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Pequeñas cosas #2MIN por Selly

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Notas del fanfic:

¡BooBear is back!

Notas del capitulo:

¡Hola, pandas!

Rato que ya no publicábamos nada por aquí, también porque en cuestiones se nos es muy difícil venir actualizar en Amor Yaoi que en Wattpad, pero por el momento no publicaremos los Fics que tengamos en otras cuentas, solamente los OneShots, les dejamos los Links tanto de nuestra página en Facebook como de nuestro perfil en Wattpad para que ahí puedan leer nuestros otros proyectos, gracias por el apoyo incondicional que nos estuvieron dando, y esperamos les guste esta mini historia.

Facebook: https://www.facebook.com/BooBearL-1706991089531587/?fref=nf

Wattpad: https://www.wattpad.com/user/BooBear1Q84

Ajusta la venda en su muñeca y deja un casto beso en ella, transmitiéndole ese cariño que necesitaba para sentirse vivo nuevamente


Min Ho niega con una sonrisa melancólica dejando el brazo vendado de Tae Min en el respaldo del sofá


"Quiero que lo sepas yo estoy aquí, por ti


Y así tu quizá te ames como yo a ti"


— Gracias – susurra mirándole con esos ojos cristalinos llenos de arrepentimiento –


— Shh.. No pasa nada – le abraza sin quererle soltar, porque en cualquier momento el menor se derrumbaría y Min Ho estaría ahí para levantarle –


"Pequeñas cosas que tal vez hoy no podre callar y es por ti, tu eres así


Me enamore de ti"


"De todo lo que hay en ti"


Pasa la manga de su chamarra por sus ojos rojos y deja secar la última lágrima derramada en ese momento. Cuantas veces no había intentado lo mismo, ya no era él quien lo decidía sino sus manos quienes le arrebataban su poder de decisión, porque su mente ya no era quien le manejaba sino su mismo cuerpo era quien ahora le traicionaba


Sujeta su brazo vendado y camina hasta la cocina donde había desaparecido Min Ho, obviando su reacción cuando le encontró recargado en el sofá de su casa, no era la primera vez que el mayor presenciaba como Tae Min se lastimaba, desde el inicio de su relación sabía de los problemas que tenía esté e incluso le llego advertir pero se negaba a dejarle, el castaño lo necesitaba porque ya no era falta pedírselo, ya lo sabía.


— ¿Me llevaras al psiquiatra? – pregunta con miedo, no por la respuesta sino por el temor a saber que estaba enfermo, que tenía un problema mental, que sus acciones ya no estaban al alcance de algún psicólogo y que en algún instante el mayor recurriría al psiquiatra –


Min Ho deja el envase de jugo en la alacena, terminando de servir la sopa que había calentado para su novio. Tenía que responder con cuidado, no quería que a su pequeño le llegara un ataque de ansiedad y tuviera que llevarlo al hospital.


— No veo porque debería de llevarte, ¿Acaso no te cuido bien? – le mira con una sonrisa de lado–


— Sí, claro que lo haces pero.. siento que te estoy molestando demasiado –


El alto deja el plato de sopa frente al menor, pensando deprisa una respuesta que darle. Por supuesto que no era ninguna molestia cuidarle, después de todo era su pareja y tenía que preocuparle, nada que tuviera que ver con Tae Min era de poca importancia, Min Ho estaba siempre dispuesto y atento a lo que este necesitara


— Come, necesitas tener energía – pasa una cuchara a su lado y apoya los codos en la mesa, recargando la barbilla en sus manos –


— No tengo hambre y no me has respondido – retira el plato a un lado y se cruza de brazos visiblemente molesto –


Suspira y talla sus ojos con pesadez, no era buena idea evadir las preguntas del castaño, de una o de otra forma obtendría lo que quería.


