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TRADICIONES por sakura hiwatari malfoy

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Notas del capitulo:

Hola espero les agrade esta pequeña historia que no alcance a terminar para las pasadas fechas decembrinas.

Sin mas que decir, disfruten la lectura.

CAP. 1

RECUERDOS.

 

24 De Diciembre 2005…

 

En una gran mansión a las afueras de Wilthshire, se conmemoraba como todos los años en esa fecha una  tradicional festividad. Los miembros de la honorable casa de los Malfoy se alistaban junto con sus invitados para el baile y el banquete de esa noche.

 

Y es que como era costumbre, los magos de alta alcurnia, los sangre pura celebraban el Yule por todo lo alto proclamando la diferencia entre el mundo mágico y el mundo muggle en donde celebraban una pueril copia del Yule… la Navidad...

 

Los magos sangre pura y en especial la familia Malfoy denostaban esa celebración pues les parecía una burda imitación carente de significado y transcendencia. Contraria al Yule, la Navidad era para los Malfoy una fiesta superficial y sin importancia. No había nadie en la familia o en su selecto grupo de amistades que no apoyaran esas ideas y por supuesto el heredero de la familia había crecido escuchando todo aquello.

 

No obstante y a pesar de todo el pequeño Draco Malfoy de 7 años aun era inocente y su mente aun no estaba plagada de prejuicios por ello cuando esa misma tarde había acudido al callejón diagon con su madre Narcissa Malfoy no tuvo reparo en simpatizar con otro pequeño que le hablo de la Navidad.

 

 

FLASHBACK.

 

Un pequeño de platinados cabellos se encontraba fuera de la tienda de Madame Malkin aguardando a su madre cuando observo con curiosidad a un niño de negros cabellos que jugaba con la nieve a solo unos pasos de él. Aunque esto no fue lo que despertó la curiosidad del heredero Malfoy, lo que atrapo por completo su atención fueron los grandes y expresivos ojos del niño.  Jamás en toda su vida había visto unos ojos tan verdes.

 

Verde esmeralda como la piedra de una de las joyas de su madre, fue lo que pudo pensar Draco maravillado y sin darse cuenta dirigió sus pasos al niño desconocido.

 

Al principio este no reparo en su presencia pero conforme se acerco mas el pequeño de ojos verdes dejo de jugar con la nieve y le observo fijamente parpadeando sorprendido por su presencia. Si antes esos ojos le habían llamado la atención ahora que los veía de cerca simplemente quedo maravillado pero lo que definitivamente hizo que Draco olvidase la indicación de sus padres de cómo actuar frente a extraños, fue la cálida sonrisa que esbozo el niño de negros cabellos.

 

—Hola mi nombre es Harry ¿y el tuyo?— saludo el niño de ojos verdes en un tono tan amistoso que el heredero Malfoy no pudo evitar corresponder a la sonrisa y sin pensar contesto.

 

— Soy Draco… — menciono sintiéndose extraño de pronto cuando el niño pelinegro le abrazo súbitamente.

 

— Mucho gusto Draco, feliz Navidad— expreso con naturalidad y familiaridad el pequeño Harry quien luego de abrazar a su nuevo amigo se separo y ladeo ligeramente su cabeza ante la expresión confundida del rubito.

 

Draco que hasta ese momento creía que todos los magos celebraban el Yule y no la Navidad fuera lo que fuera esta… miro a Harry sin entender.

 

— ¿Qué sucede Draco?— pregunto el pelinegro sin comprender porque su nuevo amigo se había quedado sin contestar a su felicitación.

 

— Nada pero… tu… ¿acaso tu celebras la navidad?— cuestiono el rubito por fin luego de un instante de duda.

 

Esta vez fue Harry quien observo a Draco sin entender.

 

— Pero claro que la celebro… ¿acaso tu no?—

 

— No… yo celebro el Yule, padre dice que la navidad es solo para muggles— contesto Draco con toda la honestidad que le brindaba su inocente edad.

 

— Para Muggles… pero yo soy mago y mis papás también y celebramos la navidad— rebatió el pelinegro frunciendo ligeramente el ceño intentando entender el razonamiento del padre del rubito.

 

Draco olvidada ya cualquier recomendación de sus padres respecto a su comportamiento se encogió de hombros infantilmente y miro a Harry.

