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WELCOME TO THE JUNGLE por Aya Chwan

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Notas del capitulo:

No soy buena escribiendo lemon. Se me hace casi imposible ;-;

Espero no decepcionar con esta segunda parte xd Disculpen cualquier error c:

Desde ya, gracias por leer :DD 

 

¿Así que dices que tengo una graciosa cara? No tengo preocupaciones

 

Un suave aroma a panqueques le inundaron las fosas nasales. Miel y fresas frescas.

Abrió los ojos y la luz le golpeo las retinas como si estuviera viendo directo al sol. La cabeza le estaba matando, le urgían unas aspirinas. Se escondió bajo las sabanas pensando en lo extraño que era el hecho de no recordar cómo había vuelto a casa. Si, era verdad ¿Cómo había vuelto?

Lentamente comenzó a enumerar los hechos, Luffy no sabía conducir y él estaba ebrio, no recodaba la reprimenda de Cora-san por llegar tarde tampoco. Algo extraño pasaba.

Se sentó sobre la cama y se llevó una mano hasta la cabeza, demonios, como dolía. Miro el suelo, un extraño piso de madera pulida y un par de zapatos que no eran suyos. Asustado, echó un vistazo a la habitación en la que se encontraba, obviamente no era la suya.

No tenía idea de donde estaba “Mierda”. La brisilla helada se coló por la ventana y un leve escalofrío le recorrió la espalda.

Ahí noto dos detalles muy importantes, de los cuales no se había percatado. El primero; estaba vistiendo solamente paños menores y el segundo, sus boxers estaban semi-húmedos. La retahíla de maldiciones que inundaron su mente le causaron punzadas en esta.

“Maldito mugiwara-ya y su estúpido novio secreto” seguramente alguien se había aprovechado de su estado de embriaguez y le había contagiado el sífilis. Vale, demasiada paranoia para ser Trafalgar Law, hasta él mismo se asustó de su estupidez repentina. El alcohol definitivamente era su enemigo

Una puerta se abrió y dejo ver a un sujeto pelirrojo, el mismo de la noche anterior. Llevaba un vaso con algún líquido y en la otra mano un plato con tres panqueques

-Tu…- siseo de manera acusadora.

-Sí, ¿a quién esperabas? ¿A la reina Isabel?- vaya amabilidad, pensó Trafalgar –Te traje el desayuno, jugo de naranja y…-puso el plato en la cama, muy cerca del moreno y del bolsillo de su pantalón saco algo-…Una aspirina para la resaca- le miró aun con desconfianza. Bueno, si se había acostado con ese tipo no era tan malo como imaginaba

-¿Dónde está mugiwara-ya?- Kid se sintió un poco atacado, los ojos color plata de ese sujeto, ya no tenían el brillo de la noche anterior. Ahora se veían más muertos y crueles.

-Esta abajo desayunando- le tendió el vaso y después de una inspección al paquete con la pastilla que le había dado el pelirrojo, la saco y se la tomo.

-¿Dónde estamos?- continuó con el interrogatorio.

-En mi casa… ¿No lo recuerdas?- le respondió algo contrariado.

-No me acuerdo de nada- tras unos segundo de silencio, Law pareció reaccionar -¿Acaso tu y yo hicimos algo? Más te vale no tener alguna enfermedad contagiosa porque te juro que te castrare aquí mismo-

-Vaya malagradecido resultaste ser- escupió Kid con resentimiento –Contigo ebrio, el enano no tenía manera de regresar. Los traje a mi casa para que pasaran la noche- sin estar seguro de continuar, agregó –Y si hicimos algo, pero no lo que tú crees- “o algo así”

~u~

Se aseguró de que Luffy tuviera bien puesto el cinturón, revisó sus bolsillos y todo listo para regresar a casa.

Kid se asomó al asiento del piloto y se recargó en la ventanilla

-Ya revise el agua y todo está bien-

-¿Cuánto te debo?- alcanzó su billetera de la guantera y saco algunos billetes.

-¿eh? No, no es nada. Todo quedó pagado ayer- sonrió malicioso ante el rostro atónito de Law- Que Luffy te cuente por el camino- este dio un respingo al escuchar su nombre.

-Claro y…gracias Eustass-ya- Kid se apartó y los vio alejarse. Luego entro al bar a colocar el letrero de abierto.

El camino se tornó bastante silencioso. Luffy tarareaba una canción que por algún motivo inquietaba al conductor, era ese raro presentimiento de estar olvidando algo muy importante.

 

“-Come on feel the noise

Girls rock your boys

We’ll get  wild, wild, wild-“

 

La melodía venía desde su móvil. Law freno de manera brusca asustando a Luffy. Volvió la mirada a su acompañante. Estaba molesto, en sus ojos se notaba aquella chispa de rabia; ahora lo recordaba todo.

