Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

drabbles/oneshots ; Vhope por Yixing_unicorn

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Mañana gris, ciudades grises, edificios grises, calles grises, lluvias grises. Todo resultaba ser gris.

 

Automóviles dirigiéndose a su destino, personas sosteniendo sus paraguas como si su vida dependiera de ello, ocultando sus problemas tras una sonrisa que resultaba ser dolorosa de ver. El ambiente infectado de paraguas con un color apagado daba una sensación de vacío de esas que hacía ver a uno mismo más miserable de lo que ya se encontraba. Siguiendo la misma rutina una y otra vez, sin importar que la lluvia sea un pequeño obstáculo para su mañana.

 

Pero en un día lluvioso no todo resultaba ser tan apagado, tal vez, en alguna parte del mundo se encontraba una persona inhalando el aroma de la lluvia con un sentimiento real. Como también, no todo estaba pintado de un color negro, sino, incluso se encontraba alguien con una sonrisa deslumbrante acompañado de un paraguas color rojo, siendo distinto a los demás. O tal vez, en aquella mañana era donde centenares de personas se encontraban por empezar su historia de amor. 

 

 

 

Taehyung era una persona normal como todos los demás. Tenía una familia trabajadora a la cual respetaba bastante. Su madre era la típica mamá que defendía al hijo a toda costa de su padre. No es que Taehyung se llevaba mal con su padre, sino que en algunas ocasiones resultaba ser más estricto, pero sobre toda las cosas Taehyung lo amaba. En sus veintiún años de vida, se propuso a salir de casa, con un corazón roto al observar las lágrimas de su madre cuando la noticia fue anunciada; que quería conocer el mundo por sí mismo. Aunque todo esto implicaría en algún momento superar obstáculos dolorosos, pero para él, nada era imposible sino lo intentaba. Varios días luego de acomodarse en un lugar que resultó ser más pequeño que su cuarto, pero extrañamente desprendía una sensación de que por fin se encontraba en casa. Intento tras intento logró encontrar un trabajo, aunque la paga resultaba ser tan triste cada vez que llegaba el último día de trabajo, y regresaba a casa con bolsas, y sin olvidar un bolsillo vacío. Pero a todo esto tenía la sensación que su vida necesitaba emoción, algo por el cual despertar cada mañana con una excusa por el cual sonreír y tal vez vivir. No obstante, de un día para otro su vida rutinaria se había vuelto monótona. Haciendo lo mismo que odiaba de sus padres. Despertando cada mañana sin vida, dirigiéndose al baño medio dormido, saludándose en el espejo a sí mismo, tomando una ducha con la compañía de la melodía de la lluvia tocando la tierra. Después de todo, resultaba ser como todos los demás. 

 

—¿Un día complicado? —preguntó una voz rasposa y a la vez curiosa al observarle caminar tan decaído en una mañana que todavía no comenzaba del todo.

 

Alzó la vista para encontrarse con una persona de edad avanzada (diría de unos 50 a 60 años) encontrándose semiacostado en aquel suelo para una mañana tan fría. Por lo que veía era una persona sin hogar o eso daba a entender al encontrarse sucio, con poco abrigo y un pequeño sombrero con algunas monedas depositado a un lado de él.

 

—Sí —confirmó, pero en aquel momento no tenía derecho en quejarse siendo que tenía todo lo que aquel anciano carecía.

 

—Ya sabes, todo se soluciona con una sonrisa —espetó el anciano al observarle directamente a los ojos. —Trata de hacerlo —incito al más joven.

 

No obstante al pasar varios segundos Taehyung hizo lo que el anciano le había pedido. Sonrió de manera amable y real. Escuchando un suave ''Ves, te lo dije''  sin saber por qué, repentinamente sintió que algo muy dentro de él se oprimía. Ignorando, se inclino hasta quedar a la altura de aquel anciano y habló:

 

—¿No tienes frío? —Aunque en ese momento sonaba muy tonto preguntar eso, ya que hacía tan frío y cualquier transeúnte que pasara por aquel lado observaría recorrer un ligero temblor por aquel cuerpo tan arrugado por los años de vida que había sido testigo. 