 

— Eso dice mi padre pero yo tampoco lo entiendo del todo—  expreso.

 

— Los mayores son raros…— fue lo único que pudo comentar Harry volviendo a sonreír antes de tomar la mano de Draco  — ¿Jugamos?— cuestiono ganándose un asentimiento del rubio.

 

De esa forma mientras Draco y Harry jugaban con la nieve, el primero le comento al pelinegro que estaba esperando a su madre que se encontraba en Madame Malkin y a cambio Harry le dijo que el también esperaba a su papi que estaba en la tienda de artículos para quidditch.

 

Risas infantiles y un trato familiar era lo que se respiraba entre ambos niños y entre juego y  juego ambos hablaron sin rastro de prejuicios de lo que celebrarían esa noche.

 

Harry le hablo a Draco de la navidad. Le conto de los regalos que le traería Santa Claus, le comento del gran árbol de navidad que su papá había comprado y como se habían tardado 2 horas adornándolo. También le hablo de la cena de navidad y de cómo su papi cocinaría el mismo el pavo pues no deseaba que ningún elfo le ayudara.

 

— ¿Entonces tu papá sabe cocinar?— pregunto el rubito  muy sorprendido por lo que le contaba Harry.

 

— Sip… y lo hace muy bien aunque según papá siempre deja un desastre en la cocina— respondió el de ojos verdes riendo divertido causando que Draco riera con él.

 

Luego de eso Draco le platico a Harry sobre el Yule. De cómo la festividad duraba exactamente casi dos semanas. Le conto también sobre el árbol de Yule y no se abstuvo de contar como los fantasmas de algunos familiares los visitaban en el banquete que se celebraría esa noche. También le comento sobre el leño de Yule y de los encantamientos que cada invitado y miembro de la familia debía hacer antes de encender el leño. Y por ultimo algo que causo un ligero momento de tensión entre los dos nuevos amigos fue cuando le conto de la cabra de Yule.

 

— No bromees Draco, en serio una cabra es quien te trae tus obsequios— se rio Harry sin poder evitarlo causando que el rubito hiciera un puchero.

 

— No es una broma es más lógico que un señor gordo vestido de rojo que baja por las chimeneas, es imposible que algo así exista sobre todo porque ese hombre el tal Santa Clus es muggle— menciono Draco alzando ligeramente su barbilla pues nunca le había agradado que nadie se burlara de él.

 

Después de todo él era un Malfoy y aunque Harry le cayera bien y tuviera unos lindos ojos eso no le daba derecho a mofarse.

 

El niño de negros cabellos cuando pudo contener su risa negó ante la respuesta pero sobre todo ante la actitud de su nuevo amigo, aun así sonrió esta vez más cálidamente y se acerco a su amiguito.

 

— Es Santa Claus… pero no quiero pelear— negó suspirando  mientras hacia lo que había visto a su papá hacer cuando su papi se enojaba con él. Con ingenuidad  beso la mejilla del rubio —Lo siento Draco, no quise burlarme, es solo que me pareció gracioso— se disculpo con sinceridad.

 

Aquel beso tiño las mejillas de Draco ante lo inesperado pero pronto una sonrisa de nuevo surcaba las facciones infantiles del heredero Malfoy.

 

— Esta bien Harry…  es que no me agrada que se burlen de mi— admitió el rubito siendo él quien tomara la mano del morenito esta vez.

 

En verdad sentía una increíble e inexplicable empatía hacia Harry y esperaba que fueran amigos mucho tiempo. Desafortunadamente el deseo de Draco no se cumpliría pues luego de ese leve intercambio de opiniones, Narcissa Malfoy salió de la tienda de Madame Malkin y llamo de inmediato al joven dragón.

 

—Draco Malfoy que te he dicho de hablar con desconocidos— regaño la orgullosa mujer a su hijo que pronto bajo la cabeza y soltó a Harry, quien miraba cohibido a la hermosa y  elegante mujer.

 

— Lo siento madre pero Harry…—

 

— Pero nada, vámonos tu padre debe estar esperando por nosotros— corto la rubia tomando a su hijo por la mano y sin dirigirle más que una rápida mirada al morenito.

