-No esperaba ver a nadie en mi oficina tan pronto.-el director observaba a sus alumnos con un deje de resignación-¿Alguien quiere explicarme qué paso?
-Fue culpa de Midorima-contesto con naturalidad Takao.
-¡¿Mi culpa?!-exploto el peliverde mirándolo con el entrecejo fruncido- ¡Tú enloqueciste y empezaste a lanzarme comida!
-¡Eso no hubiera pasado si no te metieras en dónde no te llaman!-contraataco el pelinegro.
-¡No es mi culpa que hayas decidido inventar la peor excusa en el mundo y…!
-¡Silencio!-gritó el director mirando alternativamente a ambos- Por lo que veo la culpa es de ambos y como parece que les gusta tanto hablar les tengo el castigo perfecto: ambos ayudarán en la obra de Romeo y Julieta.
-¡¿Qué?! ¡Prefiero pasar todo el año limpiando pizarras!-chillo Takao.
-Cómo si yo prefiriera estar en una obra contigo…-mascullo Midorima.
-¡Ja! ¡Tendrías suerte!-replico Takao con el orgullo herido.
-Para desperdiciar mi tiempo con niños caprichosos y faltos de sentido común prefiero una guardería…
-¡¿A quién le dices niño caprichoso y porque ofendes a mi cordura?!
-¡Ya basta los dos!-exploto esta vez el director- Empiezan este viernes las audiciones, así que espero escuchar de nuestra encargada de la obra que asistieron o el castigo será peor.
-¿Y si me rehusó?-insinuó Takao.
-Estoy seguro de que el taller de ballet necesita ayuda.
-La obra es perfecta-suspiro el pelinegro resignado.
-Perfecto, ahora vayan a cambiarse los dos-dijo el director invitándolos a salir con un gesto de la mano.
Midorima salió tratando de actuar con normalidad y orgullo, algo que su camisa llena de arroz y verduras lo hacía desentonar completamente.
Takao por su parte salió no sin antes darle un empujón.-¿Sabes? Al menos la comida combina con tu cabello-se burló.
El director soltó un suspiro cuando ambos alumnos salieron de la oficina, preguntándose si ahora podría relajarse un poco (y ver su telenovela favorita), cuando sintió como volvían a golpear.
-Adelante.
-Eh, ¿Señor director?-su secretaria se asomó- Ahora que el señor Midorima y el señor Takao se han ido, ¿Hago pasar al resto?
-… ¿El resto?
El director se asomó y vio que en la sala de espera, frente a su despacho, estaban ubicados cinco adolescentes. Todos en distintas condiciones.
Uno de ellos aparentemente inconsciente, dos completamente empapados, uno comiendo, otro con una expresión traumada en el rostro…
-¿Qué hora es?
-La una, señor-contesto la secretaria, descolocada por aquella pregunta.
-¡Mi novela está por empezar!
Y sin más, le cerró la puerta en la cara.
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-¡Y tú eres un jodido africano y nadie te dice nada!
-No es mi culpa que seas un emo…
-¡Cuidado como le hablas a mi futuro cuñado!
-No te metas linda, no insulto a mujeres-le advirtió Aomine de manera burlona a cierto rubio que lo fulmino con la mirada.
Kise decodifico. Loading… Loading…
¡Lo habían llamado chica!
-¡Tengo pene, africano con cara de sufrir retraso mental! ¡Atrévete a cuestionar mi sexualidad y te dejare incapaz de dejar descendencia!-grito intentando abalanzarse hacia él, pero siendo sostenido por el chico del lunar-¡Suéltame! ¡Debo aniquilar la existencia de sus futuros hijos! ¡Suéltame!
-¿Puede alguien explicarme que paso aquí?-pidió la secretaria en medio de todo aquel alboroto con nerviosismo.
Kise dejo de forcejear con Himuro para volverse a la mujer y soltar un bufido.
-Pasa que estábamos Kagamicchi y yo-señalo al chico inconsciente-buscando a Himurocchi cuándo este negro salio de su habitad natural, es decir la oscuridad, a asustarme por lo que ambos terminamos cayendo a la pileta y ¡Me llamó chica! ¡A mí nadie me llama chica! Y después vimos como entraban a la pileta de natación Himurocchi huyendo de un chico tipo titán (que cabe destacar parecían haciendo un casting para la segunda temporada de SNK) así que salimos a separarlos cuándo vimos como un fantasma arrastraba a Kagamicchi mientras buscaba un lugar donde esconderlo…
-Por última vez, soy real.-dijo una voz monótona.