 

—No —mintió.

 

A continuación sin importar las quejas del anciano se quitó suavemente el enorme abrigo que lo protegía de aquella fría  mañana. Extendiéndole amablemente, para luego ser tomado por un dueño con más experiencia.

 

 —¡Gracias! —exclamó el anciano, una vez puesto el abrigo. —Algún día te lo pagaré.

 

—No es nada —dijo luego de haber depositado algunas monedas en aquel sombrero. Parándose sin olvidar de sonreír antes de entrar a su lugar de trabajo.

 

 

—¿Estás bien? —preguntó Namjoon luego de haber observado que traía puesto sólo una prenda ligera.

 

—Por supuesto —afirmó, dirigiéndose a la parte de atrás, poniéndose un delantal que se ajustaba perfectamente a su delgado cuerpo.

 

—¿Entonces por qué sólo traes una remera puesta con este frió? —insistió Namjoon, al no obtener la respuesta que había esperado.

 

—¡Oh, lo olvidé! —mintió al igual que el anciano había hecho con él.

 

—Eres tan raro —murmuró Namjoon, luego de haber dejado a Taehyung con una sonrisa.

 

Namjoon era dueño de aquel restaurante donde se encontraba en ese mismo instante. Luego de haber buscado por tanto tiempo un lugar donde trabajar y siendo rechazado la mayoría de las veces, un día dirigiéndose a casa vio que necesitaban un ayudante en aquel sitio. Taehyung pensó que debía probar una vez más, ya que tampoco tenía nada que perder en aquel entonces. Y así es como en ese mismo momento se dirigía a limpiar las mesas antes que aquel lugar abriera sus puertas. Aunque Namjoon no era de esas clases de personas en donde era dueño de un restaurante (que se encontraba decorado de un color patéticamente tonto. Cortesía de su novio Seok Jin) Sino, más bien daba aire de trabajar en una empresa, vistiendo formalmente, pero el mayor le había dicho que no estaba hecho para recibir órdenes de jefes malhumorados. Para Taehyung resultó gracioso, ya que él recibía órdenes, pero por alguna razón agradeció de no haber lidiado nunca con un Namjoon malhumorado.

 

Luego de haber terminado de limpiar Namjoon abrió en la hora exacta de todos los días, siendo recibido por el ruido de la cuidad. El primer cliente había llegado, tomando asiento en medio de aquel lugar, Taehyung amablemente le brindó una sonrisa tomando su orden.

 

Pasando las horas fueron llegando más y más clientes. Taehyung hábilmente se deslizaba con aquellas bandejas siendo dirigida a sus respectivos dueños, tomando órdenes, limpiando y cobrando. Se mantuvo la mayor parte de la mañana y tarde en aquel ritmo.

 

Retirándose el último cliente observó que ya había entrado el sol y que era hora de dirigirse a casa.

 

—Estoy tan agotado. En este momento cualquier silla se ve cómoda para dormir —dijo Namjoon, con una sonrisa cansadora. —Sin Jin todo es más difícil —señaló todo el lugar, dando a entender a lo que se refería.

 

—¿Cómo se encuentra? —preguntó, luego de haberse sentido un poco desconsiderado por no haberlo hecho antes, pero tampoco es como si hubiera tenido tiempo para hacerlo.

 

—¡Está mejor! Ya no tiene fiebre —con cierta alegría continuó. —Ya sabes, quería asegurarme que descansara más y lo tuve que convencer para que quedara en casa.

 

Taehyung sólo sonrió ante las escenas que Namjoon había hecho, pensó que debió haber sufrido mucho, ya que Seok Jin no era fácil de convencer. Con cierta gracia toco el hombro del mayor dándole a tender que lo comprendía. Sin más, se despidió para luego desaparecer por aquella puerta. De todos modos, aquel día resultó ser horriblemente cansador.

 

 

*                                                                  

 

Como era de esperarse al día siguiente Jin se encontraba con una sonrisa deslumbrante recibiéndole en la cocina, como si nada hubiera pasado.

