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Passenger Soul: El cristal de la sirena por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Muy buenos días, la canció  de este capítulo 

 

Carpe Diem - Adrian von Ziegler

9. Carpe Diem

 

 

Carpe Diem - Adrian von Ziegler

 

 

 

-Confía en mí – le dijo Gaara que tenía medio cuerpo sumergido en el agua

Solo habían pasado un par de días desde la partida de la tripulación de The Passenger, la isla estaba experimentando una especie de calma deliciosa.  Naruto había podido mantener a raya a Ino, solo hasta lograr convencerla de que diera unas disculpas decentes, aunque el rey no estaba particularmente seguro de lo que fuese a pasar.  Mientras, se aseguró de que no hubiera peleas pidiendo de favor a Jiraiya que dejara a la muchacha quedarse en la laguna de los merrows.

Okami había congeniado muy bien con Gaara que había ofrecido a ayudarle con su pequeño problema. Existía una laguna pequeña separada de la laguna principal en donde los merrows vivían, así como las sirenas tenían el espejo, ellos tenían esa lagunilla con agua milagrosa que curaba las enfermedades.

- Bien…

Ella se encontraba desnuda arrodillada en la orilla de la laguna inclinada hacia abajo con sus ojos azabache puestos en el agua cristalina en donde Gaara la esperaba con los brazos cruzados. Ella se había emocionado al escuchar que podría curar su cuerpo después de haber sido tan descuidada con él durante años. Lentamente se metió casi de un salto ignorando el frio que le recorrió hasta el último cabello de su cabeza, estiró la mano y la recibió la escamosa mano de Gaara que la guió hasta donde él estaba.

- ¿Esto funciona? – dijo ella un poco confundida

- ¡Claro que funciona!

- No siento nada…

- No es como si te fuera a brillar el útero – rio

- ¿Cómo sé si funciona?

- Eso no me toca descubrirlo a mí – dijo con cierto tono

Un sonido que provino de los árboles a sus espaldas los hizo voltear a ver de qué se trataba para encontrarse con el rey de las sirenas junto con su comitiva tras él. Sakura y Tenten saludaron con la mano  con una expresión extraña en su rostro, Okami notó un rastro de comprensión y algo de lástima así que solo se encogió de hombros, entonces sintió como la mano membranosa de Gaara se posaba en su hombro para darle algo de apoyo.

- Es bueno saber que Gaara está ayudando con tu problema – empezó Naruto tratando de romper ese incómodo silencio

-Si – respondió Okami bajando la mirada al agua cristalina que cubría hasta su pecho

- No han venido aquí solo para eso – se apresuró Gaara ansioso

- Es verdad – rectificó Naruto mirando a Sakura y luego a Tenten que se retiraron en silencio – yo dije que Ino te debía una disculpa – le dijo a la azabache – y es mi deber hacer que eso suceda

Parecía como si Gaara fuera el que más estaba gozando todo aquello, su sonrisa no cabía en su rostro cuando vio que Ino se acercaba siendo empujada por sus dos compañeras que no se veían particularmente contentas de tener que llevarla hasta ahí. Los ojos aguamarina de Gaara miraron de reojo a su compañera que lentamente caminó hasta la orilla de la laguna y con la gracia de una de esas sirenas, salió del agua, definitivamente la Uchiha no tenía nada que envidiarle a las mujeres del agua.

Fue el momento en que ese par de ojos se enfrentaron, obsidiana contra zafiro, la tensión podría cortarse con un cuchillo si así lo hubiesen deseado. Okami estaba tratando de reprimir una sonrisa al ver la cara de fastidio de Ino, no la había visto desde la pelea que habían tenido días antes y verla así, vulnerable, era un pequeño deleite.

- Ino – llamó Naruto – discúlpate

Los ojos de la rubia se clavaron con odio en los azabaches que miraban desafiantes. Pasó un rato más así, en un silencio hostil y un poco grosero.

