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Passenger Soul: El cristal de la sirena por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Buenos días, disfruten el capítulo de hoy 

https://www.youtube.com/watch?v=RrutzRWXkKs

 

Creo que la canción de hoy va a gustarles, quiero decir ¿Quién no ama a Lindsey Starling?  Como sea, lean y no olviden comentar ;)

 

2. Master of Tides

 

 

 

Master of Tides - Lindsey Stirling

 

 

 

Estaba obscureciendo y toda la tripulación se preparaba para la noche, el cocinero había hecho una estupenda cena para el capitán, su oficial y su contramaestre pues para su gran sorpresa, su nuevo ayudante había resultado ser muy hábil en la cocina.

-muy bien, Naruto-felicitó el cocinero

-gracias-contestó sin muchas ganas

El rubio había decidido seguirles la corriente para poder conservarsu vida, pero en cuanto llegaran al primer puerto, entonces escaparía lejos para poder contactarse con sus compañeros y apresar a los piratas. Sin embargo, seguía sintiendo una tremenda curiosidad por el capitán del navío pues Chouji, el cocinero hablaba maravillas de ese sujeto.

-llevaremos todo esto al camarote del capitán para su cena

-bien

Pero antes de que hicieran nada, la primer oficial volvió a aparecerse en la cocina, era poco común que ella no estuviera en el camarote de su hermano mayor a esas horas.

-primer oficial-saludó Chouji algo extrañado

-el capitán pidió cenar contigo-se dirigió tajante a Naruto

Chiuji no dijo nada, solo miró de reojo al que había sido su ayudante para la cena del capitán. No era costumbre que el capitán cenara con un tripulante cualquiera y menos un recién llegado como lo era Naruto.

-ven conmigo-volvió a decir Okami-debo llevarte al camarote del capitán

Caminaron de nueva cuenta por el navío, la vela que llevaba la primer oficial era la única luz que podía brindarles visión. La mujer caminaba como si nada entre todos esos hombres sucios pero lo que a Naruto le sorprendió era que ninguno se atrevía a interponerse, Okami parecía ser una pirata mordaz y muy valiente si esa manada de desalmados era capaz de respetar a la única mujer a bordo.

Estando en cubierta pudo ver al resto de la tripulación terminando de limpiar, subieron las escaleras hasta llegar al camarote en donde había una mesa iluminada con velas y dos asientos.

-no sé quién eres-habló Okami una vez que los dos estuvieron dentro del camarote-pero si te atreves a hacerle daño a mi hermano mayor-le tomó de la ropa-serás comida de tiburones ¿entendido?

-déjalo ya, Okami

Era una voz varonil, parecía imponente pero al mismo tiempo podía tener un toque sutil y refinado, ese debía ser el capitán del navío. Okami soltó a Naruto que enseguida se sacudió un poco,  fue cuando despego los ojos de la primer oficial para conocer finalmente al sujeto a cargo de todo ese circo.

-retírate y dile a Chouji que no se retrase más con la cena ¿qué pensará nuestro invitado de los modales de esta tripulación?

Lo único que pudo hacer Naruto fue mirar como esos encantadores labios seguían moviéndose, jamás en su vida había visto nada parecido. Era increíblemente apuesto, alto y de ojos negros como la noche, semblante duro y una enorme espalda; vestía un elegante (pero algo anticuado) saco de color azul marino, podía adivinarse enseguida por esa facha que se trataba de un capitán pirata pero sin embargo, ese hombre no dejaba de dar un aire caballeresco y victoriano.

-como diga, capitán-dijo la muchacha con cierto recelo para salir del camarote

Ahora estaban los dos solos, Naruto sintió que el calor de su cuerpo subía drásticamente y que su rostro probablemente estaría tan rojo como un tomate. Jamás se fijó en nadie, su vida amorosa había sido desplazada por un latente deseo de seguir el camino que su padre había dejado para él, pero las circunstancias de la vida se burlaban en su cara y la manera en que lo hacían era a través de ese  hombre tan apuesto.

-soy el capitán de este navío-se presentó- Sasuke Uchiha

-Na…Naruto U…Uzumaki-logró decir

-por favor, Naruto, siéntate

El capitán Sasuke abrió una de las sillas y le hizo una seña para que se sentara y así lo hizo. Naruto estaba realmente cohibido ante la situación, había ido a ese camarote con la intención de gritarle al capitán demandando ser devuelto a su pueblo natal, pero en ese momento, no podía dejar de mirar esos enormes orbes negros.