 

Jadeos y gemidos ahogados. Todo eso se lo quedaba él, con lo egoísta que era. Lo empotro contra la pared de la habitación y sus ansiosas manos comenzaron a recorrerle el cuerpo completo, el moreno se limitaba a enredar sus dedos en aquellas largas hebras rojizas y jalárselas por detrás de la cabeza. Se restregaban el uno contra el otro, sin usar sus manos, sus hombrías se apretaban una contra la otra.

Kid hacía movimientos circulares con su cadera, buscando aumentar la fricción. Law bajo sus manos hasta el trasero del pelirrojo y lo presiono con fuerza. Lo necesitaba más cerca,

La competencia de besos se prolongó, insistían en robarse el aliento mutuamente. Kid bajo hasta el cuello y ahí comenzó a lamer despacio sin detener el movimiento de su parte baja, dejando escapar leves suspiros cada que Law le daba pequeños apretones a sus glúteos.

Al sentir su parte más sensible siendo atacada comenzó a moverse también, la excitación lo estaba desquiciando. Regresó sus manos a los cabellos del otro y se los halo con más fuerza de la necesaria recibiendo a cambio un gruñido y una mordida.

Era su turno y no se quedaría sin hacerse respetar,  volvió a jalarle los cabellos obligándole que levantara la cabeza. Ante la mirada turbia y enfurecida del taheño, le empujó unos pasos hacia atrás hasta que la espalda de este impactó contra una encimera de madera.

Sin aviso alguno, metió su mano en los pantalones de Kid y ante la protesta de este, le cazó los labios en un fogoso beso. Lo tocaba descaradamente y de cuando en cuando pensaba en lo que se sentiría ser fuertemente cogido con ese pene pero era imposible que entrara por su virgen entrada, era monstruosa igual a su dueño.

El contrario pareció leer sus pensamientos. Dos podían jugar ese juego. De un rápido movimiento, le cogió las manos y lo cambió de lugar consigo mismo, puso sus muñecas por sobre su cabeza y con la mano libre comenzó a tocarle por encima de la ropa.

Sonrió mientras el aliento de Law le golpeaba el rostro. Un ligero rubor le adornaba las mejías y sus ojos plateados estaban entrecerrados, perdidos en el mar de emociones.

“¿Lo disfrutas Trafalgar?” el aludido en cuestión no respondió, era cierto que solo lo tocaba superficialmente pero vaya que lo ponía a tono. Se retorcía, deseaba poder prenderse de su espalda pero Kid no le soltaba las muñecas y eso lo estaba torturando.

Luego de un rato de juego, ambos estaban demasiado cachondos como para soportarlo por más tiempo. No tardaron demasiado en estar solo con la ropa interior puesta, el resto de las prendas estaban desperdigadas por la habitación.

El pelirrojo presionaba su glande en la entrada del menor, como deseaba metérsela hasta el fondo. Los boxers de ambos estaban húmedos.

Kid le obligo a darse la vuelta y lo atrapo entre su amplio pecho y la pared. Metió su pene entre las piernas del moreno y fingió embestirlo. Law apretó un poco los muslos y el pelirrojo aumento el ritmo. Trafalgar ya no podía con la ola de placer que le nublaba los sentidos, el pene de Kid chocaba contra sus testículos y el falo propio se friccionaba contra la pared.

El pelirrojo aprovecho la oportunidad para morderle los hombros, no había ni penetrado a ese sujeto y se sentía en el jodido paraíso.

Las embestidas fueron más rápidas y fuertes, Law también se movía para obtener un mejor roce.  Los suspiros y las respiraciones entrecortadas de ambos llenaban la habitación. Bastaron unos segundos más para que Law se corriera copiosamente, los espasmos le hicieron apretar aún más los muslos y cuando Kid sintió cerca el orgasmo, dio una última estocada que también le obligo a correrse lenta y deliciosamente.

Las piernas le dolían, le temblaban un poco pero estaba listo para una segunda ronda. Cuando se apartó un poco, Law pareció desplomarse. Preocupado alcanzo a sostenerlo, pero solo estaba dormido.

Que mala suerte

 

-Creo que regresaré a pie- gritó desde una distancia prudente. Se dio la vuelta y camino con prisa

-¡Tienes muchas cosas que contarme Mugiwara-ya!- le gritó Trafalgar con una sonrisa por demás irritada. Volvió a subirse al automóvil, sería más fácil darle alcance que corriendo como estuvo a punto de hacer. Vio el móvil y lo cogió.

Un mensaje.

Número: Desconocido

“¿Te gusta el nuevo tono de tu celular? Anoche me rogaste para que te pusiera esa canción, así que, de nada.
PD. Llámame cuando quieras”

 

“Maldito Eustass-ya”

 

FIN

 

 

 

Notas finales:

Ya saben, uno hace lo que puede y se esfuerza por mejorar cada día nwn)

Un abrazo  :u

Ayaka*.*)/


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