Se supone que el debería estar en prisión, pero está enfrente mío con sed de venganza, mi cuerpo tiembla con solo verlo, el me lastimo tanto física como emocionalmente, el me mostró lo que es estar en el infierno, me mostro cuan débil puedo ser, siento que todo lo que he logrado hasta ahora se está desmoronando lento y dolorosamente. Tengo miedo, tengo tanto miedo que no soy capaz de controlar mi cuerpo, no puedo moverme a voluntad, no puedo dejar de temblar. Aarón se puso delante de mí, pude observar su espalda y recordé que ese día, también observe la espalda de mi hermano, protegiéndome, apreté los puños, otra vez estaba pasando lo mismo ¿acaso nada iba a cambiar?
- Robín… vete, avísale a tu hermano- hace mucho que no lo veía reamente serio, lo mire con frustración- yo lo detendré-
- ¡No te hagas el chulo ahora!- le grite asustada
- Pues te vez patética- me dijo sin siquiera mirarme- desde cuando mi amiga es tan miedosa- aquello me llego como un puñal- tenía razón, pero… por más que me tratara de calmar no podía.
- Oye… no estorbes- sonrió de lado mientras colocaba sus manos a los bolsillos- ella es mi presa… he esperado bastante para cazarla… - pude ver como mi amigo apretó los puños con fuerza
- ¡ES TU HIJA!- le grito enojado- como es que le puedes hacer tanto daño… ¡DESAPARECE! O yo lo are- Aarón avanzó con determinación y le lanzo un primer ataque a mi padre, pero el sin dificultad lo esquivo.
- Detente…- dije casi en un susurro
Mi padre sonrió con malicia, dio un pequeño giro en su propio eje y lanzo una potente patada al costado izquierdo de mí amigo, lanzándolo contra la pared más cercana que había, escuche toser a mi amigo, pude ver como salía sangre de la boca, no podía levantarse.
- No seas idiota… como si ella fuera mi hija…- dijo mirándolo de reojo
- ¡VETE!- le grite a mi amigo- esto no te incumbe-
Aarón me miro por unos segundos y se marchó afirmándose con la pared, se agarraba las costillas.
Aarón camino tratando de no desmayarse, su vista se nublaba y le costaba respirar, maldición necesitaba un celular, el suyo se había descargado, en el peor momento, pero quien seguirá aun en el colegio, debe actuar rápido de lo contrario, vería esa expresión de nuevo en su amiga y no solo eso puede que termine en una tragedia.
Camino por los pasillos hasta que por fin diviso dos siluetas conocidas, como pudo acelero su paso y toco el hombro de la novia de su mejor amiga.
- Lucia… rápido…- respiraba con dificultad- tu… tu teléfono-
- ¿Qué te paso?- pregunto asustada, trato de ayudarlo a sostenerlo de pie
- Tu celular rápido… es una emergencia…. Robín…-
- ¿Qué le pasa a Robín?- pregunto asustada Lucia
- Su… su padre- pronuncio Aarón, lucia abrió grande los ojos y de inmediato le paso su celular y le encargo a Natalia que cuidara del chico que llamara al hermano de Robín y a una ambulancia.
Inicio del flashback
Cuando entro aquella vez para ver a Robín al hospital luego del incidente con su padre, por primera vez la vio destruida, no paro de llorar tanto por el gran dolor físico y emocional que le habían causado, no paraba de disculparse una y otra vez, aun cuando nadie estaba, por primera vez él quería llorar, ¿Por qué le tenía que pasar eso a ella? Su rostro estaba lleno de moretones y raspones, al igual que sus brazos, sin decir la gran marca de quemadura que tenía en su espalda.
Aarón la visitaba todos los días y cada vez parecía una persona distinta, como si la persona que conoció hace años ya no estuviera, cuando se cansó de llorar simplemente pasaba los días mirando las sabanas de su cama. Era como si estuviera muerta, le gustaría poder ayudarla, pensó bastante en la solución y lo único que se le ocurrió fue una promesa.
- Ambos… somos débiles- dijo acercándose a la cama de su amiga, ella lo miro con sus ojos que estaban opacos- pero… volvámonos fuertes juntos- le dije tomando sus hombros-
- ¿fuertes? ¿juntos?- dijo
- Si, tanto que los ¡grandes nos temerán!- dijo entusiasmada- tan fuertes que les quitaremos el dinero a cualquiera-
- Yo… no…- trato de decir mientras bajaba la mirada
- ¡vamos!- dije entusiasmado- lo lograremos juntos… yo soy tu amigo ¿no confías en mí?-
- Si confió…- dijo
- ¿entonces?- levanto su meñique y sonrió ampliamente- ¿juntos?-
- Si… juntos- sonrió levemente Robín enlazando su meñique al de su amigo
Para Aarón ella era más que su amiga, se habían criado juntos y siempre la vio cómo su hermana con el tiempo ella había logrado recuperar su confianza y había ganado su respeto y el de muchos, ver como poco a poco volvía a ser la misma le alegraba, él era tosco y muchas veces fue rudo con ella pero no quitaba el hecho que quería a esa desgraciada.