-lamento si Okami ha sido ruda-dijo sentándose frente a él-ella debe permanecer siempre firme si quiere que la tripulación la tome en cuenta

-no… no hay pro… problema

Un silencio un poco incómodo se hizo entre ambos, para Naruto, eso estaba durando horas extensas y muy innecesarias, pero para su alivio, la puerta volvió a abrirse dejando entrar al cocinero siendo seguido de un muchacho de no más de quince años quien le ayudaba a llevar la comida.

-lamento la espera-se disculpó el cocinero-traemos la cena

-claro-contestó el azabache sin ganas

Mientras los dos hombres ponían todo en su lugar, Naruto aprovechó para poder darle un vistazo al camarote. Pudo ver muchos aparejos y mapas extraños, pero sobre todo, dibujos desgastados de un cristal sospechosamente parecido a su collar, instintivamente volvió a llevarse la mano al pecho hasta poder sentir ese tenue bulto que indicaba que su amada reliquia continuaba con él.

-Konohamaru-llamó el capitán

Enseguida, el adolescente, que acomodaba una canasta de pan en la mesa, dejó lo que hacía para ir donde el azabache.

-¿si, Capitán?

-toma

Naruto regresó la vista a Sasuke, le estaba dando un libro al muchacho, por un momento pensó que era extraño, un chico de esa edad normalmente no se interesaba en libros pero el semblante de Konohamaru se iluminó al ver el objeto en cuestión.

-¡muchas gracias, capitán!

-no me lo agradezcas, cuídalo, esas cosas no son baratas

-¡claro que si, Capitán!-volvió a decir enérgico

-vamos-interrumpió el cocinero-Konohamaru, dejemos al capitán cenar en paz

Con una reverencia respetuosa, ambos hombres se marcharon del camarote dejando una cena exquisita (aunque Naruto había ayudado con la mayoría). Sasuke se inclinó y lentamente tomó una jarra de latón algo gastada y sirvió su contenido en dos copas de hierro, a juzgar por el olor, debía ser vino.

-por favor, Naruto, adelante

Una vez más, Naruto sintió que su cara se ponía colorada, volvía a verse intimidado por esos ojos profundos y esa voz tan varonil.

-gra…gracias-dijo tomando la copa

-quería hablar contigo sobre algo de suma importancia

-¿Qué cosa?

El azabache se puso de pie, él realmente no estaba para nada interesado en la comida y podría dejar mil banquetes tratándose de ese asunto tan importante, era la razón de estar parado en ese lugar.

-como ya pudiste ver, hay dibujos de un cristal en las paredes

Naruto casi se atraganta con el vino, no pretendía parecer un fisgón cuando se tomó la molestia de explorar con la mirada sus al rededores, pero simplemente su curiosidad le inundaba y ver el dibujo de su collar por todas partes era intrigante.

-es verdad-dijo llevando su mano de nuevo a su pecho

-¿sabes qué es este cristal?

-es un tipo de jade ¿no?

Hablaba bajo su experiencia, su padre siempre le decía que la piedra que colgaba de su pecho era una especie de jade muy rara traída desde una isla maravillosa de la que se contaban cosas extraordinarias.

-es un cristal de sirena-rectificó Sasuke-una reliquia nacida en la isla Morrigan

-ah, creo haber escuchado eso… mi papá me contaba ese cuento siempre

Ahí estaba de nuevo eso, “un cuento” Sasuke estaba realmente harto de escuchar esas palabras de todos y sintió el impulso de golpear la mesa de puro coraje, pero no quería cometer imprudencias tan rápido delante de un desconocido y posible salvador. 

-¿serías tan amable de mostrarme tu collar?

Entonces el encanto de Sasuke quedó de lado, apretó su collar sobre la tela de su ropa, no estaba dispuesto a dejar que un pirata extraño (por guapo que estuviera) le quitara su más valiosa posesión en el planeta.

-este collar pertenecía a mi madre, y mi papá me lo dio cuando él murió-dijo con un hilo de voz-no se lo entregaré a nadie

Sasuke se mordió los labios dándole la espalda al rubio, no quería hacer una escena pero estaba costándole mucho trabajo. Miró de reojo al reloj que seguía corriendo, la arena no se detenía y cada grano era un segundo menos en su búsqueda.

-¿conoces la leyenda de la isla Morrigan?

-va…vagamente

-se dice que el que sea capaz de llegar será premiado con tesoros infinitos y bellezas inimaginables… pero ¿sabes que es lo más atractivo de ese sitio?

