Eso que pasó
Capítulo 1
Estaba atendiendo a los clientes habituales de mi pequeño café/bar, todo estaba como de costumbre, Charlie, el joven mesero universitario, me llamo para decirme que una orden de pastelillos aun no estaba lista. Me altere un poco y corrí hasta la cocina, ahi estaba Jessie, la chef a cargo.
-¿Qué está pasando Jessie?
-Señor Laurens, como le dijo Charlie la orden aun no está lista y es para las 4 de esta tarde.
-Eso significa que es en 2 horas.
-Si...
-Bueno, bueno pues hay que apurarnos entonces Jess. - Dije subiendo las mangas de mi camisa.
-Si señor.
Terminamos justo a tiempo y los pastelillos fueron llevados al cliente. Jessie estaba algo triste y se culpó por no haber terminado desde hace rato, yo no le hice caso y le dedique una sonrisa sincera, ella ya era bastante mayor y no por eso la despidiría, más bien necesitaba encontrarle un ayudante, la tienda estaba creciendo y faltaba personal. Ya era de noche, cerramos el café y abrimos el bar, los clientes que usualmente pasaban por café en la mañana ahora estaban aquí por unos tragos
. Llego el señor Jackson con un par de amigos, me sorprendió un poco él usualmente no sonreía y su cara parecía un témpano de hielo, bastante atractivo para las damas del local, que de vez en cuando le daban un buen vistazo. Así que hasta un hombre de negocios como él puede sonreír. Sus amigos se fueron yendo y él aun seguía bebiendo, me empecé a preguntar hasta cuando iba a seguir tomando cuando todos sus amigos ya se habían ido.
-Señor Jackson, ya es algo tarde, ¿quisiera que le llame un taxi? - Dije lo más amablemente que pude. El señor Jackson sólo se me quedó mirando muy muy fijamente.
-Jimmy...- simplemente dijo mi nombre arrastrando las palabras, debe estar muy ebrio, usualmente me llamaba James.
-Sin duda está ebrio señor.
-No me llames señor, debemos tener la misma edad Jimmy.- una sonrisa irónica salio de su boca y no pude evitar sonreír también.
-Bien, la verdad es que no se su nombre señor Jackson
-Sam...- me guiño un ojo y simplemente me reí.
-Okay, Sam Jackson te llamare un taxi.
-Está bien Jimmy Laurensss...
-¡Charlie! Ven un momento.
-¿Que pasa señor?
-Por favor llama a un taxi para el señor Jackson.
-Si- mientras decía ese si parecía algo molesto, que raro, hoy todos parecen raros. Me senté junto a Sam, mientras le servía algo de agua, para bajarle la borrachera.
-No quiero agua Jimmy.
-Es por tu bien Sam.- A regañadientes sorbió algo del agua y me frunció el ceño. Se veía gracioso, siempre estaba serio y hoy no, parecía que iba de feliz a molesto.
-Jimmy, ¿sabes que mi pareja me engañó? Con su maestro de yoga.
-Lo siento, Sam. - No sabía que tuviera una novia, vaya...
-Yo no, me alegra haberme enterado ahora y no después, imagínate un divorcio… -Dijo pareciendo asombrado, debe ser doloroso.
-Jimmy...- decía mi nombre y parecía que me quería decir algo pero no decía nada.
-Señor ya llego el taxi.- Charlie seguía molesto. Le preguntaré sobre esto después.
-Vamos Sam.- tome su brazo y lo ayude a levantarse.
-Vamos Jimmy.-una sonrisa candente salió de sus labios, no sabía qué hacer sus ojos de pronto parecían fuego, su boca se abrió para decir algo y luego se cerro, parpadeo un par de veces y todo volvió a la normalidad, se levanto. Es bastante alto incluso cuando no estaba bien parado, al menos una cabeza más grande que yo, su cabello negro le caía en la cara cubriendo sus ojos verdes. Su mano tomo mi brazo mientras lo acompañaba a la salida, no quería que se fuera solo a esta hora de la noche así que tome mi abrigo de la silla donde siempre me sentaba y salimos del local.
-Jimmy ¿vendrás conmigo a casa?
-Si Sam, te acompaño.
-Que bien. -Sonaba como un niño feliz, sus labios se curvaron en otra sonrisa y se subió al taxi, después entre yo.-a mi casa.
-¿Disculpe?
-Sam, el conductor no sabe donde es "mi casa". -Dije intentando no reír.
-Ahh, es una casa grande Jimmy, está en la zona residencial, es verde con negro.
-Um, a la zona residencial, por favor.-le pedí al taxista, mientras mi mente divagaba Sam cerro sus ojos y cayo dormido. ¿Por qué si vive en la zona residencial pasa a mi sencillo local a comprar café? Llegamos a la zona e intente despertar a Sam, poco a poco abrió sus ojos y me miro directamente, vaya tiene una mirada muy dura.
-Ahora, ¿podrías decirnos cuál es tu casa Sam?
-Si Jimmy, es esa. -Señalo la casa más grande que se alcanzaba a ver, estaba claro que Sam tenía dinero, se veía en su forma de caminar, de vestir, de actuar en sí, pero no imaginaba que fuera así de rico, tener la casa más grande en la zona de ricos era bastante impresionante. El taxi se estaciono fuera del jardín de la casa, le pague y baje, después ayude a Sam a bajar.
-Por favor espere aquí, no tardo. -Le dije al conductor.
Sam me tomo de nuevo del brazo y caminamos a la entrada. Sacó unas llaves del bolsillo de su chaqueta, las coloco en mi mano libre y abrí la puerta. Entramos, el lugar era más impresionante por dentro que por fuera, todo estaba finamente decorado en blanco y negro, casi no había color pero no era triste, sino cálido. Puse las llaves en la mesa de la entrada, había unas escaleras que imagine daban a las habitaciones.
-¿Subimos?
-Si, hay que subir Jimmy... -Sus palabras se escuchaban arrastradas, debe estar muy cansado.
-Okay, primero un pie.-llegamos a su cuarto y mi respiración ya estaba agitada, Sam pesaba una tonelada, parece que hace ejercicio, yo hace siglos que no me paro en un gym.
-Llegamos.
-Hurra...
Tome la suave tela de algodón y la hice a un lado, haciendo espacio para que pudiera dormir Sam. Lo deposite en la cama y mientras lo ayudaba a acostarse agarró mi abrigo del cuello haciendo que cayera encima de él, olía a alcohol, perfume y a otra escencia, quizás era su propio olor, pero no olía nada mal, yo esperaba que apestara a alcohol, supongo que la gente rica tiene sus modos de lucir siempre bien.
-Jimmy, eres alguien muy pequeño, ¿Qué edad tienes?
-28 Sam y no soy pequeño mido 1.75m.
-Okay okay yo tengo 30, eso significa que soy más grande.
-Bien, eres el mayor, ahora suéltame para que me pueda ir.
-Umm okay...-no lo hizo, en lugar de eso me jaló más y sus labios chocaron con los míos, estaba sorprendido, ¿Qué está pasando justo ahora? Su lengua se metió entre mis labios y empezó a juguetear con la mía. Sus ojos de nuevo ardientes, me miraban directo. Su mirada me hizo reaccionar y lo empuje, separándonos de esto que estaba pasado.
-Sam...
-Jimmy, buenas noches, ven mañana.-Dijo en un tono completamente normal, como si no hubiera pasado nada.
-Debes estar muy ebrio...
-Pero de todas formas ven mañana.
Está demasiado ebrio, pero aun así sentí un escalofrío cuando me dedico una sonrisa ardiente, me fui.
Y no volví.