Me dirigía a casa de Ventus, como todas las tardes desde hace una semana, ya que había suspendido un examen muy importante y debía recuperarlo como fuera, de modo que me pidió ayuda. Aunque no lo pareciera, a parte de un gran atleta también era buen estudiante, pero Ventus era todo lo contrario, bueno, no es que no fuera buen estudiante, su problema era la falta de atención, el volar de un mosca bastaba para llamar su atención. En algunas ocasiones en que la clase le aburría se ponía acariciarme el brazo, no preguntéis porqué, pero parece que disfruta haciéndolo, rozando la ligera capa de vello, el poco que había en mi cuerpo ya que estaba en el equipo de atletismo y de natación, así que necesitaba estar totalmente depilado.
Llegué a su casa y llamé a la puerta con algo de pereza, la verdad es que no me apetecía mucho el plan de tener que estudiar por las tardes, pero Ventus me lo pidió con aquella carita de ángel a la cuál no podía resistirme. La puerta se abrió y tras ella aparecieron aquellos dos ojazos azules mirándome con alegría.
-Pensé que no vendrías -dijo con un tono entre molesto y juguetón, a lo que miré mi reloj.
-Pero si sólo me he retrasado dos minutos...
-¡Pero dos minutos sin ti para mí son una eternidad! Además, hoy estoy muy contento y tenía que compartir mi felicidad con alguien.
-¿Y Sora?
-Estos días creo que no sale mucho de la cama -reí al pensar en el pobre Sora siendo embestido hasta no sentir el trasero.
-Ok, déjame entrar y me lo cuentas -respondí sin mucho interés.
-Si hay algo que me enamora de ti es esa actitud de tipo duro, lástima que ya no puedas engañarme después de gemir una y otra vez pidiéndo tener mi miembro dentro de ti.
-¡¿Vamos a estudiar o qué?! -rugí con la cara completamente roja, ¿por qué tenía que restregarme ese tipo de cosas? ¡Argh!
-Jajajaj
Subimos a su habitación, y nada más entrar me di cuenta de que ahora había una segunda cama al lado de la de Ven.
-¿Es que tienes compañía?
-No... bueno, al menos no hasta esta noche.
-¿Es que te has montado una orgía esta noche y no te daba bastante con una cama?
-¡Eh! ¡Ya te dije que dejaras de tomarme por un maníaco del sexo!
-Cierto, sólo eres un masoquista que disfruta dominando a su novio cachas.
-Lo de "cachas" te quita humildad.
-Y ahora me dirás que no te pones a 100 sólo con ver mi cuerpo desnudo. Imaginando mis pectorales, mis marcados abdominales, flexionando mis bíceps y vistiendo nada más que un ajustado speedo... -disfruté viendo su cara sonrojada y la tienda de campaña que formaban sus pantalones cortos-. Deberías ir a verme a algún entrenamiento de natación, estoy seguro de que disfrutarías mucho.
-Claro, y tú no disfrutas siendo objeto de mis miradas ¿verdad?
-Las que ya no disfrutan tanto son las tías de la clase, que cuando las pillas mirándome se ponen a templar al ver tu mirada asesina.
-Es que parece que no les entra en la cabeza que eres mío. ¿Es que voy a tener que marcar mi territorio o ponerte algún cartelito de "no disponible"?
Me encantaba verlo celoso, y tampoco me importaría verlo pelearse por mí, aunque eso sonaba un poco egoísta ¿no?
-Bueno, a lo que íbamos, ¿por qué hay otra cama aquí?
-Veras, es que... va a venir mi hermano.
-¿Tú hermano? No me habías dicho que tenías uno.
-No había salido el tema. Su nombre es Terra y ha estado estudiando Magisterio en Tierra de Partida, pasará unos días haciéndome compañía, hace ya 2 años desde que se fue.
De pronto se oyó el timbre de la puerta.
-Espera aquí mientras voy a abrir.
Ven se fue corriendo. Pensé que no tenía nada que hacer allí solo así que bajé a ver quién llamaba, cuando de pronto lo oí.
-¡Terra!
Al asomarme vi a Ven abrazado a un tipo moreno, alto y fornido que le devolvía el abrazo. No pude evitar sentirme molesto, aunque sabía que eso era un gesto normal entre hermanos.
-Pensé que llegarías a la noche. ¿Por qué no me llamaste para ir al aeropuerto?
-Quería darte una sorpresa. ¿Puedes ayudarme con las maletas?
-Claro.
Ventus salió al exterior para recoger la maleta que quedaba, mientra su hermano pasó al interior. Fue entonces cuando cruzamos miradas. La mía era de indiferencia, aun siendo el hermano de Ven para mí era cualquier tío que se acercara a mi novio: un enemigo, mientras que su mirada era de sorpresa y sobresalto.
-Vaya, no sabía que tenías compañía.
-¿Eh? -preguntó Ven entrando de nuevo con la maleta- Oh... bueno, este es Vanitas.
-Encantado -dijo mientras me tendía la mano. Yo se la estreché por educación-. No sabía que Ven tenía otros amigos a parte de Sora.
-Bueno, yo... -no sabía si decirle lo que había entre su hermano y yo, quizá él era consciente de la condición sexual de Ven y podría fastidiarla.
-Terra, verás... Vanitas es... mi novio -confesó Ven con timidez.
-Oh... vaya, qué corte. Espero no haber interrumpido nada.
-¿¡Qué!!? ¡No estábamos haciendo nada! -exclamó Ven avergonzado- ¡Sólo me ayudaba a estudiar.
-Osea que atleta y empollón... pues sí que te has buscado un buen partido, hermano.
-¡Calla! - gritó dándole un golpe en el hombro.