-creo que mi papá mencionó… sirenas ¿no?-contestaba cauteloso

-si-asintió despacio acercándose a él-pero no son las sirenas lo que de verdad es importante-tomó su silla y la movió más cerca del rubio- existe un espejo mágico en esta isla, capaz de poder hacer cosas inimaginables

-claro… claro… el espejo de la sirena… ya lo recuerdo

-¿sabes cómo se llega a la isla Morrigan, Naruto?

El tono que usaba Sasuke era sugerente, monótono pero con una clara intención de intimidar. Naruto no era tonto, sabía que tratándose de un pirata cualquier cosa podía suceder así que procuró calmarse y contestar a sus preguntas.

-es una leyenda, no hay manera de llegar a la isla Morrigan

-¡mentira!-gritó

Sasuke se dio cuenta que su tono de voz no había sido el indicado así que simplemente retrocedió y se calmó un poco.

-lo lamento-musitó- pero te diré, la manera para llegar a las islas, es con un cristal de sirena

-¿un cristal de sirena?

La conversación estaba yendo hacia una dirección extraña, ese pirata estaba hablando sobre cuentos de marineros. Pero una vez más, Sasuke Uchiha supo cómo hacerlo perderse nuevamente acercándose peligrosamente a su rostro.

-permíteme ver tu collar, te lo ruego

No había escapatoria, el aliento de Sasuke sobre el suyo era amenazador y muy tentador. El marino solo atendía a sus impulsos más primarios, deseaba solo consumar el beso, pero lo poco que le quedaba de cordura lo mantenía quieto.

-por favor-volvió a rogar

Ya no hubo oportunidad de negarse, Naruto solo metió la mano dentro de su ropa y sacó su collar. Era un cristal precioso y brillante, los ojos de Sasuke se abrieron de par en par como si no pidiera creer lo que tenía enfrente.

-el cristal…-susurró

Alargó la mano para tocarlo, pero antes de poder hacerlo, la mano de Naruto se cerró aprisionando el objeto en esta misma. Para el rubio era imposible que su collar dejara su cuello, el capitán del navío podía ser grotescamente guapo pero ni con eso alcanzaba para tomarse tanta confianza tratándose de su posesión más preciada.

-¿tienes idea de lo que tienes ahí?

-es… es mi collar

El azabache se separó de Naruto haciendo que este por fin pudiera respirar tranquilamente. Regresó a su asiento más serio, él mismo sabía lo que era tener un tesoro tan valioso pero debía conseguir ese collar a toda costa, aunque eso le costara su orgullo.

-cuando era un niño, mi hermana y yo vivíamos en una isla muy lejos de aquí

-¿ah…?

-mi padre nos había abandonado y mi mamá murió cuando dio a luz a Okami así que solo quedamos nosotros dos y mi hermano mayor

Naruto apretó los labios desconcertado pero no hizo ni un solo sonido, podía ver cómo era que a Sasuke le costaba un poco hablar al respecto.

-siempre estaba metido en problemas-sonrió nostálgico-mi hermano mayor, Itachi, era siempre el que cargaba con el precio de mis travesuras

Los niños Uchiha eran bien conocidos en la isla, siempre estaban jugando bromas y haciendo travesuras, nada que su hermano mayor no pudiera reparar con una profunda reverencia y algo de la cosecha del jardín. Al ser huérfanos, estaban enteramente al cuidado de Itachi, el mayor, que había puesto manos a la obra construyendo su propia huerta en el patio trasero de la casa que habían dejado sus padres. 

Él era trabajador, se esforzaba cada día para poder darles a sus hermanos una buena vida, aunque estos insistían en seguir metidos en líos. Pero no se quejaba, la compañía de Sasuke y Okami era más que suficiente.

-esa mañana Okami se quedó con él en el huerto, se suponía que yo debía ir al pueblo por algo de pescado para la cena-continuaba el capitán-de camino, pude ver como desde lejos llegaba un enorme barco pirata-bufó-jamás en mi vida había visto semejante cosa, pero definitivamente había escuchado muchos cuentos e historias de la gente de la isla. Era inconfundible, supe enseguida que se trataba de Ojo Tuerto.

>>Las historias que se contaban de ese sujeto me fueron suficientes para reconocer su barco, el “Perdición de Tritón”-rio recordando ese momento-no se me ocurrió una mejor idea que ir a fisgonear, sería la más grande travesura que jamás haría  y lo presumiría con los demás niños de la isla.

“Ojo Tuerto” era un nombre que Naruto conocía bastante bien, se trataba de un pirata mundialmente conocido, su barco y la tripulación eran tremendamente poderosos, jamás eran vencidos en batalla y siempre obtenían lo que querían, pueblo que visitaban, pueblo que quedaba en ruinas.