 

—¿Pensaron que iban a deshacerse de mí fácilmente? —dijo, señalando con su espátula a ambas personas, que absolutamente no sintieron amenaza alguna al ver sonreír al mayor de aquella manera.

 

—Definitivamente no pude hacer nada para que se quedara en casa. 

 

—Ya sé lo terco que a veces puede llegar a ser.

 

—¿¡Oigan, sigo aquí!? —Un Seok Jin fingiendo ser ofendido había reclamado. 

 

Taehyung se dirigió al baño para cambiarse, dejando a ambas parejas discutiendo tontamente sin ninguna razón. En definitiva, no recuerda cómo se había hecho cercano con ambos, sintiendo alguna confianza que tampoco resulta saber de dónde había provenido. Pero Seok Jin lo hacía recordar a su madre, a veces dándole alguno que otros consejos cuando no sabía qué hacer exactamente. Ambos resultaron ser como unos padres para él, agradecía que a lo largo del trayecto que había salido de su casa, había encontrado personas buenas, aunque tampoco conocía a tantas para ser preciso, pero las pocas resultaron ser un apoyo reconfortante para él.

 

Pasando los días Taehyung siempre se mantenía limpiado todas las mesas dejándolo tan limpia que estaba seguro que podía ver su rostro dibujado en el. Otras tomando la orden de los clientes que se adentraban, algunos siendo caras nuevas a los ojos de Taehyung, pero la mayoría de los que se encontraban en aquel lugar había visto más de una vez. En otras ocasiones ayudaba a Seok Jin en la cocina, aunque el mayor se oponía porque con lo que Taehyung hacía fuera de la cocina era más que suficiente, pero como Taehyung era tan terco al igual que él, se daba por vencido y lo dejaba que lo ayudara.

 

Una mañana, igual de fría como todas las demás Namjoon había descubierto algo del menor. Algo que inesperadamente resultó ser agradable. Y era que, Taehyung haciendo sus quehaceres como todos los días, se encontraba susurrando una melodía; que al acercarse cada vez más, dejaba de ser un susurro. Para ser honesto, Namjoon nunca había esperado que Taehyung cantara tan maravillosamente bien, se preguntaba por qué había ocultado por tanto tiempo aquello.

 

—¡Hombre, cantas de maravilla! —afirmó Namjoon, al encontrarse frente al menor y sin haber ocultado su emoción había aplaudido.

 

Taehyung un tanto desconcertado abrió la boca sin poder decir nada, viéndose más estúpido de lo que ya se encontraba en aquel momento.

 

—¿¡Me estabas espiando!? —Taehyung lo acusó como un niño pequeño

 

Seok Jin al observar aquella escena salió del lugar donde se encontraba observando a ambas personas. Sin poder resistirse, llevó la mano derecha al cabello del menor para luego ser alborotados.

 

—Eres lindo.

 

—¿Por qué no nos habías dicho que cantabas?

 

—No es como si lo hiciera bien.

 

—¿¡Qué, me estás jodiendo!? —exclamó Namjoon, pero varios segundos después fue regañado por su novio. —Lo siento, pero no ves lo jodidamente bien que lo haces.

 

A lo que Seok Jin afirmó con un movimiento de cabeza, pero como Taehyung se encontraba con la cabeza baja no lo vio, entonces, dijo un fuerte sí para que el mencionado lo escuchara. Taehyung había dicho que dejaran de decir cosas que lo avergonzaban para luego excusarse, e ir a limpiar mesas que se encontraban completamente brillantes.

 

Repentinamente Taehyung no entiende por qué se había puesto tímido, tal vez por recibir tantos elogios en menos de una hora. Para ser honesto Taehyung sí pensaba que cantaba algo bien, pero sentía que le faltaba bastante por aprender.