-¿Qué ha sido eso? Vas a tener que ir al gimnasio para estar a la altura de tu musculitos, quizá es de los que le gustan algo más fuertotes -se burló mientras alborotaba el pelo de Ven con la mano.
-¿Y tú qué sabes? A Vanitas le encanto tal y como soy. ¿Verdad Vani?
-Claro.
-Oye ¿y mi beso de bienvenida? ¿Ya estas perdiendo los buenos hábitos?
-Oh, perdona.
Entonces Ven se puso de puntillas para llegar hasta la cara de su hermano, el cual tuvo que agacharse, y le dio un beso, pero no un beso en la mejilla, sino uno en la boca, más bien un pequeño pico cariñoso, pero a mí me sentó como una patada en el estómago. De pronto sentía que no pintaba nada allí.
-Ven, yo me voy ya.
-¿Qué? ¿Pero no íbamos a estudiar?
-Estoy seguro de que vosotros dos tenéis mucho que contaros y yo sería una molestia.
-Pero...
-Tranquilo, mañana nos vemos y recuperamos esta tarde -me despedí, dándole un buen beso en la boca, dejándolo sin aliento y mostando mi posición de macho alfa, lanzando una mirada inquisitiva a Terra, que nos miraba incómodo.
Llegué a mi casa y me tiré sobre el sofá, aún cabreado por aquella extraña relación que tenían esos dos. Aunque yo no tenía un hermano así que no podía saber si eso era normal, pero había oído que los hermanos siempre se llevan como perros y gatos. De todas formas a mi mente llegó una imagen de Ven y Terra liándose que me revolvió el estómago. ¿En qué demonios estaba pensando? Sólo ha sido un pico, aunque los tíos no suelen saludarse con un beso, y menos alguien con apariencia tan masculina como Terra... ¡Espera! ¿Y si en realidad fuera su amante y la historia del hermano sólo era para engañarme? Era muy raro que nunca me hubiera hablado de él viendo la buena relación que tienen. "¡Aaaaggghhhh! ¡Vanitas, deja ya las paranoias! ¡Se supone que tú no eres tan celoso!" ¡Pero es mi Ven! ¡Me da igual que sea su hermano, voy a dejarle claro que Ventus es mío y sólo mío, y si intenta algo raro pienso usar estos músculos para romperle la cara!
No quería seguir torturándome de esa forma así que me fui pronto a la cama, logrando dormirme milagrosamente pronto.
[...]
-Aahh... sigue... -jadeaba un rubio sudoroso.
-¿Te gusta? Tu culo está bastante dilatado, ese novio tuyo debe estar bien dotado.
-Sí... pero no tanto como tú... aahhh... dame más fuerte... hermano...
-¿Quieres que te de más duro? Suplica por mi anaconda.
-Por favor... quiero sentir tu gran anaconda devorándome por dentro...
-Bien, Ventus, gime para mí, quiero oír tus gritos de placer.
-Sí... Terra... tú si que eres un verdadero hombre.... aaaaahhhhh....
-¡¡¡AAAAAAAHHHHHH!!!! -me desperté sobresaltado, sudando y jadeando después de una pesadilla como esa- ¿Qué coño ha sido eso? ¿¡Por qué mi mente tiene que jugar así conmigo!?
Al día siguiente fui al instituto con unas ojeras enormes, después de aquella pesadilla ya no pude volver a dormirme por miedo a soñar de nuevo algo parecido. Al entrar en clase observé a Ventus charlando con Sora.
-Lo que te digo, Roxas me tuvo la noche esposado mientras maltrataba mi pobre trasero - fui acercándome a ellos para darle los buenos días a mi novio.
-Jajajaja, ¿y lo malo está en...?
-Ya, muy gracioso... Por cierto, ¿qué tal con tu hermano?
-Genial, estuvimos hasta tarde charlando sobre lo que nos había pasado estos 2 años -al oír aquel tema de conversación decidí sentarme directamente y esperar al profesor mientras miraba por la ventana.
-¿Y tu hermano tiene pareja?
-¿Eh? Pues no, o al menos no me ha dicho nada. ¿Por qué? No me digas que aún sigues colado por él.
-¿¡Qué!? -la mirada de Roxas en ese momento fue para enmarcarla en una casa del terror para asustar a invitados indeseados -¡Roxas, no pienses mal! Fue uno de esos amores de juventud, y nunca tuvo pareja ¿sabes? Me parecía muy raro con lo atractivo que es, en lugar de ligar siempre estaba a tu lado, Ventus -aquello me volvió a sentar como una puñalada, aunque al menos era su hermano y no un amante, aunque aquello que dijo Sora me pareció muy sospechoso.
-Ya sabes cómo es. A veces se pasa de sobreprotector. ¿Recuerdas aquella vez que casi se carga a un tipo que se chocó conmigo sin querer?
-Sí, la verdad es que cuando se enfada da miedo, pero contigo es realmente amable, cualquiera diría que sois novios.
-¿Pero qué tonterías dices? No sabía que te habías vuelto tan pervertido, Sora, ahora te imaginas escenas incestuosas de mí y mi hermano.
-¡¿Eh?! ¡Yo sólo hacía una broma! ¡Roxas, deja de mirarme así, por favor!
No quise escuchar más de la conversación. Definitivamente Terra no podría llegar a caerme bien, y a partir de ese momento sabía que se tendría problemas con mi autocontrol, yo no sabía contenerme cuando se trataba de Ventus, y más después de casi perderlo una vez... tenía claro que no volvería a dejar que se alejara de mí...
-Prepárate, Terra, te voy a demostrar quién es el verdadero macho alfa... -murmuré con la vista perdida a través de la ventana.
Continuará...