo y mejor se echó a dormir de una buena vez.

///

Radamanthys estaba perdido en sus pensamientos, daba fumadas lentas a su cigarro mientras observaba las luces de la ciudad. De repente quiso mirar hacia su habitación y ahí pudo ver como aquella figura reposaba tranquilamente en su cama; parecía un ángel estando tan quieto a causa de un sueño profundo pues su cuerpo se percibía liberado, totalmente relajado como si fuese lo que hubiera esperado desde hace mucho tiempo. Seguía mirándolo… un gesto suave se reflejaba en su rostro transmitiendo una sensación de paz y aquella paz reconfortaba sumamente al espectro de una forma sin igual, hace mucho que no sentía esa sensación lo cual lo llevaba a estar aún más interesado en él.

“Justo cuando empezaba a desear que el momento para volver a ser un espectro llegara pronto… cuando todo empezaba a volverse aburrido y rutinario… cuando creí que ya no tenía la capacidad de amar… cuando creí estar completamente solo en este mundo, apareces tú…”

-hem. Rio para sus adentros.

Volvió adentro y sentado en la cama,  mientras se preparaba para dormir, recordó el día que llegó a esta habitación: comenzó a desempacar y en eso tuvo que atender una llamada; cuando lo desocupó colocó el celular sobre el tocador siendo que al ponerlo  se reflejó en la pantalla parte de la pintura que adornaba el techo de la habitación, era un cupido que parecía señalarlo, en ese momento volteó hacia el techo para apreciar mejor dicha decoración; el contemplarla le hizo sentir una sensación de bienestar, sentía una extraña motivación que lo hacía sentir muy entusiasmado tanto que creyó que todos los asuntos de su trabajo tendrían éxito, si bien le había ido bastante favorable pero Radamanthys no sintió el mismo entusiasmo cuando concretó sus negocios, pues pensaba “¿qué es lo que tiene que pasar para sentirme feliz?”

-Creo que ya encontré la respuesta. Murmuró mientras observaba a Kanon.

De esa manera, Radamanthys al sentirse extrañamente feliz decidió dormir lo más plácidamente.



///

En medio de toda tranquilidad, cerca de las 6:00 am un sonido estruendoso los sacó de sus sueños; “es el maldito celular” pensó Radamanthys quien lo alcanzó desde la cama.

-¿Diga?, contestó.

Kanon que bostezaba se incorporó quedándose viendo como para tratar de descubrir lo que le decían a Radamanthys.

Era su asistente:

-Siento despertarlo señor pero debo informarle que se ha adelantado la hora del vuelo hacia Inglaterra debido a que la reunión allá también se llevará a cabo más pronto de lo acordado. Ahora el vuelo está programado para las 8:00 am para que se prepare.

-Sí, muy bien, respondió.

-Bien lo veré en el aeropuerto.

-Si gracias. Ahh, suspiró el juez.

-¿Quién era?

-Mi asistente, se ha adelantado la hora del vuelo, yo… debo preparar mis cosas. Dijo al levantarse para ir a tomar un baño.

Kanon se quedó pensativo, pues sólo tenía en mente lo mucho que le enojaba el que arruinaran la mejor noche que había tenido en años, así que se levantó enseguida y se introdujo en el baño sin más.



///

El inglés se humedecía sin prisa alguna, parecía meditar mientras el agua relajaba su cuerpo; en ese momento una manos se posaron sobre su gran espalda y con sutiles movimientos comenzó a besarle  hundiéndose en cada rincón para aspirar su esencia. Radamanthys apenas y se inmutó, se volvió para quedar de frente y poder acariciarle de igual manera.

Juntaron sus rostros empapados, sus respiraciones se reencontraban, sus labios imploraban ese choque que los electrizaría de arriba a abajo. Sus pechos se juntaron logrando fusionarse en un beso prolongado  y atrevido, viváz como esa llama que ya había resurgido en el geminiano y que incitaba a jugar con ella.

Luego de aquel beso, aun abrazados, recargados en el hombro del otro trataban de saciar aquel ímpetu de deseo, el agua ya no era la única que acariciaba el cuerpo de Kanon sino tambien las manos del juez, grandes y fuertes lo acorralaban deliciosamente. El geminiano solo suspiraba fuertemente en la piel del otro hasta que este lo hizo venir. Sentir la esencia de su amante en su palma lo hacía desear no partir y quedarse con quien le había dado una razón para amar la vida, deseaba quedarse abrazado a él el resto del día pero desafortunadamente ya tenía una vida en aquel país; si por él fuera lo llevaría consigo pero tampoco olvida el importante deber que su amante tiene como guerrero y que muy difícilmente renunciaría a ello.

-No puedo renunciar a mi deber como caballero.

Radamanthys se sorprendió por coincidir en sus pensamientos.

-De lo contrario me iría contigo sin dudarlo. Dijo el guerrero con una mirada decidida llena de un brillo que reflejaba una sinceridad profunda.

