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El océano de tus ojos. por Clawiss

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Notas del capitulo:

  Me encanta  Rin..  de verdad  amo este  personaje espero les  guste el capitulo. Aqui se  explica  el por qué  de la  ruptura de  Rin y Haru.  Dedicado a  Momo. :)

 ¿Por qué  el cielo y el   infierno no pueden  estar juntos? 

 

 

 Desde que  se había graduado de la preparatoria  Haruka había comenzado a  salir con Rin, pese  a las dificultades  que  implicaba tener  un “novio” y  el estilo de vida  que ahora llevaban ambos chicos  se encontraban buscando el equilibrio para sacar a flote  la  relación,   durante  los primeros meses las cosas  estuvieron bien, se  veían por lo menos una vez al mes, generalmente el que viajaban a Japón era  Rin, Haru absorto  se dejaba consumir por el fuego de rin, quien era una persona  verdaderamente apasionada, posesivo, celoso, que sólo lo quería para él, naturalmente al pelinegro no  le importaba que fuera así, simplemente no podría ser de otra manera, siempre el control lo tenía rin,  siempre  el decía cuando, como  y por qué  lo decidía el pelirrojo.

 Todo el mundo sabía de esa  relación, nunca la habían ocultado desde el momento en que comenzaron a  salir  Rin había presumido del pelinegro, lo exhibía por la calle  sujetándolo  de los hombros, cuidaba de sobremanera a Haru, por el simple hecho que “era de él”. No concebía su vida sin el pelinegro y  viceversa, se  complementaban a la perfección y esa unión era más  fuerte que nada.  El era el fuego ardiente del infierno y Haru  el azul intenso del cielo.

 

 Una mañana  de Junio Haruka escuchó el timbre de su departamento sonar repetidamente, estaba cansado, había estado  viajando toda la semana para  entrenamientos, sumándole a eso  los  estudios, se sentía exhausto y solo quería seguir durmiendo, caminó somnoliento hacia la puerta mientras se tallaba los ojos, ahí está el: Rin Matsuoka sonriendo cálidamente mientras sujetaba un pequeño pastel y arriba de él el numero 19.

-Felicidades Haru-  dijo mientras entraba  al departamento  y  se acerba  al pelinegro con suavidad, besó su frente y lo rodeó con sus  fuertes  brazos  -Te he extrañado-

-Yo también- Haru había olvidado completamente su  cumpleaños, pero el hecho de sentirse entre los brazos del amor  de su vida lo hacía sentir completo y feliz, cerró los ojos concentrándose el el fuerte aroma de rin, poco a poco el calor de ambos cuerpos se unificaba, creando una completa armonía entre ambos jóvenes. Rin tomó el mentón de Haru, colocó un delicado beso en los grueso labios del moreno, sintió el delgado cuerpo de Haru, metió las manos   a la playera que estaba usando el moreno y acarició la espalda sintiendo los músculos del moreno,  poco a poco bajó las manos hacia el trasero, hundió los dedos en los glúteos ocasionando un fuerte  gemido en Haruka.

-Espera Rin, Makoto nos  va a escuchar-

-Pff. Es que no aguanto, pasaron casi dos meses  desde la última vez que te ví,  quiero hacértelo, aquí y ahora- espetó Rin mientras  lo dirigía hacia el sofá que se encontraba en la sala. Makoto escuchaba todo desde su habitación, los fuertes gemidos de Haruka  hacían eco en el departamento, Makoto prefirió ponerse los audífonos y escuchar un poco de música, por menos así ignoraría un poco lo que estaba sucediendo en la sala.

     Rin estaba cansado, sobre el reposaba el moreno.

-Estuviste increíble Haru.-  el moreno se sonrojó completamente,    esos pequeños  gestos volvían loco a Rin, le  encantaba saberse el primero y único que había  disfrutado del cuerpo del moreno, le encanta saberse  dueño de  sus orgasmos , no concebía la  vida sin él, los meses que pasaba lejos de él lo atormentaban, le mataba saber que una enorme  distancia lo separaba de él.

-Rin, Gracias por venir, de verdad sentía que no podría aguantar siquiera un día más  sin ti. –

Rin no dijo nada, se acercó a los labios del moreno y los reclamó con violencia,  no podía ser más feliz en ese momento, se  abrazaron en silencio durante varios minutos, sintiendo sus latidos y el calor de ambos.