-Ino – insistió Naruto

- Bien – se digno a decir por fin – lo lamento – espetó – lamento que seas una inútil incapaz de satisfacer a un hombre, lamento que yo sea mucho mejor amante que tú y lamento que él me prefiera a mi

-¡Ino! – la regañó Naruto pero la muchacha no parecía hacer caso

- Siempre es lo mismo contigo – hablo Gaara saliendo del agua y respaldar a Okami – no puedes pasar cinco minutos fuera del agua porque se te seca la vagina, no entiendo cómo es que los hombres se atreven a meterse con semejante escoria marina, me das asco

- Silencio, yo no hablo contigo, aunque también debes estar enojado porque a Lee le parezco más atractiva

- El hecho de que seas una zorra caza fortunas no implica que todo el mundo esté dispuesto a darte hasta dejarte más abierta de lo que ya estás, si es que eso es posible – rio – solo estás enojada porque ningún hombre te toma en serio

- Yo…

-¿Tú qué? ¿Me vas a decir que todos los que se han acostado contigo te aman? No me hagas reír, estúpida

- ¡Ellos dicen que yo soy la mejor!

-¡Claro que lo dicen! A los hombres les encanta tener un plan de respaldo, una puta con la que jugar cuando han lastimado a la persona que aman

-¡No me llames “puta”!

-¡Yo te llamo como se me hinchen los huevos! – bramó ya enojado, Gaara solo maldecía cuando realmente estaba fuera de sus casillas e Ino lograba siempre hacerlo

Gaara hizo por querer ir donde Ino, de verdad ardía en una ira iracunda, esa sirena sabía perfectamente dónde tocar para encenderlo. Pero una mano lo detuvo de su hombro, Okami había vuelto a robar la atención de la rubia quien no perdió ni un segundo y escudriñó cada centímetro de la piel de la pirata.

- Tu piel está descuidada, llena de cicatrices… – espetó Ino

- No pelearé más contigo – le interrumpió Okami – tienes razón, no es tu culpa si Kiba es un imbécil y ya no me importa lo que él decida, más sin embargo, tú me das lástima… rogando por las migajas de otra mujer, patético

Ni una palabra más fue dicha, la pelinegra salió caminando para perderse en la espesura del bosque en busca de su ropa. El merrow que la acompañaba, quería botarse a reír pero decidió quesería mejor ir detrás de su nueva amiga al darse cuenta que el rostro de Ino estaba tan rojo como un tomate por el coraje que estaba haciendo.

- No estuvo tan mal – suspiró Naruto

Entonces, el collar sobre el pecho de Naruto empezó a sentirse cálido, Naruto se dio cuenta de que un brillo opaco podía apreciarse  desde su cristal, supo que debía ir a un lugar antes de seguir con sus demás ocupaciones y ese sitio no era otro más que la cueva. Se despidió torpemente de Gaara y se aseguró de que Ino se alejara lo más posible de la laguna de los merrows para dirigirse enseguida a la cueva tras la cascada.

Un sentimiento extraño se apoderaba de su pecho a cada paso que daba, los cristales que fungían como luceros guías expedían un brillo igual al de su cristal. El sonido de sus pies descalzos contra el suelo de la cueva le hacía pensar que realmente necesitaba apurarse, había asumido bastante bien el papel del rey de las sirenas que lo habían acogido no solo a él, sino que a la tripulación entera.

En cuanto estuvo frente al espejo se quedó quieto al margen de los cristales que rodeaban el agua y entonces, como ya había visto antes, la quietud cristalina de aquel líquido empezó a turbarse de a poco hasta que una masa de agua logró alzarse. Los ojos cielo de Naruto pusieron especial atención, era la primera vez desde que se había convertido en el rey que podía mirar una de las predicciones del espejo, era emocionante y un poco intimidante pero definitivamente quería hacer su primer presagio.

La figura acuosa se alzó y rápidamente Naruto distinguió la forma de una espada, después la masa de agua volvió a quedar sin forma unos segundos hasta que formó un barco, regresó a la masa sin forma y después el dibujo de una botella prismática pero el rubio no supo bien de qué se trataba hasta que la última figura fue mostrada. El rostro de Sasuke se formó con agua, sus ojos estaban entrecerrados y sus labios eran una fina line ondeante.

- “Traición” – musitó casi por ensalmo – ¿Qué…?