-me introduje en el navío cuando nadie me miraba y me escabullí hasta el camarote del capitán. Fue realmente emocionante, pero ya que estaba ahí, necesitaba una prueba para que todos los demás me creyeran. Entonces lo vi-caminó hasta su escritorio y tomó el reloj que tenía ahí- me llevé esto y así todos los demás niños me admirarían

-¿qué pasó después?

-lo que tenía que pasar-dijo más serio- llevé el reloj a mi casa y se lo mostré a mi hermano mayor, claro que naturalmente me regañó de una manera que jamás olvidaré. Dijo que deberíamos esconder ese objeto hasta que los piratas hubieran dejado la isla-chasqueo la lengua-pero fui necio y le conté lo sucedido a los niños del pueblo, alardeaba y un par de días más tarde, un enorme hombre tiró la puerta de la entrada de nuestro hogar

>>gritó muchas cosas que en ese momento no entendí, después de él, llegó ese hombre. Ojo Tuerto en persona estaba en la casa alegando que le regresáramos su valioso artefacto. Estaba muerto del miedo e Itachi decidió tomar la situación en control y le pidió a Ojo Tuerto que se marchara, le dijo que solo éramos unos huérfanos incapaces de meterse con un pirata

Era una historia que no pensaba escuchar, el capitán Sasuke realmente estaba haciendo un esfuerzo por pronunciar cada palabra. Además de todo, Naruto no podía dejar de ponerle atención, era demasiado atrayente en todos sentidos.

-pusieron la casa de cabeza buscando el reloj hasta que se convencieron de que lo que buscaban no estaba allí

-pero entonces ¿no pasó nada?

-no dije eso-suspiró pesado-uno de sus subordinados vio algo extraño en el huerto y fue a ver lo que estaba escondido bajo tierra. Cuando encontró el reloj de arena, el pirata pretendió llevarme con él para pagar la deuda. Itachi se interpuso y rogó que lo llevaran a él en lugar de a mi

>> Como me defendí, el pirata tuvo un poco de compasión así que me dio un viejo mapa y dejó que me quedara con el reloj. “Deberás traerme el espejo de la sirena antes de que la arena se termine, a partir de hoy. Si no, entonces tu hermano será de mi propiedad por el resto de sus vidas” fue lo que me dijo antes de marcharse llevándose a mi hermano mayor

-Ca…Capitán…

-desde ese momento hemos vagado por todo el mundo en busca de ese cristal que nos guiará al espejo-lo miró insistente- Naruto, la leyenda dice que el cristal solo funciona con su portador original… no serviría de nada que lo robara de ti, es por eso que te ruego que me ayudes

Sin lugar a dudas, aquellos orbes negros obsidiana eran sinceros y muy atrayentes, una sola mirada bastaba para que Naruto titubeara, pero sobre todo, era el conjunto completo lo que lo hacía desvariar.  Un sentimiento terriblemente familiar se apoderó de él, como si se sintiera identificado con el capitán del navío.

-¿có…cómo sabes que es el correcto?

-no lo sé-confesó-tu collar es lo más parecido a los dibujos que he visto…

Era una historia descabellada, ese pirata había enviado a Sasuke a una búsqueda inútil, todos esos eran cuentos infantiles. El collar que tenía en sus manos era la cosa más importante de su existencia, sin embargo, no podía ignorar el hecho de que podía sentir esa angustia emanar de cada poro de Sasuke.

-si tú me lo robaras… entonces

-no surtiría efecto y además…

Una vez más, el rostro de Sasuke se acerco mucho para el gusto de Naruto que simplemente retrocedía todo lo que la silla le permitía. Aunque era mucho, el Uzumaki no pudo seguir conteniendo sus propios deseos y finalmente el beso se dio.

El capitán besaba como si no hubiera un mañana, el collar era importante, pero tampoco podía ignorar ese par de ojos color zafiro que lo tenían cautivado. Sus manos fueron enseguida al rostro del rubio, acariciando suavemente, su tacto era increíble y Naruto disfrutaba cada centímetro de piel que podía probar del azabache.

-ayúdame, Naruto-susurró entre besos

Se separaron lentamente jadeantes, un hilo de saliva brilló ante las luces de las velas para quebrarse en cuanto Sasuke regresó a su asiento. Fue entonces que Naruto se quitó el collar y lo estrujó entre sus manos, realmente había sentido todo lo que Sasuke había querido transmitirle. Había sido un beso apasionado y lleno de emociones, seguramente sus padres estarían felices de que él ayudara al capitán de The Passenger.