-Haru, tengo hambre, deberías de hacerme el desayuno -  dijo en tono caprichoso.

-Es mi cumpleaños y me pides cocinar?-  contestó molesto Haru. Se levantó con enfado fingido y  se colocó la ropa que momentos antes había arrancando el pelirrojo. Se lavó el rostro  y los dientes. Regresó a  la  sala, Rin estaba  profundamente desnudo “ese  idiota”  pensó  Haru mientras le  cubria el cuerpo desnudo con una  frazada. Se  puso un pequeño delantal. Preparó café y omelettes.  Makoto salió de su habitación al escuchar ruido en la cocina  hizo un gesto de desagrado al ver a Rin dormido en su sofá, vio el pequeño pastel sobre la mesa, sonrió  al ver a Haruka con el delantal puesto.

-Buenos días Haru – dijo acercándose al moreno, extendió los brazos para abrazar a Haruka, una mano en su hombro lo detuvo.

-Buenos días Makoto  - Dijo sonriendo Rin, Makoto devolvió una  sonrisa desafiante. Sirvió  3 tazas de  café y las colocó sobre la mesa. Haruka servía los 3 platos sin darle importancia a la escena.

-Hola  Rin, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos  vimos- contestó Tachibana ofreciéndole una  cálida sonrisa, Rin sabía de las  intenciones de Makoto hacia Haru,  siempre  había sido una persona  transparente que los demás podían leer sin ningún esfuerzo, bajo el argumento de “amigo de la infancia” Makoto había permanecido a lado de Haru y eso le molestaba, le molestaba que el pasara más  tiempo con Nanase, le molestaba que Makoto fuera quien lo viera  a primera  hora de la mañana y lo que definitivamente   sacaba  de sus casillas al Pelirrojo era saber que Haru cocinara para él, fuera de eso no había algo que le desagradara de Makoto, era apuesto, buena persona, buen hijo, buen amigo, un joven caballeroso y atento. Le enfermaba no encontrarle ningún defecto. Definitivamente  no bajaría la  guardia con él, a quien consideraba  su única  competencia.

-Cómo te ha ido en la universidad? -

-Mejor de lo que pensaba – dijo Makoto quien estudiaba pedagogía

- Deberíamos de ir a nadar, está perfecto el clima para ir a nadar. –  Haru lo observó interesado.

- Si – contestó  Haru inmediatamente

-Haruka Feliz cumpleaños- Dijo Makoto extendiendo su brazo para darle un pequeño regalo.

-Gracias Makoto, no te hubieras molestado –

  Desayunaron mientras hablaban de cosas  triviales, Makoto se ofreció a lavar los  trastes, la pareja ingresó a la habitación de Haru, Rin se desplomó sobre el suave colchón.

-Ahh fue un viaje largo – dijo mientras hundía el rostro en la almohada.

-No es necesario que vengas tan seguido -   dijo Haru mientras se recostaba a un lado del pelirrojo

-Sabes, me gustaría estar más  tiempo contigo, quisiera poder  despertar a  tu lado todos los días – dijo molesto Rin.

-Lo sé  y también me gustaría,  pero es  prácticamente imposible,  ya  tomaste tu decisión y  está  bien así - 

-Haru…-

-Qué?-

-Te gustaría irte a  vivir  conmigo a Australia?- Preguntó sin  mientras lo sujetaba de la  barbilla, el moreno se  estremeció, nunca había  considerado esa posibilidad, nunca había pasado por su cabeza siquiera que Rin lo amara de tal forma, contestó con un beso demandante.

-Si me gustaría- contestó con rostro totalmente enrojecido.  Sintió  como Rin se colocaba sobre él, le quitaba nuevamente la pijama, le hizo el amor desesperadamente, no había otra forma de trasmitirle ese sentimiento que desbordaba  en su cuerpo, se sentían uno mismo,  sentía que podía tocar su alma cuando hacían el amor, sentía que esos  gestos  que hacía Haru eran la puerta del mismo cielo. No dejaría que nada se interpusiera entre ellos. Quedaron cansados… el sol iluminaba perfectamente la habitación del moreno… Aún  retumbaba en su cabeza  la pregunta hecha por  Rin.  Llevaban pocos meses saliendo, había escuchado ciertos rumores en competencias de natación, se referían a Rin como “Tiburón” un pelirrojo  casanova que no dudaba en acostarse con las  chicas que le  ofrecían la ofrecían la oportunidad, siempre había hecho caso omiso a esos  rumores. Se concentraba en creer todo lo que decía el pelirrojo  y sentía  que ahora  todo tomaba su lugar, tal vez si se mudara con el tendría un mejor desempeño, pero que  tan conveniente sería compartir casa y  su vida con alguien tan competitivo como Rin,  quien  nunca cedia cuando discutían por  teléfono.. muchas interrogantes se formaban en  la mente del pelinegro, sería capaz de cruzar  el mar por él?. 

