GUSTO
En una mesa, algo alejada de la multitud se encontraba Rei, mirando acusadoramente a Nagisa, el ambiente era tenso, el rubio miraba fijamente el pequeño arreglo floral que se encontraba en la mesa, evitando el contacto visual con el chico de gafas.
-Desde cuando?- Dijo herido Rei.
-No sé, dos meses tal vez-
-Es bíen, no pasa nada. Rei se acomodó las gafas. -deberías de terminar el pastel - sujetó la mano del rubio con delicadeza, -Quién es? – preguntó
-Momo-
-Maldita sea Nagisa! De todas las personas con las que te pudiste haber acostado elegiste a ese imbécil. Se acerco al oído del rubio -Eres una puta - dijo en un susurro suave. Nagisa comenzó a llorar descontroladamente, sabía que traicionar a Rei lo estaba matando, sin embargo las palabras creaban un dolor profundo en su pecho, la mirada de Rei se clavaba en él arrebatándole la tranquilidad, solo quería irse de ahí, el agarre de Rei se hacia más fuerte, comenzó a sentir dolor en su muñeca.
-Te cogió mejor que yo?-
-no- Rin soltó la mano de Nagisa, para acariciarlo con dulzura, lo abrazó y probó los labios sabor chocolate de su pareja, limpió las lágrimas del rostro del pequeño ángel frente suyo,
-Todo estará bien, no?. Dijo Rei sonriendo -Mañana te mudas a mi departamento- Nagisa seguía sin decir nada -Deberías trasladarte de escuela?
-No es necesario.-
-Por su puesto que es necesario!- Gritó el más alto molesto
-Rei, no grites, por favor –
-Lo siento Nagisa, - lo besó nuevamente. Profundizó el beso hasta donde su respiración se lo permitió -Esta noche la pasarás en mi departamento, - dijo Rei a su oído
-Está bien - dijo el rubio mientras se aferraba al pecho de su pareja Rei olía muy bien, su aroma era fresco como un bosque joven en primavera, el café era cercano al departamento de Rei así que caminarían hasta el lugar, Rei sujetaba a Nagisa de la cintura, aprovechando los lugares poco iluminados para ponerlo contra la pared y besarlo de forma demandante, sus dulces labios con sabor a chocolate, lo volvía loco, Nagisa era su perdición, su vicio, su enfermedad y su cura. Metió sus helados dedos en la camisa del rubio, un suave gemido salió de los carnosos labios al sentir con esas manos jugueteaban con sus pezones.
-Rei estamos en la calle – dijo ruborizado el rubio
-Nadie está viendo . Rei presionó aún mas fuerte el pezón,
-Rei… no – Nagisa opuso resistencia a las caricias.
-No me hagas enfadar – susurró Rei mientras lo soltaba.
Llegaron al departamento, impecable, limpio reflejaba perfectamente el carácter y personalidad del mas alto, la pulcritud reinaba en el lugar, todo meticulosamente ordenado, nada fuera de lugar, Rei lucia más tranquilo, Nagisa mordía sus uñas con nervios, dudaba si estar ahí fuera lo correcto, amaba mucho a Rei y se arrepentía enormemente por haberlo traicionado, sin embargo algo en ellos poco a poco se quebraba, algo que ni todo el amor que se tenían podía reparar. Resignado Nagisa se desplomó sobre el sofá, temblaba ligeramente, ¿Cómo podría agradarle a Rei nuevamente? Pensaba una y otra vez, con los ojos cerrados, sintió la mano de Rei acariciar ligeramente sus pómulos.
-Nagisa, preparé el baño ¿quieres tomar un baño conmigo?- dijo sonriendo, por un momento todas las dudas, el dolor, la ansiedad desaparecía. La cálida sonrisa de Rei lo tranquilizaba y reafirmaba el amor desmedido que sentían mutuamente. Se colgó del cuello del más alto, para después ser cargado por el estilo princesa. Rei desnudó al rubio, lo contempló por un instante, era precioso, parecía un pequeño Ángel, ambos jóvenes se metieron a la tina, quedando Nagisa frente a Rei, admiró la espalda del rubio, era pequeña y fuerte. Una pequeña marca que nunca había visto lucia en la espalda del mas pequeño.
-Soy un imbécil – Dijo Rei con dolo.