No se había dado cuenta de lo que él mismo había dicho hasta que la palabra terminó de salir de sus labios. “Traición” era lo que había percibido, tenía que ver con Sasuke por obviedad pero no concebía la idea de que esa palabra y el nombre de su amado estuvieran en la misma oración. Cerró los ojos un momento, como si tratara de encontrar una explicación más en su interior, pero esa palabra, esa maldita palabra no dejaba de dar vueltas por su cabeza.

- Es un error – se dijo a sí mismo – seguramente no tiene nada que ver con Sasuke

 

 

-_

 

 

El encuentro se llevaría a cabo al anochecer, la tripulación de “The Passenger” y “La Perdición de Tritón” anclarían en una zona donde fuera neutral. En cuanto el capitán Ojo Tuerto recibió aquel mensaje de ese niño que hacía muchos años que no veía se emocionó, el solo pensar que pondría sus sucias manos sobre aquel objeto tan codiciado. El capitán jamás le habló a su tripulación de su más grande sueño, el espejo de la sirena era un cuento viejo que alguna vez escuchó de niño y dedicó su vida para alcanzarlo.

- Ya casi es hora – dijo Ojo Tuerto con esa voz rasposa y desagradable a su mano derecha que permanecía de pie junto a la puerta – el encuentro será pronto y ellos estarán aquí, tenemos que ir a cubierta ahora

- Como usted ordene, capitán

- Desearía tener un par más como tú, Deidara – se puso de pie – además de útiles, con un rostro bonito

En cuanto se puso de pie, la enorme barriga del capitán hizo que la mesa se moviera con un sonido chirriante. Ojo Tuerto era la imagen perfecta de un pirata, era enorme, imponente, su larga y enmarañada barba era negra como el color de las aguas al anochecer, su vestimenta quedaba en segundo plano al ver los dos cinturones que tenían pistolas cargadas con pólvora, un par de espadas a cada  costado y su sombrero que cubría la mata de pelo negro grasiento. Su rostro, que estaba casi cubierto por la barba y su cabello, era lo más aterrador, poseía unos enormes ojos, uno color negro y el otro color ámbar, ambos penetrantes. Había una especie de aureola alrededor de sus ojos, ninguno de la tripulación sabía si era su piel o solo era suciedad.

Cuando el capitán y su contramaestre salieron a cubierta se encontraron con la escena que esperaban para un rato más tarde. El barco “The Passenger” estaba anclado justo al lado suyo y ya los tripulantes habían cruzado, los ojos bicolores de Ojo Tuerto lo miraron inquiridoramente sin dejar de caminar hasta poder estar cara a cara con Sasuke.

- Pero miren lo que trajo la marea – bramó el gigantesco hombre y su tripulación soltó una carcajada que fue apaciguada por el gesto del capitán – ha pasado un buen tiempo

- El suficiente – refutó Sasuke inteligentemente – Shikamaru

El contramaestre se acercó con el reloj de arena en manos, aún había arena cayendo lo que quería decir que aún estaban a tiempo de cumplir la manda. Sasuke tomó en sus manos el reloj y se acercó para que Ojo Tuerto lo revisara, una vez que el pirata mayor estuvo de acuerdo con la veracidad de lo que tenía en manos sonrió, podía ser un pirata, pero era uno que respetaba su palabra.

- Si, puedo ver que no se ha cumplido el plazo – sonrió aún más amplio – ¿Has traído algo de mi interés?

- He venido por mi hermano mayor

Una vez más, la tripulación estalló en una carcajada brutal, parecía que no pararían de desternillarse hasta que el capitán Ojo Tuerto volvió a hacer el mismo ademán con la mano y enseguida una parsimonia se apoderó de la cubierta del navío, el pirata había abierto muy bien ambos ojos.

-¿Sabes por qué me llaman “Ojo Tuerto” aún teniendo ambos ojos?

- Su ojo derecho – se apresuró Sasuke – el ojo de color amarillo, usted se lo quitó a un vidente

Ahora fue el capitán quien estalló en una risotada majestuosa, su barriga se movía violentamente de arriba abajo, casi por un segundo podía dar una imagen de viejo bonachón pero en cuanto la risa cesó, sus ojos volvieron a fijarse en el azabache.

