Lagrimas y una vida dificil.
Un pequeño niño se encuentra en la penumbra de su habitación, escondido bajo las sabanas mirando temeroso la puerta de su recamara, sabiendo que en cualquier momento un monstruo aparecerá, no es el que está bajo tu cama o escondido en el armario, este es real y a diferencia de los anteriores nadie lo puede salvar de él.
Lo que menos quería, la puerta comenzó a abrirse, el sonido abrumante de las bisagras resonaban en la cabeza del pequeño.
Rápidamente se encogió en una esquina haciéndose bolita negando con la cabeza repetidas veces, dejando oír sus sollozos.
_Shhh _Coloco su mano en la cabeza del menor.
_No…no, no quiero…no papá…por favor… _Trataba de alejarse pero era inútil.
_Shhh, silencio Kakaroto, ¿No quieres jugar con papá? _Comenzó a voltear el pequeño cuerpo con la intención de dejarlo boca abajo.
_Y-ya no quiero jugar… _Intentaba no darse la vuelta.
_Tranquilo… _Empezó a quitarle el pijama que traía puesto.
Kakaroto cerró los ojos con fuerza tratando de imaginar que no está pasando nada, sus lágrimas no paraban de salir, por su parte Bardock empezaba a recorrer el cuerpo con lujuria y perversión.
_ ¡No Por favor no! _Cerro sus frágiles piernas tratando de protegerse.
_No te portes así con migo porque si no… me voy a enojar_ Le lanzo una mirada amenazante._ ¿Quieres verme enojado Kakaroto?_ Cuestiono con voz “inocente”. El pequeño sintiéndose aterrado negó con la cabeza y lentamente fue separando sus piernas.
_Buen niño, te mereces un premio. _Fue posicionándose justo en la entrada de Kakaroto.
El pequeño cerro con fuerza los ojos sabiendo lo que venía después de eso, un terrible dolor y ardor se hicieron presentes al sentir como iba siendo atravesado de manera lenta, inevitablemente su llanto se hizo más sonoro y su cuerpo comenzó a temblar.
-Tranquilo bebé, papá está aquí. _ Se enterró de una sola ganándose así un grito de parte de su hijo.
Bardock comenzó a moverse de forma brusca, pues el buscaba su propio placer, Kakaroto no podía sentir las piernas solo el dolor punzante.
La piel sensible del niño fue lastimada por tales movimientos tan bruscos provocando que de su pequeña entrada comenzara a sangrar. Después de más de media hora Bardock termino dentro del pequeño Kakaroto.
Este sintió que ese líquido era un ácido que estaba quemándolo por dentro, pero estaba aliviado de que ya había terminado.
_Hasta mañana bebé._ Le dio un beso en la frente y se fue.
Kakaroto lo siguió con la mirada y cuando ya había visto que se fue abrazo sus rodillas para ponerse a llorar ahí.
_ ¿Por qué? Yo no quiero jugar con el… _ Preguntaba al aire esperando que alguien le dijera algo.
Lo que más necesitaba en esos momentos era un abrazo y alguien que lo consolara, pero no tiene a nadie, con mucho cariño tomo un pequeño peluche y lo abrazo buscando algo de amor.
_Ya no quiero…_Sollozaba abrazando con más fuerza al pequeño juguete.
Siguió así hasta quedar profundamente dormido olvidando su dolor y pesar.
(…)
A la mañana siguiente Bardock se levantó listo para preparar a su hijo para que se fuera al colegio.
_Levántate Kakaroto, es tarde. Se fue acercando lentamente_ Vamos, tienes que bañarte.
Kakaroto solo asintió temeroso, pues siempre que lo bañaba comenzaba a tocarlo en todas partes y eso no le gustaba.
El momento había llegad, en el baño estaba su padre asegurándose de que el agua estaba a buena temperatura, el entro envuelto en su toalla mirando con pavor a su progenitor.
_ ¿Qué esperas hijo, se nos hace tarde?_ Le fue bajando la toalla dejando su cuerpo infantil al aire.
Este solo asintió y se metió a la bañera y comenzó su tortura matutina.
_ ¿Qué te pasa kaka? _Pregunto mientras pasaba su mano en el trasero de su hijo.
_N-nada, y-yo no, basta… _Tartamudeaba en intento de convencerlo de que lo dejara en paz.
_Ya casi término, tranquilízate. _Enjabono y enjuago su cabello.
Después de que tocara y “jugara” con el infante salieron de la ducha y le coloco su uniforme etc.
_Vámonos hijo, sube al auto._ Le coloco su mochila.
