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Memorias de un soldado. (EXO-SULAY) por JunMyeon

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Notas del capitulo:

Ya llegó el segundo caaaap. <3

18 de Junio, 1950.

Sus maletas estaban listas, se dispuso a bajar mientras sus manos temblaban, el carro estaba fuera y esa era su última vez en casa.

一Adiós señorito.一 Junmyeon se volteó y vio a Amelie con el rostro empapado en lágrimas y una pequeña caja en las manos.

一Ame.一 Susurró el chico, acercándose a la mujer para darle un fuerte abrazo.

一Esto es para que recuerde que aquí lo estaremos esperando.一 Le dijo después de separarse del muchacho, mientras le entregaba una añejada caja de metal, dentro habían unas fotografías, el reloj de su abuelo, y unos bizcochos que sólo la señorita Amelie sabía hacer.

一Muchísimas gracias Amelie.一 Susurró, apretando sus labios. 一Te voy a extrañar, siempre fuiste mi mejor amiga.一 Le sonrió sintiendo un ligero picor en sus orbes.

一Y usted el mío, señorito Jun. Le echaré mucho de menos.一 La muchacha volvió a sollozar, y después de calmarse con un abrazo de su señor, bajaron las escaleras en donde se despidió de sus padres y de su hermano Minseok.

一Se fuerte Jun, vuelve con la frente en alto y el corazón lleno.一 Le dijo Minseok mientras le abrazaba.

一Gracias Min, divierte en Londres. Te quiero, hermano.一

一También te quiero, enano.一

Y así con todo y hasta los sentimientos empacados, alzó su mano despidiéndose de la ventana del carruaje, y sin más el muchacho se marchó.

一¡Bienvenidos cadetes! ¡Buenas tardes!一 El general Klein, un hombre de al menos dos pies de altura, espaldas robusta, rostro aterrador, voz glacial cual invierno; el perfil perfecto para un veterano de la milicia.

一¡Buenas tardes, señor!一 Todos los jóvenes respondieron al unísono, tratando de no dejar que el terror los consumiera.

一¡Bien! Desde ahora está será su casa, así que olviden sus esperanzas y supriman sus sentimientos porque esto no serán vacaciones en Hawai. Esto es la guerra señoritas, deben defender a su país con su vida, enorgullezcan a su familia no dejando que les pateen el trasero, ¿Entendido?一

一¡Sí, señor!一

一Ahora, quiero cien vueltas alrededor de la base, ¡Ya, ya, ya! 一

Y con un golpe de su embarrado bototo en la tierra, los cuerpos de al menos doscientos muchachos comenzaron a moverse presos de sus miedos, de sus dudas. Sobretodo Junmyeon, que a un lado de su nuevo amigo Kyungsoo, corría tratando de concentrarse en no pensar.

一Jun, ¿Estás bien?一 Habló el bajo a la veinteava vuelta, con la respiración agitada.

一¿Preguntas por mis pulmones o por máscara de terror?一 Le dijo con una sonrisa a pesar de la falta de aire.

一Ambos.一 Río el menor, dándole un pequeño golpe en el antebrazo.

一Sólo pienso en que no quiero quedar como ese tipo.一 Bromeó apuntando con la cabeza al general Klein.

一Vamos, admite que su cicatriz en el ojo es bastante cool.一 Le siguió la broma, haciendo que ambos dieran a carcajadas olvidando por momentos donde estaban.

一¡Señoritas Kim, Do! ¡Esto no es una tertulia para cuchichear! ¡A los obstáculos, ahora!一 Les gritó el general apuntandolos acusatoriamente con sus colosales dedos.

一Infiernos.一 Exhaló Junmyeon, sudado y embarrado a los quince minutos fallidos tratando de escalar el muro de piedras.

一¡Vamos Jun, tu puedes!一 Le animaba Kyungsoo desde la cima del muro, y es que con sus brazos cortos Junmyeon no entendía como había podido subir con tan rapidez.

一¡Sin charla, Kim!一 El general le advertía desde lejos donde seguía vigilando a los que daban las pocas vueltas restantes.

Después de una hora con poco más de duros desafíos, el sol abrasando sus nucas parecía por fin menguar. Ambos yacían en el suelo, exhaustos y molidos, habían conquistado cada uno de los obstáculos a pesar de los raspones, los moratones y los pulmones traumatizados.

一Lo logramos, Soo.一 Junmyeon sonrió a su amigo, y este le devolvió el gesto chocando las palmas con él.

一¿Aún están aquí, nenas?一 Klein irrumpia en la escena mientras escudriñaba a ambos con sus duros ojos.

一¡Ya terminamos el circuito, señor!一 Kyungsoo vociferó mientras ambos muchachos se erguían con rapidez ante su superior.

一¡Yo a su edad tardaba sólo quince minutos en terminarlo! ¡Son un fracaso, señoras!一 Gruñó el hombre en sus rostros. 一¿¡Saben que son un fracaso, no, basuras!?一

一¡Sí señor, lo sabemos!一 Respondieron ambos, con toda y poca la fuerza que sus pulmones aún tenían.

一¡Recuerdenlo siempre! ¡Ahora a las duchas, escuincles!一 Ordenó el general, haciendo que los muchachos corrieran como si la vida se les fuera en ello.

