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Happy Valentine Kuroko por Ellie Blanch

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Notas del capitulo:

Las dejo con la sexta entrega de este reto, desde ahora pondre en el resumen cada pareja asi que ya deben saberlo sin mas pasen a leer.

El estado de la habitación demostraba completamente su estado de ánimo…un completo caos.

Desde aquel partido no podía evitar maldecir a todo el mundo ¿Cómo era posible que unos simples “monos” lo vencieran en su deporte?

Odiaba todo en ese maldito país, sobre todo al primer causante de su derrota, se las cobraría de alguna forma, maldito enano fantasma, volvió  a maldecir mientras pateaba lejos la mesa de centro de aquel pent-house que había sido prestado por Kagetora a modo de lastima, después de la disculpa pública que tuvo que realizar al finalizar el partido.

 

El resto de su equipo ya habían vuelto a Estados Unidos, pero él llevaba una semana en aquel lugar lamentándose cada día el hecho de haber perdido, aunque no todo habían sido lamentos, también había descubierto la rutina diaria del joven al cual deseaba someter, sin más, después de aquel acto de rabieta llamo al servicio de aseo, se puso su chaqueta y se dispuso a salir, ya que era la hora perfecta.

 

~*~

 

 

En otro lugar de la historia luz y sombra caminaban hacia Magi después de un agotador día de entrenamiento, habían quedado de juntarse con Aomine, desde el campeonato era común que se reunieran más frecuente, además de que a Kuroko le encantaba ver a aquellas personas llevarse tan bien, sentía que podría nacer algo entre tanta rivalidad y él quería ser el primero en saberlo, se sentía responsable de cierta forma.

 

Los tres salían del local después de haber participado en una competencia de comilona titulada: “¡Yo seré quien coma más hamburguesas!”, nombre que fue dado por el peliceleste, ya que él era el juez, resultado…un glorioso empate, así que irían a jugar un uno a uno para desempatar.

 

Iban caminando mientras reían, tonteaban y peleaban cuando algo los detuvo o…mejor dicho alguien, fue Aomine el primero en darse cuenta de la figura frente a ellos y en un acto completamente inconsciente se puso delante de las dos personas que venían junto a él como si los quisiera proteger del peligro.

 

— ¿Qué sucede Aomine-kun? — Pregunto Kuroko sin darse cuenta de la situación aún.

 

— ¡Ahomine estás loco! — Exclamo el tigre, pero al fijar la vista hacia adelante comprendió inmediatamente la situación.

 

Nash se encontraba frente a ellos, a pesar de las disculpas que tuvo que dar frente a las cámaras, por alguna razón a ambos jóvenes no acababa de convencerlos su actitud, había algo que ocultaba, además de que aún ambos muchachos estaban enojados porque le había pegado a su compañero y amigo antes del juego, aun querían cobrárselas.

 

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Fue Aomine el primero en hablar.

 

—Vamos no deberías estar a la defensiva ya me ganaron y solo quería hablar un momento — Comento lo más casual que le fue posible.

 

—No me hagas reír, aunque digas eso no puedo confiar en ti —Expreso el moreno molesto.

 

—Es cierto tu… —Iba a apoyar las palabras de Aomine pero un dolor punzante en las costillas lo  hizo callar, fue el mismo dolor que sintió el moreno.

 

—Tetsu, Kuroko – Se escuchó la molestia de ambos jóvenes, mirando al causante de este.

 

—No deben comportarse así, él ya ha pedido las disculpas correspondientes, si viene a hablar deberíamos escucharlo —Regaño avanzando unos pasos hacia adelante.

 

—La verdad es que no me importa mucho lo que ellos piensen, con quien deseaba hablar era precisamente contigo ¿Me lo permitirías? — Pregunto tan cortes que el tigre y la pantera tuvieron un mal presentimiento.

 

—…— Kuroko miro a sus amigos un momento, entendió inmediatamente la molestia en ambos, pero quería creer en la persona que se encontraba frente a él — Ustedes vayan a jugar su partido yo me quedare con Nash-kun.

 

—Tetsu, no me parece correcto que…

 

—Aomine-kun, Kagami-kun ¿No creen que las personas deben recibir una segunda oportunidad? —Fue una pregunta que al menos le llego directamente a Aomine quien también se había comportado como un patán y ahora volvían a ser tan amigos como siempre, Aomine suspiro derrotado.

 

—Cualquier cosa nos llamas — Informo tomando por los hombros a Kagami para empezar a caminar en dirección al parque, a pesar de las protestas del pelirrojo.

 

— ¿Qué te parece si vamos a mi casa para que podamos conversar más tranquilos? —Pregunto al ver que el par de idiotas se había alejado lo suficiente.

 

—Está bien —Respondió la sombra después de haberlo meditado un momento.

 

 

Eso sí que había sido fácil, pensó el rubio con una pequeña sonrisa de suficiencia en los labios, el pequeño había sido más inocente de lo que creía, era hora de poner el plan en acción.

 

 

~*~

 

Jamás pensó que todo saliera como lo había previsto, ni siquiera había tenido que ocupar su segundo plan, ¿Acaso era posible que alguien fuese tan confiado? Bueno la respuesta a eso se encontraba sobre la cama, intentando zafarse de sus amarras sin resultados.