 

Luego de aquel accidente, Namjoon había insistido por varios días para que Taehyung cantara en el restaurante, que él se encargaría de conseguir un micrófono y luego Taehyung tendría la responsabilidad de hacer aquel lugar más agradable y confortante. A Taehyung le resultaba que Namjoon de un momento a otro se había vuelto loco al proponerle semejante cosa. Qué pasaría si Taehyung olvidaba las letras y los clientes lo insultaban, no estaría preparado para recibir críticas tan pronto. Pero como se trababa de Namjoon y no se daba por vencido tan pronto, en ocasiones o mejor dicho, cada vez que lo veía se aseguraba de que Taehyung no olvidara de pensar en la propuesta, ya que tampoco había rechazado del todo.

 

En definitiva Taehyung no sabía cómo había aceptado. En ese momento se encontraba con un micrófono agarradas por sus temblorosas manos por miedo al rechazo, pero luego observaba a ambas parejas alentándolo a que se animara a hacerlo de una vez. Y sin pensar decidió hacerlo; carraspeó, recibiendo algunas que otra atención de personas que se encontraban ocupadas conversando con amigos, familiares o sólo absorto en comer. 

 

Afirmó con la cabeza hacía la dirección que se encontraba Namjoon y varios segundos de silencio el lugar fue cubierto por una melodía suave. Observando sus zapatos cantó las primeras líneas sin haber levantado la cabeza, pasando los minutos fue tomando más confianza y observó a las personas que se encontraban en aquel lugar, obteniendo la atención de todos, sintió que su corazón cada vez iba acelerando más y más. Al terminar de cantar no esperó aquella reacción, a lo que realmente se vio sorprendido.

 

—¡Lo hiciste estupendo! —ambas parejas habían dicho al unísono, ganando una sonrisa de Taehyung.

 

—Gracias —agradeció con una sonrisa.  —Se siente bien —dijo, luego de extenderle el micrófono a Namjoon. El contrario sólo se mantuvo sonriendo y dándole golpes suaves en el hombro.

 

Una, dos, tres veces después de haber cantado había ganado cada vez más confianza. Taehyung pensaba que por unos minutos hasta que terminara de cantar hacía olvidar sus problemas por unos momentos a aquellos clientes que se encontraban en aquel sitio, o tal vez, estaba siendo un poco codicioso.

 

No obstante, nuevamente se encontraba de pie frente a personas que en ocasiones había intercambiado algunas que otras palabras. Como todas las tardes cuando se encontraba con algo de tiempo se ponía a cantar, y esta no era unas de las excepciones. Nerviosamente tomó una bocanada de aire para tranquilizarse y cantó, cerró los ojos para tratar de transmitir todo aquello que sentía en aquel instante, pero de un momento a otro algo había cambiado aquella mañana, y era que; al dirigir su mirada al nuevo cliente que había entrado buscando un sitio en donde poder sentarse, y sin haberle echado una mirada cuando sus hombros prácticamente fueron rozados por milisegundos. Se preguntaba por qué se había sentido triste por aquella acción del intruso.

 

Taehyung hasta no haber terminado de cantar no apartó la mirada por el nuevo cliente. Había observado que era unos centímetros más pequeño que él, un cabello que a simple vista se veía tan suave y eso confirmaba cada vez que bajaba el rostro y los mechones caían con facilidad, una barbilla puntiaguda, una nariz y labios que a los ojos de él resultaba ser encantador. Todo lo que hacía aquel hombre era transmitir un aura varonil. Al terminar de cantar echó un último vistazo al extraño antes de dirigirse nuevamente a hacer algo que lo distrajese de aquel cosquilleo que sentía en el estomago.

 

Para mala suerte suya o mejor dicho suerte, sí,  porque estaba seguro que arruinaría todo si se acercaba a aquella persona. Namjoon se había dirigido al nuevo cliente, extendiendo amablemente la libreta donde se encontraba los menús. Esperando con tranquilidad a que eligiera algo de comer, pero a Taehyung le había molestado que aquel extraño sólo había señalado la orden que quería, sin alzar la mirada a la persona que se encontraba al lado suyo, repentinamente le resultó ser de esas personas sin modales. Bufó a lo que había observado una vez que Namjoon se dirigió a la cocina para que Seok Jin se encargara del resto. Minutos después Namjoon había aparecido nuevamente con la orden en mano a lo que sea que haya pedido aquella persona sin modales. 