一Corre, Jun, ¡Nos va a alcanzar!一 Le susurraba Kyungsoo entre risas mientras ambos corrían en dirección a los camerinos de la milicia.

Ya adentro, se despojaron de sus ropas y cada uno en un cubículo se dispuso a relajarse con una ducha caliente, pero para su desdicha sólo había agua helada, y a duras penas los muchachos se dieron un rápido chapuzón.

一Eso ha estado horrible.一 Expresó Junmyeon, víctima de los escalofríos, envuelto en la toalla hasta las orejas.

一Pareces un bollo.一 Río Kyungsoo también envuelto, tiritando y con los dientes castañeando.

一No digas eso, que me ha entrado apetito.一 Dijo el mayor, sintiendo su estómago rugir, no había probado bocado desde su último almuerzo en casa, y la tarde había sido tan pesada al llegar que no había recordado el hambre.

一Hablando de eso, ¿No deberíamos ir por la cena?一 Sugirió el menor, haciendo que el castaño asintiera.

一Pongámonos las ropas, y esperemos que el comedor no sea peor que las duchas.一 Suspiró Junmyeon, aún un poco congelado. Se vistieron en los ropajes militares y se dirigieron al comedor comunal, donde la tropa de su sección estaba haciendo fila.

Cuando por fin vieron la puerta, y consiguieron entrada al comedor, tomaron un par de bandejas vacías. Siguieron la interminable fila a un lado de un mesón, con varias ollas humeantes alineadas sobre este, cada una de tamaño colosal. 
Se detuvieron llegando a la primera olla, justo frente de una mujer bastante robusta, que sostenía un viejo cucharon.

一Disculpe señorita, pero ¿Qué es esto?一 Cuestionó Junmyeon viendo el espeso y viscoso puré color rojizo que la mujer sacaba de la olla. La fémina, al parecer, ofendida por la pregunta gruñó mostrando sus dientes a los reclutas.

一Les convendría no saber.一 Respondió la mujer con una voz gruesa y algo seca. Junmyeon asintió un poco intimidado, dejando que la mujer pusiera la rojiza viscosidad en su bandeja, y luego en la de Kyungsoo que caminaba apegado a su blancuzco amigo, también intimidado por la señora.

Dieron un par de pasos más y Junmyeon se detuvo frente a la segunda e igual de misteriosa olla, la observó esperando que no fuera tan desagradable a la vista como el puré anterior.

一Tranquilo, sólo la carne misteriosa luce mal.一 Una voz suave le hizo levantar la cabeza, tras el mesón había un cadete, de más o menos su misma edad, llevaba el mismo uniforme, diferente sólo por la red de cocina que tenía en el cabello tintado de rubio.

一Gracias, la verdad me aterraba tener que comer sólo carne misteriosa.一 Junmyeon le sonrió al muchacho de ojos pequeños, dejando que le sirviera en un pequeño bowl un poco de sopa.

一No hay de qué, a todos les pasa.一 Río el muchacho rubio, mientras servía otro bowl de sopa para Kyungsoo.

一Gracias, Byun.一 Dijo Kyungsoo leyendo la pequeña placa sobre el uniforme del cadete.

一Es Baekhyun, Byun Baekhyun.一

一Yo soy Kim Junmyeon, y él es mi amigo Kyungsoo.一

一Do Kyungsoo, un placer conocerte.一

一Igualmente, a ambos.一

一Deberíamos avanzar, nos vemos pronto Baekhyun.一 Dijo Junmyeon despidiéndose del muchacho.

一Hasta pronto, Baek.一

一Disfruten su comida, muchachos.一

Avanzaron un poco más por la barra para conseguir un plato de arroz, un vaso de Soju, una hogaza de pan y un par de bollos calientes, aunque cuando llegaron a la mesa ya estaban algo fríos. Aún así, fue una cena bastante sabrosa.

Después de cenar, con los estómagos tan exhaustos como sus cuerpos llegaron a los dormitorios. Eran poco acogedores, habían diez camas, divididas en cinco literas, y un baño grande.
Kyungsoo decidió compartir su litera con Junmyeon, sólo si el podía dormir en la parte superior. Cepillaron sus dientes y acomodaron sus pijamas, justo ante de que luces fueran apagadas.

一Fue un día duro.一 Susurró Junmyeon para sí mismo.

一Quizás mañana sea mejor.一 Kyungsoo dijo, asomándose un poco por el borde de la cama superior.

一Tenemos que hacernos más fuertes.一 Le miró el mayor con dificultad por la tenue luz de luna que entraba por el único tragaluz en el tejado.

一Lo seremos, y saldremos muy pronto de aquí.一

一Aún estoy aterrado.一 Admitió el castaño después de un rato de silencio.

一Y yo. Pero no sé, me aterra más el bigote que tiene la señora de la cocina.一 Dijo el más bajo, iniciando carcajadas en ambos.

一Shh, nos van a escuchar.一 Río Junmyeon tapando su propia boca para callar sus risas.

Duraron un buen rato silenciando las carcajadas del otro, hasta que perdieron el aliento. Se quedaron en silencio, y el peso del día cayó sobre ellos.

一Buenas noches, Soo.一

一Que descanses, Jun.一

Entonces, sobre sus poco cómodas y algo frías camas, ambos jóvenes, se quedaron dormidos.

 
Notas finales:

¿Estuvo muy mal? ¿Lo sigo?

 

Hasta la próxima. ('v')


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