Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En el lugar del gruñón/idiota por desileo

[Reviews - 67]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yokozawa iba de camino al trabajo, completamente cansado. Quien dijera que el fin de semana servía para descansar, jamás conoció el departamento de Onodera, ¿Quién diría que el hombre tenía un desastre natural en su departamento?

En cuanto abrió la puerta, pudo ver bolsas de comida, ropa sucia y limpia tirada por todo el lugar, además de que el hombre sólo tenía comidas rápidas. Intentando sentirse un poco más cómodo, comenzó a limpiar, sin embargo eso le tomó todo el sábado y el domingo se dispuso a abastecer la cocina con comida de verdad. Al parecer, Masamune no era el único con hábitos de alimentación deplorables.

Llegando a la editorial, pudo comprobar con cierta alegría que el ascensor ya estaba arreglado, por lo que rápidamente tocó el botón para llamarlo. Mientras esperaba, una voz conocida lo saludó.

─ Buenos días Onodera.

─ Buenos días Masa…Takano.

Yokozawa se reprendió mentalmente por ese pequeño desliz, esperando que Masamune no se diera cuenta de este. Al parecer su deseo se había cumplido, pues este continuó.

─ ¿Tu mangaka te ha enviado algún los avance del manga?

Avanzando dentro del ascensor, Yokozawa contestó.

─ Aun no.

Antes de que Takano pudiera agregar algo más, otro pasajero se subió al ascensor que, para mala suerte de Yokozawa, era Kirishima. Intentó por todos los medios ignorarlo, pero para él era imposible, pues en cuanto entró, su corazón comenzó a latir rápido y sus ojos se dirigieron hacia su persona amada (aunque pocas veces lo admitía). Viendo hacia la cara de este, pudo comprobar que estaba molesto, lo cual era un indicio de que Onodera siguió al pie de la letra sus indicaciones.

Tan concentrado estaba que por poco no escucha la reprimenda de Takano.

─ ¡Onodera! ¡¿Me estas escuchando?!

─ Lo siento Takano, ¿Qué decías?

Soltando un suspiro exasperado, Takano repitió.

─ Ya llegamos a nuestro piso.

Kirishima rio ante el espectáculo que estaban dando, por lo que Yokozawa siguió a Takano lo más rápido posible, intentando disimular la enorme metedura de pata que acababa de hacer.

-------------------------

Onodera bajaba del ascensor en el piso de ventas completamente perdido. Debía de admitir que Yokozawa tenía un departamento muy organizado con el poco tiempo que tenía para hacerlo, además de una vasta colección de libros. Sin embargo lo desconcertó que Sorata no estuviera en dicho apartamento.

Llegando a la oficina, fue abordado por el chico que firmó por él que, a juzgar por su cara, estaba muy preocupado.

─ Yokozawa-san, ¿En dónde estaba? Tenemos que realizar la reimpresión de un manga shojo pero usted se quedó con los documentos para poder hacerlo.

Totalmente perdido, Onodera intentó cubrir su falta de conocimiento sobre el tema preguntando otra cosa.

─ ¿Desde cuándo me estás buscando?   

─ Desde la mañana, ¿No me diga que ha ignorado mi mensaje? ¡Que cruel es Yokozawa-san!

─ Está bien, buscaré los documentos y enseguida te los doy.

Malhumorado, Henmi regresó a su escritorio, siendo imitado por Onodera que, curioso, encendió el celular de Yokozawa siendo recibido por alrededor de cincuenta mensajes y sesenta llamadas perdidas del mismo contacto.

Onodera se preguntó si Yokozawa le debía dinero a Kirishima-san para que le marcara y enviara mensajes reiteradamente, pero todo esto quedó en el olvido cuando encendió la lap top de Yokozawa y vio los trabajos que tenía que entregar. Lo preocupante es que no entendía nada sobre lo que le pedían.

Cayendo en el abismo de la desesperación, marcó su número esperando que Yokozawa no hubiera apagado su celular. Para su alivio, Yokozawa contestó.

─ ¿Qué pasa Onodera?

─ Yokozawa-san, no entiendo nada de su trabajo, ¿Me podría decir lo que tengo que hacer?

─ ¡Idiota! Eso no se puede enseñar por celular y mucho menos que lo aprendas en unos cuantos minutos.

Hubo un largo silencio, en el cual, Onodera supuso que Yokozawa estaba reflexionando lo que había que hacer. Después de un tiempo interminable, contesto.

─ Ven a la sala de juntas que hay en el piso de ventas para que puedas hacer lo que haces normalmente en Emerald, mientras que yo hago el mío.

Rápidamente, Onodera recogió todo el material que creyó necesitaría Yokozawa para trabajar e inmediatamente partió hacia la sala de juntas. Una vez en el lugar, se sentó en la silla más cercana a la puerta, en espera de Yokozawa y sobre todo, de su trabajo.

Afortunadamente, Yokozawa llegó casi después de que él entrara, con una enorme pila de papeles en sus manos. Impactado por la cantidad de trabajo, Onodera preguntó.

─ ¿Por qué rayos tengo tanto trabajo?

Sin mostrar expresión alguna, Yokozawa contesto.