 

Pasando las horas cada vez quedaban mesas vacías, pero aquel hombre seguía con la mirada baja, leyendo un libro que Taehyung no se había percatado. Tal vez aquella lectura lo tenía tan sumido al punto que no se enteraba lo que ocurría a su alrededor.

 

—Creo que ya es hora de cerrar —indicó Namjoon. —Deberías ir a decir a aquel cliente que ya cerraremos.

 

Taehyung puso los ojos en blanco negando a toda costa que no iría a aquella mesa, pero luego una mirada amenazante se había apoderado de Namjoon que  lo hizo temblar porque, un Namjoon enojado no estaba dispuesto o preparado a conocer, no aún. Lentamente se dirigió a la mesa de aquel hombre y al estar completamente frente a él esperaba que se percatara que en aquel momento un intruso había interrumpido su espacio personal.

 

—Disculpe —hablo, varios intentos después de que había tosido falsamente para llamar su atención, pero extrañamente aquel hombre seguía con la mirada enfocada en aquel libro.

 

Entonces, sin pensar tocó el hombro de aquel extraño, el cual había dado un brinco por el repentino contacto. Taehyung se limitó a sonreír y continúo:

 

—Lo siento, pero ya debemos cerrar. Como se da cuenta ya no quedan clientes —señaló con una sonrisa cortes todo el lugar.

 

El extraño observó a donde se dirigían los dedos de Taehyung y rápidamente se paró de su asiento acomodando apresuradamente en su bolsa las pertenencias que se encontraban esparcidas. Taehyung sonrió por el repentino nerviosismo del desconocido, su acción por alguna razón le resultaba tierna. Al acabar de recoger sus pertenencias, volteo hacía Taehyung y con un asentimiento desapareció por aquella puerta, por el cual Taehyung anhelaría que vuelva a entrar nuevamente.

 

 

 

En primer lugar Taehyung al siguiente día no se esperaba para nada volver a ver a aquel hombre nuevamente adentrándose sigilosamente al restaurante, buscado con la vista un lugar, para dirigirse de nuevo a su lado, sin echar un vistazo a lo que se encontraba haciendo. Taehyung con el corazón acelerado, sin importar que el extraño lo haya ignorado continúo cantando, tan suave como se lo pedía la melodía, sin importar la razón, se encontraba de alguna manera feliz.

 

Pero cada vez que pasaban los días aquel extraño siempre volvía, sin dirigirle la mirada, y sobretodo observar a su alrededor. Siempre manteniendo la vista ocupada en aquel libro. Era todo tan rutinario que Taehyung estaba seguro que se había memorizado todos los pocos movimientos que aquel desconocido se dedicaba hacer en todas las tardes.

 

Nunca había conocido a alguien comportarse de aquella manera, o no es como si Taehyung conociera a aquel hombre para ser exacto. En algunas que otras ocasiones Taehyung con una cafetera (o cualquier objeto que le sirviera como excusa para acercarse) se dirigía en dirección donde se encontraba sentado aquel hombre, pero sus miedos y sus dudas hacían nuevamente acto de presencia, haciéndole deshacer de aquella idea tan descabellada.

 

De un día para otro Taehyung había empezado a escribir canciones de amor, escribiendo cada sentimiento que había empezado a sentir por aquel hombre desde el momento que había ingresado por aquella puerta. Para Taehyung, no se trata solo de cantar la canción correcta, sino, es acerca de cantársela a la persona correcta.

 

Los intentos iban fracasando al pasar los días, sintiéndose frustrado y triste a la vez de no poder ganar la atención de aquel hombre que había robado su corazón. Ambas parejas habían observado todo aquello que Taehyung había hecho las últimas semanas, a veces, era Namjoon quien se acercaba al menor con una sonrisa de esas que hacían presencia sus hoyuelos, acompañado con suaves palmadas en el hombro. En otras ocasiones era Seok Jin, pero de una manera distinta a la de Namjoon, y era entablando una conversación. De todos modos ambos resultaron ser un apoyo para el menor.