 

 Ambos chicos se ducharon juntos, entre caricias y declaraciones de amor  unían sus labios, todo parecía  tan perfecto  que no quería que  finalizara ese fin de semana jamás  se  había sentido tan completo y dichoso. Tenían en mente lo  que harían,  irían  a ver una película, comer  helado tal vez  para terminar con una cena  romántica… Rin caminaba posando un brazo sobre los hombros de  Haru, lo sujetaba posesivamente, quería que lo demás vieran que era suyo, lo presumía como si de un  trofeo se  tratara,  en  el fondo Rin sabía que Haru era el mayor logro de su vida, fueron de presa de  miradas juiciosas  mientras ingresaban al cine ,  Rin respondía a  ellas  besando lascivamente a su pareja. Haru bajaba  la mirada avergonzado

-Eres un desvergonzado – dijo en un tono bajo el moreno

-Que?, yo no tengo la  culpa de que seas  tan lindo –

- No es eso, deberías de limitar las muestras de afecto cuando estemos  en privado,  no me gusta que la  gente nos vea así. -  dijo molesto Haru, Rin solo hizo un gesto de enfado.  Entraron a la sala, verían una película de acción, estaban los anuncios publicitarios, el celular de Rin sonó, atendió  la llamada inmediatamente…

-Disculpa Haru, tardaré un momento –  en pasos apresurados el  pelirrojo salió de la sala del cine, haru  dejó lo que habían comprado sobre las  butacas  y siguió al pelirrojo hacia el  baño, se quedó escuchando sin ser notado desde el marco de la puerta.

 -“Te he dicho que no me  marques cuando esté en Japón,”- dijo el pelirrojo en un tono molesto, -“Sabias que estoy con alguien, te lo dejé  en claro, así que si tu quisiste acostarte conmigo sabiendo eso no es mi problema “–  continuó en un tono exasperado, Haru sentía que algo en él se  quebraba, su corazón tal vez?, no era  eso, era la  confianza  ciega que le  tenía al  pelirrojo,  una pequeña lágrima   rodó por  su mejilla. Rin seguía continuó hablando con “esa persona” Haru ignoró todo a su alrededor, regresó de manera autómata a la sala del cine, se  limpió las lagrimas  y respiró profundamente, minutos después llegó Rin con una  hermosa sonrisa en el rostro.

-Disculpa la  demora, estaba hablando con mi entrenador –

-No te preocupes – Haru le ofreció una  sonrisa, un gesto vacío sin  ningún sentimiento detrás de él, los  hermosos ojos azules no emitían ninguna emoción,  solo se pregunta ¿Quién era? ¿Desde cuando? No podía  evitar pensar que  lo suyo con Rin había sido un juego por parte del pelirrojo, pero de ser así, por que Rin gastaría su tiempo y dinero  viajando a Japón para verlo, por que le  hacía  largas llamadas donde le decía que lo quería y que nada lo haría mas feliz que tenerlo entre sus brazos, sabía que Rin se esforzaba, pero por qué  buscaba  a otras personas para satisfacer sus deseos sexuales, se odió por un momento, odió la distancia,  odió al mar que los separaba, lo torturó la idea de otras personas  tocando el cuerpo del pelirrojo, sintió nauseas, sentía que no era lo suficientemente, una oleada de inseguridad invadía su pecho, ¿Acaso él era lo suficientemente bueno para  Rin Matsuoka?  veía la pantalla del cine, pero en realidad solo pensaba, creaba teorías  y sacaba conclusiones, quería pensar que todo lo que rin le había dicho, era cierto, “Solo era su entrenador”. Una sonrisa sarcástica se formó en su rostro.