— Tae Min, en ningún momento me parecería irritante tener que ayudarte, eres mi novio y me preocupas –


— Lo haces sonar como si fuera una obligación – voltea el rostro y evita que le siga tocando las manos como había empezado a acariciarle –


Se golpea mentalmente, tenía que ser cuidadoso en todas sus palabras, cualquiera podría dañarle a su sensible pareja


— No pienses más en eso – acomoda un mechón tras la oreja del menor y vuelve a tomar sus manos de nueva cuenta, está vez besándolas dedo por dedo – ahora come –


— Ya te dije que no tengo hambre –


— Y ahora te digo que vas a comer quieras o no – acerca el plato nuevamente pero esta vez coge la cuchara en mano y la sumerge en la sopa –


— No soy un bebé – reprocha ofendido, cerrando los labios para evitar consumir el alimento –


— Tae, Vamos amor, abre la boca –


Pero este se negaba, apretaba los labios con más fuerza y volteaba el rostro, algunas gotas del plato cayeron sobre el mantel recién cambiado pero ninguna atravesó esa fina línea que se formaba en la boca del castaño, estaba en un momento de encapricho, pero necesitaba comer, estaba adelgazando más de la cuenta, estaba 20 kilos debajo de su peso normal era de preocuparse.


— Min Ho te he dicho que no quiero – y con un brusco movimiento le aleja la mano tirando en el acto la cuchara que llevaba en ella dejando la sopa desparramada en el piso – Yo.. – tapa su rostro con ambas manos y empieza a sollozar – lo siento.. lo siento... lo siento –


Hipaba entre los sollozos, escondiendo su rostro en todo momento. No debió reaccionar de esa forma, el mayor no le había hecho nada malo como para que le alejara de esa manera


Min Ho observa la cuchara tirada y la sopa esparcida en todo el suelo pero no se molesta, solo se levanta de la silla y cubre con sus brazos el cuerpo delgado, dándole calor y haciéndole entender que no sucedía nada, solo había sido un accidente


El menor no debió separarle bruscamente y el mayor no debió insistirle si él no quería.


— No, yo lo siento –


Tae Min vuelve la vista a la mesa y coge otra cuchara del fregadero, sirviendo en un nuevo tazón una porción pequeña de sopa, en silencio empieza a comer, todavía sin alzar el rostro para ver el de su novio quien aunque no estaba molesto no tenía las agallas para verle ahora.


Aprieta las piernas bajo la mesa y traga con dificultad, la vergüenza le estaba jugando mal, se sentía terrible por su golpe al brazo de su pareja, no le había dolido pero no tenía que hacer eso después de que el mayor le salvo de un posible suicidio


Mira las vendas en sus brazos y por fin sus ojos se vuelven a encontrar con esos orbes negros que le veían con una sonrisa


Siempre tan alegre y carismático, nada que ver con esos ojos tristes llenos de una melancolía y ese cuerpo anoréxico con esa piel albina con pequeñas manchas amarillas en el rostro


Era muy afortunado de tenerle


"Nunca te has tratado bien


Nunca te has amado pero hazlo por mí


Quiero que lo sepas yo estoy aquí por ti"


Se levantan de la mesa en completo silencio, sino hasta que llegan a la habitación que comparte con el mayor, porque si, llevaban 3 años viviendo juntos y aunque Tae Min todavía no terminaba la preparatoria le gustaba estar con su novio, poder besar y abrazarlo cuando quisiera, ya no era pedir permiso a sus padres para salir a verle y por solo unas horas, ahora eran las 24 horas que lo tenía


Se deja abrazar cuando está recostado en la cama matrimonial, ya con la luz apagada y el sonido de los coches habían cesado


Ahora solo se escuchaba el sonido de sus corazones latiendo al máximo, la respiración del pelinegro en su oído y esos besos que repartió en el largo de su cuello


Suspira placentero, había olvidado lo que se sentía una caricia con amor.


Toma con su mano la nuca de este y lo apega más a su cuello


"Nunca te ha gustado como se escucha tu voz"


Calla cuando no puede contener más las sensaciones


Calla cuando le toma por completo


Calla cuando llega al climax


Evitando que esa chillona voz saliera como naturalmente debía ser, ahogándose en un grito interno


Cierra los ojos y se esconde bajo el pecho de este, cayendo en los brazos del morfeo


Mientras Min Ho escuchaba atento cada murmuro que sacaba su novio mientras dormía.