No había duda de sus intenciones, definitivamente había comenzado a creer que lo amaba.

Salieron de la ducha, el guerrero se acomodaba la bata mientras el juez secaba su cabello, Kanon tomó una de las pantuflas pero en eso Radamanthys intervino para colocarsela a él.

El peli azul  se extrañó un poco de ese gesto caballeresco pero en cuanto cruzaron la mirada no pudo evitar sonrojarse levísimo ya que Rada se mostraba tan gentil. Radamanthys acarició la pierna y luego fue hasta el pie el cual besó de manera sutIl. Kanon no pudo evitar soltar una sonrisilla burlona.

-¿Qué crees que haces?

-Beso tus pies antes de alguien más lo haga, sonrió.

-Y por qué supones que alguien más lo hará.

-No lo sé, tal vez en un futuro…

-Aún no nos largamos y ya estás arruinando el tiempo que nos queda juntos. Además cómo estas tan seguro que te dejaré ir.

La sonrisa de Wyvern se esfumó.

-Porque así va ser, ambos tenemos cosas importantes en nuestros respectivos lugares.

-Podrías hacer algo en Grecia, buscar un buen puesto o poner un negocio, hay muchas oportunidades es más que claro que puedes ir conmigo.

Radamanthys bufó.

-No lo estás entendiendo, ¿crees que es así de facil, dejar todo para aventurarme con un griego cuál prioridad no es más que proteger a su diosa? Sería arriesgar demasiado.

Kanon torció la boca al escuchar eso.

-¡Puedo hacerlo! Puedo estar contigo sin olvidarme de mi deber, ¿no lo ves? Es un tiempo favorable para ambos…

-Ya tengo una situación favorable y es en Inglaterra, tengo un trabajo seguro en el cual estoy a punto de obtener muchos éxitos ¿y tu me pides que deje todo eso?

-Si lo tienes todo por qué estás conmigo ahora, acéptalo, allá no tienes a nadie, estás completamente solo. Dijo de forma despectiva saliendo del cuarto de baño.   

Radamanthys solo se tocó la mano en la frente como muestra del cansancio y luego salió igualmente del cuarto. Se quedó observando al peli azul, vio el reloj de reojo, eran 7:25 y suspiró.

-ah, de todas maneras ya se me hizo tarde.

Kanon lo vio aún molesto.

-Vamos a pedir el desayuno. Dijo mientras cogía el teléfono.

Kanon sonrió recobrando el ánimo inmediatamente que abrió las cortinas para que entrara toda la luz posible, luego fue hasta la puertecilla de la terraza para abrirla de par en par.

No tardaron en llevar el desayuno, colocaron la mesa y se dispusieron a desayunar.

-Sabía que no podrías irte sin compartir el desayuno conmigo. Comentó el geminiano.

El juez sonrió

-Definitivamente no alcanzaría el vuelo, aún sin empacar, sin vestirme y lo peor, algo de lo que no me desharía en 35 minutos.

-Ni una vida. Susurró

Siguieron desayunando.

-Es un hermoso amanecer, comentó el inglés.

Al escuchar eso Kanon tomó la mano de Wyvern.

-Por supuesto, porque estoy contigo.

Radamanthys trató de hacer caso omiso.

-Será mejor que nos apuremos…

-¿Qué vas a extrañar de mi? Interrumpió mirándolo fijamente.

El juez quedó mudo pero en poco reclamó.

-Por qué haces esto, no ves que será más doloroso cuando partamos.

-Solo quiero escucharlo, si es que no volveremos a vernos, yo… necesito escuchar que me amas. Dijo yendo hasta Wyvern para posarse en él.

-No sigas, por favor Kanon no lo hagas más dificil.

-Parece que para tí no es tan dificil.

Decía mientras trataba de sobornar al juez esculcando tras su pantalón de forma desesperada. Pronto le abrió paso a juez logrando unirse nuevamente. Comenzó a mover sus caderas al mismo tiempo que lo atrapaba en un beso. Sus caricias se tornaron precipitadas, probablemente el geminiano sentía más dolor que placer pero sin embargo no se iría sin darle lo mejor que tenía en ese momento, parecía necesitar satisfacer esa especie de simbiosis para que tal vez, así lograra hacer que se quedara a su lado. Hizo movimientos más desenfrenados aún hasta que escuchó gemir al juez y por supuesto sentir su semilla una vez más.

Kanon posó sus manos en los hombros del inglés apretandolos con fuerza, con la cabeza baja comenzó a temblar y  apretar los dientes como signo de enojo sin embargo esto impactó a Radamanthys al ver que también lloraba. Así es, en ese momento Kanon tenía una gran frustración por no lograr lo que quería, por no lograr mantener a alguien a su lado, por perder una vez más lo  que ahora era lo más importante en su vida.

Radamanthys lo abrazó con fuerza atrayéndolo hacia su pecho como tratando de consolarlo, quedándose así por un rato más.



