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Susurros del Mar por Clawiss

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Notas del fanfic:

Aww  tenía en mente  algo así desde hace   unos días,  disfruté mucho  escribirlo, espero  y les  guste,  Obviamente los personajes no son de mi autoría. 

Notas del capitulo:

Les traigo el primer  capitulo, se llama "Tacto", es el primero de 5 historias autoconclusivas. Espero que lo disfruten-

  1.- Tacto

 

  El  invierno azotaba con violencia Iwatobi, llenando el paisaje de un hermoso tono blanco, pulcro, luminoso, parecía el paraíso en tonos  blancos  y un poco  de verde que no era más que la  vegetación oponiéndose con fuerza  a morir por  el  frío, intentando sobrevivir a  toda costa, las  calles, las  casas,  estaban cubiertas de ese  hermoso color  blanco evocando la pureza de la  infancia, el mar se revolvía  con fuerza en la costa en un tono azul tan azul,  tan profundo tan misterioso  que provocaba escalofríos  y  un tanto de miedo, el mar se imponía  fuerte y majestuoso. Era  un día cualquiera de diciembre Haruka suspiraba con melancolía al caminar por la playa, sentía la  fuerza del aire romperse en la punta de su nariz, apenas y podía respirar pero cuando lo hacia  llenaba sus pulmones  con el helado aire, el ambiente era de total  melancolía, un abismo  se creaba en su pecho, creciendo cada día más, caminaba escuchando como crujían las piedras al avanzar, cerró los ojos, pudo escuchar  las olas violentas en plenitud, se sintió invadido, saturado por el mar como  si este  lo hundiera en sus profundidades  y no lo regresara a  tierra  jamás, sintió ganas de  luchar contra el mar, de enfrentarlo de someterlo y ganar  ante él, sintió  ganas de reclamarle lo que le había arrebatado años antes, justamente en navidad.

  Se  desvistió, sintió como su piel se erizaba  totalmente  al hacer contacto con el aire helado, sentía las piedras como hielo bajo sus pies, avanzó con lentitud  hacia el agua  una ola violenta azotó contra su pecho llenando su boca de agua salada, sentía el cuerpo pesado, el agua densa no lo dejaba avanzar, sintió que no podía  más, dejó su cuerpo  hundirse por unos momentos, ya  no importaba  nada, estaba totalmente  solo,  y nada  iba a cambiar, no tenía sueños, aspiraciones, ni metas, nada  podía quitarle esa opresión  del pecho, ese dolor que se había acumulado por  años, pensó en  todo lo que había  vivido hasta ese día, nada  le importaba, una ola  lo sacó  de nuevo a la  playa, el mar lo estaba rechazando, se estaba burlando cruelmente de él. Vomitó el agua que  había  tragado y se limpió sus lagrimas,  buscó su ropa, una ligera llovizna comenzó a  caer, las gotas cayeron con lentitud sobre la negra cabellera “Cuanto tiempo será así” pensó, caminó de  vuelta hasta su casa.

 

  -Haruka, estás bien?  preguntó Rei, quien lo esperaba con un paraguas en la puerta de su casa, fue ignorado totalmente, sin siquiera recibir un gesto, ingresó a  la casa Nanase, era un lugar totalmente oscuro, tan frío como el exterior, había adquirido con el tiempo un aspecto deplorable  y lúgubre.  Vio como Haru se desvestía sin emoción alguna. Sonrió  con tristeza al ver el triste semblante de Haru, vi el delgado cuerpo, pudo admirar todos y cada  uno de los huesos  que formaban la  delicada  figura, se  estremeció,  lo abrazó con fuerza sintió como los  preciosos ojos azules derramaban lágrimas  y el pecho se  contraía en un llanto amargo,  lo abrazó con fuerza, era lo único que podía hacer, se limitaba a estar ahí para él  y brindarlo por lo menos un poco de calor a ese  frío corazón, acarició la melena negra que ahora estaba cerca de los hombros,  poco a  poco el llanto disminuía, lo guió hasta el baño, había preparado un baño caliente para  él.

 

 -Te haré algo de comer mientras tomas   tu baño- no recibió respuesta, aún así esbozó una sonrisa tan autentica y cálida que por un momento pudo ver algo de brillo en los preciosos ojos azules. Días como estos lo hacían sentir  tan impotente, admirar  el grado de destrucción que tenía para si mismo el pelinegro lo hacían cuestionar de su cordura, pese a ello, lo único que  podía hacer era ofrecer  su amistad incondicional.