 

— Pero…—

 

La mirada azul de Narcissa cortó cualquier protesta de Draco quien suspiro derrotado y tuvo que dejar que su madre le llevara.

 

— Adiós—  fue lo único que pudo formular con la boca mientras agitaba su mano hacia Harry que de igual manera le miraba con pesar y se despedía de él.

 

FIN DEL FLASHBACK.

 

De esa forma y aun sin poder olvidarse de un niño de ojos esmeralda, Draco se encontraba en su habitación mirando por uno de los ventanales como la nieve comenzaba a caer. Sería una noche fría y los fantasmas de su familia ya comenzaban a llegar al igual que los invitados para el banquete de esa noche.

 

Los amigos sangre pura del heredero Malfoy también llegarían pero el rubio niño solo tenía en mente a Harry, el niño mago que celebraba la Navidad en vez del Yule.

 

¿Lo volvería a ver algún día?

 

Esperaba que si, después de todo Harry era mago y podría toparse con él en Durmstang la mejor escuela de magia, a donde asistiría cuando fuera mayor según su padre.

 

Si, seguro así sería Harry seguro asistiría también a Durmstang y cuando volvieran a verse serían los mejores amigos, compartirían todo y se volverían inseparables.

 

— Amito Draco, señor  su madre quiere que baje— interrumpió dobby el elfo domestico los infantiles sueños del rubito que de inmediato dejo de mirar hacia la noche nevada y miro a su compañero de juegos.

 

— Esta bien Dobby, ya voy— suspiro el dragón recomponiendo su túnica de gala.

 

Odiaba esas prendas tan incomodas que le impedían correr y jugar pero según sus padres así era como debía vestir un Malfoy.

 

Aun así antes de bajar pensó una última vez en Harry y sonrió deseándole desde la distancia una feliz noche a su inesperado amiguito.

 

En ese momento Draco no sabía lo que le deparaba el futuro pero mientras esa noche los mayores encendían el leño de Yule y repetían los encantamientos de prosperidad y buenos deseos, el heredero Malfoy pidió con todas sus fuerzas encontrarse nuevamente con un niño de impactantes ojos esmeraldas, pidió encontrarse de nuevo con Harry.

 

 

*/*/*/*/*/*/*/

 

 

Mientras en otra celebración esa misma noche, la familia Riddle- Potter se encontraba aguardando el arribo de algunos invitados para la cena de navidad. La estancia que se encontraba adornada con guirnaldas y en dorado y rojo hacia la delicia de James Potter quien miraba con gracia como su esposo refunfuñaba de vez en vez ante los colores tan Griffyndor que adornaban su casa.

 

— Oh por favor Tom deja el mal humor, a Harry le gusta mucho la decoración— expreso con una media sonrisa un hombre de cabello castaño oscuro que en ese momento iba a entrando con dos tazas de ponche.

 

— Claro que le gusta no has parado de influenciar a mi hijo para que vaya a tu casa pero esto es el colmo— rebatió un atractivo pelinegro que tenia la mirada entrecerrada y quería fulminar a su esposo cuando escucho otra risa a su comentario — no estoy para burlas James, no es posible que escogieras para navidad estos colores tan… tan ofensivos para mi vista— gruño.

 

— Pero amor- acercándose a un enojado Tom – estos colores son de esta temporada y no tiene nada que ver con que sean o no de mi casa- expreso condescendiente aunque aun sonriendo mientras le entregaba una de las tazas a su enfurruñado marido.

 

Tom recibió la taza con ponche pero dejo salir un bufido antes de que su expresión se suavizara cuando vio a su niño.  A su dulce Harry entrar a la estancia.

 

— Te ves hermoso con ese suéter cariño— halago el mayor a su hijo mandándole una mirada engreída a su esposo que solo suspiro negando.

 

— Gracias Papá— musito Harry con suavidad regalándole una sonrisa a su papá antes de arrojarse a sus brazos y darle un tierno beso en la mejilla.

 

El suéter verde y gris que portaba el heredero Riddle era un regalo adelantado de parte de Tom quien había decidido que si su casa sería invadida por esos nauseabundos colores gryffindor su hijo vestiría esa noche algo puramente slytherin.

 

— De nada cariño, ahora dime como te fue en el callejón diagon con papi—cuestiono sentándose en el sillón más cercano haciendo que su hijo se sentase a su lado.