- Ese charlatán no era ningún vidente – dijo con agitación – pero sí que tenía poderes, nunca nadie fue capaz de sostener una mentira en su presencia – se hinchó con orgullo – pero ahora, nadie lo hace en la mía

- Así es – continuó Sasuke – es por eso que me he atrevido a venir aquí, con esto

Abrió su chaqueta y del interior extrajo una botella prismática sellada con un  tapón de corcho, claro que Ojo tuerto se tomó su tiempo para escudriñar con la mirada al azabache. Finalmente se acercó y extendió la mano pero Sasuke no se movió.

- Mi hermano – dijo muy despacio

-¡Claro! ¿Cómo pude olvidarlo? – Volteo a su derecha – Deidara, trae al prisionero

Deidara le dedicó una rápida mirada a Sasuke que al escuchar que Ojo Tuerto le hablaba a su ayudante, clavó los ojos sobre este. Sin decir nada más, el ojizarco se dirigió a donde estaba prisionero Itachi, su corazón daba tumbos dentro de su pecho, sus pasos resonaban en el suelo de madera hasta que por fin llegó donde Itachi.

- Es temprano para que vengas a verme – le dijo el azabache en cuanto lo vio entrar – el capitán va a reñirte

- No vine a verte, Itachi – le dijo muy serio

- ¿Qué dices? –Rio – no hay nadie más aquí

- Tu hermano esta en cubierta

La sonrisa bonachona de Itachi se borró de inmediato, miró más cuidadosamente el semblante de su pareja para encontrar algún rastro de broma pero los orbes azules de Deidara no podían estar más serios.

- ¿Qué…?

- Apareció con una botella de agua diciendo que encontró el espejo

Deidara esperaba alguna reacción brusca pero en lugar de eso, los ojos azabache se llenaron de lágrimas, pero no eran lágrimas de tristeza sino de felicidad. Itachi se puso de pie haciendo sonar sus cadenas a lo que el ojizarco se apresuró a soltarlo con plena confianza de que no arruinaría la oportunidad de irse. Recorrieron el camino que el Uchiha recordaba perfectamente, pronto la luz natural de la luna deslumbro sus ojos así que puso una mano frente a su rostro y dejó que su pareja lo guiara.

- Listo – le susurró Deidara

Con dificultad, Itachi quitó la mano que tenía frente a su rostro, nuevamente la luz le deslumbró pero solo fue por un momento, lentamente la imagen se fue aclarando, sus ojos iban normalizando el rugoso y borroso panorama. En cuanto pudo ver claramente, sus ojos se abrieron tanto que creyó que los parpados se le atorarían, frente a él se encontraba el objeto de su devoción, su amado hermano menor que también le miraba como si no se creyera estar cara a cara con él.

-Sasuke…

- ¡Así es! – Gritó el capitán recobrando la atención de todos – soy un hombre de palabra, aquí está tu hermano mayor

En ese momento, Sasuke prácticamente le lanzó la botella al pirata que la atrapó hábilmente, entonces, con un movimiento brusca de cabeza le indicó a Deidara que lo dejara ir. Para el rubio fue un momento algo difícil, él amaba a Itachi y sin pensarlo dos veces iría tras él pero no quería armar un alboroto  con el capitán presente, ya tendría tiempo de subir al barco del hermano de Itachi cuando nadie lo viera.

No tuvieron que decirle dos veces, Itachi dio un par de pasos algo inestables pero en cuanto se sintió confiado, corrió hasta que por fin llegara donde su hermano menor. Se fundieron en un abrazo fuerte. Se separaron un momento para que pudieran verse mutuamente, ante los ojos del menor, su hermano se veía desmejorado pero le parecía normal al haber sido prisionero en un barco pirata durante tantos años.

- Has crecido tanto – susurró Itachi

- Me gustaría decir lo mismo, hermano

- Deja que te vea bien… ¡Dios! ¿Y Okami? ¿En dónde está ella?

- No puedo decírtelo ahora – susurró para que solo Itachi escuchara – Esperaremos a que Ojo Tuerto regrese a su camarote para que tu amigo también suba con nosotros al barco

Eso sería todo, Itachi asintió feliz de saber que su hermano menor seguía teniendo un instinto agudísimo. Una sonrisa se dibujó en los labios de los hermanos, Sasuke hizo una seña para que llevaran a su hermano con ellos, aún no podían salir corriendo aunque eso hubiese querido, notó que Ojo Tuerto miraba la botella con cierta desconfianza.

