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Wedding day por Yewooki

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Notas del capitulo:

Espero te guste!

Nervioso observó su reflejo, no se sentía nada como él, pero Shoyo había insistido en tener una boda un poco más grande que la que él había planeado cuando le pidió matrimonio un año atrás, no se arrepentía, pero al ser más bien introvertido no le era muy grato pasar por tanto ajetreo.

-Vamos Kenma quita esa cara- le dijo Tetsuro sonriéndole de forma felina acercándose a él acomodándole la corbata que estaba mal hecha- ¿Quién diría que te casarías con el pequeño revoltoso de Karasuno?

-No le digas así a Shoyo- le contestó con suavidad, haciendo reír a su amigo, los nervios lo estaban traicionando, sus manos sudaban como si hubiese un mañana además de que su pobre corazón estaba latiendo muy rápido.

-Listo- dijo su amigo alejándose viéndolo de forma crítica, el sol entraba por la ventada detrás de Kenma, el aire con olor a flores venia desde el jardín donde se llevaría a cabo la ceremonia, su cabello aun contenía un poco de su anterior tinte rubio, estaba agarrado en una coleta suelta, el traje que portaba era negro a pedido del otro novio, se veía bien, pero también era consciente del nerviosismo que lo llenaba- ¿Te estás arrepintiendo de casarte?- le cuestionó serio, si su respuesta era afirmativa no dudaría en llevárselo de allí aunque eso le rompiera el corazón a Shoyo.

-No es eso…- dijo bajito sentándose en la cama, suspirando alto- es solo que yo no quería una fiesta así, quería algo sencillo y tranquilo.

- Recuerdas con quien estas a punto de casarte, ¿verdad?, Hinata nunca se ha caracterizado por ser alguien tranquilo, sabes que siempre es muy apasionado con todo.

-Lo sé y es algo que amo con locura de él, pero no sé si pueda con tanta gente- dijo sincero.

-Te aseguro que en cuanto lo veas olvidaras por completo que habremos más personas en la carpa- le dijo seguro, sonriéndole tranquilizándolo.

- ¿Lo mismo te pasó con Kei?- preguntó y su amigo suspiró enamorado.

-Si, y cada vez que lo veo olvido que hay un mundo que sigue moviéndose- aseguró antes de que tocaran la puerta, Kotaro se asomó sonriéndoles.

-Es hora- les avisó y los tres salieron bajaron las escaleras y salieron al patio, donde Kenma vio a todos sus amigos, conocidos y familiares sentados bajo la enorme carpa blanca, caminó a paso lento por el pasillo viendo las sonrisas que tenían todos, ¿Por qué él no podía estar igual de sonriente?

Tetsuro se posicionó a su lado, era su padrino y testigo, frente a ellos estaba Kei con un bultito entre sus brazos, hacia solo un par de semanas que habían recibido el visto bueno para la adopción y ahora tenían con ellos a su pequeño Mitsuki, quien dormía plácidamente entre los brazos de su padre, vestía un lindo trajecito a medida, que lo hacía ver aun más adorable, Kei en cambio llevaba un traje formal de color azul oscuro.

La marcha nupcial comenzó a sonar y todos voltearon a la entrada de la carpa, ahí estaba Hinata vistiendo un hermoso traje blanco, iba de la mano de su madre, Natsu había entrado antes dejando caer delicados pétalos de rosas blancas y melocotón,  a paso lento comenzaron a avanzar, los ojos de Shoyo brillaban más que el sol mismo, Kenma estaba sin palabras, su futuro esposo lucia más que hermoso, no tenia palabra alguna para describir lo mucho que lo amaba.

Cuando por fin estuvieron frente a frente, Shoyo le regaló la sonrisa más bonita que le había visto, ambos se sonrojaron, provocando una risa comunal entre sus invitados.

-Te encargo mucho a mi hijo, Kenma- le dijo la madre del peli naranja, antes de darle un tierno beso en la frente y entregarle su mano al ex armador de Nekoma.

Se vieron directo a los ojos y se sonrieron, antes de voltear hacia el juez, quien rápidamente comenzó con la ceremonia, de lado de Hinata su testigo y padrino era Tobio.

La ceremonia pasó rápido y llegaron a la parte de los votos y los anillos, el pequeño Makoto Sawamura era quien traía consigo el cojín con los anillos, sus padres lo veían emocionados desde las primeras filas del lado de los invitados de Shoyo.

-Yo Kenma Kozume, te tomo a ti Shoyo Hinata, como mi esposo para amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, para compartir el resto de mi vida contigo, estar para ti en las buenas y en las malas, ser en quien te puedas apoyar cuando no puedas más y compartir conmigo todas tus penas y alegrías- dijo deslizando con suavidad el anillo por el dedo de Shoyo quien lloraba con una sonrisa pintada en sus labios.