 

El niño de ojos esmeralda sonrió dulcemente ante esa pregunta y le platico a su papá del nuevo amigo que había hecho.

 

—Vaya así que tu amiguito se llama Draco pero no sabes su apellido— expreso Tom pensativo mientras dirigía una escueta mirada a James que se encogió de hombros.

 

—Si… y es una lástima porque me gustaría volver a verle— comento repentinamente cabizbajo el morenito.

 

— Bueno campeón tranquilo tal vez lo veas en Hogwarts— intervino James que sentado del otro lado de Harry acariciaba con mimo los negros cabellos de su vástago.

 

— ¿Tú crees papi?— menciono ilusionado de pronto ante esa perspectiva.

 

—Claro que sí, es una posibilidad— confirmo con una sonrisa el castaño ganándose una de las angelicales sonrisas de su hijo.

 

— Si tienes razón papi, seguro que veré a Draco en Hogwarts y seremos los mejores amigos— asintió Harry animado de nuevo al tiempo que el timbre de la entrada sonaba —Seguro son padfoot y moony— anunció feliz bajando de su asiento y corriendo al encuentro de sus padrinos.

 

—Harry no corras—reprendió levemente Tom pero no fue escuchado pues el niño de ojos esmeraldas ya había abandonado la estancia.

 

—No te desgastes amor, ya no te escucha— musito James tomando la mano de su esposo con cariño haciendo que este le viese.

 

—Puede ser pero ese comportamiento no es adecuado para Harry, tú lo sabes bien, por su condición no es bueno que actué de manera tan impetuosa— comento Tom acariciando la mano que sostenía la suya.

 

Una media sonrisa se instauro en los labios de James a ese comentario.

 

—Le recuerdo señor Riddle que yo soy igual de impetuoso y eso fue precisamente lo que te atrajo de mí—rebatió el castaño con petulancia.

 

Tom a eso soltó una leve risa antes de atraer a su esposo hacia sus brazos mientras rozaba sus labios contra le mejilla ajena.

 

—Puede ser, pero jamás me imagine con un doncel imprudente y un poco loco, aunque admito que soy inmensamente feliz a tu lado—inquirió para deleite de James que de inmediato se abrazo a su cuello.

 

—Mas te vale decir eso Tom Riddle o te hubiese tocado dormir en tu estudio está noche— añadió el castaño antes de depositar un fugaz beso en los labios de su marido —ahora en cuanto nuestro Harry, tu sabes bien que quiero que sea independiente y con carácter, no un fértil sumiso y dócil…—aclaro antes de agregar con una sonrisa —y a su tiempo seguro llegara un joven que lo complemente… quien sabe tal vez ese joven pueda ser ese amiguito llamado Draco— comento burlándose de su esposo quien de nuevo estaba mortalmente serio y con una mirada afilada en sus ojos esmeralda.

 

— Ni se te ocurra volver a decir eso James Potter Riddle, mi niño solo se unirá a alguien que sea digno de él y eso será en mucho, mucho tiempo— gruño Tom y es que la sola idea de que alguien se llevara a su dulce hijo de su lado le causaba una desazón tal que se le hacía intolerable.

 

Ante esa replica James soltó una nueva risa divertida y se separo de su esposo al escuchar voces acercándose.

 

— Esta bien papá celoso como digas, ahora pon tu mejor cara si no quieres que Sirius te moleste hasta saber el por qué de tu mortal expresión—  aconsejo al tiempo que caminaba hasta el dintel de la entrada.

 

Por su parte Tom suspiro y se tomo un momento antes de hacer lo que su esposo le había aconsejado, después de todo no quería tolerar otra vez las burlas de Sirius Black ante su posesividad hacia Harry.

 

¡¿Pero es que no entendían que su Harry era tan dulce e inocente que necesitaba que lo protegieran?!

 

No, por supuesto que no lo entendían, nadie lo entendía. Pero no le importaba el cuidaría de su niño y no lo entregaría a cualquiera.

 

Tom por supuesto tampoco sabía lo que le deparaba el futuro, ni de qué manera se vería involucrado Harry con el inesperado amiguito que había conocido aquel 24 de diciembre.

 

El destino había hecho su jugada ese día mágico, ahora solo restaba esperar.

 

 


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