- Es el agua del espejo – explicó Sasuke – debe ponerla en un recipiente y esperar, el agua se levantará y dará sus predicciones

- Interesante – dijo el pirata con mucha curiosidad – entonces eso quiere decir que hay más de esto en donde lo has encontrado

- Si – respondió Sasuke – pero eso es suficiente para los propósitos que usted tiene, capitán Ojo Tuerto

- ¡Muy astuto, capitán Sasuke! – Dijo imitando el tono del azabache – veo que eres sincero – cerró su ojo negro y miró con el ámbar, un escalofrío desagradable recorrió el cuerpo de Sasuke – sabes llegar a isla Morrigan entonces

Sasuke no respondió, no valía la pena mentirle al pirata que podría saber si lo engañaban. Prefirió hacer ese silencio afirmativo, una oleada de miedo azotó su corazón helándole la sangre, sabía que la conversación iría por mal camino si no lograba desviarla aunque no tenía una buena idea de cómo hacer eso.

- Conozco la entrada – susurró muy tenso igual que toda su tripulación que miraba fijamente a su capitán

Ojo Tuerto sonrió por lo bajo, sus ojos se entrecerraron y movió su colosal cuerpo haciendo rechinar la madera del suelo mientras se acercaba, estiró su enorme brazo y antes de poder hacer nada, tenía entre sus manos el cristal que pendía del cuello del azabache. El corazón se le detuvo inmediatamente, la garganta se le secó y sintió que el estómago le subía hasta la garganta.

- Un cristal de sirena – atinó Ojo tuerto – la llave a la isla Morrigan – soltó una risotada – la única manera en que una sirena te de su cristal, es haciendo que te ame – miró emocionado al azabache – quiere decir que una de esas sirenas te espera de vuelta en la isla

Una vez más el silencio se hizo presente en todo el lugar, Sasuke se maldijo a sí mismo por dejar que eso pasara, pero estaba dispuesto a jamás regresar a la isla con tal de proteger lo que se había quedado ahí. Su hermana menor y, por supuesto, su amado Naruto que tenía todas las esperanzas en verlo regresar.

- ¡No! – Se apresuró a decir – yo engañé a la sirena y la hice amarme para robar su collar, no hay nadie esperando en esa isla

Los ojos del pirata lo miraron con atención, Sasuke permaneció firme sin titubear sabiendo que no podía dar ni un solo signo de duda. Pero todo fue en vano, Ojo Tuerto chasqueó los dedos y en un abrir y cerrar de ojos la tripulación de “La Perdición de Tritón” doblegaron a sus contrincantes fácilmente, más que nada por haber atacado sin pleno aviso.

- ¡¿Qué demonios?! – gritó Sasuke cuando sintió que un hombre lo inmovilizaba

- Me temo que esto no es suficiente – dijo el pirata mayor alzando la botella prismática para lanzarla al suelo rompiéndola en mil pedazos regando el agua del espejo

- ¿Qué…?

- ¡No maten a ninguno! – ordenó Ojo Tuerto  para su tripulación – lamento tener que hacer esto, capitán Sasuke, pero la existencia de la isla Morrigan es mucho más valiosa que una botella de agua sucia

- ¡Teníamos un trato!

- Y lo he cumplido, muchacho – sonrió con avaricia – te he devuelto a tu hermano mayor ¿no es así? Ahora yo quiero lo que hay en esa isla… pero como la leyenda dice que solo el propietario del cristal de la sirena puede usarlo, entonces te obligaré a hacerlo

- ¿Por qué quieres ir a la isla? –bramó Sasuke en un último intento

- Es el sueño de todo marino ¿Sabes cuánto pagaría un burdel por tener una sirena? Nos haremos ricos, seré el pirata más poderoso que ha surcado los mares

- ¡No lo hagas!

- Creo que en efecto hay alguien esperándote en esa isla – rio más fuerte – una linda sirena tal vez, será una lástima que crea que la has traicionado

- ¡No te atrevas!

