-Bien y como el gato que teníamos se escapó, no será ningún problema que Dika viva con nosotros…-comentaba Alex mientras bajaba del auto con una gran sonrisa.
-…
-Oigan, ¿Me están escuchando?-pregunto sorprendida al ver que tanto la morena como el pelirrojo salían del auto casi arrastrándose.
-¿Quién fue el inconsciente que permitió que tuvieras licencia?-pregunto Kagami con un hilo de voz.
-¿Inconsciente? ¿Licencia? –Alex lo miro confundida- ¿Hablas de carnet de conducir…? Oh…bueno en realidad nunca me lo dieron…
-Me estás diciendo-murmuro Kagami con una aura tenebrosa a su alrededor- ¿Que condujiste a pesar de no estar capacitada para hacerlo?
-Yo…eh…¡TAIGA NO TE ENOJES Y DEJA DE MIRARME ASÍ!-chillo Alex escondiéndose tras de Dika- ¡SUELTA ESE PALO TAIGA!
-¡Suficiente!-gruño Dika tratando de que el susto que había vivido segundos atrás con el viaje que había protagonizado digno de la película de Rápido y Furioso (solo que en vez de ser los protagonistas geniales que conducían bien hasta en el agua, ellos eran aquellos extras que nadie tomaba en cuenta y que siempre terminaban estrellando) se le pasara- De ahora en adelante yo llevare esto-añadió sacándole las llaves del auto a la rubia.
-Perfecto-suspiro Kagami mientras soltaba el palo que había encontrado en el suelo- ¿Sabes conducir?
-Eh, bueno…en realidad no.
Tanto Alex como Kagami la miraron con una gotita colgando de su cabeza.
-¡Pero no me vayas a negar que va a estar más segura en mis manos!-se defendió Dika.
-¡Que cruel!-se quejó la rubia.
-¿Alex, Taiga?-pregunto una voz desde la entrada del edificio.
Un chico atractivo y pelinegro, con ojos grises y rasgos delicados los observaba desde la puerta con alivio.
-¿Tatsuya?-murmuro Kagami viendo a su amigo-hermano con el piyama puesto.
-¡Tatsuya!-chillo la rubia- ¡No deberías salir de la cama si tenías fiebre!-lo regaño como si fuera un niño pequeño. Himuro suspiro.
-No me queda de otra que levantarme si el vecino me llama para decirme que te volviste a llevar su coche Alex…
-¿NI SIQUIERA ERA TU COCHE?-Tanto Kagami como Dika la miraron furiosos.
-¡Solo lo tome prestado!...sin avisar…
-¡TÚ REALMENTES NO TIENES CEREBRO!-Dika empezó a gritarle y Kagami negó con la cabeza mientras se acercaba al pelinegro.
Taiga sabía de sobra que Alex no iba a razonar por mucho que uno le gritara (prueba de eso era los gritos que le había dado desde hace seis años).
-¿Fiebre?-le pregunto Kagami preocupado- ¿Pero te sientes mejor?
-Sí-asintió Tatsuya- bueno, no sé de qué te sorprendes, fuiste tú él que recomendó que me quedara en casa y no fuera a la escuela hoy…
Kagami contuvo las ganas de golpearse contra una pared. Era obvio que Tatsuya no sabría nada. Y decírselo no era una opción…una cosa era contarle a Alex (quién con toda seguridad te creería incluso si le dices que fuiste raptado por aliens y te obligaron a casarte con uno) y otra cosa era contárselo a Tatsuya (quién con toda seguridad no te creería y te mandaría directo a un manicomio).
Decirle a Tatsuya que había viajado en el tiempo, y que además debe conseguir que él este con un chico de más de dos metros de alto con problemas con el azúcar para que él pueda volver al futuro…era conseguirse que su amigo lo tachara de loco.
Y hablando de problemas de azúcar…
-¿Has conocido a un chico tipo titán con un color de cabello sacado del arcoíris y con una obsesión nada sana por los dulces últimamente?
Himuro lo miro con una ceja arqueada.
-¿Taiga de qué hablas?