 

  Salieron del cine, casi no habían hablado en ese lapso, Haru parecía  perturbado, pero Rin lucia tan natural y  fresco como siempre, “¿Cuántas  veces más lo habrás hecho?” pensó Haru.

-Haru – la voz del pelirrojo lo sacó de sus pensamientos.

-disculpa, estaba pensando en unas cosas, sabes  la semana fue muy dura.- dijo justificando su nivel de distracción.

-No te preocupes Haru, si estamos  juntos no pasará nada .no? – la sonrisa de Rin era hermosa, por un momento esa brillante  y autentica  sonrisa hizo  que  Haru aparatara sus dudas, tomó de la mano al pelirrojo. Caminaron  hacia un restaurant, eligieron la  mesa más alejada, esa noche  Rin le llenó los oídos con las más dulces palabras. Pasaron la noche en un “Love hotel”

   Haru acompañó al aeropuerto a Rin, tendría que salir a medio día de Tokio para llegar a tiempo a Sídney, nuevamente el pelinegro lo vió partir “¿cuánto tiempo pasará para que  regrese?” pensó.

  Desde que Rin se marchó, Haru había entrado en una profunda depresión, parecía absorto pensando en sabrá dios cuantas cosas, Makoto como siempre estaba ahí  para confortarlo, había pasado una semana y no había  recibido siquiera un mensaje del pelirrojo y el no sería el que iniciaría la comunicación.  En un mes se llevaría a cabo una competencia importante  en Japón,  poco a poco el nombre de Haruka Nanase hacía eco en el ámbito deportivo, su talento no pasaba desapercibido antes los ojos de nadie y en más de una  ocasión había recibido ofertas importantes para su patrocinio. El día de la competencia, había llegado, se preparaba en los lockers del complejo deportivo, otros atletas  hacían estiramientos y se ponían sus trajes de baño, una platica lo sacó de sus pensamientos.

 

-Escuchaste lo del “tiburón”- Dijo un joven mayor que Haru

-Si, es un osado, vamos que subir fotos con strippers usando el uniforme es  algo audaz –

-Al parecer su acción le costará la clasificación de los  eventos de  verano -  se escuchó una tercera voz

 Haru bufaba molesto, “Rin era un imbécil” se repetía a si mismo, más determinado que  nunca salió a alberca, naturalmente el chico delfín había  ganado la  competencia, después de las  felicitaciones  y un par de  entrevistas, regresó al hotel, vió la  foto que  tenía como fondo,  un profundo sentimiento de melancolía se apoderaba de él. Marcó a  Rin.

-Rin-  dijo suspirando el pelinegro

-Haru, estás  bien?, estaba por llamarte, perdí mi celular en el vuelo a Sídney y había estado en una concentración que  duró un mes  por lo que no pude llamarte antes, Te  he extrañado-

-Rin, qué traes puesto?- Preguntó Haru mientras cerraba los ojos y acariciaba  su entrepierna.

-El uniforme deportivo  de la universidad.- contestó Rin, escuchó en el auricular la respiración entrecortada de Haru, se excitó inmediatamente. -Haru te estás  masturbando?- preguntó

-Has pensado en mi? – preguntó el moreno sin dejarse de tocar.

-Demasiado, extraño tu cuerpo, tu olor,  el gesto que haces cuando estás  llegando al orgasmo- contestó Rin en un tono por demás  seductor.

-Quisiera que estuvieras aquí en este momento  - dijo de manera entrecortada el moreno

-Quisiera ser yo quien te toca Haru  - susurró nuevamente, un fuerte gemido se escuchó, al parecer Haru había terminado.

-Perdona, te llamaré  luego- Dijo Haruka avergonzado por lo que acababa de hacer, colgó la  llamada. Inmediatamente entró una llamada de Rin

-Quien te crees para hablarme, calentarme y luego colgar – gritó Rin

-Y tú quién te crees para desaparecer un mes, ni un correo, ni un mensaje en mis redes sociales – gritó Haru molesto

-Ya  te expliqué  que sucedió Nanase – contestó Rin 

 

-Me estoy volviendo loco sin ti Rin – su mano sujetaba fuerte el celular.