- Lo logramos- dijo Robín con sonriendo mientras levantaba su puño y lo hacía chocar con el de el
- Si- dijo Aarón
Fin del flash back
Sin darse cuenta estaba corriendo por los pasillos en búsqueda de Robín. Tenía miedo que algo malo le pasara, recordaba aquellas conversaciones que tuve con ella respecto a su padre y eso era lo que más me inquietaba. Al llegar donde se encontraba su novia, quedo totalmente impactada ante la escena, Robín estaba de rodillas en el suelo temblando, miraba al suelo era incapaz de moverse, mientras que su padre, si así puede llamarse, la golpeaba, le pateo numerosas veces, ¿Por qué ella no se defendía? ¿Tanto miedo le tenía? Desde donde estaba aún no era vista, pero podía escuchar todo.
- Tu cuerpo esta tan condicionado al miedo de tenerme frente, que no se mueve, pero tú mente es consciente de eso ¿verdad? Debe ser muy frustrante para una matona como tú- le decía mientras se burlaba, la tomo del cabello y la levanto para golpearle de lleno el rostro para tirarla al piso de nuevo y seguirla pateando, como menospreciándola, como si fuera basura a la cual puede pisar.
- ¡DETENTE!- grite, sabía que corría peligro si me metía, pero verla de eso modo, no pude contenerme, no medí peligro o miedo mis piernas se movieron solas y me llevaron a la escena, me incline y la abrace, en ese momento ella tenía sus manos en la cabeza y estaba hecha un ovillo.
- No… por favor… are lo que digas… detente… ya no me pegues más… lo siento… lo siento… en verdad lo siento…- la voz de Robín estaba quebrada, lagrimas amenazaban por salir, Lucia estaba en shock, nunca la había visto así, ni siquiera en sus momentos de debilidad, aquel sujeto debió maltratarla a tal punto que debió dejar huellas demasiado profundas, cuando miraba a Robín sentía que no era ella en realidad, era como si fuera aquella niña pequeña que vio en los álbumes
- Te vez patética Robín, esperaba más de ti, después de los comentarios que escuche de ti en verdad me entusiasme por verte, incluso me di el trabajo de buscarte, pero… solo veo a una perra asustadiza, siempre lo has sido-
- Lo siento…- pronunciaba una y otra vez Robín, mientras yo estaba frustrada, ¿Quién se creía ese hombre para tratarla de ese modo?
- ¿Quién eres?- me pregunto serio, trato de poner una mano encima mío, yo instintivamente cerré los ojos, pero Robín dio un manotazo a al brazo de su padre, el sonrió ampliamente, como si hubiera descubierto algo interesante, tomo el brazo de Robín con su mano libre y la lanzo aun costado.
- Hay que disciplinar a los jóvenes de hoy con golpes- exclamo- ahora en que estaba…- miro a Lucia con una sonrisa de costado- oh… si presentación- pero antes si quiera poder hacer algo, Robín lo había tomado del tobillo, había levantado la cabeza, para verlo- déjala ir… esto es entre nosotros- dijo, su padre la miro y se zafo dándole una patada en la cara para luego pisarla
Algo en aquel momento había sacudo la mente de robín, las promesas hechas en el pasado “quiero ser yo esta vez quien proteja” “quiero ser fuerte para poder moverme” “ya no quiero tener miedo” ¿acaso había olvidado todo lo que paso? ¿Acaso el entrenamiento al cual se sometió había sido en vano? Todo lo que paso aquel día en que fue marcada lo había olvidado, todo el dolor, la frustración que sintió, ahora Lucia estaba en peligro porque ella no era capaz de contraatacar, le había ganado el miedo una vez más, los recuerdos de ese día no habían parado de atormentarla desde que el apareció de nuevo, todo el dolor me había paralizado, todo el maltrato al cual me había acostumbrado de pequeña volvió, mi cuerpo recordaba todo.
Pero verlo querer tocarla, fue un pequeño interruptor de su cuerpo para moverse, si fue capaz de hacerle tantas cosas a ella, con lucia no quería imaginarse lo que era capaz. No quería que ella fuera lastimada, no quería que supiera cuán importante era lucia para ella o de lo contrario, la usaría en su contra
- Oye Robín ¿quién es esta chica?- me pregunto mi padre quitando su pie de mi cabeza
- Nadie en especial, una compañera…- dije
- No lo sé…- la miraba seriamente
- que se vaya… esto es entre tú y yo- dije levantándome
- creo que es importante para ti… no deberías esconderle cosas a tu padre- dijo acercándose a mí para darme un puñetazo en el estómago, aun temblaba pero podía al menos pararme.
- No es así- dije
- Lucia vete- grite, pero antes de poder girarme a ella el había comenzado a moverse a ella con esa sonrisa
No quiero que la toque, deja de temblar… maldición muévete o ella… o ella saldrá lastimada. Sin darme cuenta me había echado a correr detrás de él tome su cintura y logre botarlo al suelo.
- ¡vete!- le grite a lucia
- No te dejare sola- me dijo
- Maldición… esto no es bueno- dije mientras lo sostenía con fuerza-
- Ya veo- exclamo- si es importante-sonrió de lado- esto lo hace aún más interesante- decía mientras se levantaba como si Robín no estuviera ahí
Las cosas se tornarían aún más difíciles y aterradoras para Robín, si no era capaz de hacer algo rápido, el sin duda cumpliría lo que había dicho. No solo ella saldría lastimada, si no lucia también. Lo único que pensaba en aquel momento que debería enfrentarse a su padre con todo lo que tenía, pero su cuerpo aún estaba lastimado por su enfrentamiento anterior y tenía nuevas heridas que él le había causado, todo parecía contra ella, no podía ver nada bueno de esto. No debía perder o de lo contrario algo realmente malo pasaría.