“Al menos aún no lo conoció…¡Aunque no debo alegrar por eso! ¡Se supone que deben terminar juntos! ¡y YO DEBO A YUDAR QUE ESO PASE!...pero Tatsuya es muy joven para tener novio… ¿Y si le consigo al gigante otra persona? Arrgg sé que no funciona así….pero…¡Estamos hablando de mi hermano! Murasakibara puede irse bien a la…¡Taiga concéntrate! ¡Tu objetivo es volver a casa! Pero… la pureza de Tatsuya…”
-¿Taiga?-Himuro solo veía como el pelirrojo se arrancaba el cabello con frustración con muecas contradictorias.
No lo veía así desde que vieron juntos el final del dorama Boys Over Flowers. En él que al pelirrojo le hubiera gustado que la heroína terminara con su amigo, en vez del protagonista…
No sabía que era lo que lo tenía en una lucha interna, pero…debía hacer algo para que dejara de pensar tanto. Casi podía ver el humo salir de la cabeza de su hermano…
-Deberíamos entrar al departamento-dijo tirando de la muñeca de Kagami mientras entraba al edificio, con Alex y Dika siguiéndolo. La primera con los brazos cruzados en un claro berrinche pro ser regañada, y la segunda con el entrecejo fruncido, aún molesta.
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-Entonces… ¿Cómo nuestro gato volvió a escapar, Dika se quedará con nosotros como nueva mascota de la familia?-pregunto Himuro tratando de asimilar lo que Alex le había dicho cuando el pelinegro pregunto (educadamente eso sí) quién era la mujer desconocida y qué hacía en su casa.
-¡Así es…auch!
-Solo cállate-le susurro Dika con un aura tenebrosa a su alrededor mientras le hablaba a Tatsuya- soy una prima lejana de Alex, en realidad. Necesito asilo por un tiempo hasta que consiga un departamento para mi ya que mi anterior hogar queda muy lejos de mi trabajo, y Alex se ofreció a dejar que me quedara con ella. No seré una molestia, lo prometo.
Tanto Alex como Taiga se sorprendieron por aquella mentira.
-Wahh-chillo Alex- y yo que quería un gato nuevo…además eres una mentirosa si dijiste que tu venías del fut…
-¡ALEX CALLATE!-gritaron al unísono el pelirrojo y la adivina.
Himuro solo negó con la cabeza.
-Sí Dika es la prima de Alex no creo que nuestros padres se opongan a que te quedes hasta que consigas un lugar. Por mí no hay problema-comento.
Los otros tres suspiraron con alivio.
-¡Sí seguro no habrá problema!-dijo Alex nuevamente animada- ¡Dormirás conmigo!
-Yo…bueno-Dika la miro incomoda- puedo dormir en el sofá eso no será necesario…
-¡No digas idioteces! ¡Te fascinara mi cuarto!-replico Alex obligando a Dika a levantarse mientras la llevaba a su habitación.
-¿Estarán bien?-pregunto Tatsuya viendo como Alex prácticamente la arrastraba y a Dika gritar (¡No es necesario! ¡En serio! ¡Ayuda!)
-Sí, no te preocupes-asintió Kagami, ignorando los pedidos de auxilio de la morena.
Himuro se encogió de hombros y decidió cambiar de tema:
-Y dime… ¿Cómo es nuestra nueva escuela?
“Perturbadora.” Pensó el pelirrojo al recordar que estaban hablando de Teiko.
“Extraña” pensó cuándo recordó como las personas se alejaban de él como si estuviera infectado con algo.
“Horrible” Añadió a sus pensamientos cuándo recordó como cierto peliceleste lo miro: como si fuera alguien desagradable que no merecía ser visto.
Pero no podía decirle todo eso a Tatsuya.
-Es…bueno…normal…tiene, eh… profesores. ¡Sí tiene muchos profesores y un gimnasio!
El pelinegro lo miro con una ceja arqueada.
-Me alegro saber que nuestra escuela cuente con profesores-dijo Tatsuya con una gotita colgando de su cabeza- Pero yo quería saber cómo son las materias y si vamos a estar en el mismo salón…
-Yo… bueno… eh…-“¿Qué le digo? No puedo decirle que estuve inconsciente todo el horario escolar…¿Qué era lo que Aomine siempre decía cuándo Momoi le preguntaba porqué faltaba a los entrenamientos?”- estuve durmiendo en la azotea…
-¿Azotea? ¿Por qué? Taiga se que nunca te gusto la idea de venir a Japón pero que te escapes para no poder asistir a clases…
Lo dicho por el pelirrojo le valió dos horas de sermón por parte de Himuro.