- Aceptarás  mi propuesta? – preguntó más  tranquilo -Sabes que no habrá problema con respecto a tus estudios, la universidad  te recibirá con los brazos abiertos, el idioma aquí lo puedes  aprender.  -

-Está  bien ,   Pero déjame probar en las vacaciones de invierno, aún no estoy muy seguro, será un cambio cultural muy drástico. –

-Haru, creo que no podré  verte hasta entonces, los  entrenamientos cada vez son mas duros,  y  cada vez hay mas competencias, te esperaré   hasta  diciembre –

-Está  bien, no te preocupe,  también he tenido mucho trabajo, supongo que  puedo aguantar hasta  diciembre-  dijo relajado,  en un tono suave  parecido  a la resignación

-Lo siento Haru. –

  Pasaron dos meses más, eran mediados de octubre, poco a poco la  temperatura baja más  y   su aliento se  transformaba en un halo blanco cuando hablaba y exhalaba, ya  usaba más  ropa para  cubrirse del frío y los  entrenamientos se hacían bajo calefacción, estaba bien, al menos eso quería sentir, se engañaba pensándolo, solo de esa forma podía avanzar  en su relación con  Rin.  Hacía días que pese  a vivir en  el mismo departamento  que Makoto que no cruzaban palabra, más  bien no se topaban, el moreno pasaba  la  mayor parte fuera, entre entrenamientos y clases. Su día se iba como agua, al menos así no  se sometería al escrutinio de los ojos  verdes, sabía que  si Makoto  lo veía   lo suficiente lo leería tal cual libro abierto,  siempre había sido  así,  tenía  miedo de  exponerse  a que leyeran sus emociones, sentía mucha desesperación,  le mataba imaginar a Rin disfrutando con alguien más, sentía que   poco a poco  los separaba   algo más que el mar,  si tan solo se acortara la  distancia… Todo estaría bien, no? …  si el estuviera  ahí para  él, Rin no tendría la  necesidad  de estar  con alguien más, la ansiedad  lo consumía con lentitud, habían estado hablando por teléfono de  manera regular, tendiendo video llamadas, pero eso no era suficiente para captar la atención de su pareja, qué necesitaría él, Haruka Nanase para  sentir  que era  lo suficientemente  bueno para  el pelirrojo de dientes afilados? No era la primera  vez que se  lo preguntaba, habían transcurrido  mas de  tres meses con  esa inseguridad  creciendo en su pecho.

   Makoto regresaba de la  facultad, estaba cansado, usaba las  gafas de montura roja, le daban un toque de madures  e  intelectualidad a sus tiernas facciones. Atravesaba el parque, los faroles intermitentes le daban un aspecto tétrico “Makoto ya  tienes  19 años, no puedes seguir teniendo miedo”  se armó  de valor para  atravesar el parque,   a lo lejos  observó una  figura, conforme  iba  acercándose  pudo apreciar  los rasgos  familiares, era Haruka, estaba sentado, viendo hacia  la nada, las  luces de   la ciudad difuminaban el paisaje, parecían velas incandescentes, parecían pequeñas  velas en un enorme océano, pudo ver  el rostro de Haruka, no lo saludó, solo se sentó a  su  lado, ofreciéndole una  cálida sonrisa, como si esperara  a que el silencio se  rompiera, sentía el frio aire golpear  su rostro, 

-Rin me engaña – susurró Haru. Makoto no dijo nada,   sujetó la mano de su amigo  quien ahora estaba  recargado en su hombro, sintió como el moreno se  contraía en un llanto silencioso, escuchó los  sollozos a un lado suyo,  lo miró de reojo  el gesto de dolor  que se  formaba en la  cara de  Haru  lo mataba. Acarició el cabello oscuro.

 

-Haru, recuerdas cuando íbamos en sexto grado… tuve un ataque de pánico en la  piscina, cuando te conté que le  tenía miedo al agua, lo comprendiste y me  ayudaste a enfrentarlo, estuviste  a mi lado para nadar  conmigo –  el llanto de Haru no cesaba  -Solo quiero que sepas que aquí estoy contigo- la última frase  hiso eco en la  mente de Haru, se limpió los ojos empañados  y le dedicó una  ligera  sonrisa al peliverde.

 

-Iré  a donde está  él -   las palabras inundaron el silencio. Makoto arqueó una ceja. -Me  refiero  a que  me iré  a Australia, tengo que  luchar  por él. -    Makoto permaneció en silenció, sintió como si  una lanza  atravesara su torso, no emitió sonido alguno y trató que su rostro no expresara  ninguna emoción.