-Y-Yo Shoyo Hinata, te tomo a ti Kenma Kozume, como mi esposo para amarte y respetarte, en la salud y la enfermedad, para llenar tus días y compartir tus logros y fracasos, para reír, llorar y pelear juntos, porque no hay persona que ame más en esta vida y probablemente en otras que tu- dijo viendo como Kenma le sonreía y veía con inmensurable amor, mientras él deslizaba el anillo.

-Ahora, necesito que firmen aquí- dijo entregándoles una pluma, ambos firmaron donde se les pidió lo mismo que sus testigos- por el poder que me confiere el estado, los declaro esposos.

Kenma se acercó a Shoyo, tomando con delicadeza su rostro acercando el suyo hasta que sus narices se rozaron sonrieron felices, nerviosos, enamorados, antes de unir sus labios en un tierno y delicado beso, que fue roto por los aplausos, se separaron lento, tomándose fuerte de la mano, caminaron tranquilos por el pasillo hasta salir, para después dirigirse a la otra carpa donde estaba todo listo para la fiesta, los invitados pronto comenzaron a llenar el lugar.

- ¡Felicidades!- les dijeron Koshi y Daichi quien traía en brazos a su hijo Makoto, quien ya dormitaba.

-Gracias por venir- dijo Shoyo sonriente, los siguientes fueron Kotaro y Keiji, seguidos por los Kuuro, detrás de ellos pasaron Tadashi y Tobio de la mano, junto a ellos pasaron Tanaka y Ennoshita.

- Asahi y Noya, me pidieron que los disculparan, pero los gemelos estaban enfermos y no pudieron asistir- dijo Chikara, viendo a Ryunosuke jugar con su pequeña Yuki.

Shoyo asintió aun sonriente, los demás invitados comenzaron a llegar y pronto todos estuvieron dentro, la orquesta que habían contratado comenzó a tocar su canción, Baby I’m yours, Shoyo sonrió encantado, jaló a su esposo hasta la pista y comenzaron a moverse al ritmo de la música, mientras el peli naranja le cantaba suavemente a Kenma quien sonrojado solo podía sonreír, su inglés siempre le daría risa.

La fiesta continuó hasta algo entrada la tarde casi noche, entonces los esposos se despidieron de sus amigos y familiares, tomaron el tren que los llevaría a Kioto su destino para la luna de miel, cuando por fin llegaron al hotel, era bonito, tranquilo y elegante, cuando llegaron a su cuarto el nerviosismo los llenó, era su primera noche juntos como esposos, Shoyo le había pedido esperar hasta la boda para estar juntos.

Dejaron la maleta de lado y se vieron intensamente, Kenma se acercó hasta su lindo esposo, tomándolo entre sus brazos con cuidado, como si manejara la más preciosa porcelana y para él así era, le sonrió tranquilizándolo, lentamente acercaron sus rostros, comenzando un beso tierno y tranquilo, lentamente haciéndolo más y más pasional, los brazos de Shoyo rodeaban el cuello del alto, mientras sus pasos los llevaron hasta la cama donde cayeron quedando el peli naranja sentado sobre la cadera de Kenma, el calor en la habitación comenzó a aumentar hasta que se volvió insoportable, con las manos algo temblorosas Shoyo comenzó a deshacerse del traje que portaba su esposo, mientras sentía sus manos introduciéndose fugitivas bajó su camisa acariciando su piel.

Rompió el beso soltando un leve gemido, los sacos fueron lanzados lejos, y sus labios se volvieron a unir, el movimiento de sus caderas comenzó a suceder, friccionándose sin pena alguna, hasta que quedaron completamente duros, Kenma dejó los labios de Shoyo, y comenzó a besar su cuello, dejando una bonita marca roja en el, desabotonó los primeros botones, para poder posar sus labios en sus clavículas deleitándose con su sabor, oyendo los suspiros y bajos gemidos que escapaban de los labios rojos e hinchados de su esposo.

De pronto comenzó a sonar insistentemente el celular de Kenma, trataron de ignorarlo, pero quien sea que lo llamaba estaba siendo muy insistente, molesto Shoyo se paró dejando libre a su esposo.

-Contesta, puede ser importante- le dijo sentándose a su lado, calmando su respiración, el rubio asintió molesto, pero se levantó a contestar, saliendo al balcón viendo que era su jefe quien le llamaba, sin esperar más contestó la llamada, cuando por fin pudo colgar volvió apresurado a la habitación, viendo con ternura la escena frente a él.

Shoyo estaba dormido de forma desparramada por la cama, la camisa completamente desacomodada dejando ver su vientre plano y pálido, su cabello llenaba una de las almohadas a la cual estaba fuertemente abrazado con una pierna sobre ella, y suaves suspiros escapaban de sus labios.

Sin poder resistirse le tomó un par de fotografías colocándolas como fondo de pantalla y protector de pantalla, lentamente se acercó y lo movió del hombro.

