Aquel día estaba destinado a las compras hace mucho que no se daba un tiempo para él, sentía que todo su tiempo estaba siendo consumido por su capitán y las practicas. Así que con sin más reservo ese día solo para él y sin ninguna interrupción o eso creyó…
Caminaba a paso lento por las tiendas del lugar, en busca de una buena vestimenta, le encantaba vestir bien y si debía recorrer la tienda comercial tres veces para encontrar algo que le gustara lo haría sin vacilar.
En el segundo paseo decidió descansar un momento, además de que tenía algo de hambre solo con una bolsa al haber la cual era solo una chaqueta que le había gustado se fue hacia el patio de comida, esa tipo de comida no era lo suyo, pero que más daba, de algo tendría que alimentarse.
Estaba en una de las mesas comiendo tranquilamente cuando algo llamo su atención, y es que entre la multitud pudo divisar una cabellera bastante peculiar, quizás el resto de los que se encontraban transitando ni siquiera lo notaban, pero él por una razón en particular no podía ignorarlo.
Lo vio sentarse en la mesa más alejada del lugar y comenzar a tomar un refresco que llevaba en la mano o al menos eso pudo notar a la distancia. No lo pensó dos veces y tomo su bandeja que estaba a medio comer y se dispuso a acercarse al muchacho.
— ¿Te molesta si me siento junto a ti Kuro-chan? —El mencionado levanto la vista fijándose en aquella persona a su lado.
— ¿Mibuchi-kun? — Se extrañó el peliceleste, pero de todas formas hizo el gesto indicando que podía hacerlo.
—Lamento si he molestado tu ¿Comida? ¿Enserio solo vas por un refresco? — Cuestiono mirando incrédulo el vaso en las manos del menor.
—Es un batido no un refresco —Aclaro como si con ese hecho el pelinegro se diera cuenta de que era más nutritivo que un simple refresco.
— ¿No es lo mismo? — Interrogo con una ceja alzada, ya que los argumentos del menor no eran para nada válidos, esta pregunta quedo en el aire, ya que el peli celeste lo observo sin decir palabra alguna — Bueno a lo que iba, es que te vi tan solo que quería hacerte algo de compañía, además de agradecer lo que has hecho por nosotros.
— ¿Eh? ¿Qué he hecho?
—Bueno ahora nuestro Sei-chan ha vuelto a sonreir y no nos regaña tanto como antes — Menciono aclarando la pregunta.
— Yo no entiendo, solo le hice ver que el juego de una sola persona no es lo correcto… — Expreso bebiendo un poco más del líquido.
—Y es por eso mismo que…— Las palabras quedaron a medias.
Sus ojos se abrieron como platos y se pudo dar cuenta de algo súper importante a su parecer, a pesar de que él quería que ese día fuese suyo, el destino tenia deparada otra cosa y recordó una tienda en la cual encontraría ropa perfecta, pero para el chico a su lado, le compraría algo en agradecimiento.
— ¿Tienes algo que hacer después de esto? — Pregunto el pelinegro algo emocionado.
—Solo volver a casa, ya compre el libro que necesitaba —Expreso mirando su batido el cual finalmente había acabado.
—Perfecto me acompañas, quiero llevarte a un lugar.
~*~
Si hubiese sabido que iba a terminar de aquella forma no hubiese aceptado la invitación del mayor, se encontraba en los probadores de una tienda colocándose cada una de las prendas que el pelinegro le pasaba, la verdad es que sentía que ninguna de esas vestimentas venían con su estilo, a él le gustaba pasar desapercibido y con ellas era imposible, además de que era costosa.
Iba por el sexto cambio de ropa y ya estaba cansado, estaba sacándose la camiseta que se había probado antes cuando de repente se abrió la puerta dejando ver al mayor.
Quien observo fijamente el cuerpo del pequeño, le pareció tan delicado, esa piel tan clara, casi podía jurar que era de porcelana y unas ideas no muy sanas cruzaron por su mente.
El mayor vio a través de la puerta y se dio cuenta de que el encargado estaba conversando entretenido con otro cliente, por lo cual en un rápido movimiento cerró la puerta tras de sí dejándolos encerrados en ese pequeño cubículo, la ropa nueva que traía en sus manos la tiro a la silla que había en el lugar sin cuidado alguno.
— ¿Qué sucede? —Pregunto Kuroko viendo a través del mayor.
—Nada, solo encontré una pequeña criaturita apetecible —Le informo con una mirada llena de deseo, era cierto que le encantaban las cosas pequeñas, pero en este momento la que se encontraba frente a él era la mejor de todas las que había visto, parecía un pequeño conejito blanco asustado, esos grandes ojos que eran capaces de reflejar el cielo y esa piel lo llamaban a pecar.
Solo bastaron tres pasos y lo acorralo a la pared, el fantasma iba a reclamar pero unos labios se lo impidieron, quiso empujarlo lejos, pero por alguna razón su cuerpo no reacciono…jamás lo habían besado y aquella primera vez no estaba tan mal, el mayor era un buen sempai guiándolo de forma placentera, una mano del mayor fue directo a la cintura del chico acercándolo mucho más a su cuerpo, mientras que la otra iba directo al trasero del chico acariciándolo por sobre la ropa, debido al contacto el chico dio un pequeño brinco.
—No te asustes — Le susurro en el oído cuando se separaron del beso — Solo será con mis manos.
Y dicho esto llevo sus dedos hasta el cierre del pantalón del pequeño, para bajarlo sin vergüenza, mostrando el miembro ya despierto del conejito.
—Vaya Kuro-chan tu cuerpo es bastante sincero — Volvió a susurrar cerca de él, la verdad es que no quería ser descubierto por el encargado.
—Por favor…solo termina pronto…— Suplico con pequeñas lágrimas en sus ojos, era la primera vez que estaba experimentando ese placer y hacerlo en ese tipo de lugar era impensable.
El mayor sintió su corazón latir con emoción, sin más llevo su mano al miembro del joven y comenzó a acariciarlo y frotarlo, Kuroko gimió inmediatamente pero al recordar en donde se encontraban mordió su labio inmediatamente, causando daño y una pequeña hilera de sangre de hizo presente, Reo al ver esto lo beso nuevamente para mitigar los quejidos y que no se hiciera daño, mientras que su mano se movía en un compás lento alrededor del miembro el cual fue subiendo poco a poco.
Mientras lo hacía sintió los pequeños espasmos del cuerpo del fantasma indicando que pronto llegaría al clímax, así que hizo los movimientos mucho más rápidos, para que este finalmente se pudiese desahogar, manchando parte de su pantalón y la mano de su captor.
El pelinegro observo a aquel chico que intentaba regularizar su respiración sin resultado aparente, sus mejillas sonrosadas y sus ojos vidriosos eran un deleite, ansiaba mucho más, pero se dio cuenta que ya llevaban mucho tiempo encerrados, saco un pañuelo de su pantalón limpiando parte de la evidencia, para después buscar entre la ropa que había tirado anteriormente, sacando un pantalón claro que esta vez sabía que le quedaría perfecto y una camiseta bastante sencilla color negra muy al estilo del pequeño.
—Solo ponte esto Kuro-chan…le diremos al encargado que lo llevaras puesto — Sin más explicaciones tomo el resto de la ropa, abrió la puerta y salió del lugar.
El pequeño a pesar de que intento encontrar una lógica a lo que acababa de pasar no lo pudo hacer, pero de una cosa estaba seguro y era que a pesar de todo no le había molestado para nada. Con un lio completo en la cabeza comenzó a cambiarse la ropa, ya tendría tiempo de conversar cuando salieran del lugar.