-¡Wahhhh!-chillaron Kise y la secretaria al unísono.
-Señor Kuroko-se recuperó la mujer rápidamente.-¿Puede decirme que paso con el señor Kagami?
-Tropezó.-contesto sin interés el peliceleste.
Estaba harto de toda esa situación. Quería irse de una buena vez a hacer un muñeco vudú para aquel rubio.
¡Por su culpa Aomine había terminado empapado y le había dicho que no tenía ganas de ir a la heladería con la ropa mojada!
¡Que lo dejen para la próxima!
“En la próxima nos casamos Aomine-kun” pensaba Kuroko con fastidio.
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-¿Es verdad entonces que me estaban buscando?
-Así es, Himurocchi. Kagamicchi y yo estábamos muy preocupados…¿Por cierto, tienes chocolate?
-En el segundo estante, a la derecha.
-¡Gracias!
El pelinegro observaba como Kise canturreaba mientras revisaba los cajones de su cocina como si fuera el dueño. En otras circunstancias, lo hubiera tirado por la ventana…
Pero no iba a hacerlo.
No cuando el rubio le dijo que lo había estado buscando…y además, necesitó de la ayuda de alguien para arrastrar el cuerpo del pelirrojo hasta su hogar.
Así que no podía quejarse.
Suspiro mientras recordaba los sucesos anteriores:
1) La secretaria había enloquecido luego de que el tipo mitad casper la mirara con una expresión no apta para todo público.
2) Por ende, los había echado a todos.
3) Y él había hecho lo más lógico que se le podía ocurrir a cualquiera en su situación: robar un carrito de supermercado, colocar a Taiga en él, y dejar que Ryouta lo condujera hasta su hogar.
Definitivamente, podía sentirse muy orgulloso de sus decisiones…
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-¿Ves? No fue muy difícil-decía Kawahara, muy orgulloso de su amigo.
-No, solo fue suicidio…
-¡Por última vez, Kouki no te suicidaste!-grito, exasperado.
-Es que así se siente-replico el castaño.
Kawahara suspiro mientras ambos caminaban hasta sus hogares (que afortunadamente, quedaban cerca una de la otra).
-Lo único que hiciste fue dejar un papel con tú número para pedir que te contactarán por haber rayado el auto de manera accidental.
-¡Exacto!-chillo Kouki-¿Sabes lo que significa? ¡Acabo de darle mi contacto a un tipo que seguramente mandara a sus gorilas de seguridad para que me golpeen por haber rayado su precioso y ultra-caro auto!
-No recordaba que fueras tan dramático…
-¡No soy dramático!-se ofendió el castaño-¡Es simple lógica!
-Lógica o haz vuelto a ver demasiadas películas de mafiosos…-replico Kawahara con el entrecejo fruncido.
Kouki no negó esto último.
Su amigo se dio una palmada en la cara.
-¿Quieres al menos usar tu sentido común?-pregunto, ya ni sabiendo como tranquilizar a Furihata.
-¡Lo estaba usando cuándo planeaba un lugar donde escapar!
-¡Piensa en que no te puede hacer nada ya que si lo hace nadie le pagara el arreglo!
Kouki abrió la boca para protestar cuando se dio cuenta de que…
-¡Kawahara eres un genio!
El chico de la cabeza rapada solo pudo volver a suspirar. Al final, la única manera de poder tranquilizar a su amigo había sido hablando su mismo lenguaje…por así decirlo.
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
Cuándo Akashi vio el rayón que su Ferrari nuevo tenía, solo se encogió de hombros.
Sabía que aquello iba a pasar. Por algo le había dicho a su padre que no debía llevarlo…pero este no le había hecho caso, y he aquí las consecuencias.
-Estos vehículos son muy delicados como para que yo pueda traerlos al instituto-suspiro.
No le sorprendía que tal vez alguno de sus compañeros haya querido fotografiarse junto al auto, y por ende le hiciera un rayón sin intención alguna.
Lo que si le sorprendió fue ver la notita que descansaba en el parabrisas de su auto.
“Lamento mucho lo que paso con su auto, pero aparentemente a mi gatito le gusta mucho el color rojo. Le dejo mi número para que usted pueda contactar conmigo, yo me haré cargo del daño hecho. K.F” -Decía junto a un número de celular.
Arqueo una ceja.
Eso sí que era nuevo…
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
Kuroko llegó a su hogar con un malhumor evidente para su familia.