-Tienes  que  luchar por  lo que quieres Haru- dijo tratando de alentar al moreno. Un gesto de determinación se  gestó en el rostro de Haruka. Se le veía más  convencido que nunca. Por un momento deseó que esa determinación y  fuerza fuera por él. Haruka  había decidido darlo todo por  Rin. 

-Disculpa, necesito hacer una llamada – dijo  a  Makoto, dejándolo solo en el parque, los  faroles seguían intermitentes, el miedo poco a poco regresaba  al peliverde.

“Son las  10, supongo que allá serán las 12, espero esté despierto” pensaba  Haruka mientras  marcaba al pelirrojo. Después de 3 tonos   contestó el pelirrojo.

-Rin-

-Qué pasa cielo? – Contestó Rin. Haru se  sonrojó.

-Queria saber como estabas-

-Cansado, estoy llegando apenas  al departamento-

-Rin, iré  el primer fin de semana  de  diciembre a Sydney -  un incomodo silencio se  creó entre ambos jóvenes.  Una risa  nerviosa salió de los labios de Haru.

-Está bien, me alegra que hayas  tomado  esa decisión, prometo cuidar de ti en todo momento.- musitó. Haru sintió que sus energías se  renovaban, confiaba ciegamente que  todo estaría bien.  Las  semanas avanzaban con un ritmo vertiginoso, había tenido una competencia a nivel universitaria, se topó a Souske quien competiría  en una categoría diferente,  quedaron de cenar en los  próximos  días, le  daba  gusto a Haru ver a Souske totalmente recuperado  y  haciendo lo que  más le gustaba, sintió envidia de  el  brillo de sus  ojos, estaba perdidamente enamorado de Gou y al parecer iba muy enserio con ella, eso lo hacía  feliz.

 

   Durante  la competencia conoció a  integrantes del  equipo Australiano, un chico originario de Melbourne, se llamaba Mark, le platicó acerca del equipo universitario.

-Conoces  a Rin Matsuoka.-

-Si -  fue lo único que contestó Haru.

-Es  un japonés  muy popular,  es  muy  talentoso, en tan poco  tiempo su nombre  resuena  en Australia, lo conocí   personalmente hace unos meses, da una  impresión  fuerte, casi intimidante,  su nado es   agresivo, como si  fuera atacar- Haru escucha  fascinado  las  palabras de Mark, el lo sabía, sabía como era  el  estilo de  Rin pero  escucharlo de una tercer  persona lo hacia  fascinante,  -el único detalle es que es muy mujeriego, siempre está  al acecho, esperando el momento para atacar, otra veces  ellas  llegan hacia él, es como si  tuviera  un campo de atracción alrededor de él  y lo único que  puede  hacer uno es acercarse a él, entregare al “tiburón” de  manera  voluntaria- los  ojos de Mark brillaban cuando hablaba de  las hazañas de  Rin como si  fuera objeto de su admiración,  Haru por  su parte, comenzaba a  irritarse, se acercaba la premiación,  se  despidió de Mark. Una  medalla dorada más colgaba de su cuello.

   

Faltaban  cinco días para su vuelo a Sindney  y hacia una semana que no tenía comunicación con el pelirrojo Matsuoka, veía contantemente su celular,  había  comprado el  boleto desde  hace  3 semanas  de manera interna  llevaba un conteo con los días  restantes, se sentía  tan mal después de la última  competencia, las palabras de Mark  se   habían quedado  grabadas,  había preferido no  cuestionar  a su pareja,  seguía soportando todas  sus estupideces  por  amor,  sentía  que cada  vez quedaba  menos paciencia  y orgullo en él.  Hasta dónde lo orillaría  el pelirrojo? Hasta donde se tendría que  arrastrar para  que le diera su lugar? Los ojos de  Haru dejaron de  tener  brillo,  había noches en las  que Makoto  era  despertado por  los  sollozos del moreno, cosa que lo llenaban de frustración, le  dolía ser  testigo de  la  destrucción de  Haru,  se limitaba  a  confortarlo con  sus  brazos, “Siempre  estaré  para  ti Haru” le  decía en repetidas ocasiones como sin con ello Haru abriera  los ojos  y reconociera la  maravillosa  persona frente de él, el estrés, la  ansiedad, la  incertidumbre  aumentaba conforme  se acercaba  la  fecha  de  su  vuelo, mañana  vería  al pelirrojo y ansiaba  que  ese  sentimiento de  incertidumbre desapareciera.