///

Más tarde, Kanon se despegó con desánimo del pecho del Wyvern, se levantó en silencio y comenzó a vestirse. Radamanthys lo observó y creyó que el geminiano por fin había entrado en razón así que también fue a vestirse ya empacar sus pertenencias.

Cuando ya estaban casi listos, Kanon fue hasta la cama y cogió la sábana para arrastrarla hasta la terraza, Radamanthys no se explicaba lo que intentaba hacer pero no le tomó importancia y siguió acomodando sus cosas.

Kanon por su lado se acercó a el asta bandera desocupado y se dispuso a colgar la sábana que fue testigo de su amorío.

En aquel momento sonó el móvil de Radamanthys.

-Lo siento, tuve un inconveniente en el hotel.

-Eso parece señor pero ¿por qué hay un hombre colgando una sábana en su balcón?

-¡¿Qué?! ¿Aún estás aquí?

-Por supuesto señor, es mi deber acompañarlo pero dígame, ese es el hombre que acompañó a la señorita Kido.

-¿Cómo lo sabes?

-Ayer me pidió que la contactara

-A, cierto

-De hecho preguntó por él pero como no sabía más sobre el tema le di la dirección de su hotel, dijo que pasarían por él a estas horas ya que era la hora original de su vuelo.

-Esta bien, deja terminar con esto y de inmediato partimos al aeropuerto.

Colgó y fue hasta la terraza viendo al guerrero recargado en el barandal, vio que había colgado la sábana sucia pero a estas alturas ya no servía de nada discutir.

-Tenemos que ir, dijo Radamanthys

Kanon solo asintió y le siguió el paso.

Cuando se encontraron afuera del hotel Radamanthys solo se despidió diplomáticamente a lo Kanon solo respondió dando la espalda y levantando la mano para despedirse mientras seguía su rumbo.

Radamanthys subió al auto y se dirigió al aeropuerto, en el transcurso este seguía pensativo manteniéndose más serio de lo acostumbrado.

“Si hubiera otra forma de seguirte” pensó.







***

El Santuario, Atenas, Grecia.

La arena del coliseo yacía repleta de energía por el arduo entrenamiento de los caballeros y aprendices.

Ahí estaba Kanon, el santo de géminis, combatiendo con otros aprendices que con duro esfuerzo trataban de alcanzar las habilidades del superior.

-Señor Kanon, dijo un guardia, -lo busca la señorita Athena.

Kanon fue hasta la sala patriarcal para escuchar a su señora.

-Kanon, sonrió. -tengo algo que decirte.

-Dígame.

-A la ciudad ha llegado a instalarse una empresa de sustentabilidad inglesa, como sabes habrá más apertura para la economía habrá más empleos entre otras cosas, obviamente los directivos y demás puestos importantes serán ocupados por los propios ingleses por lo que varios de ellos  se mudarán con sus familias  al igual que alguien que tú conoces.

Kanon abrió los ojos por la impresión al escuchar la posibilidad de verlo nuevamente después de un meses desde que volvió de Roma.

-Kanon, no te detengas, sé que es importante para ti, yo rezo porque todos ustedes estén bien y tengan felicidad en sus vidas. Vamos está esperándote en la villa.

-Mi señora le prometo que no descuidaré mi deber como caballero.

-Adelante Kanon.

-Muchas gracias mi señora. Concluyó para bajar lo más rápido posible a la villa.



///

Pronto llegó a Rodorio y ahí en la entrada de la villa observó a un hombre alto y rubio con ese semblante sobrio que lo caracterizaba.

Radamanthys también notó su presencia al ver esa silueta alta que parecía esculpida por los mismos dioses, su cabello azul resplandecía con la luz del sol, y sus ojos reacios y profundos lo hizo conmocionar cuando este estaba a tan solo un paso frente de él.

-Estás aquí.

-Si lamento haber tardado pero cuando la empresa buscó extenderse a otros países hubo muchos movimientos antes de que se decidieran por Grecia, cuando lo supe me puse tan feliz que me ofrecí de inmediato para dirigir el proyecto y demás cosas así que...

-Así que decidiste venir a buscarme. Interrumpió.

El juez con un poco de nerviosismo contestó.

-Si Kanon he venido a quedarme aquí, a tu lado.

Kanon sonrió complacido y se acercó a el juez tomando sus mejillas para brindarle un beso.

-Supongo que eso es un sí.

-Por supuesto y desde cuando puedo mudarme.

-Hoy mismo si lo deseas, dijo tomándole la mano.

Ambos sonrieron convencidos y emocionados por su nueva vida, pues ahora vivirían juntos en una casa bien acomodada que Radamanthys había comprado en Atenas; Radamanthys obtuvo un puesto importante dentro de su empresa y Kanon seguía instruyendo a las nuevas generaciones de caballeros al igual que brindaba custodia a la diosa Athena, todo aquello más sus interminables noches en las que se hacían el amor demostrando la inmensa felicidad que les daba estar juntos lo que resta de sus vidas.

Notas finales:

Espero lo hayan disfrutado y Muchas Gracias por leer :) 


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