Kagami se arrepintió de no haberle contado la verdad.
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Cuándo Kagami se despertó esa mañana, y aún con los ojos cerrados, lo primero que se dijo fue que todo lo que había vivido anteriormente no era más que un mal sueño.
“Cuándo me despierte estaré en mi departamento, Kuroko y yo seguiremos juntos, Kouki me recordará, Alex y Himuro estarán en sus casa y Dika…jamás existió”
-¡TAIGA LEVANTATE!-el grito de Alex llamándolo hizo que el pelirrojo se sobresaltara y cayera de la cama.
Con un gemido de dolor, vio que el cuarto en el que estaba no era el suyo. La realidad no era nada bonita... ni tampoco suave.
-¡TAIGA DESAYUNO!-Decía alegremente Alex entrando a la pieza-¿Taiga? ¿Qué haces en el suelo? ¿Por qué traes esa cara de como si estuvieras viviendo en el infierno…? ¡TAIGA BAJATE DE LA VENTANA!
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Durante el desayuno esa mañana y mientras que Tatsuya se bañaba y Alex era obligada a vestirse, Dika y Kagami tuvieron tiempo para conversar sobre la situación en la que se encontraban.
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-Entonces…-murmuraba el pelirrojo-tengo que volver a enamorar a Kuroko y también debo juntar a los demás con sus parejas…
-Así es.-asintió Dika mientras observaba el pizarrón que se encontraba en medio de la habitación del adolescente.-Por lo qué escribiste aquí: tú y Kuroko-kun están juntos. Kise-san junto a Aomine-san. Midorima-san y Takao-san. Furihata-san y Akashi-san….y Murasakibara-san con Himuro-san.
-Aún no tengo ni la más remota idea de cómo juntarlos…-suspiro derrotado.
-No es necesariamente juntarlos Kagami.-lo regaño Dika-nadie puede obligar a nadie a enamorase de otra persona y lo que tú necesitas es que ellos se amen tanto como se amaron en el futuro…tú más bien, debes darles un empujoncito…-le explico.
-Un empujoncito-repitió Kagami- bueno, siempre puedo encerrar a Aomine y Kise en un armario, ese idiota es tan pervertido que si se pasa toda la noche junto a Kise lo más seguro es que lo viole y el otro se enamore debido a lo masoquista que es…también puedo decirle a Takao que Midorima es secretamente batman para que lo moleste todo el día, siempre supuse que Midorima se enamoró de la personalidad insistente de Takao y él, bueno no sé que le vea a Midorima pero si pasa tiempo junto a él seguro lo vuelve a ver… Con Furihata puedo hacer que tropiece con Akashi, seguramente el pelirrojo psicópata se enamore con el primer temblor de Kouki… y a Tatsuya lo puedo disfrazar de pocky gigante y dárselo a Murasakibara como ofrenda y… ¡¿Por qué me miras así?!
Dika lo miraba con profunda lástima y decepción.
-Realmente, no sé qué es lo que Kuroko-kun vio en ti…
-¡OI!
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-Taiga-Himuro empezó a mover su mano frente al pelirrojo para llamar su atención- Despierta, ya llegamos-dijo el pelinegro mirándolo con preocupación- Viniste todo el camino en las nubes… ¿En qué pensabas?-le pregunto mientras bajaban del bus que los había llevado a ambos hasta el instituto.
-Pensaba en sí Alex y Dika pudieron llegar bien a la escuela…
Sí. También esa mañana se había enterado que la rubia trabaja en el colegio como enfermera y que la morena no era otra que la psicóloga del colegio.
-…y también me preguntaba si te gustaría hacer cosplay alguna vez.
-¿Cosplay?-Himuro lo miro emocionado- ¡Siempre quise hacer Cosplay desde que llegamos a Japón! En Estados Unidos nunca lo hicimos y me parece una de las cosas más divertidas de este lugar…estaba pensando en hacer una de Kirito o de Levi, ya sabes que son mis…
-¿Alguna vez pensaste en cosplay de comida?
