-Ya que están afuera, les daré sus respectivas tareas del día, Aioria, Afrodita, Kanon y Camus prepararán la comida, Milo, Saga, Dohko buscaran buena música, Shion, Mu, Aldebarán y Death Mask irán a comprar los adornos, Shaka, Shura y Aioros ordenaran la casa, y Seiya, Hyoga y Shiryu se encargaran de invitar a todo el santuario si es posible, y si ven a Ikki, díganle que se haga presente. ¿Alguna pregunta?- dijo la diosa.
-Yo- levantó la mano Kanon- Milo y Camus no están.
-No importa, cuando los vean les avisan, ahora yo tengo preparar unas ultimas cosillas, Hyoga sabe- le guiñó un ojo al caballero del cisne.
El caballero mencionado le dio un escalofrío y se puso colorado- Alguien mátenme.
Los caballeros fueron cada uno a su respectiva tarea, pero en la cocina se sentía un ambiente un tanto, “hostil”. Cierto caballero de hielo miraba amenazadoramente al caballero del león, y este solo trataba de ignorarlo, aunque se sintiera muy incómodo.
-Camus, ¿quieres decirme algo?- preguntó el de leo mientras batía unos huevos.
-No- Respondió Camus, quien se encargaba de cortar la carne.
El caballero de acuario no pudo evitar imaginarse que el trozo de carne era Aioria, por lo que empezó a clavar el cuchillo en este como desquiciado.
-¿Te sucede algo?
-Ya te dije que no me sucede nada.
-¿Seguro?
-¡Mierda, ya te dije que sí!
-¡Oye bájame el tono! ¿¡Que tienes contra mí!?
-¿Qué que tengo contra ti? ¿¡Que qué tengo contra ti!? ¡Te diré lo que tengo!- Camus tomó del cuello a Aioria- ¡Por tu culpa Milo no me pesca ni en pintura!
-Chicos, por favor no empiecen a pelear, tenemos que…- trató de intervenir Afrodita.
-¿¡Que!?
-Si no se hubiera enamorado de ti ahora yo estaría con él.
-¡Suéltame! Mira, que Milo se haya enamorado de mí no es mi culpa.
-Si lo es, si nunca te hubieras aparecido Milo y yo estaríamos mucho mejor.
-Camus basta- Dijo Kanon.
-¿Qué me quieres decir?
-Que ojalá nunca te hubiéramos salvado de aquellos soldados, ¿Sabes por qué nos hicimos tus amigos? ¡Por lástima! Lo peor es que te teníamos que soportar tus idioteces y tus momentos de rebeldía, eras realmente molesto. ¿Y sabes qué? De seguro tú hermano no quiso revivir en la guerra contra Hades porque le daba vergüenza tener a un mocoso tan insoportablemente rebelde y molesto como hermano.- Ok, eso le dolió a Aioria.
Aioria solo atinó a darle un fuerte puñetazo en la cara a Camus y largarse llorando a su habitación.
-¡Camus! ¿¡Cómo se te ocurre decirle eso a Aioria!?- Le reprendió Kanon.
-Camus tu sabes lo que sufrió con la muerte de su hermano y en lo que se esforzó por enorgullecerlo, ¿¡Y le sales con esto!?- Le dijo Afrodita.
-Iré a ver cómo está Aioria- Dijo Kanon yendo a ver al león.
-Mira Camus, está bien que te guste Milo, pero Aioria no tiene la culpa de que tu enamorado babee por él. Si yo estuviera enamorado de Milo, pero él estuviera enamorado de ti, ¿Te sentirías bien si yo viniera a decirte un montón de cosas horribles e hirientes?
-…….
-No, así que lo mejor será que vallas pensando como disculparte.- Dijo Afrodita volviendo a cocinar.