Todo el trayecto fue en silencio y de vez en cuando Bardock intercambiaba palabras con su hijo.
Llegaron al colegio Kaka entro despidiéndose de su padre.
(…)
Entro despacio y sin desesperación a su salón, con la mirada busco el último sitio y ahí se sentó esperando a que la profesora entrase al aula.
_Hola Kakaroto_ Hablo el niño más mimado y presumido de la escuela.
_Hola Vegeta._ Contesto con el mismo semblante de tristeza.
_ ¿Porque estas así?_ Desinteresado se sentó a un lado.
_No es nada_ Escondió su cabeza en sus brazos.
_Mira, este reloj me lo regalo mi padre ¿es bonito, no?_ Le mostro un reloj azul marino con un sello rojo y muchos adornos lindos.
_Si, si es bonito, ¡tiene muchas luces! Mola bastante_ Sonrió por primera vez en el día, quiso verlo más de cerca.
_Pues no es la gran cosa_ Sonó indiferente_ Sabes yo tengo muchos de estos, ¿Quieres que te lo regale?_ Sonrojado giro su cara y le mostro mas el reloj.
_ ¿Enserio? Sí, sí me gustaría tenerlo._ Le sonrió amigable.
_P-pues ten_ Se lo dio aun sin mirarlo.
_Gracias Vegeta._ Lo tomo en sus manos mirando con ilusión el objeto.
_N-no te confundas, lo que pasa es que yo tengo demasiados y ya. _Se cruzó de brazos.
Unos minutos después llego su alegre profesora, Lanch.
_Buenos días niños_ Sonriente saludo.
_Buenos días_ Al unísono se escucharon las voces infantiles.
_Bueno chicos, la primera actividad que haremos este año es la siguiente._ Comenzó a repartir unas hojas de papel en blanco. _Quiero que dibujen lo que más les gusto de sus vacaciones y pasen a explicarlo aquí en frente, ¡A trabajar mis niños!_ Les sonrió por última vez.
Goku se helo y comenzó a temblar, pues todo lo que recordaba de sus vacaciones eran terribles sucesos traumáticos.
_Que estás haciendo Kakaroto, apresúrate insecto._ Vegeta lo saco de sus pensamientos.
Reacciono y tomo todos sus colores listo para hacer un dibujo, comenzó dibujándose así mismo llorando en su cama tratando de esconderse, en el suelo había fuego y en la enorme puerta dibujo un monstro el cual quería entrar. Con tanta presión encima ni siquiera se dio cuenta de lo que había hecho.
Vegeta dibujaba una playa con muchos tiburones, en la arena estaba el haciendo un castillo “perfecto” según su infantil imaginación. Orgulloso de sí mismo sonrió y de paso miro de reojo el dibujo de Kakaroto, y cuando lo vio se sorprendió, ¿Qué clase de vacaciones había tenido Kakaroto? Se preguntaba mentalmente.
Después de unos minutos la maestra comenzó a llamarlos. _Muy bien, ahora le toca a Kakaroto_ Con su cálida voz llamo al infante.
Cuando nuestro pequeño protagonista estuvo al frente mostro su dibujo causando miedo, angustia y emoción a sus compañeros.
_C-cariño, ese es tu dibujo_ La profesora se agacho para estar a la altura de su alumno.
_Si_ Asintió decidido.
_Bueno, entonces explícalo a tus compañeros_ Sonriente lo animo.
_Bueno, aquí estoy yo_ Señalo la silueta de palitos_ y este es lugar que más miedo me da_ Señalo la habitación en general_ y e-este es un monstro m-muy malo… _Indico la silueta deforme en la puerta.
_ ¿Porque hay un monstro? _Pregunto de repente una niña al fondo.
_No lo sé, él siempre va a buscarme… _Su voz comenzó a quebrarse.
La gentil profesora se dio cuenta de que las cosas no estaban del todo bien…
_Muy bien chicos creo que es suficiente_ La maestra abrazo a Kakaroto el cual ya había roto en llanto. _Tranquilo, ven conmigo_ Le dio la mano y lo guio a la oficina de psicología.
_Espérame aquí, llamare a tu padre para que venga a recogerte._ Salió dejándolo solo.
_No, no, no, no quiero que venga… _Sollozaba escondiendo su rostro, cuando de repente sintió que un calor lo rodeaba parecía que alguien lo estaba abrazando. Levanto lentamente su cabeza y ahí pudo ver a un niño, un poco más alto que el, de no ser por su cabello no lo hubiera reconocido.
CONTINUARA…