"Tú no puedes dormir sin una taza de té, y quizá sea la razón si dormido no hables bien, me conversas cada noche y tus secretos guardare, aunque sin sentido sonare "


*


Agarra los costados con fuerza y tira hacía arriba en un vano intento de subir esos desgastados pantalones que le venían apretados hace un largo tiempo


"No quieres ver si mantienes tu peso o no, tratas de meterte en esos viejos jeans, pero así eres perfecto para mi"


Resignado se ve en el espejo y con furia golpea su vientre plano, haciéndose más daño del necesario, en un ataque empieza a propinarse golpes en el vientre y en los costados, rasguñándose, abriéndose parte de la piel, dando con sus nudillos en sus caderas


— ¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito! – grita enfurecido, perdiendo control de sí –


La puerta de la habitación se abre de golpe y deja ver a su novio con los ojos sorprendidos, acercándose rápidamente y sujetando esas manos que dañaban ese bello cuerpo, apresándolo entre su cuerpo


— Tae Min – lo llama pero estaba tan perdido en su furia que sus oídos parecían no funcionar en ese instante – amor, mírame, Tae Min mírame por favor – bufa con pesadez y le aprieta los brazos con fuerza mientras le zarandea dos veces con brusquedad - ¡Ya basta! – alza la voz, haciéndose rápida la reacción del menor –


Los golpes habían parado, los gritos igual, ahora su cuerpo estaba inmóvil y con la cabeza agachada


— Ven aquí – desenvuelve esos brazos cruzados y le toma entre los suyos, acariciando sus costados rasguñados con algunas gotas de sangre saliendo de estos –


Tae Min se aferra a su calidez, mojando con sus lágrimas la camisa del mayor pero ¿Qué más daba? No le importaba ahora llegar tarde, su pequeño lo necesitaba.


Min Ho toma su mano, llevándole hasta la cocina, tenía que curarlo de nueva cuenta


Busca entre el botiquín de emergencias sacando unas gazas y algo de alcohol


Sujeta del brazo al castaño cuando patalea contra la mano del mayor que le acercaba la tela bañada en alcohol hacía su vientre, si no le limpiaba se infectaría


Tae Min aprieta los ojos cuando siente el escozor del líquido ardiendo en su vientre y costados, rechina los dientes aguantando todo ese dolor


Paso dos veces más una gaza limpia para vendarle ya después de haber aplicado la pomada en las heridas


— No tengo que ponerme – se justifica, pero no era aceptada por el pelinegro que niega –


— Hoy iremos de compras, escoge lo que te guste –


— Lo que me gusta nunca me queda – cruza las piernas y le da la espalda –


— No importa que te pongas, te vez bien con todo – intenta sonreírle de la manera más sincera –


No recibe respuesta


Acomoda el botiquín en los cajones de su vitrina. Hoy le traería unos jeans bonitos a su novio, había pasado hace unos días a "Calvin Klein" y encontró un par muy bonito, seguramente se le verían hermosos a su pequeño.


— Es hora de irnos –el menor le observa desde el marco de la puerta ya con su mochila en el hombro – 


— No has desayunado – le reprocha, terminando su taza de café –


— Cuando regrese lo haré –


— Tae Min no puedes irte sin comer, te desmayaras – abre el refrigerador, tomando el envase de banana milk que compro ayer –


— No insistas Min Ho, te dije que estoy bien – le observa con el ceño fruncido, esperando que el mayor se resigne y lo lleve al colegio –


— Está bien, pero esta tarde iras conmigo a comer después de la escuela – advierte, cerrando las puertas del congelador –


— Como digas – revolotea los ojos y sale de la habitación –


Le despide con un ademán de mano, sonriéndole de manera sincera y como solo él sabía hacerlo. No obtiene respuesta pero la mirada tranquila de Tae Min le aseguran que estaría bien las horas ahí dentro.


Recarga la cabeza en el respaldo del asiento, cerrando los ojos por unos instantes, pasando sus manos por su rostro cansado. Anoche se desveló por escuchar los pequeños murmullos del menor.


"Min Ho... Estoy solo"


"Todos lo estamos, nacimos solos y moriremos solos"


"Para que prometer si de todas formas nunca se cumplen"


"De nada te sirve ser bueno si los demás son malos"


Cada palabra soltada por esos bellos labios le hacían entristecerse y querer dar un salto de un puente.


Porque sí..