 

  Preparó una maleta  con lo necesario,  pasaporte,  hizo el cambio de  moneda correspondiente en el  aeropuerto, trató de  calmarse  mientras  esperaba la  documentación, Rin seguía sin responder, serían casi 10  hrs  de vuelo largas, esperaba que  Rin leyera  los  casi  100 mensajes  y escuchara  los más de  30 mensajes de voz que le había dejado, ya había abordado, poco a  poco la  vista de la  Isla desaparecía ante sus  ojos, estaba  cruzando el enorme  mar  que lo separaba  de  Rin Matsuoka.

  Llegó a Sídney por la  tarde,  el  cielo matizaba en cálidos  colores, lo  supo al  arribar,  al  encender  su celular  vio muchos mensajes  de Makoto pidiendo que se comunicara con él en cuanto llegara, prefirió  hacerle una llamada.

-Hola -  dijo el  moreno

-Haru, cómo estuvo  el vuelo – preguntó la  cálida  voz del  otro lado.

-Estuvo bien, ya llegué, hora pasaré a la sala de espera a esperar a  Rin -  su tono de voz  denotaba  seguridad.

-Todo estará bien, no tienes de que preocuparte -  dijo Makoto, en un tono suave  como si esas palabras  no  fueran para  Haru,  como si fuera un mantra que se repetía  para   si mismo  y es que  desde  que Haru  salió un  dolor en la boca del estómago se  había hecho presente en su cuerpo.

-Gracias Makoto, te  marco nuevamente  cuando esté  con  Rin-

-Cuídate  mucho Haru  -  dijo para despedirse  el peli verde, Haru colgó la  llamada,  aún  tenía esa sensación que lo embargaba.

 

 Haru esperó,   sentí amucha  inquietud  sus ojos se  deslizaban a lo largo de  la  sala en búsqueda de alguien,  transcurría el tiempo lentamente,  cada   minuto que transcurría  era como si una   fina  aguja  penetrara su piel,  desesperación, era  lo que sentía,  así  gradualmente los  minutos se  hicieron  horas,  una..  dos..   tres  su celular  estaba  próximo a  apagarse,  como su voluntad, como sus  metas,  todos  sus  deseos  se  iban con lentitud, cerca de la media noche decidió  salir del aeropuerto,  buscó una  habitación barata  ¿Por qué  tenía que ser tan cruel  Rin? Se repetía en su interior,  ¿Por qué  haces esto? El vasto océano no le podía  dar respuestas  mucho menos  las podía encontrar,  bebió vodka hasta  donde se  cuerpo se lo permitió,  de repente el amanecer  le recordó a  Rin,  le  recordó  por qué  estaba en ese país,  en esa enorme isla, se sintió miserable, sintió que las  fuerzas le abandonaban, naúseas,  comenzó a  dar ahorcadas, apenas   y se podía  parar  estaba  totalmente ebrio,  como pudo  llegó al baño, vomitó  hasta que  el  sabor amargo  invadía su  boca, ¿Así sabía  el amor  de Rin? Era acaso su destino a  probar  las  hieles  del  pelirrojo, lo despreció  infinitamente,  le  faltaban  palabras en su vocabulario para  maldecirlo,   por  mucho fuera el amor que le  tenía,  por muy intenso  fueran  los  sentimientos hacia esa persona, ya no estaba  dispuesto a  seguirlo, había llegado  ahora  a  un punto  donde  lo único que  tenía que  hacer  era  subir ascender  de ese terrible infierno donde   se  encontraba  sumergido, se quitó el collar  que  el  pelirrojo le  había  dado de  cumpleaños, guardó el pequeño dije en forma de tiburón que pendía de  su cuello.  Su persona,  orgullo  y temple  habían  sido mancillados  por  Rin Matsuoka. No  volvería  a  dejarse caer nuevamente.

 

    

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 Creo que  es el  capitulo que más  he  disfrutado escribir hasta  ahora, agradezco  enormemente  a las personas que  han leído el  fanfic,  agradezco sus  reviews.  Les  mando un  abrazo enorme!!! 


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