 

Al llegar al lugar, el capitán de Jabberwock le había indicado que se pusiera cómodo, mientras iba por algo de beber, fue una lástima que justamente se pusiese en el peor lugar dando la espalda al mayor, y en el momento menos pensado este llego con unas amarras primero tapando su boca y ante el asombro del chico con movimientos rápidos ato sus manos.

 

Lo demás solo fue cosa de tiempo, ahora la situación en la que se encontraba no era para nada satisfactoria, Nash lo observaba con absoluto rencor, ese debilucho le había ganado, quería hacerlo sufrir…dañarlo…mancillarlo…

—No me mires así —Le dijo mientras se acercaba a él acariciando la entrepierna por sobre la ropa. Esta acción hizo que Kuroko se estremeciera y comenzara a removerse con más fuerza.

 

—Ohh pequeño gatito no te asustes, te tratare bien.

 

Ante aquellas palabras las manos de Nash se fueron directo al pantalón de Kuroko, desabrochando el cinturón y luego el cierre, para finalmente bajarlos dejando ver sus pálidas piernas, las cuales se movían intentando alejar al intruso.

Los ojos del peliceleste estaban llenos de lágrimas, ¿Cómo había sido tan idiota? ¡Sus amigos le habían advertido y él no les hizo caso!

 

Las primeras lagrimas rebeldes comenzaron a caer, dando paso a un llanto silencioso, cerro sus ojos no quería ver a quien se había convertido en su captor, tenía miedo en el futuro y en lo que le podría llegar a pasar.

 

El mayor observo el cuerpo a su lado, estaba logrando su cometido pero… ¿A qué precio? Sintió que su corazón se contrajo, eso era lo que más quería, ver al fantasma destruido bajo su grandeza, pero, eso no le estaba gustando y fue en ese momento cuando lo comprendió, esa semana que llevaba observando al muchacho había descubierto lo amable que era y su cálida sonrisa cuando se lo proponía, no podía dañarlo, solo quería que fuese suyo y de nadie más.

 

Lo observo por última vez y comenzó a desatarlo, notando que sus muñecas estaban rojas, saco el pañuelo que cubría sus labios, pero el chico seguía sin abrir sus ojos mientras temblaba y lloraba del susto, sin pensarlo lo abrazo acerco los labios a su oído y susurro “Lo siento” mientras acariciaba su espalda intentando calmarlo.

 

Bastaron unos largos minutos para que el peliceleste volviera a la normalidad, cuando lo hizo se colocó sus pantalones y se sentó en la cama, aun no se sentía capaz de volver sin que sus piernas flaquearan.

 

—Ahora si debes odiarme — Le dijo entregándole un vaso de jugo, el cual el joven vio con desconfianza —Te puedo jurar que no he hecho nada esta vez.

 

— ¿Por qué? —Pregunto tomando el vaso y llevándolo hasta sus labios, la verdad es que le hacía falta algo dulce.

 

—No lo sé, quizás porque te odiaba, pero eso ya no importa, ahora eres tu quien me odia y no te culpo — Se sentó a su lado en la cama.

 

—…

 

—Cuando te sientas listo me avisas y te iré a dejar — Informo mirando hacia un lado, no quería toparse con esa mirada llena de reproche.

 

 

Diez minutos más tardes caminaban en absoluto silencio, cada uno iba metido en sus propios pensamientos, tanto así que no se dieron cuenta cuando ya se encontraban en el pórtico de la casa del chico fantasma.

 

— ¿Qué te parece comenzar de cero? —Pregunto Kuroko colocándose frente a él mirándolo por primera vez con aquellos grandes ojos celestes, sin mostrar vacilación en lo dicho.

 

—No entiendo.

 

—No apruebo lo que has hecho, pero has sido capaz de detenerte en el momento justo — Explico el muchacho —No creo que seas una mala persona.

 

Su corazón latió con fuerza,  esta vez debido a la emoción, le estaban dando otra oportunidad y esta vez no la desperdiciaría, abrazo al muchacho con fuerza esta vez susurrando un “Gracias” para luego separarse.

 

—Mañana a las siete en el Magi, me debes un batido — Informo el peliceleste dando la vuelta y entrando a su hogar.

 

Ciertamente si algo había aprendido de este chico es que era toda una caja de sorpresas, quizás pediría un intercambio, ya que ahora podía decir que tenía una razón válida para que Japón comenzara a gustarle, la cultura no era tan mala como lo vio en un principio, las cosas comenzaban a cambiar, a paso decidido fue a su casa por primera vez sin aquel bichito de venganza en su cabeza.

Definitivamente lograría que ese pequeño le perteneciese.

Notas finales:

Espero les haya gustado el capitulo, no se ha visto mucho de Nash fuera de la cancha asi que me costo un poco hacerlo, pero no creo que me haya ido tan mal, personalmente me gusto lo que logre, tambien comprendo si me odian porque les corte lo sabrozon, pero es que Nash debia darse cuenta de su error para no lastimar al enano...No me maten!! T.T

Bueno tambien les informo que todos los dias estan ocupados al fin con las parejas que han propuesto, es hora de girar la ruleta e ir viendo el orden en que salen.

Un saludo grande, nos estamos leyendo en otra oportunidad :3


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