Desde que conoció a Tae Min esté le hizo ver muchas cosas


Las personas son crueles, no hay ser humano bueno, ni si quiera él, tenía partes oscuras que aun los que le rodeaban lo habían visto


Al mundo se viene a sufrir, es por eso que el humano fue creado, por diversión y entretenimiento de sus creadores


Si vas a morir algún día porque mejor no empezar desde ahora


Era una idea errónea que mantenía Tae Min. El suicidio siempre estuvo rondándole en la cabeza, inclusive cuando era apenas un chiquillo de 5 años, muchos se preguntaban, ¿Qué puede faltarle a un niño? Negando así la soledad que en ese momento sentía cuando le ignoraban, cuando le negaban la entrada a su especie. Tae Min ya no se consideraba más una persona, era solo un ente entre mucha bazofia. Nadie le escuchaba. Nadie le pasaba una mano cuando caía. Nadie estaba con él.


El mayor aprieta los ojos con fuerza, sabe que para Tae Min él no es nada importante en su vida, es su novio, al cual jamás le ha dicho que lo quiere.


No puede aferrarse a la idea de que el menor solo este creando una imagen buena de él para sentirse contento consigo mismo.


¡No!


Niega rotundamente, apretando el volante del coche, estrujándolo entre sus dedos, causándose dolor solo por el afán de saber que satisfacción hallaba su novio en ese sufrimiento, como eso podía hacerle sentir tan bien.


Estaban mal. Ambos lo estaban


Abre los ojos cegándose unos momentos por la luz que traspasaba el parabrisas, despabilándose unos instantes, volviendo a la realidad.


Talla sus ojos y lanza un suspiro


Vuelve la vista al instituto que ahora permanecía cerrado. Mira su reloj de pulsera.


10:30


Hace 50 minutos todos los estudiantes entraron y él tenía que correr a la universidad.


Da unos ligeros golpes a su mejilla y arranca el coche.


Le comprare algo lindo – Pensaba sonriente en esos jeans que había visto en las vitrinas de exhibición, no pudo evitar imaginarse a su novio usando esos bellos pantalones –


*


— Llegaste más tarde de lo normal – le sigue JongHyun, su amigo incondicional –


— No puse mi alarma – ríe amargamente – Supongo que los trabajos me tienen acabado –


— Lo sé, luces terrible –


Le mira arqueando una ceja. Que observador.


— Bueno, porque mejor dejamos de criticar y vamos almorzar –


JongHyun suelta una carcajada y palmea la espalda ancha de su amigo, sonriéndole como solo un buen compañero sabría hacerlo.


— Vamos – alcanza su mochila, siguiendo al moreno–


— Aun no me has contado como te fue en tu cita a ciegas – era su turno de vengarse –


Su amigo había conocido a un chico por línea y por lo que le contaba se llevaban algo entre manos. Hace unos meses este le llego con la noticia de que lo vería uno de esos días, y ahora cuando para sacarle información.


El más bajo enrojece y aparta la mirada de esos enormes ojos negros que le miraban expectantes, dispuestos a burlarse de él.


— Es muy lindo –


— ¿Solo lindo? Entonces no estaba tan bueno como presumías – forma una mueca burlón –


— En realidad es el primer chico que verdaderamente me llama la atención –


— En tus momentos de conquista habrías dicho marranada y media de él, me sorprende que no lo hagas por lo que me quedo con mi idea de que no estaba tan bueno como decías –


— La gente cambia, Min Ho – le mira ofendido, no era que el pelinegro mintiera pero no siempre fue el pervertido que habla suciedades de las personas con las que sale, tenía su lado bueno –


— Ya, está bien, solo estoy jugando – apoya los codos en la mesa – continua –


Bufa y le mira amenazante con sus típicas miradas "Te vuelves a reír y te mato"


— No está mal, en realidad mantiene una buena figura y es muy buena persona – recuerda esa sonrisa bella que le regalo en la cita – además de que tiene buen culo –


Ya había tardado en sacar su lado pervertido en su plática, habría que ser paciente para soportar a Kim JongHyun


Min Ho gira los ojos. Así era él. Siempre fue un sucio malnacido y moriría siéndolo. Lo peor, era su mejor amigo


— Me decepcionaría mucho si no te hubieras fijado en sus partes –


— Me conoces bien para saber que nunca pasaría por alto ese detalle – guiña un ojo divertido –


Ambos rompen a reír, llamando de vez en cuando la atención de las personas ahora molestas por el escándalo que se llevaban, otros algo sonrojados por la plática deliberada que se traían esos dos.


