Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wo Ai Ni, My biggest secret por Kuromitsu

[Reviews - 36]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Estoy acá de nuevo con un nuevo capítulo. Muchas gracias a las personas que han seguido este fic y me han mandado reviews, de verdad me ayudan muchísimo <3 

Sin más preámbulos, les dejo con el capítulo. 

Con toda la rapidez que le fue posible se dio vuelta e intentó cubrir el problema que no hacía más que acrecentarse.

—No, no, no… —masculló desesperado, rogando que Tao no viera aquello.

Intentó pensar en otra cosa para que así el gran inconveniente desapareciera de una vez, pero ni siquiera logró efectivamente el volcar sus pensamientos en otro asunto porque la voz característica del menor irrumpió el silencio.

—Soñé que querías aprender wushu de mí.

—Oh —respondió, sin saber qué más decir.

“¿Sabes qué, Tao? Me acabas de dar una erección”. Sí, probablemente eso hubiese sido lo más maduro que podría haber dicho y al mismo tiempo, su tumba. Ya podía vislumbrarlo, el eterno suplicio a su lado porque jamás dejaría de molestarle por algo tan vergonzoso como ello; se lo recordaría día tras día, ocasión tras ocasión.

Tenía que encontrar la forma de salir de ahí sin que se notara.

—Sí, y lo más raro fue que al final te transformabas en un grano de café gigante, realmente me asusté —su bulliciosa risa hizo sonreír al mayor a pesar del momento incómodo en el cual estaba— Oye Kris, ¿te lavo tu espalda?

Cuando sintió el tacto de las manos de Tao en sus omóplatos supo que estaba condenado, lo supo al mismo tiempo que un electrizante escalofrío le inundaba de arriba a abajo. Debía correr, huir de allí lo más rápidamente posible. Ni siquiera era necesario observar la complicación que tenía entre las piernas porque sentía a la perfección lo horriblemente grande que se estaba haciendo. Dolía por no ser capaz de aliviarlo, dolía incluso más que esas veces en las que no había podido solucionarlo a tiempo debido a la agenda apretada que poseían, sin siquiera un respiro para pasar al menos unos diez minutos a solas en el baño.

—No te preocupes, ya estoy limpio —se excusó, mintiendo descaradamente. Ni siquiera había logrado ponerse un poco de acondicionador pero ya lo solucionaría. O quizá no, ¿qué más daba? Lo que realmente importaba en esos segundos era el salir de ahí, porque las órdenes que intentaba darle a su “amigo” no surtían el más mínimo efecto— Me iré a vestir.

—Está… está bien —la voz de Tao sonó apagada por sobre el repiqueteo de las gotas contra las baldosas. ¿Acaso había vuelto a pensar en lo de Luhan y por eso había tartamudeado? ¿Por eso su voz había sonado extraña, como si le costase mucho el pronunciar las palabras? Además ni siquiera había refunfuñado como hubiese esperado que hiciera.

No tenía tiempo para averiguar ninguna de esas interrogantes, pero siguió dándole vueltas al asunto por varios segundos.

Se enfundó en la toalla con más lentitud de la que quería y con un suspiro de alivio abandonó silenciosamente el baño, para esconderse vergonzoso en la habitación. Dio un vistazo rápido a su entorno y agradeció internamente su buena suerte: ni Chen ni Xiumin se encontraban allí, por lo que tenía tiempo para relajarse y calmar un poco su erección. ¿Qué la había causado? Pensándolo detenidamente era sencillamente imposible que Tao hubiese sido el culpable. Sonrió un poco de tan solo pensarlo; no, ese hombre con círculos negros alrededor de los ojos (como un panda, tal como todos solían señalar), ese hombre que gritaba apenas al ver un bicho, ese hombre con un tremendo miedo irracional a los fantasmas y tantas otras cosas más no era el culpable. De seguro había sido el agua caliente, todo ese lío de la vasodilatación y las erecciones matutinas…

Asintiendo para sí mismo se vistió con lentitud, disfrutando de la poca soledad que podía eventualmente tener durante el día. En ese lapsus de tiempo el anterior “problema” desapareció sin dejar rastro alguno, como si nunca hubiera existido en una primera instancia, y le dejó una nueva sonrisa que se asomó por la comisura de sus labios.. ¿De verdad había tenido tanto miedo de una estupidez como esa?

—¡Kris, Tao, el desayuno está servido! —la voz de Chen se escuchó a lo lejos.

—¡Voy! —gritó con su grave voz, pero no escuchó la voz de Tao hacer lo mismo.

Extrañado, ajustó sus últimos detalles de apariencia (obviando el maquillaje, no tenía ganas de hacer toda su larga rutina facial aún) y fue directamente hacia la habitación de Tao, al comprobar que la puerta abierta del baño denotaba un interior vacío. Giró el pomo sin golpear antes y entró, cerrando tras de sí.

—Vamos —ordenó— Tenemos una agenda muy apretada hoy.

—Sí… voy en un rato.

Se quedó mirándole incluso más perplejo que antes. Tao solía ser el primero en estar en la mesa (claro, siempre y cuando estuviese lo suficientemente despierto) porque sabía que los diferentes entrenamientos le dejaban hecho plomo al final del día y por tanto necesitaba comer apropiadamente, pero esta vez… su voz no había sonado ni un poco entusiasmada.

—¿Pasa algo? —fue capaz de preguntar, sintiéndose extraño. Definitivamente Tao no era la única persona actuando de forma inusual, bastaba con verse a sí mismo. Incluso una pregunta tan inofensiva como aquella no pertenecía a su repertorio habitual de “cosas para decirle a Tao”.

Sí, claro que se preocupaba por él pero… simplemente nunca había sido capaz de verbalizarlo, y menos frente a él. Vaya día.

—Necesito estar a solas un poco, vete —murmuró, con la voz quebrada.

Estaba de espaldas, con su pelvis cubierta gracias a la toalla y con el resto de la piel expuesta mojada aún. Kris sacudió la cabeza y se acercó.

—Tao, si no te secas terminarás resfriándote.

Justo cuando sus dedos alcanzaron su hombro para apurarle, el cuerpo de Tao sufrió una sacudida y se alejó de Kris raudamente, a la par que su cabeza giraba lo suficiente como para observarle por encima del hombro. Lo único que Kris pudo notar con absoluta certeza era que las pupilas de Tao denotaban terror.

Y además notó por el rabillo del ojo otra cosa más.

—¿Qué ocultas? —demandó, fijándose en las manos del menor que intentaban esconder algo en su regazo.

—Nada, de verdad.

Sí, le hubiese creído si tan solo hubiese escuchado únicamente su voz, la cual había sonado seria y convincente, pero también había visto su rostro. Se había mordido el labio inferior nerviosamente.

Kris sonrió con aire de suficiencia y olvidando todo lo que le había sucedido durante el baño tomó la iniciativa y utilizó toda su fuerza para dejar a Tao al descubierto.

—¡No! ¡Suéltame!

Inútil. Tao no había alcanzado a reaccionar rápidamente por lo que las ágiles manos del mayor lograron su cometido.

Y lamentó profundamente el haberlo logrado.

 

 

Notas finales:

¿Y, qué les pareció? Me harían muy muy feliz si comentan aquí abajo <3 

¡Nos vemos el próximo fin de semana! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).