 

 

Aquella mañana del viernes había llegado más rápido de lo que Taehyung esperaba. Cerrando los ojos en ocasiones y con un suspiro se dirigía nuevamente al trabajo.

 

Las nubes se habían puesto de un color gris claro y Taehyung estaba seguro que coincidía perfectamente con su estado de ánimo. Con una sensación de vacío Taehyung piensa que, tal vez debería darse por vencido con aquel extraño. Aquel ambiente había hecho que sus emociones fluyan de manera negativa. Pero a continuación antes de entrar al trabajo había observado que aquel anciano con el que había hablado semanas atrás, se encontraba nuevamente en el mismo sitio, pero había algo diferente y era que llevaba puesto aquel abrigo. Sonrió, porque aquel anciano lo había cuidado más de lo que él lo había hecho.

 

—Pensé que ya no te volvería a ver —murmuro, luego de haber quedado a la altura del anciano.

 

—Por alguna razón sentí que alguien me necesitaba.

 

—¿Ah, sí? Pues yo te necesito adentro por un momento —confirmó Taehyung, parándose para jalar con suavidad al anciano y ayudar a que se parara. El de edad avanzada sin ninguna resistencia se había levantado y había sido dirigido por unos brazos cálidos a un lugar mejor.

 

—Quédate aquí.

 

Indicó Taehyung, al adentrarse a la cocina por varios minutos para luego salir con comida que fueron depositadas frente a la persona correcta.

 

—Me comentaron que había ordenado. Perdón por la tardanza y espero que disfrute de su comida —espetó, luego de retirarse del lugar para dirigirse a cantar. El anciano lo había observado con una mirada triste al no poder creer que seguían habiendo personas (o ángeles a los ojos de aquel anciano) buenas en este mundo. Desde una distancia Taehyung señaló con la mano para que el anciano se dedicara a comer, y sin replica lo hizo.

 

Al cantar la primera línea de la canción que había escrito con anterioridad, aquel extraño nuevamente había hecho presencia, dirigiéndose a un lugar vacío en donde poder relajarse. Sin quitar la mirada de él había cantado de nuevo para aquel extraño y, como todos los días había sido ignorado un día más. Con un corazón roto entono la última melodía.

 

El anciano luego de haber acabado, agradeció a Taehyung más de lo que había pensado. Le había dicho que no se preocupara y que cada vez que sintiera hambre lo buscara.

 

Desde las afueras aquel anciano, quien las mayoría de las personas menospreciaban, por el simple hecho de su forma de vestir; observaba atentamente desde el ventanal, como dos personas, totalmente opuestas, estaban a punto de comenzar su historia de amor. Y que brevemente debería retirarse de nuevo a otra ciudad. Ya que, millones de historias de amor aguardaban por él.

 

Taehyung quien sumido en sus pensamientos había vuelto a la realidad cuando Namjoon se había acercado a él para mencionarle que hoy se retiraría temprano porque tenía asuntos que atender. Taehyung le había dicho que no se preocupara y que él se encargaría de todo. Agradeciendo con un apretón de manos se retiro. Al entrar el sol casi por completo, Taehyung se había girado para ser tomado por una sorpresa que le había hecho quedar como un tonto la mayor parte del tiempo transcurrido. Y, no era nada menos que, aquel desconocido (por el cual anhelaba llamarlo por su nombre) estaba con un chico, diría unos años más joven que aquel pelinegro, pero eso no importaba en aquel momento. La manera de conversar de ambos, había despertado cierta curiosidad en él. Que cada vez que se iba acercando más, observaba la manera especial de ambos en hablar. Notablemente, era a base de señas. Eso confirmaba un Taehyung tratando de obtener la atención de una persona sorda.

 

Sin embargo la sordera de aquel hombre para Taehyung no fue un impedimento para el anhelo y el deseo de querer aún más permanecer a su lado.

 

Días dedicándose a estudiar el lenguaje de señas. Taehyung estaba totalmente seguro que esto era más difícil que aquellos ejercicios de matemáticas que hacía en la escuela cuando era más joven. Le había tomado más de dos semanas para aprender lo más básico, porque vamos, Taehyung tampoco se le daba bien el estudio. A veces, cuando el agotamiento se apodera de su cuerpo, quedaba dormido sin importar cuantas tazas de café había tomado para permanecer despierto.