-Shoyo al menos ponte la pijama- le dijo bajito, viéndolo renegar pero abrir los ojos, sonrojándose antes de sonreírle apenado.

-Lo siento me quede dormido- se disculpó incorporándose tallándose los ojos.

-Podemos esperar un poco más si estas tan cansado- dijo, pero de inmediato su esposo negó antes de pararse quedando frente a frente.

-Q-Quiero hacerlo, quiero ser totalmente tuyo- confesó más que sonrojado, enterneciendo aun más  a Kenma, quien lo volvió a besar, pero esta vez de forma delicada, lentamente sus manos se deshicieron de la camisa ajena, para después moverse dejando a Shoyo bajo su cuerpo sus labios rápidamente comenzaron a moverse a través de su suave piel, dejando pequeñas marcas por todos lados, hasta que llegó a la orilla del pantalón el cual quitó con cuidado bajando también la ropa interior dejando ver su miembro completamente erecto, de su cabeza escurría un poco de liquido pre-seminal, sonrió gatunamente y sin perder de vista el rostro de Shoyo, lo tomó y se lo introdujo a la boca oyendo con satisfacción el grito de placer que soltó su esposo.

-N-No K-Kenma… s-sucio- dijo tratando de quitarlo, pero fallando miserablemente, el placer estaba embargándolo por completo nublando lentamente su juicio, se aferraba a las sábanas bajo su cuerpo mientras trataba de no cerrar sus piernas, sintiendo como uno de los dedos de Kenma rozaba su entrada- N-No- gimoteó moviendo su cadera.

Kenma ignoró por primera vez a su lindo peli naranja continuando con la felación, subiendo y bajando, succionando la punta y pasando su lengua por toda su extensión, hasta que sin previo aviso Shoyo se corrió manchándole la cara.

-Y-Yo lo siento mucho- dijo agitado y avergonzado, tratando de limpiar su rostro pero fue detenido por Kenma quien retiró la simiente de su rostro para después llevarla a la entrada palpitante de Shoyo, introduciendo lentamente uno de sus dedos- N-No… Kenma para- pidió completamente rojo.

- ¿Te está doliendo mucho?- preguntó preocupado, lo último que deseaba hacer era lastimarlo, lo vio negar.

-N-No quiero ser el único disfrutando- dijo completamente avergonzado, lo tomó de los hombros obligándolo a recostarse en la cama, con el rostro hirviéndole y las manos temblándole se deshizo del pantalón de Kenma, junto a su ropa interior, observó un segundo la erección tragó duro, no creía que eso cupiera dentro suyo, pero no externó su pensar, en cambio de arrodillo frente a su pene y se lo metió a la boca, siendo primerizo fue torpe y lento, pero eso no evitó que su esposo lo disfrutara completamente, aprovechando esto, Shoyo llevó una de sus manos a su trasero y con cuidado comenzó a prepararse cuando se sintió listo se alejó de Kenma recibiendo una mirada molesta en respuesta.

Con cuidado se acomodó introduciendo lentamente a Kenma en él, los gemidos de dolor escapaban de su boca, una vez completamente dentro, el rubio lo tomó del rostro limpiando con besos las pocas lágrimas que había soltado.

-Eres enorme- soltó Shoyo haciendo sonrojar a su esposo quien creció un poco más, arrancándole un gemido alto y escandaloso al peli naranja- no crezcas de la nada- le regaño antes de comenzar a moverse lentamente, Kenma en cambio estaba completamente hipnotizado con la imagen frente suyo.

Shoyo completamente sonrojado, su cabello naranja pegado a su frente por el sudor, sus ojos entreabiertos brillando con amor y lujuria, sus labios rojos, hinchados y algo abiertos dejando escapar los gemidos y suspiros, sin duda una imagen que guardaría en su memoria para siempre.

Se incorporó un poco para poder besar a su antojo a su esposo, comenzando a mover sus caderas haciéndolo gemir más alto, hasta que cambiaron posiciones dejando esta vez a Shoyo contra el colchón tomó sus piernas y las colocó sobre sus hombros moviéndose con fuerza fuera y dentro de él, las manos de Shoyo apretaban con fuerza las sábanas, a cada estocada Kenma tocaba su próstata haciendo que durara muy poco para llegar al orgasmo explotando entre sus vientres, apresando dentro al rubio quien tras un par de estocadas más se corrió, con cuidado salió recostándose enseguida de Shoyo, quien se inmediato se movió para quedar sobre su pecho.

-Fue increíble- dijo sonriente antes de sentir los labios de Kenma sobre los suyos haciéndolo sonrojar un poco.

-Me encantas cuando te sonrojas- confesó sonrojándose, y tal vez era un poco ridículo seguir avergonzándose como darse un beso, pero así eran ellos y no se cambiarían por nada en el mundo.

Notas finales:

Gracias por leer~!


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