- No me hagas reír… ¡Llévenlos a todos a las mazmorras! Todos menos a este chico – señaló a Sasuke – a él lo quiero encadenado al mástil

 

 

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- Ya han pasado algunos días – suspiró Naruto

- Tranquilo, mi hermano no faltará a su promesa

Naruto y Okami estaban disfrutando de un día soleado en la playa, la parsimonia existente en ese momento era exquisita. El plazo de una semana se había cumplido un par de días atrás y Naruto estaba poniéndose nervioso porque Sasuke no regresaba, la predicción del espejo lo ponía muy inquieto, no había querido decirle a nadie al respecto por temor a que le dijeran lo obvio.

- Hablas muy tranquila

- Lo estoy – suspiró – Sasuke regresará antes de que te des cuenta, ya verás

- ¿Qué tal si…? – dijo y se detuvo enseguida

-¿Qué tal si qué? Naruto, no estarás pensando en que mi hermano te traicionó

Ahí estaba de nueva cuenta esa palabra, no quería no pensar en lo que significaba ni en lo que conllevaría. Sasuke no era así, lo amaba y sabía que el capitán lo amaba también pero entonces ¿Por qué el espejo daría esa predicción? Simplemente algo no cuadraba y tenía miedo de descubrir lo que sería de su historia de amor a partir de ese momento.

- Tenle fe, es lo único que podemos hacer ahora

- Fe…

Entonces, un estrepitoso ruido vino desde el horizonte, ambos individuos voltearon a ver hacia el lugar de donde provenía aquel barullo. Okami se adelantó un poco más, era una especie de portal que brillaba a lo lejos, enseguida reconoció la proa de un barco y por un minuto su alma descansó al pensar que Sasuke regresaría con Itachi sano y salvo, pero no fue nada de eso. Su sonrisa se desvaneció de golpe y su piel palideció de un tirón, efectivamente era la proa de un barco, pero no era “The Passenger”.

- Ojo Tuerto…

Era inconfundible y mientras más se revelaba el barco, más segura estaba de que estaba ante “La Perdición de Tritón” su labio inferior tembló y cuando Naruto logró llegar a su lado miró con el mismo terror.

- Ese no es el barco – logró decir Naruto

- Es el barco de Ojo tuerto – contestó Okami en un hilo de voz

Eso era imposible, pues ¿Qué hacía el barco de Ojo Tuerto ahí? De nuevo las imágenes de la predicción del espejo vinieron a su mente. “Traición” no podía hacer que la resonancia de esa palabra dejara de pasearse por su mente, no había manera de que el barco de aquel infame pirata hubiese entrado sin el consentimiento de Sasuke.

Había sido el mismo Sasuke quien le había dicho que el cristal solo funcionaba cuando su propietario lo utilizaba, entonces, seguramente Ojo Tuerto le había propuesto a Sasuke un trato que no pudo negar, su supuesto amado lo había vendido al mejor postor. Después de todo lo que habían vivido juntos, después de haberse jurado amor bajo la luz de la luna, después de hacer la promesa de regresar para estar siempre a su lado, después de todo eso, Sasuke había lanzado sus sentimientos lejos.

Un dolor incandescente se encendió dentro suyo, su corazón estaba roto y no era para menos, Sasuke lo había vendido por lo que sea que Ojo Tuerto le había ofrecido. Se sentía usado, asqueado, pero no permitiría que se saliera con la suya, no señor, esa isla ahora era su hogar y los habitantes su responsabilidad.

- Tú lo sabías ¿no? – alcanzó a musitar Naruto

- ¿Qué…?

- Lo supiste siempre, sabías que él traería a Ojo Tuerto

- ¡¿Qué estás diciendo?!

En cuanto los ojos de Naruto se fijaron en los azabache de Okami ella supo que debía salir de ahí de inmediato, no parecía su compañero el que estaba ahí parado, sus orbes azules ardían en una furia inmensa. Llevó su mano a la espada en su cinturón y retrocedió lentamente hasta que estuvo segura de que podría correr a esconderse en algún lugar hasta que las cosas se aclararan. Estaba consciente de que no permanecería mucho tiempo escondida, la encontrarían fácilmente pero quería llegar al fondo de todo, su hermano no era capaz de haber llevado a Ojo Tuerto a la isla, ella lo sabía.

 

 

 

 

Notas finales:

¡no se olviden de comentar! Este es el penúltimo episodio, la semana que viene tendremos el final de este fanfic. Espero sus comentarios. 


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