-¿EH?
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Aquella mañana, Kuroko se despertó de muy buen humor.
Estaba decidido: ese día, le confesaría sus sentimientos a Aomine-kun.
Ya lo tenía todo planeado. Luego de clases, le pediría a Aomine que lo acompañara por unos helados (de esos que al moreno le gustaban tanto) y después le propondría dar un paseo (en vez de regresar a casa como solían hacer) por el parque que quedaba cerca del negocio (sí, hasta parecía que los lugares se ponían a su favor). Entonces, lo llevaría hasta dónde estaba la fuente de los deseos del parque (lo más lejos posible de la zona con canchas de basquetbol para evitar que Aomine quisiera uno a uno jugar hasta dejarlo tan cansado que ni su nombre pudiera decir) y se le confesaría.
Este plan lo había elaborado con la ayuda indirecta de su abuela, con varios animes y mangas shojo que había visto hasta las cinco de la mañana durante sus vacaciones…y con sus propias ilusiones de cómo iba a ser ese perfecto momento.
Porque sí. Todo debía salir perfecto.
Kuroko sintió un escalofrío al darse cuenta de que estaba actuando casi tan detallada y minuciosamente como solía hacerlo su capitán.
Pero nadie podía culparlo, ¿No?
Al fin y al cabo el peliceleste solo era un adolescente perdidamente enamorado de su mejor amigo con deseos fuertes de ser correspondido.
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-No puedo creer que ni siquiera hubieras preguntado en que clase estábamos ates de irte a dormir a la azotea-dijo Tatsuya mientras ambos hacían fila en la oficina principal del instituto Teiko.
Kagami solo lo miro como perrito regañado.
-¡No pongas esos ojos!-se quejó el pelinegro- sabes que no puedo enojarme mucho tiempo si tú…¡Oh, de acuerdo está bien!
Kagami sonrío y lo miro con ojos brillantes.
-De verdad eres un perro Taiga-comento Himuro.
-¿Qué? ¡No lo soy! ¡Esas cosas peludas son desagradables! Además el único que parece a veces un perro con exceso de energía es Kise…-comento el pelirrojo ofendido.
-¿Kise?-repitió Himuro con curiosidad.
-Sí Ki…-Kagami tuvo que morderse la lengua y darse una cachetada mental. ¿Pero qué estaba haciendo? ¡Se suponía que él no conocía al rubio!-Ki…ki…kirirki sí así hacen los gallos…oye creo que nos toca-sin más preámbulos el pelirrojo empujo a su hermano hacia la recepcionista.
Himuro lo miro con las cejas arqueadas antes de volverse hacia la mujer.
-Hola soy Himuro Tatsuya-se presentó a la mujer que lo observaba con aburrimiento- y él es Kagami Taiga. Queríamos saber en qué clase estamos cada uno, por favor.
La mujer asintió y empezó a buscar sus nombres en una lista.
-El chico del lunar está en la clase b-dijo la mujer- tú-dijo esta vez señalando a Taiga- el de “necesito-una-operación-para-mis-cejar-urgente…”
-¡OI!
-Estas en la clase a.
-¿En la clase a?-Kagami arrugo el entrecejo. ¿Cómo iba a lograr vigilar a su hermano para que este con Murasakibara si estaban en clases diferentes?-¿Acaso no podría cambiarme a la misma clase de Tatsuya?
-¿O a mí a la de Taiga?-pregunto esta vez el pelinegro. Él también quería ir con su amigo.
La mujer los miro molesta.
-Escuchen, no me importan si los dos novios quieren estar juntos…-(¡no somos novios!)- pero eso es algo que deben hablar con el profesor a cargo. Y yo no tengo el jodido título de enseñanza así que…-y sin decir más la recepcionista había cerrado la ventanilla.
-Ojala la despidan-murmuro Himuro con molestia.
-Seguramente, oye-Kagami lo miro con una sonrisa- puedo hablar con mi profesor para que me cambien contigo, solo vayamos a la clase a, yo entro y le digo y luego vamos los dos a la clase b. Si le explico que soy nuevo y que quiero ir con alguien conocido, lo entenderá.