Es que…¿Cuántos adolescente llegan a su hogar dando un portazo y murmurando maldiciones? (sin contar que antes de entrar a su casa, había pateado a su vecino Kei en un lugar que lo imposibilitaba para dejar descendencia)
-¿Qué le habrá pasado?-pregunto la señora Kuroko mientras veía al peliceleste subir las escaleras directo a su cuarto.
-¿La regla, tal vez?-insinuó su abuela mientras bajaba el volumen de su novela de la tarde.
-Mamá, ya hemos aclarado varias veces que Tetsuya no es mujer-suspiro la señora Kuroko.
La abuela sacudió su mano, como restándole importancia a este hecho.
-Iré a hablar con él, cariño. La novela que esta protagonizando tu hijo esta mucho más interesante que esta-añadió señalando la pantalla del televisor-sobre todo porque Mercedes de las Cañuelas ya se enteró que Rodolfo Gutiérrez es el padre del bebé.
-Mamá…lo que estamos viendo es una novela japonesa de terror.
-¡Pues hay vez el interés que le estaba poniendo! Y ahora si me disculpas…¡Necesito ponerle algo de yaoi a esta vida aburrida!
Y sin decir nada más, la anciana siguió a su nieto a su cuarto, ignorando la expresión de confusión de su hija.
-Tetsuya, cielo-susurro la anciana entrando a la habitación- ¿Quieres contarle a la abuela lo que te pasa?
El peliceleste se quedo acostado boca abajo, y negó con la cabeza.
-Quiero estar solo.
Pero como la anciana ya intuía que algo así pasaría, decidió utilizar su plan b.
-La abuela está muy triste de que su nieto no confíe en ella. La abuela sospecha que su nieto esta mal por el negro. La abuela irá a partirle la madre al negro para que deje en paz a su nieto…
Kuroko levanto la cabeza de la almohada, sobresaltado por la amenaza que la mujer de mayor edad había utilizado para extorsionarlo.
Lo peor, es que aquella amenaza, era más realidad que otra cosa.
-Volvieron a interrumpir mi confesión, y no pude declararme apropiadamente a Aomine-kun. Siempre que quiero decirle lo que siento un chico se interpone en mi camino y ya no sé qué hacer-conto con rapidez lo que le había sucedido aquellos últimos dos días.
La abuela se quedó pensativa unos instantes…luego chasqueo los dedos.
-¡Lo tengo! Si alguien quiere interrumpir tu confesión, lo único que debes hacer es…quitar a esa persona del medio.-termino de explicar su idea con una sonrisa maliciosa.
A Kuroko no le quedaron dudas de dónde había heredado su lado malvado.
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-Shintaro, cariño…-su madre lo observaba con una gotita colgando de su cabeza-¿Sucede algo?
-Algo muy malo debió suceder para que Shin-chan haya roto tres vasos…-opino una pequeña niña de seis años mientras hacía el número tres con sus dedos.
-Nagisa, no molestes a tu hermano-replico su padre, aunque también observaba confundido a su hijo mayor.
-Padre, está bien-replico el peliverde mientras se levantaba del asiento- Lamento haber causado problemas-dijo inclinándose levemente- por hoy, permítanme ir a descansar…
¡Crash!
Sus padres asintieron. “¡No digas las cosas con tanta seriedad si sigues rompiendo objetos!”
-¿Puedo ir a mi habitación también?-pregunto la pequeña Nagisa levantando su mano.
-Pero aún no has terminado tu…¡¿Dónde fue?!-se sorprendió el señor Midorima al ver que la hiperactiva niña había desaparecido de la mesa.
-Onisan…¿Tienes fiebre?-pregunto Nagisa cuando entro al cuarto de su hermano mayor, preocupada.
-No. ¿Por qué lo preguntas?
-Acabas de romper tu objeto de la suerte de hoy-señalo la niña con inocencia.
El peliverde tomo aire para luego colocarle a su hermana unos tapones para los oídos.
-******* KAZUNARI IDIOTA , HIJO DE LA GRAN **** ***** ESTÚPIDO MALNACIDO Y ***** QUE EXISTE EN EL **** UNIVERSO…
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
Aomine daba vueltas en su cuarto, malhumorado.
Su madre lo había regañado casi por dos horas por llegar con su uniforme empapado… ¡Pero claro! ¡No le creyó cuándo le dijo que un maldito rubio con complejo de garrapata lo había tirado a la pileta!
Bufo.
-Estúpido niño con cara de travesti-se quejó- ya me vengaré de ese maldito y…-se detuvo en seco- yo…creo haberlo visto antes…-el moreno empezó a rebuscar entre sus revistas y casi se le desencajo la mandíbula al ver el rostro afeminado del rubio saludándolo con una radiante sonrisa en la portada de una de las revistas.