Min Ho observa su reloj, faltaba 3 clases más y podría ver a su pequeño. Hoy lo llevaría a comer algún restaurante.


— Amigo, tengo que irme, enserio necesito terminar unos trabajos – toma su mochila –


— Descuida, llámame luego para que hagas una cita doble, hace mucho que no veo a Tae Min –


— Cuidado con lo que deseas, Kim – le mira amenazante, con un toque de diversión en su voz –


— ¿Se te olvida? Ya tengo alguien – sonríe victorioso –


— Alguien con un buen culo – carcajea, burlándose de rostro sonrojado de su amigo – saluda a Ki Bum de mi parte, dile que yo no le veré sus grandes posaderas – la venganza siempre es dulce –


— ¿No ya te ibas? – frunce el cejo, más avergonzado que nada –


Asiente sonriente y sale de ahí.


*


Llega a casa luego de ese maldito día, estuvo horas esperando fuera del colegio de Tae Min para llevarlo a cenar, pero nada paso, el menor nunca salió. Pregunto a Jong In uno de sus amigos solo para encontrarse con la triste noticia de que su pequeño lo había dejado plantado, que ahora mismo se encontraba en casa cuando ambos ya habían tenido un trato.


Deja su chamarra en el perchero, recargando su frente en este y calando aire lo más que puede, para sacar ese dolor que sentía.


Prende las luces que como siempre estaban apagadas, al menor no le gustaba estar con luz, incluso cuando eran vísperas navideñas siempre recordaba a Min Ho no colocar luces alrededor del árbol navideño, solo se conservaba un viejo tronco con hojas verdes, sin ningún tipo de alegría.


La casa parecía no tener que celebrar nada, solo era un hogar con personas normales.


Ahora que lo pensaba, su vida había perdido todo tipo de emoción desde que conoció a Tae Min, como sus salidas a bares con sus amigos los fines de semanas fueron reduciéndose hasta tal punto de tener que estar todos los sábados y domingos recostado en un sofá con su novio llorando, o como sus paseos diarios por el parque habían dejado de ser frecuentes cuando el menor le pidió por primera vez que no le dejara solo.


Todo había cambiado. La casa ahora lucía como un orfanato. Los muebles estaban demacrados, las paredes con ese color azul apagado, los pisos blancos y esos cuadros inexpresivos.


Era un ambiente triste y desolado, pero de cierta forma no se sentía mal. Porque en Tae Min puede encontrar emoción cuando le toca o cuando le hace el amor, porque en Tae Min puede pintar el arte que él quiera, porque en Tae Min puede abrazarse y no sentirse solo.


Porque solo necesitaba de Tae Min para sentirse vivo de nuevo.


Entra a la habitación, cuidadoso de no moverse demasiado y causar algún estruendoso ruido que pudiese levantar de su siesta a su novio. Las ojeras que marcaban alrededor de sus ojos le preocupaban.


Se quita los zapatos y los jeans, acostándose a un lado del cuerpo delgado, pasando sus brazos alrededor de la cintura estrecha, ese cuerpo que solo él podía tocar.


- Min Ho... - el susurro que lanza el menor le hacen sonreír –


- Aquí estoy pequeño – deja un casto beso en su frente y en esos ojitos adormecidos –


Lo siento – se abraza a su cuerpo y presiona su rostro contra el pecho fuerte, alzando sus muñecas ahora cicatrizadas –


Sh.. – besa sus muñecas rajadas – No pasa nada –


- Pero.. –


Le besa y vuelve a callarlo, jugando con su lengua dentro de la boca ajena


Los brazos escuálidos rodearle el cuello y sus piernas flácidas enrollarle la cintura le hacen abrir los ojos y retirar las sabanas que le alejaban del cuerpo desnudo de su novio.


- Solo son unas heridas – murmura contra sus labios, entrando en él con delicadeza –


Pequeñas cosas...


FIN.


 


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