 

 Haruka se metió al agua, sentía el calor recorrer su cuerpo desde  la punta de los pies hasta  las orejas,   recargó sus rostro sobre  las rodillas, recordó el tiempo en que era un niño  carente de preocupaciones, sin responsabilidades más  allá de  la escuela  y la  natación, cuando fue  la última vez que despertó sin arrepentimiento? No lo recordaba,  cuando fue la última  vez que había sentido ganas de vivir? … sus  ganas de sobrevivir habían cedido,  ya no había razón para ello, la soledad, la desolación, era su día a día, el dolor que sentía no se iría jamás, el agua  se había enfriado. Se vistió, había  olvidado que  Rei estaba en su casa, pudo ver que su casa estaba un poco más  ordenaba  y Rei lo esperaba con comida  caliente en la  mesa, comenzó a  llorar nuevamente los  brazos de  rei lo rodearon.

-Fue mi culpa, verdad? – dijo entre llantos

-No Haruka, no fue tu culpa y lo sabes –

-Si hubiera llegado antes…-

- Si hubieras llegado antes nada  hubiera cambiado – dijo  tratando de que su llanto no cediera. --Deberías comer algo.-  dijo acercándolo a  la mesa. Rei observó los  ausentes ojos  azules  rodeados de una negras ojeras  y los labios  rotos por  el frío, -Te vas  a quemar si no enfrías  la sopa- dijo mientras le quitaba la  cuchara a Haru, enfrío la comida   y alimentó a  Haru. Lo acompañó a  la cama y se despidió de  el.

 

-Gracias por  todo Rei- dijo el pelinegro cuando Rei dio la espalda, vió a contra luz  una  tierna  sonrisa. Cayó en un profundo letargo. “Lo estás haciendo bien Haru” escuchó entre sueños, sintió como una cálida mano se hundía entre sus cabellos, sintió como acariciaban su frente y un suave calor recorrer su cuerpo, sintió los largos dedos deslizarse por los pómulos hasta la barbilla. Conocía ese tacto, no había  nadie en el mundo  tan cálido, no había caricias tan suaves  y tiernas, cerró los ojos aún con mas fuerza, si era un sueño no quería que terminara jamás. Despertó en medio de la noche,  con los ojos hinchados, se tocó y sintió las  fría lágrimas en su rostro, sintió sus  mejillas arder, buscó su termómetro,  tenía  fiebre, buscó medicamento y se volvió a dormir.

 

 

    Despertó por que el timbre no dejaba de sonar, aún había demasiado frío,  el ruido lo molestaba, le molestaba la insistencia del ruido, resignado se puso un abrigo  y fue hacia la puerta

-Ren-  Dijo asombrado cuando abrió la puerta, el niño había crecido considerablemente, aún con un rostro infantil sonrió, Haru se  estremeció, evocó la época en la que acudía a la primaria con Makoto, recordó esa cálida sonrisa que le ofrecía el peliverde cada que lo veía  y sus  ojos eran una  versión color  miel de los preciosos ojos color  olivo.

-Hola Haru, - dijo el  niño apenado -Te  traje fruta – me dijo mi mamá que  si necesitas algo puedes  hablarle ….- Haru rodeó al menor con sus brazos, lo abrazó con todas  sus fuerzas durante un par de minutos.

-Perdona – dijo soltándolo

-Haru, me odias por parecerme a él?- Preguntó el niño clavando sus ojos en los azules de Haruka

-No  tendría por que hacerlo – dijo dando una palmada en el cabello del menor

-Haru, desearía no  tener este rostro para no ver  a mi hermano cada vez que veo mi reflejo en el espejo – dijo el niño dando la vuelta, dejando tras de sí a un Haru atónito. Regresó a su cama cubriéndose  totalmente con  los  cobertores,  sintió que la  fiebre lo invadía, le dolían las articulaciones  y los ojos le ardían, durmió todo el día, a veces  se despertaba a beber agua, cuanto tiempo llevaba con esta vida? Este era su tercer  año de miseria  y es que su castigo sería la  soledad que llevaba en su alma. Eventualmente moriría.

 

-Haru, Haru – susurró Nagisa  -Despierta, es navidad- sintió como las  heladas  manos de Nagisa tocaban su rostro, cuánto tiempo había pasado, 2 días tal vez?

-Nagisa – susurró

-Te  traje un poco de pastel  y tu regalo de  navidad, están por  llegar los demás –

-Quienes  son “lo demás”? –

-Rin y Rei – Nagisa lo obligó a  tomar un baño  y seleccionó la  ropa con la  que se vestiría, preparó  comida. De  manera casi autómata  Haru se vistió y bajó a  al comedor, todos los recibieron con una sonrisa cálida.