-¡ÉL HIJO DE PUTA ES MODELO!
-¡DAIKI ¿QUÉ TE DIJE DE ESE LENGUAJE?!
-Mamá, estoy en un momento decisivo en mi vida en dónde no sé si quemar una foto en dónde salga la persona que quieras dañar causa el mismo efecto que con él vudú así qué…¡NOOO MAMÁ CON LA CHANCLA NOOOO!
“Jodido Kise hijo de la gran bitch”
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-¿Estas bien Ryouta?
-¿Eh? Sí…solo que me recorrió un escalofrío…no sé, sentí mucho odio dirigido hacia mí por un segundo…
-¿Así? Eso es sorprendente, es serio…pero…¡No me importa!
-¡Waahhh! ¡Que cruel Kagamicchi!-hizo un puchero el rubio.
-¡No le hables así a Ryou-chan, Taiga!-asintió Alex mientras abrazaba a Kise- ¡Es toda una lindura!
-¿Puedes al menos dejar de aplastarlo con tus pechos?
-¡Ay, Dika!-Alex le sonrío con picardía-¡Para ti también hay un abrazo!-dicho mientras se lanzaba hacia la morena que hacía lo posible por esquivarla.
-Si quieren jugar, vayan al patio-aconsejo Himuro mientras continuaba concentrado en su cena.
-¡No estamos jugando!-chillo Dika.
-¡Yo solo quiero apapacharte!
-¡¿Al menos esa palabra existe?!
-Como sea-volvió a intervenir el pelinegro- lo mejor sería que se alimenten bien y luego vayamos a dormir ya que mañana tenemos clase y…
“debo levantarme temprano para alquilar un disfraz que aquel titán no reconozca” pensó Himuro sudando frío.
Aún no entendía como se las había arreglado para escapar de ese chico de cabello lila…
-¡Yo quiero dormir con Kagamicchi!-sonrío Ryouta levantando una mano mientras se arrojaba a abrazar al pelirrojo.
-¡¿Quién dijo que podías quedarte?!
-Kagamicchi ya te dije que mis padre me dejaron…
-Sí, lo sé. Pero…¡¿Quién te dijo que podrías estar aquí en primer lugar?!
Desde que el pelirrojo había recuperado la consciencia, se había pasado la mitad del tiempo quejándose del dolor de su cuerpo (que el carrito en el que lo habían traído no era precisamente grande) y la otra mitad del tiempo gritándole al rubio que se vaya.
A lo que este, obviamente, se negaba.
-Yo quería quedarme, Kagamicchi-susurro Kise con suavidad mirando fijamente al pelirrojo con sus ojos humedecidos- quiero quedarme contigo.
Kagami sintió algo en su pecho al escucharlo y verlo así…Kise se veía tan…
Vulnerable…
00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
-Onisan, ¿A quién le escribes?-preguntaba un pequeño pelirrojo mientras observaba a su hermano mayor muy concentrado con su celular.
Algo extraño en él.
-Solo compruebo algo-respondió Akashi mirando la pantalla de su celular, sorprendido por la respuesta tan rápida que le había llegado.
De: Akashi Seijuro.
Para: K.F
“Me complace saber que se hará responsable del daño causado a mi auto. Acabo de llevarlo a mi mecánico personal y el arreglo me ha causado en total 100000 yenes. Me gustaría que concretáramos un horario conveniente para ambos así puede usted darme el dinero.”
No habían pasado ni cinco minutos cuando la respuesta le llegó al instante.
De: K.F
Para: Akashi Seijuro.
“¿100000? Usted perdonara, pero…etto…¡No recuerdo haber arruinado tanto su auto!”
Arrugo el entrecejo al leer la respuesta.
De: Akashi Seijuro.
Para: K.F
“¿Me está diciendo mentiroso?”
De: K.F
Para: Akashi Seijuro.
“Ehh…¡No! ¡Claro que no! Es solo, que vera, no tengo ese dinero hoy y mucho menos creo tenerlo para mañana…¿Puedo pagarle en cuotas? ¡También tengo una cámara si le sirve! O mi vieja bicicleta aunque no sé si le guste andar dicen que es buena para la salud o…”
Akashi decidió intervenir antes de que el castaño le empiece a nombrar un montón de artefactos que no le interesaban en absoluto.
De: Akashi Seijuro
Para: K.F
“No quiero ni necesito nada de eso. Si gusta, podemos establecer un plazo.”
De: K.F
Para: Akashi Seijuro.
“¡Eso es perfecto!”