 

No es como que ambas parejas se negarían a ayudar a Taehyung luego de haber terminado de contar el plan perfecto para la persona perfecta en aquella tarde.

 

Pánico, agobio, repudio. Taehyung estaba experimentando todo aquello en tan sólo minutos, posteriormente después de que las luces fueron apagadas, gracias a Namjoon. Y ahí fue que, aquel de cabellera negra, había elevado su vista. Buscando la causa de lo que estaba sucediendo. 

 

Entonces Taehyung comprendió todo, cuando ambas miradas se cruzaron. Creyó escuchar su corazón palpitar de forma descontrolada cuando la primera melodía acompañada de su voz suave fue inundada en aquel lugar. Y en aquella ocasión, la persona que no apartaba la vista no era él, sino, aquel extraño.

 

 

Algo sucedió por primera vez muy dentro de mí

Porque la posibilidad de que tu sintieras lo mismo por mi

Es muy grande...

 

 

Era unas de las canciones que Taehyung había escrito durante las últimas semanas. Pero había algo diferente en ese instante. La manera en la cual el pelinegro observaba cada movimiento de Taehyung. Que al par que iba cantando hacía señas acorde a lo que decía la canción.

 

 

Me tienes tan hipnotizado, tan fascinado

¿Retienes el aire cuando te miro?

¿Lo retienes al igual que yo?

 

 

Aquellos ojos que acarician al mirar habían asentido a la pregunta no tan intencional que había hecho.

 

Sonrió.

 

 

Mira, esta es una oportunidad que debemos tomar,

Porque yo creo que podemos hacer que esto sea algo que dure,

Para siempre.

 

 

Una vez que terminó de cantar, fue aplaudido por las personas que se encontraban en aquel sitio.

 

A continuación el pelinegro había hecho una seña para que Taehyung se acercara a su mesa. Taehyung no se negó, y se dirigió a pasos lentos. Con timidez se sentó y observó al chico que antes era algo imposible estar tan cerca de él.

 

Con nerviosismo había levantado su mano a la altura de su frente, en forma de un cinco; con la palma abierta y los dedos juntos. Taehyung había dicho un Hola. El hombre había imitado lo mismo que Taehyung, regalándole una sonrisa que podría alumbrar sus noches de soledad.

 

—Soy Taehyung —espetó cada palabra lentamente, sin olvidar de ir acompañado con señas para que la persona frente a él lo entendiera. 

 

El extraño que pasó de ser un extraño al mencionar su nombre con las manos, cosa que para Taehyung fue un poco difícil de comprender, después de varios intentos de aquel hombre.

 

—Hoseok — repitió, sintiendo como aquel nombre raspaba su garganta dejándola seca. 

 

La persona mencionada sonrió, haciendo notar casi todos aquellos dientes que se encontraban notablemente sanos y totalmente era la sonrisa más contagiosa que Taehyung había visto (sin olvidar que era la más hermosa)

 

Luego de segundos Hoseok había acercado sus manos y con algo de sonrojo, Taehyung se sostuvo de aquellas suaves manos. A su lado Hoseok lo observaba divertido.

 

 

Todos queremos ser amado y todos queremos enamorarnos. Pero, ¿realmente creemos que vamos a encontrar el amor?

Es curioso, lo que el mundo realmente ama, es una historia de amor. Por eso yo las colecciono, Vean a Taehyung, podrá lucir como un simple mesero, pero canta como un ángel.

Suerte, destino ¿quién sabe? Pero cuando encuentras a esa persona que realmente escucha tu corazón no tiene precio.

 

Notas finales:

-Estaba viendo un vídeo y de la nada pensé en el vhope, al parecer no puedo escribir otra cosa que no sea el vhope, aunque disfrute escribiendo el namjin (soló si entrecierran los ojos podrán ver algo de namjin xd) 

-Perdonen si no tiene ningún sentido. Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).