─ Tal parece que tenías trabajo para el fin de semana, pero como no lo hiciste, te pusieron más de castigo.

Onodera recordó tardíamente sobre ese dichoso trabajo, aunque inmediatamente otro recuerdo vino a su mente, en el cual, Takano generalmente nunca revisaba o necesitaba esos trabajos a menos que…

─ Yokozawa-san, ¿Hizo enojar a Takano-san?

Yokozawa desvió la mirada…¡Avergonzado! Esto si que era algo raro ante los ojos de Onodera. Elevando un poco su tono de voz contestó.

─ ¡Quién iba a decir que Masamune se tomaría tan apecho el que viera a otra persona! ¡Y más mezclarla con el trabajo!

Resignándose, Onodera contestó.

─ Es clásico en él. Bueno, lo mejor será comenzar de una vez todos esos trabajos.

Intercambiando las cosas que cargaban, comenzaron a trabajar en su especialidad, en un incómodo silencio.

Intentando amenizar un poco el ambiente, Onodera preguntó.

─ ¿No tuvo ningún contratiempo el fin de semana?

En cuanto vio su cara de pocos amigos, entendió que se había equivocado en tema de conversación.

─ Estuve todo el fin de semana arreglando tu chiquero, además de comprar comida saludable. Y yo que pensaba que Masamune era un desordenado llegas tú para quitarle el puesto.

Ese comentario hizo que Onodera recordara una de sus mayores preocupaciones desde que cambiaron cuerpos. Sin poder resistirse preguntó.

─ ¿No ha intentado hacer nada con Takano-san?

Yokozawa vio por un momento a Onodera, notando la cara de preocupación de este por lo que, en una ofrenda de paz, Yokozawa contestó.

─ Sabes que Masamune me rechazó, no tienes nada de qué estar celoso.

─ ¡Yo no estoy celoso! ¡Y esa pregunta fue por lo que me dijo aquél día!

Con esta última declaración, Yokozawa comprendió que esa última frase de advertencia después de que lo rechazaran hizo mucha más mella de la que deseaba. Debatiéndose fuertemente el decirle su nueva relación o callarse, finalmente optó por la primera.

─ Sabes, desde hace algún tiempo que estoy saliendo con alguien más.

Inmediatamente Yokozawa se arrepintió al ver su cara llena de asombro, por lo que irritado exclamo.

─ ¡No me veas así! ¡Ni que fuera de otro mundo!

─ Pues para salir con Yokozawa-san, debe tener nervios de acero.

─ En realidad el tipo es un total idiota que sabe utilizar bien sus palabras para chantajearte, además de tener un pésimo gusto en personas.

Un tanto curioso por la descripción, Onodera preguntó.

─ Entonces, ¿Él lo invito a salir?

Yokozawa soltó un bufido que Onodera no creyó que sus cuerdas vocales pudieran producir.

─ Ni siquiera fue una petición, más bien fue una orden. Todo eso en contra de mi voluntad para satisfacer sus estúpidos caprichos.

Yokozawa se preguntó por un momento el por qué le decía todo esto a Onodera, llegando a la conclusión de que era para amenizar el ambiente.

─ Entonces, ¿Está con él por compromiso?

─ Tal vez en un principio, pero ahora es por algo más.

Onodera asintió a eso, comprendiendo un poco de lo que decía su superior. Era bastante parecido a lo que le pasó con Takano… aunque pensándolo mejor, él no sentía nada más. ¡En serio!

Ambos quedaron callados en un silencio un poco más cómodo, haciendo que el ambiente se aflojara un poco. Después de un rato, Onodera notó la falta de información de la pareja de su superior, por lo que tentativamente preguntó.

─ Yokozawa-san ¿Su pareja dónde trabaja?

Irritado por la intromisión a su vida personal contestó.

─ ¡¿Y para qué quieres saber eso?!

Nervioso, contestó.

─ Porque estoy en su cuerpo y lo más seguro es que tarde o temprano me encuentre con él.

Resignándose a esa realidad, Yokozawa contestó reticentemente.

─ Trabaja aquí, en Marukawa como un editor.

─ ¡En serio! Entonces, ¿Lo conozco?

De mala gana, Yokozawa contestó.

─ Tal vez hayas escuchado su nombre un par de veces e incluso que lo vieras en la fiesta de año nuevo de la editorial, pero posiblemente no lo conozcas en persona, por los temas que trata su sección.

Onodera intentó averiguar con sólo esos datos quién podría ser, rindiéndose cuando ninguna persona dentro de sus conocidos en Marukawa encajaba con dicha descripción, por lo que preguntó.

─ ¿Cómo se llama?

Yokozawa estaba a punto de responder cuando alguien entró a la sala de conferencias estrepitosamente. Ambos voltearon hacia el recién llegado, ocasionando desconcierto a Onodera y temor a Yokozawa.

Sin comprender la situación, Onodera preguntó.

─ Kirishima-san, ¿Qué hace aquí?

Viendo directamente hacia el cuerpo de Yokozawa contestó.

─ Estaba buscándote, Yokozawa. Tenemos varios asuntos que tratar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).