-Rei, que sucede?- preguntó inocente Nagisa
-Cogiste con él hace poco verdad?- el pecho de Nagisa se comprimió, por un momento dejó de respirar y su cuerpo temblaba incontrolablemente. Los brazos de Rei lo rodearon -¿Se vino dentro?- Nagisa no contestó, sintió como los largos dedos de Rei se adentraban en su cuerpo, su cuerpo no respondía, el flujo del agua era lo único que se escuchaba, detrás de él, la respiración acelerada de Rei lo torturaba. Sintió como los dientes de Rei se hundían sobre su piel, no eran mordidas eróticas, era doloroso, inevitablemente comenzó a sollozar.
-Por que lloras “Nagisacchi” – Dijo con sarcasmo, sacó los dedos del cuerpo del rubio, consideró que ya estaba listo, levantó las caderas del rubio y en un solo movimiento lo penetró salvajemente , Nagisa estaba temblando, Rei sentía el calor del mas pequeño -Qué esperas? Comienza a moverte- espetó, Nagisa cubría su rostro con sus delgadas manos, no quería que Rei lo viera llorar sin embargo no podía controlarse, sentía el miembro erecto de Rei dentro suyo, lacerándolo, dándole un dolor placentero, comenzó a moverse con un poco de dificultad, ya que el espacio era reducido y no tenía donde apoyarse
-Ahhh así te lo cogías a él? Preguntó con ironia Rei. Colocó el pene del rubio entre sus dedos, comenzó a frotarlo frenéticamente, poco a poco los sollozos del rubio se transformaban en gemidos placenteros, Nagisa incrementó el ritmo de sus caderas,
-Ahhh.. si..- gemía el peliazul -Eres un buen chico - hundió sus uñas en los preciosos muslos del mas pequeño,
-Rei me voy a venir, - dijo el rubio excitado para después terminar sobre la mano de su pareja, momentos después Rin terminó dentro del cuerpo de Nagisa.
-Nagisa no me dejes – dijo al oído del rubio, abrazándolo posesivamente.
-Rei …- gimoteó el rubio -Te amo sólo a ti, de verdad siento mucho lo que te hice -
-Te perdono, tenemos que intentarlo no?-
-Claro que sí – Nagisa sonrió.
-Mañana vamos por tus cosas al departamento –
-Pero no creo que sea buena idea vivir juntos - dijo Nagisa agachando la cabeza
-No me hagas enojar cariño- dijo Rei en un tono suave pero amenzante, Nagisa se estremeció al ver la mirada desafiante de su pareja. Rei se ponía la pijama a cuadros y buscaba entre sus cosas algo que prestarle a Nagisa.
-Está bien –
-Otra cosa, dáme tu celular –
-Que?-
-Ya me escuchaste, no? DA-ME EL CE-LU-LAR, Nagisa extendió la mano dándole el celular. Rei se acercó al balcón del departamento y aventó el móvil por la ventana
-Así está mejor no?- Dijo con una radiante sonrisa en el rostro, Nagisa lo observaba desconcertado, sentado en la cama con la toalla cubriendo tu vientre. Re se acercó a el, y lo vistió con una playera suave que naturalmente le quedaba grande al rubio. Nagisa sintió que su estómago se revolvía, sentía miedo, por primera vez sentía miedo de estar con Rei.
-Te ves adorable – dijo Rei abrazando a Nagisa.
-Por qué hiciste eso?-
-Por que te amo, no quiero que nadie más te toque, no quiero que hables con nadie más, te mantendré donde te pueda ver, no dejaré que nadie más se te acerque. –
-Rei eso está mal-
-TU NO TIENES LA AUTORIDAD MORAL PARA DECIRME QUE ESTÁ MAL!- gritó Rei, al ver el gesto de terror en el rostro de Nagisa suavizó la voz, -Perdona no quería gritarte, de verdad lo siento-
-Rei yo te amo, pero lo que estás haciendo… es aterrador –
-Es amor, lo hago por que te amo Nagisa –
-Tu no me amas – la pesada mano de Rin se impactó contra la mejilla del rubio,
-Eso te lo mereces por ser insolente – lo sujetó con fuerza recostándose sobre la cama, pudo ver el horror en el rostro de Nagisa, sin embargo no se detuvo, besó los labios del rubio, había un sabor metálico, a hierro oxidado, degustó el desagradable sabor de la sangre de Nagisa, Ya no había sabor a chocolate sobre sus labios.
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