-Haru, ha pasado mucho tiempo – sonrió Rin,  todos  comieron y bebieron a excepción de  Haru, quien apenas y había  probado un poco de  arroz, Haru no soportaba el ambiente, no soportaba verlos  sonreír,  el calor del comedor lo agobiaba, la conversación llena de trivialidades lo rritaba, se sentía fuera de lugar en su propia casa, no encajaba  en  ningún lugar y tal vez  nunca  lo haría. Un gesto de hastío se formó en el rostro de rin

-Podrías  siquiera poner un poco de  tu parte Haruka- Dijo golpeando la  mesa. Todo se quedó en silencio, Haru miraba en algún punto de  la pared, sin dar respuesta al comentario.

-Es verdad Haru, todos estamos aquí por ti- dijo Nagisa nervioso

-Nosotros estamos tratando Haru -  increpó Rin en un  tono molesto, a este punto los ojos  de Haru estaban llenos de lágrimas al igual que los de Rei,

-detente Rin- Suplicó Rei

-No puedo creer que seas  tan débil Haruka, tienes que seguir adelante!, continuar tu vida, vivir por el! - dijo al borde de las lágrimas el pelirrojo

 

-Tu que sabes, acaso has amado alguna vez en tu vida? Sabes siquiera  lo  horrible que es  cargar el cadáver de la persona que amas hasta la playa? Sabes lo horrible que es  cerrar sus  ojos y ver el rostro azul de  Makoto? SABES QUE ES ESO!!? – Gritó exaltado Haru – Lo estoy intentando con todas mi fuerzas, pero no puedo, donde sea que voy me persigue el arrepentimiento, si tan solo hubiera llegado dos minutos antes, lo hubiera alcanzado a sacar con vida del mar – hundió sus  rostro entre sus manos. Nadie dijo nada, el primero en irse  fue  Rin, le siguieron Nagisa y Rei.

  

   Haruka tocó dos veces la puerta, abrió la  hermosa señora de rostro  gentil.

-Haruka-

-señora Tachibana – dijo avergonzado

- Vine a ver a Ren –

-Claro puedes pasar a  su habitación-  Entró a la casa que había  evitado durante los últimos 3  años,  un olor  a  incienso  lo hizo voltear hacia el pequeño altar que  estaba en la sala, sintió como su pecho hacía una opresión que apenas y lo dejaba respirar, se quedó estático, vio la  hermosa fotografía tomada  durante la preparatoria  la sonrisa más  dulce que jamás había visto  y los ojos tan transparentes y puros que lo hacían planear  la  vida alado del peliverde. Cerró los  puños con fuerza como sin con ello se diera fuerza para desviar la mirada de la  hermosa  fotografía. Subió a la  habitación de  Ren, ignoró totalmente el que había sido el cuarto del amor de su vida. Sonrió al ver  al niño sentado frente a la computadora,

-Podemos jugar videojuegos?- Preguntó sonriendo Haru

-Claro – Había una  similitud impresionante entre los  hermanos, esa noche jugó con Ren durante varias horas hasta que el cansancio venció al pequeño Ren. Antes de salir de la  casa  Tachibana pasó al pequeño altar a hacer una pequeña oración, colocó el llavero en forma de delfín a un costado de la  foto de Makoto.

-Gracias por  venir Haru – dijo la señora, despidiéndose  con un gesto amable. 

- Gracias a usted por permitirme jugar con Ren - dijo devolviendo el gesto

 

  Por primera  vez en mucho tiempo Haru se sentía vivo, caminó hacia la playa siendo rodeado por el frio,  el mar estaba tan tranquilo, se  tiró sobre la  arena, hundiendo sus dedos en ella, observó el firmamento infinito  y recordó los  hermosos lunares que tenía  Makoto en la espalda, echó una  carcajada,  el eco de la  risa se perdía en el calmo sonido del mar, la angustia, el dolor, la soledad  habían desaparecido, su corazón se parecía al mar en esos momentos, profundo  y  tranquilo, nuevamente  se desprendió de sus  ropas,  siendo presa del frío avanzó adentrándose al mar, el agua y él eran uno mismo, avanzaba como  dando suaves patadas, avanzó hasta donde  su fuerza  se lo permitió, flotó unos momentos  admirando el cielo respiró por última vez, poco  a poco se  hundía en las profundidades del mar, no sentía desesperación, sentía el agua entrar por  su nariz  y no opuso resistencia, dejó que el agua lo apresara, dejó que el agua llenara su cuerpo, sus pulmones, oídos, se  lo había prometido momentos  antes “Algún dia volveremos a estar juntos Makoto.”

 

-Haru,  Bienvenido, te  he  estado esperando – Dijo sonriendo Makoto mientras  le extendía la  mano para sacarlo del agua.

 

Notas finales:

Bueno,  fué  un  final abrupto lo sé, pero si no lo hacía así  no podría  dormir en paz, espero que les halla gustado, dudas  y comentarios  pueden expresarlas mediante un Review. Espero que sigan los relatos, 


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