-te ayudaré-dijo muy bajito

Los ojos de Sasuke se abrieron, tenían un brillo tan infantil y precioso que solo hicieron sonrojar a Naruto. Las manos del rubio se abrieron y le ofreció el cristal al capitán que enseguida lo tomó entre sus manos.

Era tan irreal, una sensación perpetua de incandescente euforia, pero aún no podía cantar victoria pues, no había ninguna garantía de que fuese el cristal indicado, también estaba el inconveniente de que no sabía a ciencia cierta el funcionamiento de todo eso. El tiempo seguía corriendo, pero ya estaba un paso más cerca de poder encontrar el espejo.

-tú eres el dueño de esto, Naruto-se lo devolvió- no pretendo privarte de él

-capitán, hay una cosa que me tiene un poco inquieto

-¿qué es?-contestó despreocupado

-u…usted ¿usted me besó para… para tener el collar?

-ah…

Si, no sabía que podía responderle a Naruto, ciertamente le había besado por un impulso carnal propio, no podía ignorar el atractivo de ese recién llegado. Le gustaba, pues una vida en alta mar era una vida solitaria, aunque podía divertirse cada vez que se detenían por provisiones pero los chicos que lo esperaban en cada puerto no eran más que prostitutos a los que se les tenía que pagar sus servicios.

Entonces había llegado Naruto, un chico extraño de algún lugar remoto y sin importancia realmente. El cristal era importante, claro que sí, pero Sasuke no podía dejar de lado que era una reliquia en la familia del Uzumaki.

-quiero el cristal-se apresuró Sasuke-pero no puedo negar que tú tampoco estás nada mal

El rostro de Naruto se puso colorado hasta las orejas, no entendía como esas simples palabras podían ponerlo tan nervioso. Había sido un flechazo repentino, mientras más miraba al capitán, más se convencía de que quería estar con él.

-no dejes que ninguno de la tripulación te toque

-Ca…Capitán…

-soy algo egoísta, debo decir-sonrió de medio lado-soy un pirata después de todo y si algo me gusta, lo tomo

-es… es algo tarde-atinó a decir-debo… debo encontrar un lugar para dormir

-bien-rio- pasa la noche con la tripulación, mañana ven a verme a primera hora para que podamos fijar un curso

-s…si

-una cosa más

Sasuke se inclinó a darle un beso a su compañero, aunque fue más leve. Los labios del azabache eran deliciosos y a Naruto le encantaba ese sabor, quería ir más allá pero, sintió que ese no era el momento indicado, era muy rápido y no le daría al capitán pirata la satisfacción de decir que él era un fácil.

-mañana vendré a primera hora

-si la noche no es de tu agrado, puedes quedarte en mi camarote si así lo deseas

El corazón de Naruto daba tumbos violentos en su pecho, podía escuchar la sangre corriendo en sus orejas, el azabache era una tentación inmensa, la fruta prohibida que definitivamente tenía que probar. Rápidamente salió del camarote, la obscuridad de la noche era bastante espera y él había olvidado llevar una vela.

No quería regresar de nuevo al camarote, sería bastante vergonzoso  y no estaba dispuesto a volver a enfrentarse a esos pozos profundos que el capitán tenía como ojos. Recordaba el camino a la segunda cubierta así que lentamente caminó usando su tacto para guiarse, tenía que regresar rápidamente, ya estaba muy obscuro.

Iba regresando, tenía que cruzar un pasillo y estaría con el resto de la tripulación. Entonces, justo cuando pasó junto a la puerta de la enfermería, escuchó lo que parecía un gemido. Él se paralizó por completo, era la inconfundible voz de una mujer, la puerta estaba entreabierta así que solo hecho un vistazo hacia adentro.

Iluminados por la luz débil de una vela, estaba la primer oficial sentada en un taburete con las piernas abiertas, aún tenía el corsé puesto pero la camisa que traía debajo estaba abierta dejando sus senos descubiertos pero  no estaba sola. Entre sus piernas estaba uno de los tripulantes, un castaño que estaba muy bien entretenido con la entrepierna de esa mujer tan mordaz.

El rostro de Okami era muy intenso, tenía los ojos cerrados y luchaba por no hacer ningún ruido. Naruto se alejó rápidamente y pegó su espalda a la pared, si su rostro ya estaba rojo, ahora lo estaba aún más. Tenía ganas de esa cercanía, quería intimar así con el hermano de la primer oficial. Estaba claro, había caído por Sasuke.   

 

 

 

 

Notas finales:

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