Himuro asintió y ambos caminaron hacia la clase del pelirrojo.
Kagami iba pensando en cuales eran las palabras que debía escoger para que el profesor le autorizase el pase a la clase de Tatsuya, pero cuando entro a su salón cualquier pensamiento fue borrado al distinguir un cabello celeste ubicado al fondo del salón, junto a la ventana.
-¿Joven?-un rostro amable y comprensivo lo miraba desde el escritorio principal- ¿No va a entrar?
Kagami sacudió la cabeza para despejarse y de paso reaccionar. Kuroko…¡Le había tocado la misma clase que Kuroko!
-Eh sí.-asintió el pelirrojo tratando de que sus ojos se enfocaran en su profesor y no se desviarán hacia el peliceleste que ahora lo miraba con sorpresa- Mi nombre es Kagami Taiga y estoy en esta clase, sensei.
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Kuroko arqueo las cejas al darse cuenta de que el pelirrojo mujeriego y acosador estaba en su misma clase.
¿Acaso él no se había propuesto alejarse de ese playboy que le gritaba al cielo?
Bueno, siempre podía ignorarlo. Mientras él no le hablara Kuroko no pensaba hacerlo.
Kuroko se encogió de hombros. Seguramente el pelirrojo no lo recordaría, él no tendría que darle mucha importancia tampoco. Al fin y al cabo, las personas no solían notarlo.
Con ese pensamiento, el peliceleste saco sus apuntes y decidió anotar algunas cosas. Debía mantenerse distraído si no quería que los nervios de lo que pasaría esta tarde lo consumieran.
Antes de entrar al instituto, le había dicho a Aomine que quería ir a la heladería y luego a caminar. El peliazul le había dicho que sí, que no había problema. Le había regalado una sonrisa que hizo que Kuroko se sonrojara y luego se habían despedido para ir a sus respectivas clases.
“Aomine-kun” pensaba Kuroko cuándo sus pensamientos fueron interrumpidos por una manta de pelo rojizo, ojos rojos oscuros y con una sonrisa que abarcaba todo su rostro lo saludo desde su lugar, frente a él.
-Hola, soy Kagami y seremos compañeros de clase a partir de hoy.
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Himuro miraba ambos lados del pasillo con molestia.
-Taiga…cuando vayamos a casa me vengare…-decía el pelinegro con un aura tenebrosa rodeándolo.
Había acordado junto con Kagami, que lo esperaría en el pasillo mientras el entraba para que el profesor le autorice el pase.
Pero llevaba quince minutos parado en el pasillo y ni señales del pelirrojo.
Himuro negó con la cabeza y decidió irse. Ya era tarde para entrar a su clase y no tenía ganas de ganarse una reprimenda en su primer día.
“Esta me la pagas Taiga” pensaba con una sonrisa macabra.
-Pero ahora… ¿Qué hago hasta que la próxima hora empiece?-Himuro empezó a vagar por los pasillos cuándo se dio cuenta de lo hambriento que estaba.
“¡Bingo!” sonrío al ver una maquina dispensadora.
Cuando la dura realidad lo golpeo…
“Taiga tiene todo nuestro dinero” recordó con impotencia. Alex le había dado el dinero a Taiga y él se había olvidado de pedirle su parte…
“lo más seguro es que no quede nada y que se lo gaste en chatarra” Himuro arrugo el entrecejo, frustrado. Definitivamente hoy pasaría hambre.
O eso pensó hasta que descubrió una bolsa de pockys junto a la maquina…
-Es una señal… ¡Mi destino no es tener el estómago vacío!-sonrío el pelinegro con felicidad (incluyendo estrellitas y luz a su alrededor).
Se acercó y tomo la bolsa de comida mientras olvidaba todo el malhumor que había tenido segundos antes y se dispuso a abrirlo mientras agarraba uno y se lo comía con una sonrisa que solo una persona que encuentra comida gratis puede tener…
-¿Qué haces con mis pockys?
Y así de como del malhumor paso a la felicidad, de la felicidad paso al terror al escuchar la voz de ultratumba que le hablaba tras de él.